¿Qué es el plasma sanguíneo?
El plasma sanguíneo constituye en gran proporción la fracción acuosa de la sangre. Es un tejido conectivo líquido, que se moviliza a través de capilares, venas y arterias tanto en humanos como en los otros grupos de vertebrados en el proceso de circulación. La función del plasma es el transporte de gases respiratorios y diversos nutrientes que las células necesitan para su funcionamiento.
Dentro del cuerpo humano, el plasma es un fluido extracelular. Junto con el líquido intersticial o tisular (como también se llama) se encuentra fuera de las células o rodeándolas. Sin embargo, el fluido intersticial se forma a partir del plasma, gracias al bombeo por circulación desde los pequeños vasos y microcapilares cercanos a la célula.
El plasma contiene muchos compuestos orgánicos e inorgánicos disueltos que las células emplean en su metabolismo, además de muchas sustancias de desecho como consecuencia de la actividad celular.
Componentes
El plasma sanguíneo, al igual que los demás fluidos corporales, se compone mayormente de agua. Esta solución acuosa se compone de un 10% de solutos, de los cuales 0,9% corresponde a las sales inorgánicas, 2% a compuestos orgánicos no proteicos y aproximadamente 7% corresponde a proteínas. El 90% restante lo constituye el agua.
Entre las sales y iones inorgánicos que componen el plasma sanguíneo encontramos bicarbonatos, cloruros, fosfatos y/o sulfatos como compuestos aniónicos. Y además algunas moléculas catiónicas como Ca+, Mg2+, K+, Na+, Fe+ y Cu+.
Se encuentran también muchos compuestos orgánicos como urea, creatina, creatinina, bilirrubina, ácido úrico, glucosa, ácido cítrico, ácido láctico, colesterol, colesterina, ácidos grasos, aminoácidos, anticuerpos y hormonas.
Entre las proteínas se encuentran albúmina, globulina y fibrinógeno. Además de componentes sólidos, hay compuestos gaseosos disueltos, como el O2, CO₂ y N.
Proteínas plasmáticas
Las proteínas del plasma constituyen un grupo diverso de pequeñas y grandes moléculas con numerosas funciones. Actualmente, se han caracterizado unas 100 proteínas componentes del plasma.
El grupo proteico más abundante en el plasma es la albúmina, que constituye entre el 54 y 58%, y actúan en la regulación de la presión osmótica entre el plasma y las células del cuerpo.
Las enzimas también se encuentran en el plasma. Estas provienen del proceso de apoptosis celular, aunque no llevan a cabo ninguna actividad metabólica dentro del plasma, a excepción de aquellas que participan en el proceso de coagulación.
Globulinas
Las globulinas componen alrededor del 35% de las proteínas en el plasma. Este grupo de proteínas diverso se subdivide en varios tipos, según características electroforéticas, pudiéndose encontrar entre 6 y 7% de α1-globulinas, 8 y 9% de α2-globulinas, 13 y 14% de β-globulinas, y entre 11 y 12% de γ-globulinas.
El fibrinógeno (una β-globulina) representa aproximadamente un 5% de las proteínas y junto a la protrombina también encontrada en plasma, se encarga de la coagulación de la sangre.
Las ceruloplasminas transportan Cu2+ y además es una enzima oxidasa. Los bajos niveles de esta proteína en el plasma están asociados a la enfermedad de Wilson, que causa daños neurológicos y hepáticos por la acumulación de Cu2+ en estos tejidos.
Algunas lipoproteínas (de tipo α-globulinas) transportan lípidos importantes (colesterol) y vitaminas liposolubles. Las inmunoglobulinas (γ-globulina), o anticuerpos, intervienen en la defensa contra antígenos.
En total, este grupo de globulinas representa alrededor de 35% del total de proteínas, y se caracterizan, al igual que algunas proteínas de unión a metales también presentes, por ser un grupo de gran peso molecular.
¿Cuánto plasma hay?
Los líquidos presentes en el cuerpo, intracelulares o no, están conformados fundamentalmente por agua. El cuerpo humano, y el de otros organismos vertebrados, está compuesto por 70% de agua o más en peso corporal.
Esta cantidad de líquido se reparte en un 50% de agua presente en el citoplasma de las células, 15% de agua presente en los intersticios y 5% correspondiente al plasma. El plasma en el cuerpo humano representaría aproximadamente 5 litros de agua (más o menos 5 kilogramos de nuestro peso corporal).
Formación
En volumen, representa aproximadamente el 55% de la sangre. De este porcentaje, básicamente el 90% es agua y el 10% restante, sólidos disueltos. Además, es el medio de transporte de las células inmunitarias del cuerpo.
Cuando separamos por centrifugación un volumen de sangre, se puede observar fácilmente tres estratos en los que se distingue uno de color ambarino, que es el plasma, una capa inferior constituida por los eritrocitos (glóbulos rojos) y en medio una capa blanquecina donde están incluidos las plaquetas y glóbulos blancos.
La mayoría del plasma se forma a través de la absorción intestinal de líquido, solutos y sustancias orgánicas. Además de esto, el líquido plasmático y varios de sus componentes se incorporan a través de la absorción renal. De esta manera, la presión arterial se regula por la cantidad de plasma presente en la sangre.
Otra vía por las que se adicionan materiales para la formación del plasma es por endocitosis, o para ser precisos, por pinocitosis. Muchas células del endotelio de los vasos sanguíneos forman una gran cantidad de vesículas de transporte que liberan en el torrente circulatorio grandes cantidades de solutos y lipoproteínas.
Diferencias con el líquido intersticial
El plasma y el líquido intersticial, tienen composiciones bastante similares, sin embargo, el plasma sanguíneo presenta una gran cantidad de proteínas, que en la mayoría de los casos son demasiado grandes para pasar de los capilares al líquido intersticial durante la circulación de la sangre.
Líquidos corporales similares al plasma
La orina primitiva y el suero sanguíneo presentan aspectos de coloración y concentración de solutos muy similares a los del plasma.
La diferencia radica en la ausencia de proteínas o sustancias de peso molecular elevado en el primer caso, y en el segundo, constituiría la parte líquida de la sangre cuando se consumen los factores de coagulación (fibrinógeno) después de que esta ocurre.
Funciones
- El mantenimiento de la presión osmótica y del equilibrio electrolítico forman parte de las funciones más importantes del plasma sanguíneo.
- Se encarga de la movilización de moléculas biológicas, el recambio de proteínas en los tejidos y el mantenimiento del equilibrio del sistema buffer o tampón sanguíneo.
- Coagulación sanguínea. La coagulación sanguínea es la defensa hemostática dominante contra los daños de vasos sanguíneos y la pérdida de sangre. Los coágulos de sangre que cubren la fuga sanguínea se forman como una red de fibras a partir del fibrinógeno. Esta red llamada fibrina se forma por la acción enzimática de la trombina sobre el fibrinógeno, que rompe enlaces peptídicos, liberando fibrinopéptidos, que transforman dicha proteína en monómeros de fibrina, asociados entre sí para formar la red. La trombina se encuentra en forma inactiva en el plasma como protrombina. Al romperse un vaso sanguíneo, se liberan rápidamente plaquetas, iones de calcio y factores de coagulación, como la tromboplastina, al plasma. Esto desencadena una serie de reacciones que llevan a cabo la transformación de protrombina hacia trombina.
- Respuesta inmune. Las inmunoglobulinas, o anticuerpos, presentes en el plasma, tienen un papel fundamental en las respuestas inmunológicas del organismo. Son sintetizadas por células plasmáticas como respuesta a la detección de una sustancia extraña o un antígeno. Las células del sistema inmune reconocen estas proteínas, responden a ellas y generan una respuesta inmunológica. El plasma transporta inmunoglobulinas, siempre disponibles para usarse en cualquier lugar donde se detecte una amenaza de infección.
- Regulación. Los componentes del plasma sanguíneo cumplen una importante función como reguladores en el sistema. Dentro de las regulaciones más importantes están la osmótica, la iónica y de volumen. La regulación osmótica mantiene estable la presión osmótica del plasma, independientemente de la cantidad de líquidos que el organismo consuma. La regulación iónica se refiere a la estabilidad en las concentraciones de iones inorgánicos en el plasma. La tercera regulación consiste en mantener un volumen de agua constante en el plasma sanguíneo. Estos tres tipos de regulación dentro del plasma están muy relacionados y se deben en parte a la presencia de albúmina. La albúmina se encarga de fijar agua en su molécula, impidiendo que esta se escape de los vasos sanguíneos y regulando así la presión osmótica y el volumen de agua. Por otro lado, establece uniones iónicas transportando iones inorgánicos, manteniendo estables sus concentraciones dentro del plasma y en las células sanguíneas y otros tejidos.
Otras funciones importantes del plasma
- La función excretora de los riñones está relacionada con la composición del plasma. En la formación de la orina ocurre la transferencia de moléculas orgánicas e inorgánicas excretadas por las células y tejidos en el plasma sanguíneo.
- Muchas otras funciones metabólicas llevadas a cabo en distintos tejidos y células corporales son posibles gracias al transporte de las moléculas y sustratos necesarios para dichos procesos a través del plasma.
Referencias
- Hill, R. W., Wyse, G. A., Anderson, M., & Anderson, M. Animal Physiology (Vol. 3). Sunderland, MA: Sinauer Associates.
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- Teijón, J. M. Fundamentos de bioquímica estructural (Vol. 1). Editorial Tebar.
- Teijón Rivera, J. M., Garrido Pertierra, A., Blanco Gaitán, M. D., Olmo López, R. & Teijón López, C. Bioquímica Estructural. Conceptos y Tests. 2da. Ed. Editorial Tébar.
- Voet, D., & Voet, J. G. Bioquímica. Ed. Médica Panamericana.