Taxi Driver es, sin duda, una película de culto. Fue dirigida por Martin Scorsese en 1976, escrita por Paul Schrader y protagonizada por un joven Robert De Niro. Cuenta también con las actuaciones de Harvey Keitel, Cybill Shepherd y Jodie Foster, de apenas 14 años.
Esta película es un drama que narra la vida de Travis Bickle, un excombatiente de la guerra de Vietnam que comienza a trabajar como taxista nocturno en el Nueva York de los años 70, y poco a poco se va involucrando con el mundo noctámbulo de la Gran Manzana.
Hemos hecho una selección con las mejores frases de Taxi Driver, filme ganador de la Palma de Oro del Festival de Cannes y nominado a 4 óscares. Es considerada una de las mejores películas de la historia del cine y de la filmografía de Scorsese.
Las mejores frases de Taxi Driver
-Creo que eres una persona solitaria. Paso seguido por este lugar y te veo aquí. Veo a muchas personas a tu alrededor. Y veo todos estos teléfonos y todas estas cosas sobre tu escritorio. No significan nada. Vi en tus ojos que no eras una persona feliz. -Travis.
-He sido un taxista por trece años. Diez años por las noches. Y aun así no soy dueño de mi propio taxi. ¿Sabes por qué? Porque no quiero. Eso debe de ser lo que quiero. Ir manejando por la noche el taxi de alguien más. ¿Me entiendes? -Wizard.
-Mierda. Estoy esperando a que el sol brille. -Travis.
-La soledad me ha seguido toda mi vida a todos lados. En los bares, en los autos, por las aceras, las tiendas, en todos lados. No hay escape. -Travis.
-No trates de arruinarlo. -Travis.
-¿Nunca habías escuchado hablar de la líbido de una mujer? -Iris.
-Doce horas de trabajo y aun así no puedo dormir. Maldición. Los días pasan y pasan. No terminan. -Travis.
-Escuchen, cabrones, cabezas de chorlito. He aquí un hombre que no tolerará más cosas. Un hombre que defendió la escoria, a los hijos de puta, a los perros, a la porquería, a la mierda. He aquí un hombre que los defendió. -Travis.
-Ahora lo veo claramente, mi vida entera se encuentra dirigida hacia una dirección, me doy cuenta ahora, nunca había existido una elección para mí. -Travis.
-Eres un chico divertido, pero la apariencia no lo es todo. -Sport Higgins.
-8 de junio. Mi vida ha tomado otro giro de nuevo. Los días pueden pasar con regularidad una y otra vez, siendo uno indistinguible del siguiente. Una larga y continua cadena. Y luego, de repente, ocurre un cambio. -Travis.
-Creo que sé a lo que te refieres, Travis. -senador Palantine.
-Llevarme a un lugar como este es tan emocionante como decirme “hay que tener sexo”. -Betsy.
-Trágate esto. -Travis.
-Tengo algunas malas ideas en mi cabeza. -Travis.
-Pienso que alguien debería de tomar esta ciudad… y tirarla por el retrete. -Travis.
-Yo diría que él tiene bastantes problemas. (…) Cuando entré y los vi a ambos sentados ahí, me pude dar cuenta de que no existía conexión entre ustedes. Y sentí que había algo entre nosotros. Esto me dio pie a hablarte. -Travis.
-Algún día, una lluvia verdadera vendrá y limpiará toda esta escoria de las calles. -Travis.
-Creo que los cáncer son los mejores amantes. -Iris.
-Yo no me la paso tirándome una bola de asesinos y drogadictos como tú. ¿A eso le llamas tener estilo? ¿En qué mundo vives? -Travis.
-Un día de estos me voy a “organizar”. -Travis.
-Cada noche que regreso el taxi a la cochera, tengo que limpiar el semen del asiento trasero. Algunas noches, limpio sangre. -Travis.
-Los días pasan y pasan… y no terminan. Todo lo que mi vida necesitaba era una noción de algún lugar a donde ir. O creo que uno deba dedicar su vida a la auto-atención mórbida, creo que uno debe de convertirse en una persona como los demás. -Travis.
-Si quieres ahorrarte dinero, no te la tires. Porque vendrás todas las noches por más. Tiene 12 años y medio. (…). Puedes hacerle lo que quieras, venirte dentro, darle por la boca y por el culo. Ella hará que tu pene esté tan duro que explotará. Pero nada violento, ¿de acuerdo? -Sport Higgins.
-Muerte al sexo. –Chica de la concesión.
-No hay escape. Soy el hombre solitario de Dios. -Travis.
-Estarás tan saludable como te sientas. -Travis.
-Déjame decirte algo. Estás en el infierno, y morirás en el infierno como el resto de ellos. -Travis.
-Todos los animales salen por la noche, las prostitutas, los maricones, las reinas, las hadas, los drogadictos, los enfermos, los mercenarios. (…) Llevo a las personas al Bronx, a Brooklyn, a Harlem. No me importa. No hace diferencia para mí. La hace para algunos. -Travis.
-Ay, nena, no quiero que te guste lo que haces. Si te gustara lo que haces entonces no serías mi mujer. -Sport Higgins.
-Déjame solo, estoy muerto. -Travis.
-¿Sabes a qué me recuerda a ti? Esa canción de Kris Kristofferson. Un compositor. “Él es un profeta… él es un profeta y un traficante, mitad verdad, mitad ficción. Una contradicción andante”. -Betsy.
-No lo sé. Eso es lo más estúpido que jamás haya escuchado. -Travis.
-Más rápido que tú, maldito hijo de puta… Te vi venir, maldita porquería. -Travis.
-Cuando obtienes un trabajo, te conviertes en el trabajo. -Wizard.
-¿Me estás hablando a mí? ¿Entonces a quién demonios más le estás hablando? Soy el único aquí. ¿A quién demonios piensas que le estás hablando? -Travis.
-¿Me estás hablando a mí? -Travis.
-Gracias a Dios por la lluvia que se lleva toda la basura de las banquetas. -Travis.
-Una vez tuve un caballo en Coney Island. Lo atropellaron. -Sport Higgins.
-29 de junio. Debo de ponerme en forma. Demasiado estar sentado ha arruinado mi cuerpo. He abusado demasiado de mi cuerpo por mucho tiempo. De ahora en adelante haré 50 lagartijas y 50 flexiones cada mañana. No más pastillas ni comida chatarra. -Travis.
-¿Así que qué es esto? ¿Quieres ser un taxista? ¿Necesitas un segundo trabajo? ¿Estás dobleteando? -Oficial de personal.
-Puedo trabajar a cualquier hora, en cualquier lugar. -Travis.
-No soy Bertrand Russell, ¿pero qué quieres de mí? Soy el conductor de un taxi… ¡No sé ni siquiera de qué estás hablando! -Wizard.
-No seas una puta, tienes tan solo 12 años. ¡Vete a casa! -Travis.
-Ey, no soy cuadrado, tú eres la que es cuadrada. Estás llena de mierda. ¿De qué estás hablando? Caminas con esos malditos asquerosos, malvivientes y degenerados en las calles y vendes tu pequeña vagina por cacahuates. ¿Y yo soy el cuadrado? -Travis.
-La primera vez que la vi fue en las oficinas centrales de la campaña de Palantine en la 63 y Broadway. Estaba usando un vestido blanco. Parecía un ángel. Fuera de toda esta porquería, ella está sola. No pueden tocarla… -Travis.
-Había un impulso que ambos estábamos sintiendo. De otra manera, nunca me hubiera sentido con el derecho de hablarte. Y sentí que no había nada entre tú y él. Cuando entré. Me di cuenta. ¿Tú también te sentiste así? -Travis.
-No estaría aquí si no fuera así. -Betsy.
-Eres una jovencita. Deberías de estar en casa. Deberías de estar vestida, salir con chicos, ir a la escuela, sabes, ese tipo de cosas. -Travis.
-¿Alguna vez has visto lo que una Magnum 0.44 le puede hacer a la vagina de una mujer? Ahora lo verás. -Pasajero.
-Me doy cuenta ahora lo tanto que ella es como los otros, fría y distante, y muchas personas son así, las mujeres de seguro, son como una unión. -Travis.