¿Qué es la disforia?
La disforia es un estado psicológico de insatisfacción, frustración, malestar o inquietud. Implica una gran variedad de situaciones, patológicas o no.
Puede ser una respuesta a sucesos negativos cotidianos, y es importante mencionar que es un síntoma.
La disforia relacionada con problemas de salud mental es la que se mantiene en el tiempo. Ocurre, por ejemplo, en el trastorno bipolar, en la ansiedad, en el dolor crónico o en la depresión. Es un factor de riesgo para el suicidio.
Sin embargo, otros problemas ambientales también pueden provocar disforia, como situaciones estresantes, problemas en las relaciones o situaciones de duelo (muerte de un ser querido, pérdida de una pareja, etc.).
La disforia también puede originarse por problemas de salud o deficiencias nutricionales: es un síntoma de la hipoglucemia, por ejemplo.
Condiciones asociadas con la disforia
Trastornos depresivos
En todos los tipos de depresión la disforia está presente.
Por ejemplo, la depresión mayor dura más de dos semanas y destaca por un estado de ánimo deprimido o pérdida de interés la mayor parte del día. El trastorno depresivo persistente o distimia es crónico, durando más de dos años.
Ciclotimia
La ciclotimia es un trastorno del estado de ánimo en el que se dan altibajos emocionales en muy poco tiempo. En estos periodos, la persona oscila de la euforia a la disforia, aunque no tan intensamente como en el trastorno bipolar. Entre estos episodios, la persona puede sentirse bien y estable.
Trastorno bipolar
En el trastorno bipolar el paciente oscila del estado maníaco hacia el depresivo. En la manía, la persona se siente eufórica, enérgica, comportamiento impulsivo, agitación, etc., aunque tiene distintos grados.
El paciente puede permanecer en un estado de manía durante unos días y luego puede entrar en un episodio depresivo. En este momento es cuando predomina la disforia: tristeza persistente, irritabilidad, aislamiento, falta de interés, pensamiento suicida, etc.
Síndrome premenstrual
Es el que se da en las mujeres antes del inicio de la menstruación. Una semana antes de que llegue, la mujer puede experimentar cambios de humor, en los que de repente está triste o muy susceptible, enfadada, irritable, deprimida, ansiosa o con sentimientos de desesperanza.
Trastornos de personalidad
– En el trastorno límite de la personalidad, existe un patrón fuerte de inestabilidad en todos los aspectos de la vida de la persona. Por ejemplo, en las relaciones interpersonales, en la percepción de sí mismo, en los afectos, etc.
Se acompaña de una sensación crónica de vacío, de impulsividad intensa y de problemas para controlar la ira. Estas personas experimentan una fuerte inestabilidad afectiva por cambios bruscos en el estado de ánimo. Eso conlleva a episodios intensos de disforia o irritabilidad, que suelen durar unas horas.
– El trastorno de personalidad por evitación es un patrón dominante de inhibición social, miedo a la valoración negativa, sentimientos de incompetencia y sentimientos de falta de adaptación. Como consecuencia se encuentra en un estado continuo de disforia.
– En el trastorno de la personalidad dependiente, la persona necesita, de manera excesiva, que la cuiden, con un miedo intenso a la separación. Desarrollan un comportamiento sumiso y un apego extremo a otras personas, hacen cosas que no les agradan buscando la aprobación y compañía y se sienten indefensos en la soledad.
Por todo ello, estas personas desarrollan disforia, que suele ser permanente por el continuo miedo al abandono.
Síndrome de abstinencia
El síndrome de abstinencia se caracteriza por síntomas desagradables cuando al organismo le falta la sustancia a la que se es adicto.
Trastorno dismórfico corporal
Se caracteriza por una importante disforia que surge ante la insatisfacción con el propio cuerpo.
Esquizofrenia
Es una enfermedad mental que destaca por una importante desconexión con la realidad. Estos individuos pueden sufrir los denominados síntomas positivos (alucinaciones o delirios).
La disforia se correspondería con los síntomas negativos, que consisten en depresión, deterioro cognitivo, falta de interés, aislamiento social, falta de respuesta emocional, etc.
Disforia de género
Puede darse tanto en niños como en adultos. Se caracteriza por una fuerte insatisfacción con el sexo biológico.
Esta disforia dura más de seis meses y va acompañada por fantasías acerca de pertenecer al otro sexo, preferencias por vestir ropas típicas del sexo opuesto y un marcado malestar con la anatomía sexual propia. La persona siente que ha nacido en el cuerpo equivocado.
Trastorno de adaptación
En el trastorno de adaptación, la disforia surge por factores de estrés identificables que han podido suceder unos tres meses antes del malestar.
En el trastorno de adaptación el malestar es desproporcionado al acontecimiento negativo, produce un deterioro significativo en el funcionamiento de la persona, y los síntomas no suponen un duelo normal.
Trastorno de ansiedad
La ansiedad es una reacción cognitiva, fisiológica y conductual del organismo hacia un estímulo o situación que se evalúa como peligrosa. Dichas reacciones son desproporcionadas en comparación con el peligro real del estímulo.
Todos los tipos de ansiedad generan disforia. Los más destacables son:
– El trastorno de ansiedad generalizada, en el que la persona tiene un miedo constante a que sucedan cosas terribles y percibe el mundo como peligroso.
– En el trastorno de estrés postraumático, el paciente, después de vivir un evento objetivamente traumático (guerras, catástrofes naturales, accidentes, agresiones, robos, etc.), evita todas las situaciones que le recuerdan dichos acontecimientos.
Es posible que la víctima no recuerde algunos detalles del suceso, que se sobreactive emocionalmente o tenga pesadillas con lo vivido.
– En el trastorno de ansiedad por separación, en ciertas fobias, en la ansiedad social, en el trastorno de pánico, e incluso en el trastorno obsesivo compulsivo, se presenta la disforia.
Disfunciones sexuales
La sexualidad es una parte fundamental de la intimidad de las personas. Por eso, las disfunciones sexuales pueden producir una intensa disforia.
En los hombres, la disforia puede estar provocada por disfunción eréctil, eyaculación precoz o trastorno de la eyaculación retardada. En las mujeres es más frecuente el vaginismo, el dolor durante la penetración o la anorgasmia.
Insomnio
El trastorno del sueño que más disforia genera es el insomnio. Las personas que lo sufren tienen problemas para iniciar y mantener el sueño, y perciben que no han dormido lo suficiente o no han descansado.
Durante el día, se sentirán fatigados y experimentarán problemas de concentración, de memoria, atención, irritabilidad y disforia.
Dolor crónico
El dolor crónico puede experimentarse, aunque no exista una lesión real. Dura más de seis meses y puede causar una importante incapacidad en la vida de la persona.
El dolor afecta el plano psicológico, ya que siempre es desagradable. Suele acompañarse de sensaciones de estrés, tristeza, irritabilidad, impotencia, frustración, etc.
Duelo
El duelo es una respuesta no patológica que experimentamos después de un suceso muy doloroso. Por ejemplo, la muerte de un ser querido o mascota, o el abandono de la pareja o una persona importante. Es una situación que siempre va acompañada de disforia.
Disforia provocada por otra afección médica
Es usual que aparezca un estado de ánimo deprimido como consecuencia de otro problema médico.
Esto ocurre con la hipoglucemia, el hipotiroidismo, la esclerosis múltiple, el VIH, deficiencias de vitaminas (como la vitamina B12o el folato), cáncer, etc.
Disforia provocada por medicamentos
Hay fármacos que pueden provocar químicamente un estado de disforia. Por ejemplo, las sustancias agonistas del receptor opioide kappa, como la nalbufina, butorfanol o pentazocina.
Otra sustancia que estimula estos receptores es la salvinorina A, componente activo de la planta alucinógena salvia. También puede aparecer disforia a través de sustancias antagonistas del receptor de opioides μ (MOR), como el nalmefeno o la naltrexona.
Algunos antipsicóticos también pueden producir sensación de malestar y tristeza, como la clorpromazina o el haloperidol. Esto ocurre por el bloqueo de los receptores de dopamina, principalmente.
Por eso, en muchas ocasiones, a los pacientes con enfermedades psicóticas se les prescriben antidepresivos, además de los antipsicóticos.
Tratamiento
Las personas con disforia a largo plazo pueden encontrarse en riesgo de cometer suicidio. Es importante acudir lo antes posible a psicoterapia u otros profesionales de la salud que puedan ayudarle.
Ya sea una condición patológica o por acontecimientos vitales estresantes, la asistencia psicológica será fundamental para disminuir la disforia, desarrollando estrategias para prevenirla y manejarla.
Gracias a la psicoterapia se identificarán las causas o condiciones que han provocado la disforia, luego se trabajarán estos sentimientos negativos cambiando pensamientos y conductas.
Dependiendo de la causa de la disforia y su gravedad, a veces puede utilizarse medicación combinada con la psicoterapia.
Si la disforia se debe a una condición de salud física (como alteraciones endocrinas), es relevante controlarlas y supervisarlas.
Realizar ejercicio físico, pasar más tiempo con la familia y amigos, cambiar la dieta, establecer rutinas diferentes, trabajar las aficiones, etc., puede ayudar a disminuir la disforia.
Referencias
- Cyclothymia (Cyclothymic Disorder). (s.f.). Recuperado de webmd.com.
- Dysphoria. Obtenido de goodtherapy.org.