Los estilos de vida saludables en adultos y niños están basados en una alimentación sana y equilibrada, en la actividad física frecuente y en evitar malos hábitos como fumar o beber alcohol.
Llevar una vida saludable es fundamental para mantenerte sano, prevenir enfermedades, ser productivo, feliz y mantener buenas relaciones con las personas cercanas. El estilo de vida no es solo la alimentación o el deporte, sino una forma de ver la vida.
Estilos de vida para tener una vida sana
1. Veganismo
El veganismo evita todos los productos de origen animal, como leche, huevos o miel. Para muchos, no es solo una opción de alimentación, sino una forma de vida que tiende a mejorar la salud, cuidar el medioambiente y proteger a los animales del maltrato y la explotación.
La dieta vegana incorpora una mayor cantidad de frutas y verduras frescas. De este modo, ayuda a reducir la presión arterial, a disminuir el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 y obesidad, entre otras enfermedades.
Sin embargo, el régimen vegano plantea ciertos desafíos. Cualquier dieta equilibrada debe aportar cantidad suficiente de todos los nutrientes necesarios para la buena salud del cuerpo, como proteínas, vitaminas y minerales.
Al no incluir productos de origen animal, una dieta vegana no bien controlada puede ser deficiente en hierro, proteínas y vitamina B12 a largo plazo, lo cual es perjudicial para la salud.
Si vas a seguir una dieta vegana, recuerda:
– Debes evitar consumir carbohidratos refinados en exceso.
– Lo mejor es incorporar frutas, verduras y cereales integrales en todas las comidas.
– Tomar un complemento alimenticio que incluya vitamina B12.
– Acompañar las comidas con una bebida de alto contenido en vitamina C (jugo de naranja natural, por ejemplo) para mejorar la asimilación de hierro.
– Consultar al nutricionista para planear una alimentación vegana saludable.
2. Ovo-lacto-vegetarianismo
Muchas personas eligen seguir una dieta vegetariana y no comen ningún tipo de carnes, pero incluyen en su alimentación algunos productos de origen animal, como lácteos o huevos. Es el régimen denominado “ovo-lacto-vegetariano” y también puede constituir un estilo de vida saludable.
La Academia de Nutrición y Dietética de los Estados Unidos y la Asociación de Nutricionistas de Canadá afirman que las dietas vegetarianas equilibradas y bien planificadas son saludables y proporcionan ciertos beneficios en la prevención y el tratamiento de algunas enfermedades.
Por ejemplo, según un estudio meta-analítico realizado en Japón, la dieta vegetariana es capaz de reducir la presión arterial en algunos casos, sin necesidad de utilizar medicación.
Además, diversas investigaciones científicas afirman que la dieta vegetariana también puede disminuir el riesgo de padecer diabetes, cáncer y obesidad, entre otras enfermedades. También es capaz de mejorar los niveles de glucosa en sangre en pacientes diabéticos.
La dieta ovo-lacto-vegetariana puede ser beneficiosa en muchos sentidos, siempre y cuando el plan alimenticio sea equilibrado y aporte los nutrientes necesarios.
Al igual que con el veganismo, lo mejor es siempre consultar a un nutricionista que ayude a planificar la dieta para evitar deficiencias nutricionales.
3. Flexitarianismo, la nueva opción
Las dietas basadas en productos de origen vegetal tienen muchos beneficios para la salud, pero no significa que haya que volverse vegetariano o vegano.
Hace poco tiempo surgió un nuevo vocablo que identifica los hábitos alimenticios que incluyen principalmente productos de origen vegetal, pero que ocasionalmente también permiten la ingesta de carne: es el flexitarianismo.
Sería como un semi-vegetarianismo o un vegetarianismo flexible. Es un régimen alimenticio basado principalmente en frutas, verduras, granos y legumbres, pero quienes lo siguen, ocasionalmente y con moderación, también incluyen pescado, carne de aves o carnes rojas.
Comer menos carne trae muchos beneficios. En general, todas las dietas equilibradas, basadas en productos vegetales, ayudan a tener un buen control del peso corporal y a evitar enfermedades crónicas.
Comer carne una o dos veces por semana será suficiente para darte el gusto si te apetece, manteniendo los beneficios de una dieta vegetariana.
4. Dieta omnívora
Una dieta omnívora también forma parte de un estilo de vida saludable, siempre que las proporciones entre los diferentes grupos de alimentos sean las correctas, y las porciones adecuadas para mantener un peso saludable.
Una dieta omnívora saludable incluye abundantes frutas y verduras frescas, y cereales integrales. También incluye, en cantidades moderadas, carnes, lácteos y huevos.
En este tipo de plan alimenticio debes limitar la cantidad de sodio, azúcares refinados, grasas saturadas y grasas trans.
5. Estilo de vida activo
El sedentarismo es otro de los grandes males de nuestros tiempos. Un estilo de vida saludable incluye actividad física regular y ejercicios.
La actividad física, como caminar, ayuda a prevenir una gran cantidad de enfermedades físicas y psicológicas, siempre y cuando se practique con regularidad.
La actividad física y el ejercicio ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, evita el sobrepeso y la obesidad y disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. También aporta beneficios psicológicos.
El ejercicio físico enérgico, practicado con regularidad, evita el estrés y la ansiedad, como lo demuestran diversos estudios científicos.
Mejora notoriamente la calidad de vida, al disminuir la tensión y aumentar la secreción de endorfinas, sustancias químicas que produce el cerebro y que provocan una sensación de bienestar general.
6. Ser precavido
Las tasas de muerte por accidentes de tránsito ocupan el tercer lugar de causas de muerte, aun en países desarrollados.
La mayor parte de ellos podrían ser evitados, pues se deben a errores humanos, como falta de atención o de precaución.
Si quieres tener un estilo de vida saludable, además de ser precavido al conducir (no manejes bajo los efectos del alcohol u otras drogas y respeta las normas de tránsito, en especial el límite de velocidad), también debes tomar precauciones en otras situaciones, como por ejemplo, al tener relaciones sexuales.
El principal problema al mantener relaciones sexuales sin protección, es sin duda la infección por HIV.
Según un informe de la OMS, actualmente 2.2 millones de personas están infectadas por HIV en Europa, pero aproximadamente la mitad no lo sabe.
Por eso, es sumamente importante usar un profiláctico al mantener relaciones sexuales, especialmente si no tienes pareja estable.
Ser precavido en todos los sentidos, también debe ser parte de un estilo de vida saludable.
7. Minimizar las emociones negativas
Tener una mente positiva también aporta grandes beneficios en la salud física y mental.
Las emociones negativas deben ser correctamente manejadas para tener una vida plena. Uno de los principales factores emocionales negativos de estos tiempos es el estrés.
El estrés excesivo baja las defensas y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades, además de hacernos sentir mal.
El estrés no solo puede tener efectos psicológicos y físicos directos, sino que también puede dirigirnos hacia un estilo de vida poco saludable.
Según ciertas investigaciones científicas, el incremento del estrés está asociado a un mayor consumo de drogas y alcohol, disminuyendo las conductas saludables.
Además, el estrés crónico puede aumentar la presión arterial, causar ansiedad, depresión y problemas cardíacos.
Para evitar el estrés, busca actividades recreativas que realmente te gusten y practica algún tipo de ejercicio de relajación (yoga, meditación, etc.).
Organiza correctamente tu agenda, trata de identificar los factores que te producen estrés y aléjate de ellos.
Por otro lado, si estás sintiendo emociones negativas (tristeza, angustia) que no te permiten sentirte bien en situaciones que antes disfrutabas, y si estas emociones negativas se prolongan en el tiempo y no desaparecen, entonces tal vez es momento de consultar a un profesional.
Realizar las consultas médicas necesarias y concurrir a la terapia que te recomienden los profesionales también puede ser parte de un estilo de vida saludable.