¿Qué es el apego?
El apego es un vínculo emocional intenso, único y mantenido en el tiempo, que se desarrolla entre dos personas. Por lo general, se habla de este vínculo en el contexto de un niño y su cuidador principal, habitualmente su madre. Su principal objetivo es la búsqueda de seguridad, protección y consuelo ante la presencia de una amenaza.
La teoría del apego fue desarrollada por los psicólogos John Bowlby y Mary Ainsworth en la década de los 60. Según las observaciones de estos dos investigadores, existen cuatro tipos de vínculos de apego que pueden aparecer entre el niño y sus cuidadores: seguro, ansioso, evitativo y desorganizado.
La creación de uno u otro tipo de vínculo dependerá principalmente de la conducta mostrada por el cuidador, aunque también influirán otros factores, como el temperamento del niño o las circunstancias en las que se relacionen ambos. Cada uno de estos tipos de apego tiene unas características muy diferenciadas y fácilmente reconocibles.
El tipo de apego que desarrolle una persona en su infancia determinará en gran medida su personalidad en el futuro, así como el tipo de relaciones sentimentales que será capaz de formar durante su vida adulta.
Tipos de apego y cómo se forman
1. Apego seguro
El apego seguro se da en niños que muestran cierto malestar cuando su cuidador principal se aleja de ellos, pero que son capaces de confiar en él y saben que acabará regresando. Los pequeños que forman este tipo de vínculo se sienten protegidos por su figura de apoyo, y saben que pueden contar con ellos.
Los niños con apego seguro tienden a tener una mayor confianza en sí mismos, y exploran su entorno sin miedo, siempre y cuando su figura de referencia esté presente. En su vida adulta, serán más capaces de formar relaciones sanas a nivel emocional y de confiar abiertamente en otras personas.
¿Cómo se forma el apego seguro?
Según las investigaciones de Bowlby y Ainsworth, el factor más importante en la formación del apego seguro es la manera en la que responde la madre (o el cuidador principal) a las necesidades del niño durante su primer año de vida.
Si cuando el niño llora o tiene algún tipo de problema, la madre reacciona rápidamente y va a cuidarle o a intentar solucionarlo, es muy probable que se acabe formando un vínculo de apego seguro. Por el contrario, si esto no ocurre, lo más normal es que se desarrolle alguno de los otros tres tipos de apego.
2. Apego ansioso
El apego ansioso se produce cuando el cuidador principal no está disponible (ya sea física o emocionalmente) para hacerse cargo de las necesidades del niño.
Debido a ello, el pequeño desarrolla un patrón de conducta en el que desea el contacto con su figura de referencia, pero a la vez no confía en que esta situación se produzca.
Según las investigaciones, aproximadamente solo el 10 % de la población presentaría un patrón de apego ansioso. Sin embargo, esta cifra variaría en función de factores como el país o la época en la que se realicen los estudios.
Las consecuencias de desarrollar este tipo de apego son bastante negativas, y en general se mantienen en la vida adulta.
¿Cómo se forma el apego ansioso?
Los niños que desarrollan este tipo de vínculo con sus cuidadores tienden a tener padres que, por el motivo que sea, no les han mostrado un apoyo adecuado.
Esto puede darse de dos formas: o bien no han respondido a sus necesidades (por ejemplo, le ignoran cuando llora), o han interferido con sus conductas de exploración y búsqueda de independencia.
Así, los niños con apego ansioso aprenden rápidamente que no pueden contar con el apoyo de su madre o cuidador principal, pero tampoco se sienten capaces de valerse por sí mismos. Esto provoca todo tipo de problemas tanto en la infancia como durante la vida adulta de la persona.
3. Apego evitativo
El apego evitativo, al igual que el ansioso, también se produce cuando los cuidadores no responden adecuadamente a las necesidades del niño. Sin embargo, quienes desarrollan este patrón en sus relaciones muestran unas estrategias de afrontamiento totalmente distintas.
Así, estos niños aprenden que tienen que valerse por sí mismos, y, por lo tanto, no desarrollan un vínculo tan fuerte con sus cuidadores.
Sin embargo, esto les trae muchos problemas tanto en la infancia como en la vida adulta. Se cree que aproximadamente el 10% de la población muestra este patrón de apego.
¿Cómo se forma el apego evitativo?
Según las investigaciones, este vínculo de apego se desarrolla cuando los intentos del niño por crear una relación más profunda con sus cuidadores son ignorados por estos. Así, el pequeño siente que sus necesidades no van a ser cubiertas por sus padres, y aprende a no confiar en ellos ni en los demás.
Este patrón también puede formarse cuando el cuidador utiliza al niño para tratar de cubrir sus propias necesidades. Por ejemplo, si la madre se siente sola y usa a su hijo para que le haga compañía, este puede sentirse agobiado y tratar de evitar formar conexiones emocionales con otras personas.
4. Apego desorganizado
En un principio, Bowlby y Ainsworth solo hablaron de tres tipos de apego; pero pronto se dieron cuenta de que no todos los niños encajaban perfectamente en una de estas clasificaciones.
Investigaciones posteriores (tanto suyas como de otros psicólogos) mostraron que existía un cuarto patrón de relación que se daba de forma habitual.
Aunque no es tan común como los otros tres tipos, el apego desorganizado también tiende a darse con relativa frecuencia. Se caracteriza por ser una mezcla del estilo evitativo y el ansioso, mostrando los niños con este tipo de apego, conductas típicas de ambos.
¿Cómo se forma el apego desorganizado?
No está muy claro qué lleva a un niño a desarrollar este tipo de apego en contraposición a uno de los dos anteriores. Sin embargo, sí se sabe que, al igual que el evitativo y el ansioso, este patrón aparece cuando los cuidadores no son capaces de responder adecuadamente a las necesidades del niño.
Así, el pequeño aprende que no puede valerse por sí mismo y que necesita a sus padres, pero a la vez, también desarrolla cierta independencia de ellos y trata de ignorarles. Ambos tipos de conducta se van alternando a lo largo de su vida.
Referencias
- Attachment theory. Recuperado de simplypsychology.com.
- The Story of Bowlby, Ainsworth, and Attachment Theory. Recuperado de verywellmind.com.