¿Qué son los esquemas cognitivos?
Los esquemas cognitivos son estructuras con las que el cerebro organiza la información que adquiere. Contribuyen a que se comprenda lo que se percibe del entorno, de sí mismo o lo que se hace, al tiempo que permiten que sucedan la memoria y el aprendizaje.
Tienen que ver con la experiencia previa del sujeto y la manera en que interpreta lo que le rodea. Por ejemplo, puede ser complejo definir silla, pero en general todos tenemos un esquema mental con el que la representamos.
La representación del objeto es lo que va a permitir que se reconozca una silla al verla, y no se confunda con otro objeto. La silla que se tiene en frente es real y única, mientras que el esquema es solo una representación general de todas las sillas.
Los seres humanos tenemos esquemas cognitivos sobre prácticamente todo lo que experimentamos en la vida y con lo que hemos interactuado. Estos esquemas no son estáticos, se comunican entre sí, se retroalimentan, cambian y se refinan. Son estructuras complejas muy valiosas.
Funciones de los esquemas cognitivos
- Sirven de soporte cognitivo al procesamiento de la información. Los esquemas ofrecen un marco de referencia para asimilar toda la nueva información. Lo que ya está esquematizado le da sentido y asidero a la nueva información incorporada.
- Ayudan a distinguir la información relevante de la no relevante. Permiten clasificar la información nueva según su relevancia, para dirigir la atención solo a lo que resulte útil.
- Permiten realizar inferencias y la comprensión contextual. Dan significado a lo implícito, al encontrar relaciones entre distintas ideas o conceptos nuevos con los ya procesados.
- Orientan la búsqueda organizada de nueva información. Los esquemas previos sobre lo conocido guían el proceso de búsqueda de información.
- Ayudan a sintetizar la información recibida. Los esquemas cognitivos previos permitirán distinguir las ideas principales de las secundarias y las complementarias, facilitando su jerarquización y resumen.
- Colaboran con la reconstrucción de información perdida. Es común que, cuando se intenta procesar información nueva, el sujeto se encuentre con lapsus u olvidos, que dificultan la comprensión y asimilación de dicha información. La utilidad de los esquemas previos permiten poner a prueba hipótesis que ayuden a generar o regenerar estos conceptos.
Características de los esquemas cognitivos
- Organización de la información. Ayudan a organizar la información en categorías y patrones. Esto permite a las personas reconocer rápidamente situaciones familiares y relacionar nueva información con lo que ya saben.
- Influencia en la percepción. Como afectan la forma en que percibimos y entendemos el mundo, pueden llevarnos a prestar más atención a ciertos aspectos de una situación y a ignorar otros, basándonos en nuestras experiencias y expectativas previas.
- Interpretación selectiva. Pueden generar interpretaciones sesgadas de la realidad. Las personas tienden a interpretar la información de manera que encaje con sus esquemas existentes, lo que puede llevar a malentendidos o distorsiones.
- Rellenar lagunas. También ayudan a llenar los vacíos en nuestra comprensión. Cuando enfrentamos información incompleta, tendemos a inferir detalles faltantes basándonos en nuestros esquemas preexistentes.
- Resistencia al cambio. Las personas pueden mostrar resistencia a la aceptación de nueva información que contradiga sus esquemas existentes.
- Cambio de esquemas. Sin embargo, y aunque los esquemas tienden a ser estables, también pueden cambiar con el tiempo debido a nuevas experiencias, información adicional o esfuerzo consciente para modificarlos.
- Afectan la memoria. Influyen en cómo se almacena y se recupera la información en la memoria. Se recuerda mejor la información que se ajusta a nuestros esquemas y a menudo se olvidan detalles que no encajan en ellos.
- Estabilidad y flexibilidad. Pueden ser estables y persistentes, pero también pueden adaptarse y cambiar con nuevas experiencias y aprendizaje.
- Impacto en el aprendizaje. Tienen un papel importante en el proceso de aprendizaje. Nuevos conocimientos se asimilan y se relacionan con esquemas previos, lo que facilita la comprensión y retención de la información.
- Aplicación en la resolución de problemas. También influyen en cómo se abordan los problemas y la toma de decisiones. Utilizamos esquemas para identificar patrones y aplicar soluciones previamente exitosas a situaciones similares.
Tipos de esquemas cognitivos
Esquemas sensoriales o marcos
Son esquemas que se tienen sobre los diferentes estímulos sensoriales. Se tiene un esquema de lo que es un buen o mal olor o sabor, de los sonidos (graves, agudos, maullidos, la voz de un cantante), de texturas (lisa, rugosa), etc.
Dentro de este tipo de esquemas, los visuales son los más comunes y los más fáciles de verbalizar, ya que resulta más difícil para un sujeto promedio hacerle entender a otro cómo es su esquema de un sabor, un olor o una textura.
Esquemas situacionales o guiones
Están relacionados con acciones concretas que se pueden realizar. Por ejemplo, los esquemas sobre cómo sentarse de manera habitual o en un restaurante de lujo son esquemas situacionales. Este tipo de esquemas aplican para cualquier acción realizable por el humano, se haya llevado a cabo o no.
Esquemas de dominio
Se refiere a los conocimientos formales que se tienen sobre determinados temas y permiten interactuar con sus elementos, establecer relaciones causales, detectar errores y más. El ejemplo de qué es una silla sería un esquema de dominio.
Otro ejemplo, el esquema de las fases del ciclo de la lluvia, no se debería confundir con un esquema situacional porque no es una acción que pueda realizar el humano. En la misma línea, saber cómo se fabrica un auto sería un esquema de dominio, pero replicar el proceso sería un esquema situacional.
Un escritor tiene esquemas situacionales sobre cómo se escribe un buen cuento. Este patrón lo aplica cuando escribe. Pero cuando este escritor lee un cuento de otro autor, lo que le permite distinguir si es un buen cuento o no son sus propios esquemas de dominio sobre el tema. Obviamente, para contextos distintos, los tipos de esquemas varían.
Gracias a los esquemas de dominio, la persona puede expresar lo que sabe y cómo lo sabe de una manera comprensible.
Esquemas sociales
Son los esquemas que se tienen sobre cada uno de los componentes de la vida social. Podrían confundirse con los esquemas situacionales, en tanto que muchas de las situaciones que se esquematizan son de tipo social, pero ambos se refieren a piezas de información diferentes dentro del contexto social.
En los esquemas sociales, por ejemplo, se almacena información sobre cada persona conocida, e incluso sobre los tipos de personas que se pueden conocer.
Así pues, se tiene un esquema sobre cada miembro de la familia, amigo o colega e incluso sobre celebridades y figuras públicas, pero también sobre lo que es, por ejemplo, un avaro.
De esta forma, se hablaría de un esquema situacional si la información es sobre cómo manejar una conversación con alguien intolerante. Sin embargo, sería de tipo social si se enfocara en cómo es una persona intolerante. Finalmente, sería un esquema de dominio si se centrara en las bases sociológicas de la intolerancia.
Estos esquemas almacenan la información sobre convencionalismos sociales (por ejemplo, la gratitud como valor positivo), roles sociales (qué hace un policía, un abogado, un astrólogo), de género (por ejemplo, qué es masculino), de edad, credo, etc., así como las metas sociales (qué se entiende por vida plena).
Por último, permiten comprender temas sociales desde una perspectiva personal. Por ejemplo, qué entiende cada uno por amor o amistad (cómo lo siente dentro de sí, en vez de cuánta teoría conoce sobre el tema). Todo esto le permite al sujeto integrarse efectivamente en su sociedad, manteniendo su salud mental.
Esquemas de autoconcepto
Se refieren a toda la información que maneja cada cual sobre sí mismo. Algunos autores lo consideran un tipo más específico de esquema social, en tanto que el yo está enmarcado en lo social, y lo que se es no se puede separar tan fácilmente del contexto social que lo arropa.
En la teoría de la mente, se concibe que el sujeto crea esquemas sobre cómo funcionan sus procesos mentales (por ejemplo, la tristeza), pero comprende que estos procesos mentales, si bien únicos e intransferibles, funcionan de igual forma en los otros. Así, comprender la tristeza propia permite comprender la del otro e interactuar.
Cada sujeto tiene un esquema sobre cada uno de sus roles sociales, que le permitirán comprender el de los otros. Así, tendrá un esquema de género, de credo, de ideología, de función social, etc. De aquí se desprenderán el autoconcepto, la autoestima, el sentido de pertenencia y más.
Desde esta perspectiva, la metacognición (la cognición que se tiene de los procesos cognitivos) es un tipo de esquema de autoconcepto. Gracias a esto la persona puede saber cómo aprende mejor, qué tan buena memoria tiene, etc.
Referencias
- Pozo, J. Teorías cognitivas del aprendizaje. Editorial Morata. España.
- Schema (psychology). Recuperado de en.wikipedia.org.
- Computational theory of mind. Recuperado de en.wikipedia.org.
- Cultural schema theory. Recuperado de en.wikipedia.org.
- Social schemas. Recuperado de en.wikipedia.org.