¿Qué es el compañerismo?
El compañerismo es una relación amistosa de solidaridad y cooperación entre las personas, como entre compañeros de una clase escolar. Es un vínculo que existe entre personas de forma armónica y correspondida.
Cuando un niño es buen compañero de otro, logra una actitud empática de comprensión, apoyo y ayuda de manera desinteresada y solidaria. El compañerismo se basa en la colaboración de todos los miembros del grupo.
La enseñanza del compañerismo como valor
Cada día cobra más importancia el hecho de construir una sociedad más igualitaria, tolerante e inclusiva, donde todas las personas tengan la posibilidad de participar y contribuir en la mejora colectiva.
En todo ello gana importancia la educación en valores. En la educación en valores caben todos: los alumnos, los padres, los maestros. Toda la comunidad educativa y toda la sociedad en general.
La educación en valores se centra en educar en el ámbito moral y en el cívico para formar ciudadanos responsables, que respeten a los demás, democráticos, con ideas de solidaridad y de inclusión.
¿Qué implica el compañerismo?
Fomentar el compañerismo implica trabajar en equipo, aprender de manera cooperativa, dejando a un lado los individualismos.
Ser un buen compañero implica ser solidario con las personas alrededor y mostrar una conducta prosocial hacia ellos. En un aprendizaje basado en el compañerismo, cada miembro del grupo se preocupa de sí mismo, pero también de sus compañeros.
El sujeto considera que él es una parte importante en el desarrollo de sus compañeros, igual que sus compañeros son fundamentales para el suyo. Cuando hay un aprendizaje basado exclusivamente en sí mismo, individualista y competitivo, no se tiene en cuenta la interacción entre los miembros del grupo como un factor de aprendizaje.
Señales
Cuando se fomenta el compañerismo entre los alumnos, ellos se preocupan de los demás, trabajan y aprenden juntos, se toman en consideración, se enriquecen unos a otros.
Los alumnos se apoyan y se complementan y saben respetar a sus compañeros, porque todos tienen derechos y deberes en las tareas planteadas. Cuando se promueve un aprendizaje cooperativo basando en el compañerismo, se ponen en marcha distintos procesos.
Uno de los procesos es el cognitivo, donde se establece la colaboración entre alumnos y manejo adecuado de dificultades. Otro proceso es el motivacional, con las atribuciones y las metas compartidas. Y por último, están los procesos más afectivos, donde los alumnos encuentran sentido al aprendizaje, incrementan su autoestima y además desarrollan el sentimiento de pertenencia al grupo.
10 claves para promover el compañerismo
1. Trabajar la empatía con ellos
Un aspecto relevante para promover el compañerismo en los niños es trabajar la empatía. La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona sin juzgarle, comprender cómo se siente y cómo actúa. Es preciso tener empatía para relacionarse con los demás de manera adecuada. Cuando una persona es empática, se relaciona mejor con los demás, se comunica mejor, tiene vínculos más estrechos y relaciones más satisfactorias.
La empatía es un componente de la inteligencia emocional, amplía la perspectiva. Cuando se desarrolla en los niños, desarrollan también su inteligencia emocional, lo que los hará más sensibles a las relaciones con otras personas.
Para ello, además de con el ejemplo diario, se puede hacer actividades específicas con cuentos, máscaras, adivinanzas o juegos de roles.
2. Fomentar el trabajo en equipo
Una buena estrategia es incentivar a los niños a que trabajen en equipo. Organizar la clase en grupos mixtos y heterogéneos, donde tengan la posibilidad de conocerse, de trabajar juntos con un objetivo común, donde tengan que ser comprensivos, solidarios, tolerantes y asertivos con las opiniones de sus compañeros.
En el trabajo en equipo se debe fomentar la interacción cara a cara entre ellos, para que también pongan en práctica habilidades sociales e interpersonales, que asuman roles, transmitan ideas y sepan resolver conflictos, tomen decisiones ayudándose.
3. Trabajar la solidaridad y la ayuda a los demás
La ayuda entre escolares es importante. Algunos autores consideran que el hecho de dar y recibir ayuda son beneficiosos en el rendimiento. Así, cuando un alumno ayuda a otro, se correlaciona con un alto rendimiento. Pero también lo hace el hecho de recibir ayuda.
Hay que enseñarles a dedicar tiempo a otras personas y a prestarles atención, que ayuden a sus compañeros en momentos difíciles, que les acompañen ante los problemas y que les ayuden a encontrar soluciones. Así, serán personas sensibles a las necesidades que hay a su alrededor.
Cuando se trabaja a partir del compañerismo, se facilita la integración social del grupo, se sienten más satisfechos, y a la hora de pertenecer a él, se reduce la violencia entre ellos y son más comprometidos con sus compañeros.
4. Incentivar las relaciones informales entre ellos
Una buena manera de fomentar el compañerismo es incentivar que los alumnos se conozcan entre ellos y estrechen lazos.
Organizar actividades diferentes, proponer actividades extraescolares o hacer que los niños se vean en ambientes más distendidos (en cumpleaños, en excursiones de fin de semana, jugando en el parque) permite que creen vínculos más especiales.
Esto es importante porque cuando se crea una relación más profunda entre los miembros de un grupo, el sentimiento de pertenencia es muy fuerte y, por tanto, nace la ayuda y la solidaridad entre sus miembros.
5. Rotar los grupos en clase
Una de las actividades que se pueden realizar es la rotación de grupos. Si cada vez que se hace una actividad los grupos son distintos (diferentes parejas, grupos de tres o de seis, es decir, variando cada vez), se permite a cada uno que aprenda de las diferencias.
Cada niño es distinto, con virtudes y defectos, y saber trabajar y apreciarles a cada uno puede ser un aprendizaje valioso.
6. No tolerar las faltas de respeto
Las faltas de respeto entre alumnos implican necesariamente una falta de compañerismo. No se debe permitir jamás agresiones físicas ni verbales entre ellos. El acoso escolar sería el problema llevado al extremo. Es importante que ante las faltas de respeto se actúe y no pensar que solo son cosas de niños.
Estas situaciones deben abordarse entre todos y resolverse, pero nunca deben pasar sin repercusión. Cualquier rumor, agresión, intimidación, amenaza debe ser abordada. Los alumnos que son víctimas deben sentirse arropados y apoyados por parte del profesor y por el resto de sus compañeros.
7. Fomentar los buenos modales
Es algo tan simple como ser educado: dar las gracias, saludar por la mañana, sonreír a otra persona, devolver el saludo, dar los buenos días. Estos pequeños gestos pueden hacer feliz a otra persona y promover la colaboración y el buen entendimiento entre compañeros.
Por ejemplo, al entrar a una tienda o llegar a clase y dar los buenos días, o alguien le recibe a uno con una sonrisa, el ambiente se torna más cálido y agradable y se es más propenso a tener una actitud positiva y colaborativa.
El dar los buenos días o buenas tardes al llegar a casa o a la escuela y mostrarse contento puede conducir a crear un buen ambiente y a que todos se esfuercen por mantenerlo.
8. Trabajar la tolerancia
La tolerancia cobra más sentido que nunca en la complejidad del mundo actual. Es un elemento clave a la hora de construir un mundo justo, inclusivo e intercultural.
Trabajar la tolerancia implica respetar las creencias y las ideas de la otra persona, ser respetuoso y considerado con los otros. Si no hay tolerancia, difícilmente puede haber buenas relaciones con los compañeros.
9. Favorecer una buena comunicación entre ellos
Conviene enseñarles a que se escuchen. La importancia de escuchar y el esfuerzo que requiere oír atentamente y ser sensible a las necesidades de sus compañeros es un valor social.
Una buena comunicación pasa porque sepan escuchar lo que otros dicen que sienten, piensan, lo que les entristece, lo que les pone contentos y que lo respeten y ayuden a los demás a conseguir sus objetivos. Fomentar la comunicación entre ellos les permite resolver conflictos de manera adecuada y sensible a las necesidades de los demás.
10. No promover la competitividad, sino la cooperación
Hoy en día la competitividad es uno de los valores centrales en la sociedad. Esto se puede observar ya en la escuela, donde las notas numéricas, el acabar primero, hacerlo todo perfecto, ha desbancado en muchas ocasiones la ayuda mutua y la cooperación entre iguales. Sin embargo, el aprendizaje cooperativo es una estrategia con resultados muy positivos.
Cuando se trabaja de modo cooperativo, la persona adquiere un compromiso individual y colectivo a través de objetivos compartidos por todo el grupo, que se han consensuado entre todos y que les permiten ser un equipo para lograr las metas.
El trabajo cooperativo ha demostrado ser más eficaz que el individualismo y la competitividad en el aula. Cuando se promueve la cooperación, se logra mejorar la relación y el compañerismo entre los alumnos, están más motivados hacia el aprendizaje y alcanzan logros mucho más altos.
Referencias
- Bell Rodríguez, C.R. Familia y escuela: unidad imprescindible para el desarrollo cultural. El papel de la familia, liderazgo y compañerismo. Instituto central de ciencias pedagógicas de la República de Cuba.
- Laboratorio de innovación educativa. Aprendizaje cooperativo: propuesta para la implantación de una estructura de cooperación en el aula.
- Ministerio de Educación del Gobierno de Chile. Comunicados docentes: el compañerismo.
- Compañerismo. Recuperado de drae.com.
- Romero Barea, G.A. Actividades a realizar para desarrollar la solidaridad entre los alumnos/as. Innovación y experiencias educativas.