¿Qué fue la cultura cotocollao?
La cultura cotocollao fue una civilización precolombina que vivió en lo que hoy en día es el valle de Quito, en Ecuador. Fueron los primeros habitantes de las montañas del país, estableciéndose allí hace aproximadamente 3.500 años y desapareciendo en el 500 a.C.
Los restos arqueológicos dejados por esta cultura fueron encontrados por primera vez en 1974 por varios estudiantes de arqueología y su profesor, Óscar Efrén. Los estudios empezaron en 1976, financiados por el Museo del Banco Central de Ecuador.
Los habitantes de la cultura cotocollao eran sedentarios, y vivían principalmente de la agricultura. Debido a la relativa facilidad de las condiciones de vida con la que contaba, se trataba de una cultura de artistas. Principalmente se dedicaban a la cerámica, creando piezas de muy alta calidad para la época.
Se calcula que la cultura cotocollao desarrolló primitivas rutas de comercio que le permitieron interactuar con otros pueblos indígenas, aunque el intercambio y la influencia cultural que pudo resultar a partir de esto no son considerables, en comparación con otras relaciones indígenas de América para aquel entonces.
Ubicación de la cultura cotocollao
Esta cultura vivió en la parte nororiental del volcán Pichincha, a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. Esta ubicación les permitió controlar variados recursos y, también, ser camino obligado en las rutas de comunicación para el intercambio de los productos de la zona.
Habitó lo que se conoce como la hoya de Quito, un callejón interandino en las actuales provincias de Pichincha, Tungurahua y Cotopaxi.
Los historiadores piensan que esta cultura desapareció debido a la erupción del volcán Pululahua, que propició la progresiva emigración del pueblo.
Sociedad y alimentación
La cultura cotocollao estaba formada principalmente por agricultores. Su principal fuente de alimentación fueron el maíz, la quinoa y los frijoles, aprovechando la gran fertilidad de los valles del volcán en el que estaban asentados.
Para complementar su dieta, se dedicaban a cazar algunos animales, como venados, conejos y ciertos tipos de aves. El medio en el que vivían les permitía llevar una vida relativamente sencilla: contaban con un clima agradable, temperaturas constantes durante todo el año, dos lagunas de las que extraían agua dulce, y un suelo muy fértil.
Debido a estas características de su entorno, la cultura cotocollao destacaba por su lado artístico y por el comercio pacífico con otras poblaciones. Gracias al intercambio de bienes, empezaron a utilizar el algodón para fabricar prendas de vestir.
Arte
Por otra parte, esta cultura destacó por la gran habilidad que mostraron sus habitantes a la hora de trabajar la cerámica. Con ella, fabricaban utensilios tanto para uso doméstico como para los actos religiosos.
La decoración de estos recipientes se considera de muy buena calidad y avanzada para la época, debido sobre todo a las innovadoras técnicas empleadas para trabajar la cerámica.
Fue también la única en utilizar la piedra pulida como herramienta de trabajo dentro de todas las culturas precolombinas de Ecuador.
Estilo de vida
Debido a las agradables condiciones de vida ofrecidas por el valle del volcán Pichincha, los habitantes de la cultura cotocollao no tuvieron que preocuparse demasiado por construir edificaciones resistentes. Por ello, muy pocos restos de sus edificios han llegado hasta nuestros días.
Hoy sabemos que sus casas estaban construídas con materiales biodegradables, como madera y paja, por lo que a los investigadores les fue muy difícil encontrar pruebas sobre sus características.
Los restos que se han encontrado están ubicados en la zona norte de Quito, y ocupan aproximadamente un kilómetro cuadrado; mayormente se trata de agujeros hechos para los postes que sostenían las viviendas, ya que fueron hechos en suelo volcánico.
Por otra parte, en estas poblaciones también se han encontrado muchos restos de huesos de llamas y alpacas, pero los científicos no están seguros de si se trataba de animales domesticados por los habitantes de esta cultura, o si por el contrario, eran animales salvajes a los que cazaban para comer.
Relaciones con otras culturas
Durante la época en la que la cultura cotocollao se estableció en las faldas del volcán Pichincha, se produjo lo que más tarde sería conocido como Periodo Formativo en Perú. En este momento histórico, varias culturas del país empezaron a asentarse de forma más permanente y a comerciar entre ellas.
Las culturas con las que más relación mantuvo la cotocollao fueron la machalilla y la chorrera. Esta relación se explica sobre todo por la presencia de otra cultura, los yumbos, que tenía un asentamiento en un punto intermedio entre las otras tres.
Este punto privilegiado permitió que la cultura cotocollao intercambiase varios tipos de productos con otras poblaciones de la costa. Los yumbos, que ejercían de intermediarios, eran una cultura pacífica: no se han encontrado restos de guerras o de armas en sus asentamientos.
Debido a su gran desarrollo, esta cultura creó una amplia red de caminos, conocidos como las “travesías de Yumbo”, que unieron a todos los habitantes de la zona. Algunos de estos caminos siguen siendo utilizados hoy en día, y permitieron la expansión de la cultura cotocollao.
Por desgracia, todas las poblaciones que se habían asentado en esta zona se extinguieron tras la erupción del volcán Pululahua, incluída la cultura cotocollao. Esta erupción tuvo lugar hace unos 2.500 años, momento del que datan los últimos restos de sus asentamientos.
Se cree que los supervivientes de la cultura cotocollao emigraron en busca de un nuevo refugio y de tierras más fértiles, poniendo así punto y final a sus avances tecnológicos y artísticos.
Religión y creencias
Observando los restos arqueológicos dejados por la cultura cotocollao, podemos saber que sus habitantes también habían desarrollado ciertas creencias sobre el más allá. Esto puede observarse en la presencia de pequeños cementerios entre los grupos de casas, lo que parece indicar una cierta creencia sobre lacvida después de la muerte.
Los cementerios de la cultura cotocollao eran principalmente de dos tipos. En los más antiguos, las tumbas eran individuales, y los cadáveres se enterraban totalmente cubiertos por hojas de maíz.
En cambio, en los más recientes, los muertos reposaban en fosas comunes: los cadáveres eran colocados de forma desordenada, al parecer sin ningún patrón concreto.
Ceremonias
A los grupos que ocupaban la zona de Cotocollao y los ríos y cordilleras aledañas a Quito se les denominó “yumbos”.
Todos los años se celebra la Fiesta de la Yumbada de Cotocollao: una costumbre que junta la tradición católica del Corpus Christi y el solsticio de verano cada 21 de junio, evento del año especialmente importante para la cultura del pueblo yumbo.
Esta fiesta ha sufrido muchos cambios, ya que los ahora organizadores de este tradicional ritual, no tienen el conocimiento suficiente de cómo se desarrollaba y en honor a qué se realizaba.
La larga historia de Cotocollao como centro de trueque precolombino, es lo que atrae la atención de las y los estudiosos de la yumbada, quienes quieren entender el sentido y los orígenes del baile y sustentar lo subrayado por los participantes de hoy, cuando dicen que la yumbada más legítima y ancestral pertenece a Cotocollao.
Cotocollao en la actualidad
Si bien los miembros originarios de la cultura cotocollao habitaron la región durante aproximadamente un milenio, las siguientes generaciones, aunque mantuvieron un cierto arraigo de su pasado, comenzaron a verse influenciadas por otras sociedades emergentes.
En el actual Ecuador se ha intentado recuperar la esencia de estos indígenas y sus tradiciones. Cuando llegó la Reforma Agraria en 1963, al menos el 85% de la población indígena de Cotocollao trabajaba bajo varios tipos de servidumbre para las haciendas de la parroquia, según cuenta Borchart de Moreno en su libro Los Yumbos.
La región de Cotocollao hoy en día es considerada una zona urbana que mantiene algunos de sus sitios arqueológicos más importantes, como un vestigio de la civilización que alguna vez habitó las mismas tierras, así como la preservación material de sus prácticas y sus creaciones, manteniendo el valor funerario que se resaltaba en sus prácticas.
En la actualidad, y tras el hallazgo de los restos arqueológicos (los primeros de los cuales fueron encontrados en 1976), la mayor parte de los restos se encuentran en un museo creado con el nombre de la cultura.
En cuanto al terreno que anteriormente ocupaba, hoy en día se divide en 5 barrios principales: 25 de Mayo, Cotocollao Central, Divino Niño, Jarrín y La Delicia.
Referencias
- Carvalho-Neto, P. d. Diccionario del folklore ecuatoriano. Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana.
- Luciano, S. O.Las Sociedades Originarias del Ecuador. Quito: Libresa.