¿Qué es la adicción al trabajo?
La adicción al trabajo es característica de personas que le dan una importancia excesiva a su vida profesional y puede empeorar mucho la calidad de vida. Una persona que pasa las 24 horas del día pensando en el trabajo, dedica los fines de semana y tiempo libre a adelantar tareas pendientes y no desconecta ni dedica tiempo para sí misma, puede que sea adicta al trabajo.
El trabajo, como el deporte, el sueño o el tiempo de ocio, es una de esas actividades en las que hay que cuidar el tiempo que lleva. Si no se trabaja tanto como el puesto requiere, es posible que no se obtengan los resultados propuestos o los objetivos previstos por la compañía.
Del mismo modo, trabajar en exceso puede hacer que el rendimiento no sea el óptimo y que, por consiguiente, durante todo el tiempo adicional que se esté trabajando de más, los resultados no sean de la calidad esperada. Para rendir al máximo como trabajador, es fundamental saber gestionar la dedicación en su justa medida.
Por este motivo, las personas adictas al trabajo pueden obtener peores resultados en su día a día laboral, a pesar de dedicar a esta actividad mucho más tiempo que otros trabajadores.
Señales de la adicción al trabajo
Llegar el primero al lugar de trabajo
La primera de esta serie de señales que indican una posible adicción al trabajo se ve reflejada en la conducta desde la primera hora del día.
La persona se despierta antes de que suene el despertador. Incluso voluntariamente pone la alarma exageradamente antes de lo necesario, para repasar la organización de la jornada laboral y llegar antes de la hora de entrada al trabajo. Le gusta estar en su puesto y con todo preparado para empezar antes del momento indicado para ello.
Esta actitud puede ser propia de alguien muy previsor y puntual, o que simplemente desea evitar caravanas de tráfico a horas punta. No obstante, la reiteración abusiva de este comportamiento, junto a una combinación de los síntomas siguientes, puede ser indicador de una adicción al trabajo.
La mayoría de los días se queda adelantando trabajo un rato más tras la jornada laboral
La hora establecida de salida es a las 7 de la tarde, pero en raras ocasiones sale antes de las 8 y media… si esta situación resulta familiar, puede haber adicción al trabajo.
Es normal que en días puntuales uno se quede a repasar alguna cuestión en particular o a adelantar un trabajo que calcula va a costar entregar a tiempo. Sin embargo, si se ha convertido en costumbre salir más de una hora tarde de trabajar, tal vez habría que reflexionar al respecto.
Como se ha comentado anteriormente, el trabajo ha de realizarse en su justa medida. Trabajar en exceso, y más si es a deshora, puede influir en la calidad final del trabajo realizado.
Los fines de semana suele trabajar desde casa
Esta conducta llevada al exceso puede repercutir negativamente en la calidad de los resultados que se obtienen. Esto se debe a que el tiempo extra que se pasa trabajando es tiempo que se está restando de desconectar, descansar y, en definitiva, de cuidar de sí mismo para mantener las mejores condiciones y rendir bien.
El fin de semana y los otros momentos fuera de la jornada laboral, están organizados de esta manera para retomar la energía suficiente y realizar el trabajo, obteniendo los mejores resultados posibles y para que la persona se sienta en las mejores condiciones, tanto física como mentalmente.
En el tiempo libre siempre lleva el smartphone del trabajo encima
Hoy en día existen muchos medios tecnológicos que nos ayudan y que hacen que realicemos de una forma más cómoda, ágil y con un menor esfuerzo muchas de las tareas del día a día.
Estas tecnologías han llegado al mundo laboral en forma de smartphones, portátiles, tablets, etc., que facilitan en muchos aspectos el desarrollo del trabajo y que, en otros muchos casos, nos mantienen encadenados a él.
Puede ser muy positivo estar disponible en algunos momentos decisivos o durante un proyecto en concreto. En ocasiones, el trabajo se agiliza enormemente pudiendo acceder a un mail en concreto en cualquier momento y desde cualquier punto del mundo en el que uno se encuentre.
No obstante, que estos medios ayuden o encadenen al trabajo depende del uso que se les dé, y de qué límites se pongan al respecto.
Los compañeros, familia o amigos lo advierten
En muchas ocasiones no se es consciente de la imagen que se está proyectando al exterior. Como en todas las adicciones, es posible que la persona, al estar completamente dedicada a la causa del comportamiento adictivo, no disponga de la atención suficiente para darse cuenta de lo que verdaderamente le ocurre.
Si es adicta al trabajo, es muy probable que pase horas y horas trabajando, y durante estos periodos de tiempo esté tan involucrada con la tarea que no se dé cuenta de cosas importantes.
Por ejemplo, que está cansada y sin condiciones de trabajar más, ha olvidado una cita o reunión familiar o de amigos, tiene hambre o sueño, o que incluso está pasando por alto aspectos fundamentales de la tarea o cometiendo errores importantes.
En definitiva, cuando el trabajo supone una conducta que se hace de forma adictiva, no es consciente de las circunstancias que concurren a su alrededor, o de lo que le ocurre a sí mismo, y todo ello influye en sus resultados y en su bienestar, tanto laboral como personal.
Por este motivo, es relevante prestar atención y escuchar a las personas alrededor. En muchas ocasiones, son los propios compañeros de trabajo o seres queridos quienes se dan cuenta antes de la situación e intentan alertar.
¿Cómo superar la adicción al trabajo?
Si una persona se ha sentido identificada con los 5 datos anteriores o ha identificado algunas señales, no necesariamente todas, que indiquen que puede ser adicta al trabajo, y quiere mantener este comportamiento bajo control, a continuación se presentan 5 formas de conseguirlo:
Marcarse un horario para trabajar
Más tiempo de trabajo no significa mejores resultados.
A partir de unas horas determinadas de trabajo constante, que suelen depender de cada persona, un profesional ya no es capaz de rendir de forma óptima. Estará obteniendo peor calidad en el trabajo realizado durante ese tiempo extra invertido y, probablemente, cometiendo errores que en otro momento no cometería.
Es normal que un día puntual, o en un proyecto determinado, necesite invertir más tiempo del habitual. Lo importante es que no se convierta en hábito. Es recomendable marcarse un horario de inicio y fin de la jornada laboral, con sus correspondientes descansos cada vez que sea necesario. De esta manera, las condiciones serán las óptimas para sacar partido a la jornada de trabajo.
Ocupar el tiempo libre con otras actividades
Es aconsejable ocupar el tiempo libre con otras actividades de interés, y que durante los días laborales no se puedan realizar. Por ejemplo, ir al monte o a la playa, inscribirse en un equipo de un deporte, aprender a tocar un instrumento, a bailar o hablar un idioma nuevo.
Además, la actividad física o deporte fomentará que el cuerpo y la mente estén preparados para rendir al máximo en los momentos dedicados a trabajar.
Apagar las herramientas de trabajo fuera del horario laboral
La finalidad de este tipo de herramientas es ayudar y agilizar el trabajo. A no ser que se esté esperando, o que por algún motivo sea probable recibir una llamada o correo electrónico urgente, hay que acostumbrarse a mantener estas herramientas apagadas o, al menos, fuera del alcance (bolsillos, mesilla del dormitorio…), durante el tiempo libre.
Reservar tiempo para sí mismo y para descansar
Actividades como salir a correr, meditar o dedicar un rato a los pensamientos, escuchar música, dibujar o pintar, disfrutar de una siesta o ir al gimnasio, favorecerán que el cuerpo y la mente estén en forma, de cara a rendir en el trabajo de la mejor manera posible.
Disfrutar de la familia y personas allegadas
Si se ha vivido una etapa de adicción al trabajo, la persona se habrá dado cuenta de que hay personas a su alrededor que le reclaman, precisan de su compañía y le echan en falta.
Es precisamente de estas personas de las que más se debe disfrutar en el tiempo libre. Pueden ser amigos, familiares, hijos, que echan en falta la compañía, o incluso los propios compañeros de trabajo, que desean tomarse un café juntos.
Dedicarles tiempo y disfrutar de su compañía es sumamente valioso, pues así se forman los buenos recuerdos y se vive mejor.