¿Qué es el falocentrismo?
El falocentrismo es la idea de que el falo, u órgano sexual masculino, es el centro de la cultura humana y de la organización del mundo social. Fue un concepto elaborado, entre otros, por el filósofo francés Jacques Derrida (1930-2004), reconocido por su trabajo sobre el deconstruccionismo, referido al estudio del lenguaje y su estructura.
Antes de Derrida, el neurólogo y psicoanalista Ernest Jones (1879-1958), en 1927, acuñó el término, en el marco de un debate que mantuvo con Sigmund Freud (1856-1939) a propósito de la etapa fálica durante el desarrollo de la infancia.
El falocentrismo remite a la teoría que Sigmund Freud desarrolló acerca de la sexualidad femenina, según la cual, la líbido o energía sexual presente en el inconsciente es de carácter masculino.
En esta teoría, el falo es el referente de la sexualidad, es decir, que esta se orienta y gira en torno a él. Es a partir del falo que se produce la diferenciación de los sexos entre hombres y mujeres, y mediante la cual se produce una relación asimétrica entre ellos.
Se cuestiona incluso la existencia del sexo femenino, ya que desde la teoría psicoanalítica se concluye que solo hay un sexo, el masculino, siendo la mujer definida como un varón sin sexo, es decir, como castrada.
Es el hombre quien posee el falo (pene) y la mujer quien aparece como quien no lo tiene, y lo envidia. De allí que tanto el falo como su portador se coloquen en el centro de las explicaciones sobre el desarrollo psíquico y sexual humano.
Falocentrismo: primacía de lo masculino, ¿inexistencia de lo femenino?
La crítica de Jacques Derrida hacia la teoría lacaniana radica en que, según esta, el niño debe entrar al mundo del lenguaje para convertirse en un sujeto hablante. Lo que resalta Derrida es que el lenguaje y la sociedad están basados en ideales masculinos o machistas, que humillan y esclavizan la feminidad. Estos valores o ideales se pueden rastrear hasta la Prehistoria.
El falocentrismo hace referencia a la existencia de un privilegio de lo masculino sobre lo femenino. Estos ideales fueron incorporándose al inconsciente colectivo, provocando una generalización del género masculino.
Esto puede verse no solo en el lenguaje utilizado a diario, sino también en la mirada que tuvo la sociedad hace muchísimos años, y que mantiene actualmente para con la mujer, aunque notablemente en menor medida.
Basados en la desigualdad y dominación de las mujeres por los hombres, estos pensamientos tienen como idea central la inferioridad del sexo femenino sobre el masculino.
Desde la mirada social, las mujeres son vistas de forma peyorativa: las mujeres son menos capaces de realizar las mismas actividades que pueden hacer los hombres.
Desde esta perspectiva, también la mujer es vista como un objeto. Un objeto sexual para los hombres, siendo su tarea primordial la de satisfacer el deseo masculino.
De este modo se creó una sociedad basada en el sometimiento de la mujer. Poco a poco, sus deseos fueron considerándose cada vez menos hasta desaparecer, dejando de tener relevancia y limitándose a tener que satisfacer los deseos del hombre.
El deseo femenino quedó entonces anulado, debiendo la mujer reprimir sus propios deseos. Esto provocó una restricción en su desarrollo sexual, lo cual produce efectos a nivel psíquico y somático.
El falocentrismo desde la mirada femenina
Ante una mirada sociocultural donde el falo aparece como único referente válido, las mujeres comenzaron a revelarse.
En diversas partes del mundo, frente a una cultura y una sociedad machistas, se desarrollaron movimientos feministas a partir de los cuales el concepto de falocentrismo obtuvo una calificación negativa, que remitía a una forma de poder y dominio basada en la desigualdad entre hombres y mujeres.
En una sociedad donde prima el pensamiento falocéntrico, se ve a la mujer no como un ser independiente distinto al hombre, con género propio, sino que se la mira sobre la base de su relación con el hombre, remarcando la desigualdad y diferencia entre ambos sexos.
De este modo, la mujer aprende a sentirse, conocerse y verse a través de la mirada del hombre, desvalorizando y despreciando su propio cuerpo.
Feminismo
La mujer aparece con un rol pasivo, y de ahí el dominio del hombre sobre ella. Ahora bien, hay una sexualidad que no es falocéntrica, sino femenina, y esta es la premisa que lleva como estandarte el feminismo.
El feminismo es un movimiento cultural, político y social que tiene como objetivo principal liberar a la mujer del sometimiento masculino, llevado a cabo desde hace milenios y por casi todas las sociedades humanas.
Dicho movimiento cuestiona la violencia ejercida hacia las mujeres a lo largo de la historia, el dominio y el poder de los hombres sobre ellas, reclamando la igualdad de derechos.
Desde esta perspectiva, el falocentrismo ha sido denunciado por afectar la sexualidad femenina y la integridad psíquica de la mujer. Ha sido visto como una de las representaciones más crueles de la superioridad del poder masculino, que excluye a la mujer y niega todo aquello que represente lo femenino.
Estos movimientos feministas han obtenido logros significativos. Entre ellos, la mujer aparece con más libertades para elegir su formación, el estilo de vida que quiere vivir o explorar y satisfacer su propia sexualidad.
La mujer ha logrado también tener voz y voto, el poder de decidir, el cual antes se veía reprimido por el poder del hombre ejercido sobre ella. Ha logrado incluso que, a medida que se acrecienta su poder, disminuya el del hombre.
El feminismo busca, a través de sus prácticas culturales, tener más representación y producir un cambio en la sociedad. En la actualidad es indudable que el poder conferido a la mujer ha ido en una escala creciente.
El cambio de lugar y de función que ha logrado respecto a esa mirada falocéntrica, aún dista mucho de una igualdad de condiciones, pues en muchas partes del mundo aún existen millones de mujeres sometidas a la voluntad masculina.
Referencias
- Nash, J. Psychoanalysis and Psychotherapy. Retrieved from psychoanalysis-and-therapy.
- Oh, J. S. A Study of Kristeva and Irigaray’s Critiques on Phallogocentrism. Recuperado de cerebration.com.