Para prevenir el Parkinson se pueden establecer ciertas pautas, aunque la efectividad no es total. Llevar un estilo de vida sano -dieta, ejercicio físico- y la detección temprana son dos de los elementos más importantes.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo del sistema nervioso central que afecta principalmente al movimiento. Esta patología tiene un curso crónico y posee causas desconocidas, así como un componente genético importante. Debido a estas características, hoy en día resulta complicado establecer cuáles son las pautas que hay que seguir para evitar la aparición del Parkinson.
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso, dañando a las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra. La función más importante que realizan este tipo de neuronas es el control de los movimientos. El principal síntoma de esta enfermedad radica en la alteración de los movimientos voluntarios de las extremidades del cuerpo, es decir, de los brazos y las piernas.
Pero ojo, esto no significa que esta enfermedad se limite a las alteraciones de los movimientos, ya que las zonas cerebrales que se va deteriorando en el Parkinson realizan muchas otras funciones, por lo que se puede presentar un mayor número de síntomas.
Fallos de memoria, disfunciones cognitivas, intelectuales, demencia, alteraciones del estado de ánimo, depresión, trastornos del sueño y, en los peores casos, alucinaciones, delirios o pérdida de control de los impulsos pueden aparecer con frecuencia en las personas con Parkinson.
Las patologías neurodegenerativas son hoy en día un misterio para el mundo de la ciencia y, a pesar de los múltiples avances que se han producido durante los últimos años, todavía no se conocen cuáles son sus causas.
No obstante, existen muchas investigaciones acerca del origen de la enfermedad que tienen como objetivo adquirir un mayor conocimiento del Parkinson, establecer tratamientos para su cura y delimitar estrategias para prevenir su aparición.
Consejos para prevenir el Parkinson
1- Alimentos protectores
Las investigaciones acerca de estrategias y actividades que permitan prevenir la enfermedad de Parkinson son muy numerosas.
En este sentido, a pesar de que hoy en día no existen tratamientos que puedan prevenir por completo la aparición del trastorno, sí que se poseen evidencias que permiten establecer ciertas pautas.
Uno de los factores importantes que se han detectado en el desarrollo del Parkinson es el proceso de estrés oxidativo de las células. El estrés oxidativo es una actividad normal que realizan todas las células del cuerpo y que permiten el desarrollo del organismo.
Sin embargo, ciertas alteraciones o excesos en estos procesos puede provocar un incremento de la muerte de células (en este caso neuronas, ya que el Parkinson afecta a las células del cerebro) y aumentar las probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
Llevar a cabo una dieta rica en antioxidantes naturales previene las alteraciones de estrés oxidativo y, por lo tanto, pueden resultar estrategias eficaces para reducir la probabilidad de aparición del Parkinson.
Los principales alimentos que puede prevenir el trastorno son:
- Té verde: investigaciones realizadas por el doctor Baolu Zhao indican que los polifenoles del té verde protegen las neuronas de dopamina (las neuronas afectadas en el Parkinson), por lo que su consumo puede prevenir la aparición de la enfermedad.
- Alimentos ricos en vitamina E: la vitamina E es la sustancia con mayor poder antioxidante, por lo que estos alimentos pueden resultar beneficiosos para prevenir la enfermedad. Las grasas de origen vegetal, las semillas de girasol, las avellanas y las almendras son los alimentos más ricos en vitamina E.
- Alimentos ricos en vitamina C: al igual que la vitamina E, esta también tiene un elevado poder antioxidante. Las naranjas, los limones u otros cítricos pueden proteger el desarrollo cerebral y prevenir el Parkinson.
- Gingko Biloba: es una hierba que resulta especialmente beneficiosa para el cerebro ya que ayuda a incrementar su circulación sanguínea. El aumento de circulación incrementa la producción de células y, por lo tanto, previene la degeneración neuronal.
2- Dieta equilibrada
Más allá de los alimentos que se han comentado anteriormente, prevenir la enfermedad de Parkinson requiere un cuidado global del organismo. En este sentido, consumir de forma periódica esos alimentos que pueden resultar protectores para el desarrollo de la patología no suele ser suficiente.
Si realizamos una dieta muy rica con los cuatro alimentos mencionados (te verde, alimentos con vitamina E y C y gingko biloba) pero acompañada de productos poco sanos, la dieta no será saludable y probablemente la alimentación no permita cuidar las regiones cerebrales.
Muchos casos de Parkinson pueden estar originados por otras enfermedades o afecciones. En este sentido, las alteraciones que afecta al funcionamiento cerebral y neurológico suelen ser los más relevantes.
Las patologías vasculares pueden originar lo que se conoce como parkinsonismo aterosclerótico o parkinsonismo arterioesclerótico.
De este modo, llevar una dieta equilibrada baja en grasas y sin excesos de azúcares y sales prevendrá al organismo de padecer accidentes cerebrovasculares y de predisponer las regiones cerebrales a la enfermedad de Parkinson.
3- Realizar actividad física frecuentemente
Realizar actividad física de forma frecuente puede ayudar a prevenir la enfermedad de Parkinson a través de dos vías distintas. Por un lado, el ejercicio mejora la salud, por lo que las probabilidades de contraer enfermedades o alteraciones que puedan asociarse al Parkinson disminuyen.
La aparición de esta enfermedad puede responder a múltiples causas y orígenes distintos, sin embargo, siempre que promocionamos la salud prevenimos la aparición de las enfermedades, incluyendo el Parkinson.
Por otro lado, realizar actividad física de forma frecuente puede resultar un componente especialmente relevante a la hora de proteger el síntoma principal de este trastorno, es decir, la alteración de los movimientos.
El ejercicio de por sí, requiere la realización de movimientos continuos, por lo que cuanta más actividad física que haga, mayores beneficios tendremos tanto en las distintas regiones corporales como en las zonas cerebrales que controlan el movimiento.
Estas son las zonas del cerebro que se ven principalmente afectadas en el Parkinson, por lo que cuanta mayor actividad le demos a ese grupo de neuronas, menores serán las probabilidades de que empiecen a degenerarse.
4- Estilo de vida saludable
Finalmente, para terminar con la promoción de salud, es importante llevar a cabo un estilo de vida saludable. Este concepto involucra los dos conceptos anteriores (alimentación y ejercicio), así como la evitación de conductas nocivas para la salud.
El consumo frecuente de alcohol puede ser un factor de riesgo importante en el desarrollo de Parkinson, por lo que para prevenir esta enfermedad resulta relevante evitar el consumo excesivo de esta sustancia.
Así mismo, tener una vida activa, tanto física como mental, puede ayudar a proteger al organismo del desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
5- Consumir café
Tanto el café como el tabaco son dos sustancias que han generado cierto debate respecto al desarrollo del Parkinson y otras patologías neurodegenerativas.
En el caso del Parkinson, se ha establecido el déficit de producción de neuronas dopaminérgicas como el principal factor endógeno que explican la aparición de los síntomas de la enfermedad.
El café y el tabaco estimulan la producción de esta sustancia, la dopamina, por lo que se han postulado como sustancias neuroprotectoras.
No obstante, tanto el café como la cafeína pueden originar otras alteraciones físicas que pueden predisponer la aparición de Parkinson, por lo que su papel como factores preventivos presenta cierta dudas.
6- Detección temprana
Uno de los aspectos más relevantes que determinan la evolución de la enfermedad es la detección temprana de esta.
A pesar de que el Parkinson constituye una patología crónica e irreversible, tanto si se detecta el primer día como el último, se ha demostrado una relación positiva entre detección temprana y mejor evolución de la enfermedad.
7- Tratamiento precoz
El punto anterior se explica porque, si el tratamiento farmacológico se inicia en los primeros momentos de la enfermedad, la evolución de la enfermedad será más lenta, los síntomas tardarán más en aparecer y, por lo general, la persona que padece Parkinson tendrá una mejor calidad de vida durante más tiempo.
En cuanto se diagnostica la enfermedad, a pesar de no presentar síntomas claros, es muy relevante empezar el tratamiento para el Parkinson.
8- Estimulación cognitiva
Finalmente, hay que tener en cuenta que el Parkinson no se limita a sus síntomas más típicos , suele propiciar fallos cognitivos y muy a menudo puede originar una demencia.
Realizar actividades de estimulación cognitiva para ejercitar la memoria, la lectura, o el cálculo resultan muy importante para prevenir estos síntomas y evitar la aparición de síndromes demenciales.
Causas del Parkinson
Para conocer los tratamientos y las estrategias que permiten curar o prevenir una enfermedad, es imprescindible conocer tanto las causas como el desarrollo de la patología. Si no se conocen los factores etiológicos de una alteración, resulta prácticamente imposible determinar qué se puede hacer para que esta remita.
En el caso del Parkinson, estos aspectos recaen en una cuestión principal: ¿Qué sucede para que ciertas regiones del cerebro empiecen a degenerarse? O dicho de otra forma: ¿Qué factores causan la aparición del Parkinson?
Esta pregunta, hoy en día no tiene una respuesta clara, hecho que explica que todavía no existan tratamientos que permitan remitir esta enfermedad. Sin embargo, que no estén clarificados los factores que delimitan la aparición de la enfermedad, no significa que no se conozca nada sobre la etiología del Parkinson.
De hecho, se han descubierto factores que parecen jugar un papel importante en el desarrollo de la patología y, a pesar de no explicar en su totalidad su aparición, han permitido establecer algunos tratamientos eficaces y sugerir estrategias preventivas.
Las principales causas del Parkinson son:
Factores genéticos
La comunidad científica ha identificado varias mutaciones genéticas que se asocian a la enfermedad de Parkinson.
El desarrollo del gen alfa-sinucleína parece ser uno de los factores principales del trastorno, aunque no es el único que se ha detectado.
De este modo, el estudio de genes del Parkinson ha permitido explicar muchos casos de esta patología y establecer líneas de investigación encaminadas a encontrar las proteínas y los componentes genéticos que pueden desarrollar la enfermedad.
Factores ambientales
Se ha connotado como la exposición a ciertas toxinas pueden originar síntomas parkinsonianos de forma excepcional.
La MPTP (una droga) o el metal magnesio pueden provocar la aparición de sintomatología muy parecida a la que se presenta en el Parkinson, por lo que podrían ser elementos importantes en el desarrollo de la enfermedad.
Mitocondrias
Las mitocondrias son unos componentes de las células que se encargan de producir energía. En este sentido, varias líneas de investigación sugieren que las mitocondrias pueden jugar un papel importante en el desarrollo del Parkinson.
Las moléculas que dañan las membranas, las proteínas y el ADN de las células son precisamente estos elementos celulares, realizándolo mediante un proceso que se conoce como estrés oxidativo.
Así pues, se han identificado algunas mutaciones que afectan a la función mitocondrial como causas del Parkinson.
Lesión craneal
Se han connotado numerosos casos Parkinson entre boxeadores. De lo que se extrae que, los golpes padecidos en las regiones cerebrales, podrían resultar también un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad.
Envejecimiento
Finalmente, la degeneración celular resulta un proceso típico del envejecimiento del ser humano, por lo que a medida que crecemos nuestro organismo posee menos capacidad de regeneración de células y vamos perdiendo ciertas funciones.
Este hecho explica que la edad se muestre como el factor de riesgo principal del trastorno, ya que la prevalencia de esta enfermedad aumenta notablemente a partir de los 60 años.
Sin embargo, un envejecimiento normal y sano no implica la presencia de Parkinson a pesar de que el cuerpo experimente degeneración celular, por lo que el paso de los años no permite explicar la aparición del trastorno.
Referencias
- Clarke G. A one-hit model of cell death in inherited neuronal degenerations. Nature, 2000; 406:195-199.
- Greenamyer J.T., Betarbet R., Sherer T., Mackenzie G. Chronic systemic complex I inhition by a pesticide causes selective nigrostriatal degeneration with cytoplasmic inclusions. Abs., 2000; 26:1026.
- Mahler M.F., Gokhan S. Mechanisms underlying neural cell death in neurodegenerative diseases: alterations of a cellular developmentally-mediated cellular rehostal. Trends Neuroscienci., 2000; 23:599-605.
- Obeso J.A., Rodríguez-Oroz M.C., Chana P., Lera G., Rodríguez M., Olanow C.W. The Evolution and Origin of Motor Complications in Parkinson’s Disease. Neurology, Suppl 4 (Vol. 55):S13-S23. Diciembre 2000.
- Obeso J.A., Rodríguez-Oroz M.C., Lera G. Evolución de la enfermedad de Parkinson. Problemas actuales. En: “Muerte neuronal y enfermedad de Parkinson”. J.A. Obeso, C.W. Olanow, H.V. Schapira, E. Tolosa (editores). Adis. Madrid, 1999; Cap. 2, pp. 21-38.