¿Qué es el culteranismo?
El culteranismo fue una corriente literaria del barroco del Siglo de Oro español, cuya complejidad en la forma y la estructura hacía muy difícil la comprensión de sus contenidos.
Esta corriente proponía el uso de la metáfora pura utilizando el hipérbaton y los cultismos, alejándose intencionalmente del equilibrio y la claridad clásica. De esta forma, el lenguaje, más que condensado (como en el conceptismo) era elusivo, acudía a la perífrasis e intentaba giros embellecedores que no aclaraban el significado.
Para ello, también se latinizó la sintaxis, usando estructuras métricas propias de la Antigüedad. Así, se crearon formas sumamente ingeniosas para decir lo más simple, desde el lenguaje poético.
Este movimiento surgió a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Fue llamado gongorismo gracias a Luis de Góngora y Argote, sacerdote, dramaturgo y poeta español, que le dio su forma definitiva.
Origen
Se le llamó culteranismo porque empleó profusamente los cultismos, es decir, palabras cultas, que seguían etimológicamente su origen griego o latino. También utilizó numerosos neologismos, o sea, inventaba términos nuevos.
El barroco saltó la barrera del equilibrio clásico. El Renacimiento era racional, mesurado, investigativo, todo lo cual quedó atrás. La forma y el contenido dejaron de ser claros, en un obvio rechazo al clasicismo anterior.
Nació dentro del conceptismo, una corriente barroca que unía ingeniosamente las palabras y las ideas “agudas”, denominadas conceptos. El culteranismo va más allá. El término surgió del conceptismo para referirse, despectivamente, a la poesía cuyos destinatarios eran las personas cultas, así como sus autores.
Surgió entonces una forma de expresión en la que privaba una organización del discurso mucho más enigmática, en la que los ejercicios de inteligencia debían descifrar aquello que se decía. El objeto de los poemas quedó envuelto en planos verbales y estructuras que priorizaron la forma sobre el contenido.
Características del culteranismo
- La originalidad y el ingenio provocaban neologismos, juegos verbales y deformaciones que desafiaban lo establecido, poniendo a prueba la inteligencia y rigidez de los lectores cultos.
- El orden de las palabras rompe con la estructura natural. Sugiere una relación de dependencia entre las oraciones que crea dificultad en la decodificación del mensaje (hipotaxis).
- Lo extenso de la sintaxis y la subordinación de las palabras ocultan la idea que se desea transmitir. Descifrar el mensaje requiere de inteligencia y de un proceso cognitivo complejo.
- Se logra especularidad en la sintaxis a través de la contraposición de imágenes poéticas. Se trata de un claroscuro en el que el juego entre recursos como la sinonimia y antonimia, entre otros, propone el contraste entre la visión idealista y realista de la existencia.
- Se rompe el orden gramatical a través del uso desmesurado del hipérbaton y otros recursos. Además, se utilizaban numerosos cultismos, que no eran comunes a pesar de que en el Renacimiento eran conocidos por los lectores cultos.
- Asimismo, las transposiciones y los atavismos lingüísticos de las construcciones clásicas reforzaban la intención cultista de los autores.
- Hay presencia de lenguaje florido, contrastante, sonoro y exagerado. Surgen versos cargados de imágenes sensoriales atrevidas, como metáforas, aliteraciones, epítetos y elipsis. También son comunes las adjetivaciones cromáticas y las palabras rítmicas y sonoras.
- Hubo una necesidad de evadirse del mundo contemporáneo y se logró a través de alusiones a la mitología grecolatina y a otras culturas. Se rompió con el patrón clásico renacentista y se creó un nuevo mundo en el que lo más importante era la manera de expresar la realidad.
- Se estableció una gran intertextualidad entre textos de autores antiguos (griegos y latinos) y modernos, que señalaban el profundo conocimiento de los autores de la literatura y la mitología antiguas.
Representantes y obras
Luis de Góngora y Argote (1561-1627)
Nació en Córdoba, España, y fue el principal impulsor de esta corriente. Sus detractores le criticaron duramente por desafiar las normas establecidas por el academicismo con respecto a la manera en la que debía realizarse el ejercicio literario.
Fue un escritor polémico y renovador del estilo poético del siglo XVII. Aspiró a la creación de un lenguaje que se desmarcara de la expresión clara y corriente.
Renovó recursos de la lengua renacentista e incorporó giros del lenguaje latinizado, proponiendo la creación poética como una herramienta lingüística libre de atavismos gramaticales formales.
La oscuridad semántica en Góngora se debió a su tendencia a lo retórico y a la deconstrucción lingüística, que dio un carácter enigmático a sus contenidos. Fue autor de gran cantidad de sonetos, romances, décimas, letrillas y canciones. Entre los poemas mayores que escribió destacan los siguientes:
Fábula de Polifemo y Galatea
Poema épico cuyo elemento moderno fue no haber sido escrito con intención moralizante. Sin ninguna intención didáctica, el autor narró el amor de Polifemo, el cíclope, por Galatea, la ninfa que lo rechazó por su apariencia y brutalidad.
La descripción desplaza a la expresión narrativa para destacar el elemento plástico del relato. El autor hizo gala de una técnica preciosista, ampulosa y de dimensiones cultas elevadas.
Propició deliberadamente el uso de recursos fonéticos y metáforas rebuscadas, que potenciaron la intención estética y la deificación del lenguaje como ente creativo en sí mismo.
Panegírico dedicado al duque de Lerma
Obra cuyo género laudatorio rescata la lisonja poética al gobernante. Con esta, Góngora exaltó la reputación de los aristócratas barrocos.
Las soledades (inconclusa)
Fue la obra emblemática del culteranismo, ya que su hilo discursivo se escurre dentro de una intrincada estructura colmada de adornos poéticos y giros lingüísticos laberínticos.
Su contenido gira en torno a la idealización de la naturaleza, que se opone al ambiente cortesano estridente y licencioso.
Juan de Tassis Peralta, conde de Villamediana (1582-1622)
Escritor español de origen portugués. Su fama derivó de sus excesos, una existencia compulsiva y una muerte trágica. Su obra poética fue una síntesis equilibrada entre las dos corrientes dominantes del barroco: culteranismo y conceptismo. Sus obras más relevantes son las siguientes:
Fábula de Faetón
Digna representante de los poetas áureos culteranos, extensa y de complicada comprensión, con un hermetismo propio del estilo.
Esta obra incluso es referencial desde su temática, que alude a la obra mítica ovidiana contenida en La metamorfosis. Es un poema erudito que exalta las formas gongorinas, ya que su estructura es similar a la Fábula de Polifemo y Galatea.
Pedro Calderón de la Barca (1600-1681)
Calderón de la Barca fue un dramaturgo y poeta español, que formó parte del ejército e hizo carrera militar. De estilo depurado, la propuesta estética de su obra teatral fue más poética e intelectual, con una marcada intención didáctica que gozaba de un lenguaje culto.
La musicalidad y elegancia de sus textos respondían al ideal de la belleza culterana, pero igualmente su obra se vio impregnada de conceptismo, dado que le da importancia al contenido.
También se puede apreciar la cuidada propuesta plástica escenográfica que siempre elaboró. En sus detalles destacó el elemento simbólico-sensorial.
La vida es sueño
El tema principal de esta obra, publicada en 1635, gira en torno a que el hombre tiene la potestad de dar forma a su vida libremente, a quien el destino no lo rige.
Su estructura está dividida en tres actos. El contenido dramático de esta pieza está lleno de retruécanos y otros recursos literarios que evidencian lo complejo de la sociedad de aquella época, respetando la propuesta estética del barroco.
El gran teatro del mundo
Se trata de un auto sacramental escrito en 1655 que se desarrolla en un solo acto, cuyo tema central es la vida como un gran teatro donde cada individuo representa un personaje. Exaltó la idea de la importancia de hacer el bien y presenta a la muerte como igualadora social. Este tema tiene referencias antiguas (fue tratado por Platón, Epicteto y los estoicos, entre otros), y Calderón lo rescata como un tema de reflexión enmarcado en el hecho religioso.
Sor Juana Inés de la Cruz (Ciudad de México, 1648 o 51-1695)
Fue la principal autora nohohispana del siglo XVII. Su obra es característica del barroco tardío, sumándose al culteranismo, y va de lo religioso a lo profano. Su práctica culterana se advierte, sobre todo, en las oscuras silvas que componen su poema Primero sueño.
Referencias
- Abreu, G. E. La sintaxis y la expresión literaria. Recuperado de revistas-filologicas.unam.mx.
- Gongorismo. Recuperado de es.wikipedia.org.
- Mollfulleda, S. Sobre la oposición entre culteranismo y conceptismo. Recuperado de revistes.urv.cat.
- Borges, J. La metáfora especular: ecos del existencialismo schopenhaueriano en “Los espejos”. Recuperado de scielo.conicyt.cl.
- Harlan, C. Culteranismo. Recuperado de aboutespanol.com.