¿Qué es la ansiedad en niños?
La ansiedad en niños consiste en la aparición de una intensa sensación de malestar sin un motivo objetivo que lo justifique, acompañada de sentimientos de aprensión y pensamientos reiterativos. Esto hace que los niños cambien su comportamiento, y se alteren los procesos de sueño, alimentación y el estado de ánimo.
Estas alteraciones psicológicas se presentan con mayor frecuencia durante la infancia. Recientes estudios han demostrado que las tasas de prevalencia de este tipo de problemas psicológicos en niños se situaría entre el 9 y el 21%.
Tipos de trastornos de ansiedad en niños y síntomas
Trastorno de ansiedad de separación
Según algunos estudios, este es el trastorno de ansiedad más prevalente durante la infancia. La ansiedad por separación se presenta cuando el niño muestra un miedo o angustia excesivos cuando tiene que separarse de sus padres o de sus cuidadores.
El desagrado al separarse de sus padres suele ser un fenómeno habitual entre los niños, por lo que se considera como una respuesta normal durante los primeros meses de vida.
No obstante, a partir de los 3-4 años, el niño ya tiene capacidad cognitiva como para entender que separarse de sus padres no significa perderlos para siempre, por lo que la ansiedad excesiva en la separación a partir de estas edades configura una alteración psicológica.
Más concretamente, los niños que padecen trastorno de ansiedad de separación suelen experimentar los siguientes síntomas cuando se distancian de sus padres:
- Preocupación o malestar excesivos al separarse.
- Miedo irracional a perder a los padres o a que les suceda algo malo.
- Resistencia a ir a sitios sin sus padres.
- Resistencia a estar solos.
- Tener pesadillas repetidas sobre raptos, accidentes o pérdida de sus padres.
- Síntomas somáticos: dolores abdominales, vómitos, náuseas, palpitaciones, temblor o vértigos.
Trastorno por hipersensibilidad social en la infancia
La característica principal de este trastorno es la tendencia a preocuparse o sufrir en exceso por lo que los demás, incluidas las personas desconocidas, puedan pensar o decir sobre el niño.
A pesar de que el contacto con desconocidos suele ser una situación no muy agradable para la mayoría de los niños, en el trastorno por hipersensibilidad social en la infancia el niño experimenta niveles anormalmente elevados de ansiedad cuando se encuentra en esta situación.
La ansiedad que experimenta en estas situaciones le conduce sistemáticamente a evitar el contacto con desconocidos e interfiere notablemente en su vida social.
El trastorno por hipersensibilidad social no se definiría por la timidez o la ausencia de predisposición a relacionarse con desconocidos, sino en experimentar un estado en el que queda totalmente aturdido y gobernado por sus sensaciones de ansiedad cuando el niño se ve expuesto a estas situaciones.
Este trastorno suele aparecer al inicio de la escolarización y a menudo se combina con un elevado deseo de tener relaciones personales con los familiares y amigos, manifestando muchos comportamientos de afecto y apego hacia estas personas.
Trastorno de ansiedad fóbica
Tal y como específica el manual de diagnóstico CIE-10, el trastorno de ansiedad fóbica constituye una psicopatología específica de la infancia.
Los miedos son una manifestación normal durante la niñez. Por ejemplo, muchos niños pueden experimentar temores o ansiedades durante el sueño o al irse a dormir.
Durante estas situaciones en las que los niños manifiestan miedos y temores, pueden sufrir ilusiones perceptivas. Por ejemplo, errores de reconocimiento de un estímulo real, al percibir el abrigo colgado detrás de la puerta de la habitación como un monstruo cuando hay poca luz.
Sin embargo, estos miedos se consideran normales y no constituyen un trastorno de ansiedad.
Hablamos de fobias cuando los miedos irracionales ante determinadas situaciones y objetos se acompañan de una evitación del estímulo que causa el miedo, provoca muchísima ansiedad e interfiere en el funcionamiento diario del niño.
Este tipo de fobias incluyen miedos a los animales, a los rayos, a la oscuridad, a volar, a ir al médico o a espacios cerrados.
Trastorno de evitación escolar
En este trastorno, el niño experimenta un temor irracional a la escuela, lo que produce una evitación sistemática de estas situaciones y, por lo tanto, un absentismo a clase total o parcial.
Normalmente, la aparición de este trastorno suele ser gradual, el niño no empieza a evitar por completo la escuela de golpe. Suele afectar a niños de entre 11 y 14 años, aunque se puede presenciar ya en niños mucho más pequeños.
En general, la falta de asistencia a la escuela por miedo y desagrado a esas situaciones suele ser un indicativo suficiente como para considerar la posibilidad de que el niño esté sufriendo un trastorno de ansiedad y remitirlo a servicios de salud mental.
Fobia social
La fobia social suele presentarse en adolescentes y se caracteriza por experimentar una ansiedad excesiva relativa a la posibilidad de decir algo o actuar de una forma determinada que pueda resultar humillante o vergonzante.
El adolescente empieza a evitar realizar cualquier actividad delante de otras personas por la ansiedad excesiva que presenta en esas situaciones y el temor que tiene a ser avergonzado delante de los demás.
Acciones como hablar, comer, escribir, ir a fiestas o hablar a figuras de autoridad suelen temerse enormemente, hasta el punto de que la persona es incapaz de realizarlas.
Trastorno de ansiedad generalizada
La ansiedad generalizada se caracteriza por un nerviosismo y una ansiedad excesiva, pensamientos de preocupación extremos y descontrolados que se presentan la mayor parte del día, durante varias semanas.
Las preocupaciones suelen girar en torno a un gran número de aspectos y suelen acompañarse de síntomas físicos como taquicardia, sudoración, sequedad de boca, temblores, etc.
La ansiedad se presenta de una forma generalizada y constante, y no está restringida a una situación particular. Se preocupan por los deberes, los exámenes o las clases, pero también por el trayecto del colegio a la casa, por la hora del recreo, por el almuerzo, por los cumpleaños, por la guerra, por la destrucción del mundo o por el futuro.
Todo esto hace que el niño no se concentre en las clases, lo que aumenta a su vez la ansiedad. Hace difícil que se relaje y se divierta, y les cuesta mucho tranquilizarse.
Trastorno de pánico
El trastorno de pánico son ataques de ansiedad repentinos e inesperados. Son episodios de miedo extremo que empiezan de forma brusca y provocan síntomas como miedo a morir o perder el control, palpitaciones, sensación de ahogo, sudoración excesiva, temblores, mareos, náuseas y otros signos físicos de ansiedad.
Son más frecuentes entre los adolescentes que en los niños menores.
Causas de la ansiedad en niños
Los problemas de ansiedad se explican hoy en día desde el modelo causal de vulnerabilidad y estrés. Según este modelo, los niños que sufren este tipo de alteraciones psicológicas presentarían una serie de factores predisponentes o de riesgo para padecer un trastorno de ansiedad.
No obstante, el trastorno no se manifestaría hasta la aparición de un factor ambiental detonante de la ansiedad.
Los factores que pueden estar involucrados con los trastornos de ansiedad en la niñez serían:
- Factores genéticos y constitucionales.
- Temperamento y carácter del niño.
- Estilo educativo y de cuidado por parte de los padres.
- Acontecimientos vitales estresantes.
- Ambiente social desfavorable.
Tratamiento
El tratamiento de la ansiedad suele albergar tanto intervenciones psicosociales como intervenciones psicofarmacológicas. No obstante, en niños se suele recurrir a los medicamentos solo en casos muy graves, que necesitan una cierta estabilización antes de empezar con la psicoterapia.
Por lo general, los tratamientos de psicoterapia suelen incluir:
Tratamiento para disminuir la respuesta fisiológica
- Ejercicios de relajación.
- Ejercicios de dramatización.
- Aumento de actividades agradables para el niño.
Mejorar la respuesta afectiva del niño
- Aumento de autoconfianza.
- Aumento de autoestima.
- Intervención en posibles problemas afectivos.
Tratamiento cognitivo
- Cambiar el estilo cognitivo de considerar la situación como algo amenazante.
- Establecer una conexión entre ansiedad y pensamiento de modo entendible para el niño.
- Psicoeducar al niño, de tal modo que sea capaz de atribuir sus emociones a él mismo y no al ambiente o a agentes externos, para que vea que es él quien crea sus propios sentimientos.
- Cambiar frases de “esta situación me pone nervioso” a “yo me pongo nervioso a mí mismo en esta situación”.
- Provocar sentimientos de ansiedad en una situación natural para hacer conscientes los pensamientos de miedo y su relación con las emociones.
Mejorar la conducta que evita el niño
- Exponer al niño a las situaciones temidas para poder trabajar su ansiedad en contextos reales.
- Enseñar al niño a controlar su ansiedad al exponerlo a las situaciones temidas.
- Entrenar al niño en estrategias de afrontamiento específicas de la situación temida.
- Desarrollar la autoobservación de los antecedentes, la conducta y los pensamientos mediante registros de conducta en las situaciones temidas.
Psicoeducación de los padres del niño
- Enseñar a los padres cómo deben responder a la ansiedad del niño.
- Enseñarles a no dañar la autoestima del niño debido a sus problemas de ansiedad.
- Enseñarles a no aceptar como válidos los pensamientos ansiosos del niño.
- Enseñarles a ofrecer espacios de calma y tranquilidad al niño.
Referencias
- Beck, A.T., Emery, G. Anxiety Disorders and Phobias. A cognitive perspective. New York: Basic Books.
- Schaefer C. Innovative Psychotherapy Techniques in Child and Adolescent Therapy. New York: John Wiley & Sons.