¿Qué son las categorías taxonómicas?
Las categorías taxonómicas son el conjunto de niveles que permiten organizar de manera jerárquica a los seres orgánicos. Estas categorías incluyen dominio, reino, filo, clase, orden, familia, género y especie. En algunos casos, existen categorías intermedias entre las principales.
El proceso de clasificación de los seres vivos consiste en analizar la manera en que se distribuyen ciertos caracteres informativos entre los organismos, para poderlos agrupar en especies, las especies en géneros, estos en familia, y así sucesivamente.
Sin embargo, existen inconvenientes relacionados con el valor de los caracteres usados para la agrupación y qué se quiere reflejar en la clasificación final.
Actualmente, existen unas 1.5 millones de especies que han sido descritas. Los biólogos calculan que el número podría sobrepasar los 3 millones fácilmente. Otros investigadores opinan que el estimado supera los 10 millones.
Con esta diversidad abrumadora, es importante contar con un sistema de clasificación que le otorgue el orden necesario a este caos aparente.
Categorías taxonómicas básicas
En la taxonomía, se manejan ocho categorías básicas: dominio, reino, filo, clase, orden, familia, género y especie. Las divisiones intermedias entre cada categoría son utilizadas con frecuencia, como por ejemplo, los subphyla, o bien las subespecies.
A medida que bajamos en la jerarquía, el número de individuos en el grupo disminuye, y las similitudes entre los organismos que la forman, aumentan. En algunos organismos se usa de manera preferencial el término división, y no phylum, como es el caso de las bacterias y las plantas.
Cada grupo de esta jerarquía se conoce como taxón, plural taxa, y cada uno tiene un rango y un nombre particular, como la clase Mammalia o el género Homo.
Los seres orgánicos que poseen ciertas características básicas en común, son agrupados en un mismo reino. Por ejemplo, todos los organismos pluricelulares que contienen clorofila se agrupan en el reino de las plantas.
Así, los organismos se van agrupando de manera jerárquica y ordenada con otros grupos similares en las categorías mencionadas.
Especie
Para los biólogos, el concepto de especie es fundamental. En la naturaleza, los seres vivos aparecen como entidades discretas. Gracias a las discontinuidades que observamos –ya sea en términos de la coloración, el tamaño, u otras características de los organismos– permiten la inclusión de ciertas formas en la categoría de especie.
El concepto de especie representa la base de los estudios de diversidad y evolución. A pesar de que es ampliamente usado, no existe una definición que sea aceptada de manera universal y que se ajuste a todas las formas de vida que existen.
El término procede de la raíz latina specie y significa “conjunto de cosas a las que conviene una misma definición”.
Conceptos de especie
Actualmente, se manejan más de dos decenas de conceptos. La mayoría de ellos difieren en muy pocos aspectos y son poco usados. Por esto describiremos los más relevantes para los biólogos:
– Concepto tipológico: utilizado desde los tiempos de Linneo. Se considera que, si un individuo se ajusta lo suficiente a una serie de características esenciales, se designa a una especie en particular. Este concepto no considera aspectos evolutivos.
– Concepto biológico: es el más usado y ampliamente aceptado por los biólogos. Fue propuesto por el ornitólogo E. Mayr, en 1942, y lo podemos enunciar de la siguiente manera: “las especies son grupos de poblaciones actual o potencialmente reproductoras que están reproductivamente aisladas de otros grupos similares”.
– Concepto filogenético: fue enunciado por Cracraft en 1987 y propone que las especies son “el mínimo cluster de organismos, dentro del cual hay un modelo parental de ancestro y descendiente, y que es diagnosticablemente distinto de otros clústeres similares”.
– Concepto evolutivo: en 1961, Simpson define una especie como: “un linaje (un ancestro-descendiente secuencia de poblaciones) que evoluciona separadamente de otros y con su propio papel y tendencias en la evolución”.
Nombres de las especies
A diferencia de las demás categorías taxonómicas, las especies tienen una nomenclatura binomial o binaria. Formalmente, este sistema fue propuesto por el naturalista Carlos Linneo.
Como el término “binomial” lo indica, el nombre científico de los organismos está compuesto de dos elementos: el nombre del género y el epíteto específico. Podríamos pensar que cada especie tiene su nombre y apellido.
Por ejemplo, nuestra especie se denomina Homo sapiens. Homo corresponde al género, y se escribe con mayúscula, mientras que sapiens es el epíteto específico y la primera letra es minúscula. Los nombres científicos están en latín, por lo que deben escribirse en cursivas o subrayados.
En un texto, cuando se menciona una vez el nombre científico completo, las nominaciones sucesivas las encontraremos con la inicial del género seguido del epíteto. En el caso de Homo sapiens, será H. sapiens.
Ejemplos de categorías taxonómicas
Nosotros, los humanos, pertenecemos al reino animal, al phylum Chordata, a la clase Mammalia, al orden Primates, a la familia Homidae, al género Homo y a la especie Homo sapiens.
De la misma forma, cada organismo puede ser clasificado usando dichas categorías. Por ejemplo, la lombriz de tierra pertenece al reino animal, al phylum Annelida, a la clase Oligochaeta, al orden Terricolae, a la familia Lumbricidae, al género Lumbricus y, finalmente, a la especie Lumbricus terrestris.
¿Por qué son importantes las categorías taxonómicas?
Establecer una clasificación coherente y ordenada es vital en las ciencias biológicas. Alrededor del mundo, cada cultura establece un nombre común para las distintas especies que son frecuentes dentro de la localidad.
Asignar nombres comunes puede resultar de mucha utilidad para referirse a cierta especie de animal o planta dentro de la comunidad. No obstante, cada cultura o región asignará un nombre diferente a cada organismo. Por ello, a la hora de comunicarse entre sí, existirán problemas.
Para solventar este inconveniente, la sistemática otorga una manera fácil y ordenada de llamar a los organismos, permitiendo la comunicación efectiva entre dos personas que se refieran a un mismo animal o planta, con un nombre específico y particular.
Referencias
- Freeman, S., & Herron, J. C. (2002). Análisis evolutivo. Prentice Hall.
- Futuyma, D. J. (2005). Evolution. Sinauer.
- Reece, J. B., Urry, L. A., Cain, M. L., Wasserman, S. A., Minorsky, P. V., & Jackson, R. B. (2014). Campbell Biology. Pearson.
- Roberts, M. (1986). Biology: a functional approach. Nelson Thornes.