La marihuana o cannabis sativa es una droga de abuso común cuyo principio activo es el THC (delta-9-tetrahidrocarbocannabinol). El THC que contiene se encuentra principalmente en los cogollos de la planta cannabis sativa, por lo que sus consumidores suelen consumir solo los cogollos triturados (“maría”), su polen (“polen”) o el polen prensado (“hachís”).
Las consecuencias de fumar marihuana son psicológicas y físicas: provoca tolerancia y adicción psicológica, efectos conductuales negativos, daños en el cerebro y otros que más adelante se describirán.
El registro escrito más antiguo conocido sobre el consumo de cannabis proviene del emperador chino Shen Nung en 2727 antes de cristo. Los antiguos griegos y romanos también estaban familiarizados con el cannabis, mientras que en Oriente Medio, el uso se extendió por todo el imperio islámico al norte de África. En 1545 se extendió al hemisferio occidental, donde los españoles lo importaron a Chile para su uso como fibra.
La marihuana, conocida como mota en algunos países de Latinoamérica, es una de las drogas de abuso más consumidas a pesar de ser ilegal en la mayoría de los países. Hoy en día hay un debate abierto sobre su legalidad, ya que muchos la consideran una droga blanda. De hecho, cada vez hay más países donde se considera legal su consumo, ya sea terapéutico o recreativo.
¿Produce daños la marihuana? ¿Es realmente una droga blanda? ¿Qué efectos secundarios físicos y mentales nocivos produce en nuestro organismo? ¿Y en nuestra conducta hay cambios notables antes y después? ¿Sirve para algo bueno?
[toc]
Datos sobre la marihuana
La marihuana suele consumirse fumando una mezcla de la sustancia con tabaco para facilitar su quema e inhalación. Esta forma de administración hace que los efectos se produzcan de manera casi instantánea, ya que el principio activo se absorbe a través de las venas capilares de los pulmones y alveolos, y llega rápidamente al corriente sanguíneo y al cerebro.
Una vez llega al sistema nervioso central, el THC se une a los receptores CB1 del sistema cannabinoide. La existencia de receptores para el THC en nuestro organismo es un indicador de que nuestro propio organismo genera sustancias de forma natural que se unen a estos receptores y provocan un efecto similar al del THC.
Las sustancias endógenas que se unen a este tipo de receptores son lípidos y los más conocidos son la anandamida y el 2-AG (2-araquidonilglicerol). Además del cannabis, existen otros productos o sustancias que contienen anandamidas que se unen a estos receptores, como es el caso del chocolate.
Además, el número de receptores cannabinoides en nuestro sistema nervioso central es mayor que el de cualquier otro neurotransmisor< en ciertas zonas del cerebro su número es hasta 12 veces mayor que el de los receptores de dopamina.
El sistema cannabinoide actúa sobre todo en el cerebelo, que rige la coordinación motora; en el tronco cerebral, que regula las funciones vitales; y en el estriado, el hipocampo y la amígdala, responsables de los movimientos reflejos, de la memoria y de la ansiedad respectivamente.
En la siguiente figura puede observarse la situación legal actual de la marihuana en todo el mundo:
El aumento del consumo de esta sustancia se debe, entre otros factores, a que cada vez hay más países que se suman a la legalización de su consumo y cultivo, ya sea recreativo o medicinal. En algunos países, como España, se ha discriminalizado el consumo de cannabis, es decir, los consumidores de marihuana ya no están mal vistos socialmente. De hecho, se conocen varios efectos terapéuticos en la salud.
Efectos y consecuencias de la marihuana
El consumo de la marihuana tiene varios efectos en el comportamiento y en la cognición, tanto a corto como a largo plazo:
Afecta al cerebro a corto plazo
El principio activo de la marihuana (THC) se une a los receptores cannabinoides, lo cual desencadena la liberación de dopamina del sistema de recompensa.
Todas las sustancias, acciones, objetos, etc. que puedan ser objeto de una adicción provocan este efecto.
Produce adicción psicológica
Debido al aumento de la liberación de dopamina en el sistema de recompensa, crea un efecto placentero que funciona como reforzador y hace que la persona que la consume sienta ganas de seguir tomándola.
No produce cambios cerebrales a largo plazo
A diferencia de otras drogas, como la heroína o la cocaína, no produce cambios cerebrales a largo plazo. Esto quiere decir que los cambios cerebrales descritos en el punto 1 son transitorios.
No produce adicción fisiológica
La adicción fisiológica se produce cuando el consumo prolongado de una sustancia produce cambios permanentes en el cerebro que crean un efecto de malestar cuando la persona lleva un tiempo sin consumir la sustancia (síndrome de abstinencia).
La marihuana no provoca este tipo de adicción, ya que no produce cambios cerebrales a largo plazo, de modo que las personas que consumen esta sustancia lo hacen para conseguir sus efectos positivos, no para paliar los efectos negativos de consumirla.
Puede producir efectos conductuales no deseados
Aunque no provoca cambios a largo plazo en el cerebro, los cambios cerebrales que provoca perduran durante un tiempo en el cerebro (aproximadamente 2 horas). Por lo tanto, si se consume marihuana con una alta frecuencia al cerebro no le da tiempo a recuperarse entre toma y toma.
Esto es lo que ocurre a algunos consumidores crónicos de grandes cantidades; en ellos el cerebro no llega a recuperarse y se produce el síndrome amotivacional. Este síndrome se caracteriza por una pérdida de interés y motivación para hacer cualquier cosa, incluso para practicar hobbies o hacer algo que la persona disfrutaba antes.
Provoca tolerancia
El cerebro se va acostumbrando a los cambios producidos por la marihuana y cada vez hacen falta dosis más altas de esta sustancia para que la persona note los mismos efectos, por lo tanto, va aumentando la dosis y la frecuencia, pudiendo llegar a convertirse en un consumidor crónico.
Efecto estimulante y sedante
Además de estos efectos, a bajas dosis puede provocar euforia, disminución de ciertos dolores (por ejemplo, oculares), disminución de la ansiedad, acentuación de la sensibilidad a los colores y a los sonidos, disminución de la memoria a corto plazo (recuerdos recientes), ralentización de los movimientos, estimulación del apetito y la sed y pérdida de conciencia del tiempo.
A altas dosis puede llegar a inducir pánico, delirium tóxico y psicosis.
Puede favorecer la aparición de enfermedades
El hecho de consumirla fumada mezclada con tabaco favorece la aparición de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Puede inducir esquizofrenia
El consumo de marihuana a edades tempranas -como la adolescencia- puede aumentar las probabilidades de desarrollar trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia.
Si embargo, para llegar a desarrollar esquizofrenia es necesario tener una predisposición genética y vivir en un determinado ambiente.
Por lo tanto, el mero hecho de consumir marihuana durante la adolescencia no puede provocar la esquizofrenia, pero sí puede inducirla en personas con predisposición genética y aumentar las probabilidades de sufrirla.
Propiedades terapéuticas
El cannabis presenta propiedades terapéuticas como ansiolítico, sedante, relajante, analgésico y antidepresivo.
Es recomendado en bajas dosis para numerosas enfermedades que causan dolor y ansiedad como la esclerosis múltiple, la fibromialgia, el dolor crónico o algunos tipos de cáncer.
Referencias
- Carlson, N. R. (2010). Drug Abuse. En N. R. Carlson, Physiology of behavior (págs. 614-640). Boston: Pearson.
- Sidney, S. (2002). Cardiovascular Consequences of Marijuana Use. Journal of Clinical Pharma, 42, 64S–70S.
- Stahl, S. M. (2012). Trastornos de la recompensa, abuso de drogas y su tratamiento. En S. M. Stahl, Psicofarmacología Esencial de Stahl (págs. 943-1011). Cambridge: UNED.
- United Nations Office of Drugs and Crime. (2015). Use of drugs in 2013 (or latest year available). Obtenido de UNODC.
- United Nations Office of Drugs and Crime. (2015). World Drug Report 2015. Obtenido de UNODC.