¿Qué es el cortisol?
El cortisol es una hormona glucocorticoide producida por la glándula suprarrenal. Su función principal consiste en incrementar el nivel de azúcar en sangre y ayudar al metabolismo de grasas. Tiene un papel relevante en los estados de estrés, convirtiéndose en la hormona que más se libera en estas situaciones.
También conocida como hidrocortisona, es una de las hormonas que se encargan de la regulación del metabolismo de carbohidratos, favoreciendo la gluconeogénesis y suprimiendo la actividad del sistema inmunológico.
Funciones
- Metabolismo de la glucosa y regulación del azúcar: juega un papel clave en el metabolismo de la glucosa y en la regulación del azúcar en sangre. El cortisol estimula la producción de glucosa en el hígado, mueve aminoácidos específicos de los tejidos al hígado para ser utilizados en la producción de glucosa para alimentar las células del cuerpo.
- Detiene la absorción de glucosa: la función principal del cortisol consiste en extraer de los alimentos ingeridos la energía necesaria para poder funcionar adecuadamente. Si el cortisol no circulara por la sangre, no podríamos producir glucosa, por lo que las células no se alimentarían, los tejidos no se beneficiarían de las sustancias ingeridas y no habría nutrición.
- Regulación de la presión sanguínea: regula la presión sanguínea. Niveles elevados de cortisol se relacionan con niveles elevados de presión sanguínea, niveles bajos de cortisol con niveles bajos de presión sanguínea y niveles óptimos de cortisol con una buena circulación de la sangre en el organismo. Este hecho ha generado muchas investigaciones, demostrando cómo la liberación de cortisol excesivamente alta puede producir hipertensión, por lo que una liberación óptima de esta hormona en el organismo es importante para la salud física.
Otras
- Ayuda a la homeostasis del agua y los electrolitos (pequeñas sustancias que contienen los iones).
- Incrementa el nivel de azúcar en la sangre a través de la gluconeogénesis (proceso mediante el cual el cortisol sintetiza la glucosa).
- Suprime la acción del sistema inmunitario.
- Disminuye la formación ósea.
Síntesis
Como todas las hormonas, el cortisol es secretada en una zona particular del cuerpo, la cual se encarga de su producción. Concretamente, el cortisol es secretado por la zona reticular y almacenado en la zona fascicular de la corteza suprarrenal, la parte más exterior de la glándula suprarrenal situada en los riñones.
Al mismo tiempo, la liberación de cortisol está controlada por el hipotálamo, una región específica del cerebro. Esta conexión entre la glándula suprarrenal y el hipotálamo es de vital importancia para entender la relación entre el cerebro y el cuerpo, dos estructuras que se retroalimentan continuamente.
De este modo, ante situaciones de estrés, el hipotálamo se activa debido al nerviosismo y a las exigencias externas a las que está siendo sometido el cerebro. Al activarse el hipotálamo, este estimula la glándula suprarrenal, e incentiva la secreción de cortisol, motivo por el cual este se libera en mayor cantidad cuando estamos ansiosos.
Mecanismo de acción
El hipotálamo, ante situaciones de estrés, segrega una hormona llamada hormona liberadora de corticotropina (CRH). Esta hormona es liberada en nuestro cerebro (hipotálamo) y conducida a través de la sangre hasta la hipófisis, una glándula endocrina situada en la base del cráneo.
Al llegar a la hipófisis, esta libera de inmediato otra hormona, la hormona suprarrenal corticotropina (ACTH). Esta segunda hormona sale de la hipófisis y es transportada a través de la sangre hasta la corteza suprarrenal.
Cuando esta hormona llega al riñón, se estimula la secreción de glucocorticoides, por lo que el cerebro ya ha conseguido conectar con el riñón para que este libere más cortisol en nuestro organismo.
Cortisol alto
El cortisol realiza acciones muy importantes para el correcto funcionamiento del organismo humano. Sin embargo, esto no significa que cuanto más cortisol haya más beneficios tendrá el cuerpo.
Como todas las hormonas, su exceso puede ser tan negativo como su ausencia, ya que puede alterar el funcionamiento de procesos del organismo tan vitales como los comentados.
Si se analizan las acciones del cortisol, podemos ver cómo algunas de ellas pueden resultar perjudiciales si se hacen en exceso.
No nos interesa que la presión sanguínea esté excesivamente alta, ni que se suprima constantemente la acción del sistema inmunitario o se disminuya la formación ósea de forma constante.
El cortisol es una hormona imprescindible en ciertos momentos, especialmente cuando el cuerpo necesita metabolizar glucosa para alimentar los tejidos. Sin embargo, el cuerpo no necesita realizar este proceso de forma continua, por lo que habrá momentos en los que será conveniente poseer niveles elevados de cortisol y momentos en los que será conveniente que disminuyan.
Cortisol y cerebro
En situaciones de estrés, la glándula suprarrenal y el hipotálamo se conectan mediante una cascada de hormonas. De este modo, cuando vivimos una situación de estrés, el cerebro envía señales al riñón para que este aumente la liberación de cortisol.
Por lo tanto, cuando estamos estresados hay mayores cantidades de cortisol circulando por la sangre. El cuerpo humano no ejecuta este proceso en vano, ya que la mayor liberación de cortisol tiene un valor adaptativo, es decir, el cerebro le dice a los riñones que aumenten la liberación de cortisol para cumplir un objetivo.
Este objetivo se relaciona con la reacción primaria humana a situaciones estresantes que requieren un aumento de activación. De este modo, la mente percibe las situaciones estresantes como momentos de emergencia en los que el cuerpo debe estar más activado para poder responder con eficacia.
Ejemplo
Algunos ejemplos serían la ansiedad que aparece ante la amenaza de un peligro real, en el que el cuerpo se prepara para tener la energía necesaria para poder responder eficazmente ante ella.
Sin embargo, esta función adaptativa del cuerpo funciona adecuadamente en momentos puntuales de ansiedad, en los que el cuerpo se activa más de lo normal durante un periodo determinado de tiempo, pero vuelve a su normalidad cuando la amenaza ha desaparecido.
Ante estas situaciones, la mayor liberación de cortisol se realiza durante un periodo corto de estrés (mientras dura el estado de nerviosismo) y se restablece cuando la ansiedad ha desaparecido.
Liberación continua de cortisol
No obstante, el estrés no hace referencia a estados puntuales de ansiedad, sino más bien se entiende como un estado permanente y prologando en el tiempo de ansiedad, nerviosismo y agitación.
Por lo tanto, cuando estamos estresados, la liberación de cortisol se incrementa de forma continua, por lo que sus niveles van aumentando y no vuelven a su estado inicial.
De este modo, ante el estrés, el cerebro interpreta la existencia de una amenaza constante, por lo que la glándula suprarrenal libera cortisol de forma continua para proporcionar la energía necesaria al cuerpo.
Sin embargo, en muchos momentos de estrés el cuerpo no necesita un incremento de energía, ya que no existe una amenaza real. Así pues, el cuerpo empieza a producir grandes cantidades de cortisol sin ningún motivo físico real, por lo que la hormona perjudica el organismo.
Consecuencias del cortisol alto
El exceso de cortisol en sangre produce efectos negativos, como la elevación exagerada de azúcar en sangre, el aumento de la presión arterial, la osteoporosis, la producción excesiva de vello o la generación de estrías en la piel del abdomen.
Asimismo, puede provocar retención de agua en los párpados, debilidad muscular, aumento de peso en el tronco y agotamiento físico. Por lo tanto, el estrés no solo daña la salud mental, sino también puede dañar la salud física de una forma directa, a través de la acción del cortisol.
¿Cómo se disminuye el cortisol?
El cortisol es una hormona que actúa según las necesidades del cuerpo, por lo que se puede regular su producción a través de ciertas conductas.
Así pues, del mismo modo que ciertas conductas son desfavorables para la salud a través del aumento de cortisol, otras pueden convertirse en saludables que permitirán disminuirlo.
Existe una gran variedad de hipótesis sobre factores que pueden influir en la producción de cortisol, sin embargo, las más importantes puede dividirse en tres grandes grupos.
Evitar el estrés
Realizar actividades saludables, sin excederse, invertir tiempo cada día en hacer cosas que agraden, hacer ejercicios de relajación o meditación pueden ayudar a rebajar la tensión.
Comer saludablemente
No abusar de productos que contienen mucha cafeína, reducir las comidas procesadas, moderar el consumo de carbohidratos refinados, como el pan blanco, el chocolate o los dulces, e hidratarse bien durante el día.
Hacer ejercicio
Para disminuir los niveles de cortisol se recomienda hacer ejercicio de forma regular pero sin exceder los 45 minutos de entrenamiento.
Referencias
- Buckley, T.M. y Schatzberg, A.F. On the Interactions of the HypothalamicPituitary-Adrenal (HPA). Axis and Sleep: Normal HPA Axis Activity and Circadian Rhythm, Exemplary Sleep Disorders. J Clin Endocrinol Metab.
- Brillon, D.J. Effect of cortisol on energy expenditure and aminoacid metabolism in humans. Am. J. Physiol.
- Kriegsfeld, L.J., Silver, R. The regulation of neuroendocrine function: Timing is everything. Hormones and Behaviour.