¿Qué es el speed?
El speed es una droga sintetizada a partir de sulfato de anfetamina que se consume por vía nasal (esnifada) u oral. Sus principales consecuencias son sensación de bienestar, incremento de la energía, el nivel de alerta y la activación, disminución de la sensación de cansancio, hambre y sueño, y una sobreactivación generalizada del estado mental.
El consumo de esta droga puede resultar altamente peligroso y reporta una serie de efectos muy negativos a largo y a corto plazo.
Esta droga pertenece a la familia de las fenetilaminas, es decir, forma parte del grupo de sustancias anfetamínicas. Su nombre científico es sulfato de anfetamina y se compone de forma sintética a partir de las sustancias de la anfetamina.
Las anfetaminas son fármacos naturales que al consumirse estimulan el sistema nervioso central. Las metanfetaminas, por su parte, son compuestos sintéticos a partir de esta sustancia que se fabrican con el objetivo de producir drogas de abuso.
El speed se hace en laboratorios y se comercializa de forma ilegal como droga recreacional. A pesar de poseer propiedades terapéuticas utilizadas en tratamientos de narcolepsia y del trastorno del déficit de atención con hiperactividad, su principal uso es en fiestas.
Consumo de speed
El speed se consume generalmente esnifado, lo que produce efectos más inmediatos, aunque también puede consumirse fumada y por vía oral e intravenosa.
La gente que la consume reporta incremento de energía, de buen humor, de la alegría, supresión de la sensación de cansancio y un estado generalizado de bienestar.
Sin embargo, también produce una sobrestimulación del cerebro que también puede generar síntomas desagradables, como náuseas, palpitaciones, mareos o dolores de cabeza. Asimismo, los riesgos de esta droga se acentúan cuando se consume de forma prolongada, abusiva o crónica.
Hay que tener en cuenta que el speed estimula de forma específica el sistema nervioso central y, a diferencia de la anfetamina, está sintetizado para producir efectos muy elevados.
De este modo, la droga sobrestimula el cerebro de forma incontrolada, por lo que puede producir daños cerebrales y alteraciones psicopatológicas con mucha facilidad. Por otra parte, tiene un elevado potencial adictivo, por lo que “engancharse” al speed es bastante sencillo si se consume de forma periódica.
Efectos del speed en la salud
- Intoxicación peligrosa. El consumo de speed puede acarrear consecuencias negativas con un solo consumo. Las repercusiones no aparecen únicamente con el uso prolongado de la droga, ya que una simple intoxicación puede ya tener consecuencias negativas. El speed sobrestimula el sistema nervioso central, por lo que cuando se consume la droga y llega al cerebro, puede modificarse enormemente el funcionamiento mental. Los principales síntomas negativos que puede producir el consumo de speed son las sensaciones de irritabilidad, hiperactividad, inquietud o agresividad. Estos síntomas suelen resultar molestos, pero sobre todo, constituir un grave peligro para la persona intoxicada. Estar sobreactivada, inquieta, hiperactiva o agresiva puede llevar a la persona a realizar conductas de riesgo que pueden comprometer su integridad física. Por otro lado, el consumo de speed también puede provocar alucinaciones, convulsiones o insomnio, síntomas que pueden resultar altamente peligrosos. Hay que tener en cuenta que la sobreactivación y la sobrestimulación que produce la droga también incrementa la frecuencia cardíaca, por lo que puede provocar palpitaciones, taquicardias, náuseas, dolores de cabeza o incluso la muerte.
- Psicosis tóxica anfetamínica. Este tipo de psicosis es una enfermedad mental muy parecida a la esquizofrenia, donde la persona padece un trastorno psicótico mediante el efecto directo del speed. Aunque esta condición no aparece en todos los casos, no hace falta que la persona consuma speed de forma prolongada durante años para padecer una psicosis tóxica anfetamínica. Normalmente, esta afección se caracteriza por los síntomas típicos de la esquizofrenia, como alucinaciones, delirios, desorganización en el pensamiento y conductas extravagantes, y remite cuando los efectos de la droga han desaparecido. Sin embargo, a veces esta psicosis puede desembocar en un trastorno psicótico puro, por lo que la psicosis se convierte en crónica.
- Crisis de ansiedad. Este trastorno se caracteriza por padecer estados súbitos de ansiedad extrema, donde la persona queda totalmente paralizada por el miedo. Las crisis de ansiedad, o ataques de pánico, aparecen de forma brusca e impredecible, y a partir de ellas el individuo experimenta miedo ante la posibilidad de que se repitan. Las crisis se presentan de forma repetitiva, por lo que la persona va padeciendo ataques de ansiedad impredecibles de forma constante. Durante el ataque, el individuo que lo padece puede presentar palpitaciones, sacudidas del corazón o aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de falta de aliento, sensación de ahogo, opresión, náuseas o mareos. Asimismo, puede padecer inestabilidad, aturdimiento o desvanecimiento, despersonalización, miedo a perder el control o a volverse loco, o miedo a morir, y vive la crisis como un momento extremadamente desagradable. Las alteraciones cerebrales que produce esta droga puede predisponer al consumidor crónico de speed a padecer crisis de ansiedad.
- Dependencia. El speed es un psicofármaco con un claro componente adictivo, por lo que la persona que toma esta droga puede engancharse a ella con relativa facilidad. Debido a la elevada liberación de dopamina (principal neurotransmisor de la adicción) en el cerebro a causa de la metanfetamina, el speed es una de las drogas más adictivas.
- Tolerancia. La tolerancia se refiere a la habituación que realiza el cuerpo y la mente al consumo de la droga. Cuando se consume speed por primera vez, posiblemente una dosis muy pequeña, ya se notan los efectos que causa la droga. Sin embargo, a medida que una persona va consumiéndola de forma regular, la tolerancia a la sustancia es mayor. Esto quiere decir que a medida que una persona consume mayores cantidades de speed, requiere dosis más elevadas para experimentar los efectos que anteriormente experimentaba con dosis más pequeñas. Además, la tolerancia no afecta solo los efectos gratificantes, sino también los efectos más negativos que provoca el no consumo de speed. Cuando una persona empieza a consumir esta droga de forma frecuente, su cerebro le pide la administración de speed cuando lleva un cierto tiempo sin consumirla. Al principio, estos deseos del cerebro consumidor pueden saciarse con dosis pequeñas y no muy frecuentes, pero a medida que se va consumiendo más y se incrementa la tolerancia, el cerebro cada vez requerirá mayores dosis de la sustancia.
- Depresión severa. El speed es una droga psicoestimulante del sistema nervioso central. La estimulación cerebral la realiza principalmente a través de un neurotransmisor conocido como dopamina, sustancia del cerebro que se encarga de conectar unas neuronas con otras. A pesar de que las funciones de la dopamina son múltiples, una de ellas destaca por encima de todas: la sensación de recompensa y placer. Este neurotransmisor es el componente principal que permite las sensaciones de placer y gratificación. La modificación de este neurotransmisor es el aspecto fundamental que explica la adicción que provoca el consumo de speed. No obstante, al modificar las sensaciones de placer de forma tan acusada como lo hace el speed, el estado de ánimo también puede verse altamente alterado. Al consumir speed el cerebro experimenta gratificación solo cuando se consumen elevadas cantidades de sustancias que producen una inmensa liberación de dopamina. Es muy probable que la dopamina que libera el cerebro al realizar actividades agradables sea demasiado baja, por lo que se puede empezar a no ser capaces de disfrutar de nada, disminuir la motivación y, al cabo del tiempo, desarrollar una depresión severa.
- Deterioro cerebral. El consumo reiterado de speed no solo modifica el funcionamiento de las sustancias del cerebro, también cambia y deteriora ciertas estructuras cerebrales. El consumo prolongado de speed afecta y deteriora de forma notoria partes del cerebro conocidas como núcleos del raffe. Esta región se encarga de realizar un gran número de funciones fisiológicas, y el consumo de speed de forma prolongada puede producir disfunciones en ellas. Las funciones fisiológicas son:
- Regulación del dolor.
- Regulación de la temperatura corporal.
- Ingesta de comida y bebida.
- Actividad motora.
- Control de la función cardiovascular.
- Contracción muscular, regulación de la actividad sexual.
- Procesos de memoria y aprendizaje.
- Deterioro de dientes, encías y uñas. El consumo de speed no provoca únicamente alteraciones a nivel mental, también puede deteriorar otras partes del cuerpo. En este sentido, los dientes, las encías y las uñas pueden verse claramente perjudicadas y presentar diversas alteraciones.
- Acné y cabello seco. En la misma línea del punto anterior, el consumo de speed suele ser nocivo para el desarrollo cutáneo y capilar. De este modo, la aparición de acné y la sequedad del cabello constituyen dos síntomas típicos que provoca el consumo de esta droga.
Referencias
- Becoña, E.I., Rodríguez, A.L. y Salazar, I.B. Drogodependencias 1. Introducción. Universidad de Santiago de Compostela.
- Cooper, J.R., Bloom, F.L. & Roth, R.H. The biochemical basis of neuropharmacology. Oxford University Press.
- Korenman, S.G., Barchas, J.D. Biological Basis of Substance Abuse. Oxford University press.
- Snyder, S.H. Drogas y Cerebro. Prensa Científica.
- Stahl, S.M. Psicofarmacologia esencial. Ariel.