La ganadería en el virreinato de Nueva España se caracterizó por la cría de ganado bovino, mulas y caballos, que servían de alimento, pero sobre todo como ayuda en la agricultura. A partir de 1524 también se introdujo la cría del cerdo y de ovejas.
La época de la conquista y la colonia significó una confrontación entre dos sociedades de costumbres muy distintas. El continente americano cambió muchas costumbres con la llegada de los españoles a su territorio a finales del siglo XV, empezando por los alimentos que consumían y el modo de producirlos.
Con la llegada de los españoles, la economía de Mesoamérica sufrió una transformación, pues se introdujeron nuevas técnicas para explotar la tierra. Esto sucedió especialmente en el virreinato de Nueva España, conformado por los territorios de la actual Norte y Centroamérica.
Esta región se distinguió por su mayor nivel de desarrollo y porque su población era más densa. Algunos historiadores indican que la introducción del ganado en las regiones más pobladas y desarrolladas del Nuevo Mundo tuvo grandes efectos de todo tipo, económicos, sociales y culturales. Por ejemplo, territorios que antes los ocupaban los indígenas, ahora se destinaban a animales, y eso incidía en el derecho de propiedad.
En el periodo mesoamericano de Nueva España, la siembra se dedicaba al maíz, granos, chiles y ajíes, cacao, calabaza y otros cultivos. Tras la conquista española, este espectro se amplió a otros rubros, como caña de azúcar, arroz, trigo y uvas.
Por supuesto, la introducción de mulas, caballos y ganado bovino cambió la forma de trabajar la tierra, e hizo que el arado fuese más rápido y eficaz.
Los animales criados en Nueva España
Con la llegada de los españoles llegaron también las vacas y los caballos. Los caballos se usaron, sobre todo, como medio de transporte. Hacían muy poco de animales de carga, puesto que ese trabajo ya lo hacían las mulas.
La vaca se utilizó para producir leche, de la cual se obtenían los lácteos, como queso y mantequilla. Por supuesto, también los indígenas conocieron la carne vacuna, aunque esta nada más la consumían los españoles.
De estos dos animales, el caballo llegó primero, pero el consumo de vacas se extendió rápidamente, cosa que ayudó a que los precios de la carne en ciudades como Puebla y México fueran accesibles para todos.
Hernán Cortés fue quien introdujo el cerdo en Mesoamérica, y luego llegaron las gallinas, las cabras y las ovejas, que se adaptaron muy bien al ecosistema mexicano. Todos estos animales formaron parte de la dieta de los conquistadores, y también de los conquistados.
La ganadería a disposición de la moda española
El ganado ovino se introdujo después de 1525. La lana de las ovejas se empleó como materia prima para elaborar textiles para abrigos y otras costumbres europeas. Estas modas hicieron que destacara el “ganado lanar” en la economía novohispana.
No era de extrañar, pues, que la ganadería ovina fuese la número uno en España para el momento por la misma razón y fue causa incluso de que la ganadería fuera la principal actividad económica de España, según los Reyes Católicos, ya que tenía precios muy elevados y, por tanto, favorecían los impuestos.
Por supuesto, bien es sabido que los territorios americanos enviaban a Europa mayormente minerales como oro, plata, cobre, mercurio e incluso diamantes, que fueron la causa de masacres de mayas y aztecas. También enviaban alimentos como azúcar y cacao, pues eran no perecederos. Las carnes no se exportaban a España.
Las reformas administrativas relacionadas con la ganadería
Se considera que la ganadería fue la primera actividad económica desarrollada en el virreinato de Nueva España. Esto porque la producción era favorecida por las condiciones del medio geográfico y el hecho de que contaban con los indígenas como mano de obra para el trabajo.
Al principio, se instauró un sistema de propiedad individual, asignándose los propios soldados tierras por botín de guerra, si bien la corona española les confirmó luego la posesión de esas tierras a través de un documento real denominado merced. A quienes se les adjudicaban estas mercedes estaban obligados a construir casas, introducir ganado, cultivar la tierra y a no vender en 4 años, periodo que estipulaba la corona para dar títulos de propiedad.
Posteriormente, se instituyeron las encomiendas, que eran la repartición de indígenas para trabajar la tierra. A un propietario de tierras se le asignaba una cantidad de trabajadores indígenas, y el español estaba obligado a mantenerlos y a convertirlos a la religión católica (hay que acotar que esto lo cumplieron pocos españoles).
Fue una manera de que los colonos pudiesen vivir en las tierras conquistadas, pero trajo como consecuencia abusos terribles hacia los indígenas.
Hacia la segunda mitad del siglo XVI, el interés por las tierras y las actividades agropecuarias de los españoles se incrementaron notoriamente. El aumento del uso de tierras para ganadería generó la formación de muchas haciendas ganaderas. La concesión de tierras a nuevos colonos produjo conflictos entre los encomenderos originales y los nuevos propietarios, traduciéndose en disputas por territorios, mano de obra y mercados.
Así, en 1632, la corona eliminó la repartición forzosa de trabajadores, e instituyó su contratación a cambio de un salario. Esto favoreció a los grandes propietarios, que tenían los recursos económicos para pagar a los indígenas. A partir de entonces, los indígenas comenzaron a vivir en las tierras donde les contrataban, teniendo hijos y practicando todas sus costumbres (cosa que no había sucedido antes).
De este modo, las haciendas pasaron a convertirse en asentamientos, y se dividían en rancherías, donde vivían los rancheros (que se dedicaban a la ganadería y la agricultura) y el casco de la hacienda, donde vivía el dueño o el administrador.
Hay que mencionar que la corona española, debido a los numerosos abusos hacia los indígenas, y para evitar la formación de una nobleza en el Nuevo Mundo, expidió diversas leyes (enmarcadas en las Leyes de Indias) regulando y reconociendo propiedades indígenas.
Entre ellas se pueden citar las referidas a la prohibición de que los encomenderos tomasen prados y tierras indígenas para la ganadería, o al mandato de que se estableciesen estancias ganaderas lejos de los pueblos indígenas, a que ya no fuesen tomados como esclavos sino como asalariados y a la dotación de tierras para indígenas dispersos. Todas estas leyes se promulgaron entre 1536 y 1551.
Se constituyeron así “repúblicas de indios” donde los indígenas podían cultivar la tierra y criar ganado. Naturalmente, esto también trajo conflictos no solo con los españoles, sino también con los diversos grupos indígenas que habitaban México.
Conclusión
La ganadería no solo sirvió para reformar la economía y la cultura. También promovió el establecimiento del marco social entre los habitantes de las colonias, que se dividían por su origen, características que les concedían jerarquía en la sociedad.
Bibliografía
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- Martínez, J. La ganadería en Nueva España.