¿Qué es el aseo personal?
El aseo personal es la limpieza que cada persona se hace a sí misma para prevenir enfermedades y mantener un buen estado de salud. Los buenos hábitos de higiene personal son una de las mejores formas de prevenir enfermedades, evitar transmitirlas y mantener limpio y aseado el cuerpo externo.
La limpieza y el aseo personales han estado presentes en la humanidad desde tiempos remotos. Los baños fueron una de las primeras formas de aseo personal que se conocen, datan entre 4000 o 3000 a.C., y eran habituales entre algunas culturas como la egipcia, la griega, la babilónica, la india o la turca.
En Egipto, esta forma de aseo se combinaba con rituales religiosos. Los sacerdotes se bañaban hasta dos veces al día. El baño también tenía un significado religioso para la cultura india, pues se pensaba que esta ceremonia servía para atraer a los buenos espíritus.
Por otro lado, los chinos inventaron los cepillos de dientes y el papel higiénico, aunque no pasaron al resto del mundo sino muchos siglos después.
Hábitos para mantener una buena higiene personal
1. Lavarse las manos con frecuencia
Las manos son una de las fuentes principales a la hora de contraer y contagiar infecciones. Es muy importante tomar algunas medidas preventivas de higiene, realizando un correcto lavado de manos antes de comer o después de ir al baño. Este aseo debe aumentarse cuando se está enfermo o cuando ha habido contacto con alguien enfermo.
El proceso adecuado para lavarse las manos se divide en cuatro pasos:
- Mojarse las manos con agua limpia, ya sea templada o fría, cerrar el grifo y aplicar jabón.
- Frotar las manos con el jabón haciendo espuma, juntando palma con palma, y después en la parte superior de la mano, así como entre los dedos y las uñas. Este proceso debe durar al menos 20 segundos.
- Enjuagar las manos bajo el agua del grifo.
- Secar las manos con una toalla de papel o bajo un secador.
2. Mantener la piel limpia e hidratada
Para tener una buena higiene corporal es recomendable ducharse una vez al día. Aunque se suele creer que la ducha es el mejor remedio para mantener una buena higiene, hay que tomarla con cautela, pues hay algunos hábitos que pueden perjudicar la salud de la piel.
Es a partir de la adolescencia cuando se establece el rito de una ducha diaria. Aunque esta actividad suele aportar muchos beneficios psicológicos, no lo es tanto para nuestra piel si no se usan los productos adecuados.
Un exceso de higiene, los componentes químicos de los productos o una temperatura del agua demasiado alta puede fomentar la aparición de afecciones cutáneas, como la piel seca o la dermatitis atópica.
3. Lavarse los dientes correctamente
La boca es una de las partes que más sensación de buena o mala higiene causa en los demás. Una boca mal cuidada puede derivar en la aparición de caries, pérdida de dientes, un mal aliento o en enfermedades como la periodontitis.
Es aconsejable cepillarse los dientes tres veces al día, después de cada comida y especialmente por la mañana y antes de dormir, ya que durante la noche la actividad bacteriana es más prolongada. Este proceso debe darse pasados 20 o 30 minutos después de la ingestión de alimentos y debe durar unos tres minutos.
4. Cuidar bien los pies
La limpieza y el cuidado diario de los pies es muy importante, especialmente para los diabéticos que, de esta forma, pueden prevenir la aparición de úlceras. Aunque quienes padezcan esta enfermedad deben contar siempre con un asesoramiento médico.
Algunos pasos para una limpieza correcta de los pies son:
- Lavar los pies a diario con agua y jabón, incidiendo en el espacio que hay entre los dedos.
- Secar bien los pies con una toalla, insistiendo de nuevo entre los dedos para evitar la aparición de grietas u hongos.
- Hidratar de manera adecuada los pies, en este caso no aplicar crema entre los dedos.
- Usar zapatos cómodos y adecuados a la forma del pie.
5. Una higiene íntima adecuada
Mantener una buena higiene en las partes genitales no solo evita el mal olor, sino también infecciones por hongos, especialmente en el caso de las mujeres. Además, una buena limpieza íntima es fundamental a la hora de mantener relaciones sexuales.
Tanto hombres como mujeres deben cambiar todos los días la ropa interior y lavar su zona íntima a diario. La ropa más aconsejable es la de algodón. En el caso de las mujeres son frecuentes las candidiasis, por ello es muy importante el uso de jabones especiales.
6. Lograr un pelo sano, limpio y brillante
El cabello debe lavarse dos o tres veces por semana. Debe lavarse con más frecuencia en el caso de personas que practican mucho deporte o sudan en exceso.
En el caso del cabello seco es aconsejable el uso de aceites y mascarillas para hidratar el pelo. Es aconsejable cortárselo frecuentemente para asegurar un crecimiento fuerte y sano del cabello, evitando que se vuelva quebradizo.
Hay que vigilar especialmente a los niños, para evitar el contagio de piojos o tratarlo a tiempo.
7. Usar ropa limpia
La ropa es como una capa más de piel que también acumula bacterias, tanto del propio cuerpo como del exterior. Además de la ropa interior, que debe cambiarse a diario, es recomendable cambiar de ropa frecuentemente, especialmente después de la ducha.
Esto, además de hacer sentir mejor a la persona, le previene de las infecciones causadas por las bacterias que pueda acumular la ropa. El cambio debe ser más frecuente en verano, ya que se suda más. Con respecto al sudor, es bueno que se trate de prendas transpirables, especialmente el calzado.
8. Poner atención al cuidado personal
El “cuidado personal” hace referencia a llevar las uñas bien cortadas, a la limpieza correcta después de ir al baño, y a la limpieza de la zona facial. A la hora de cortar las uñas, hay que tener en cuenta algunos consejos:
- Cortar las uñas de los pies de forma recta, nunca redondeada, para permitir que la nueva uña crezca bien.
- No acercarse en exceso a la piel, de esta forma se evitan cortes innecesarios.
Al hablar de la limpieza de la cara, de nuevo hay que tener en cuenta el tipo de piel: si es sensible, seca o con acné. Hoy en día existen muchos productos distintos para obtener una limpieza más completa de la zona facial.
Hay que tener especial cuidado con la nariz, que debe limpiarse frecuentemente, especialmente cuando hay presencia de mocos. La mejor forma de lavar la nariz es con una mezcla de agua y sal o con suero fisiológico.
Otra parte importante son los oídos, la forma más aconsejable son las gotas o acudir a un especialista si hay demasiada cera, pero nunca introducir bastoncillos.
Los ojos se limpian con las propias lágrimas, aunque existe una gran diversidad de colirios para combatir la sequedad de forma complementaria. En todo caso, nunca debe introducirse jabón en el órgano ocular. Si esto sucede de forma accidental, aclarar con abundante agua.
Por otra parte, el afeitado y la depilación son dos elementos estéticos que repercuten en la sensación de higiene personal, aunque hay que tener especial cuidado con la depilación genital, ya que puede generar infecciones.
9. Contar con artículos personales de higiene
Es recomendable que cada persona en el hogar tenga su propio peine, su jabón, su afeitadora, su toalla, etc. Es lógico que el cepillo de dientes sea exclusivamente personal.
10. Limpieza en la ducha
Se recomienda tener una esponja o cepillo para limpiar la piel (para una sola persona), con la que eliminar, durante la ducha, las células muertas de la espalda y las piernas. Lo aconsejable es utilizar esta esponja o cepillo una o dos veces a la semana.
11. Cortarse las uñas con frecuencia
Lo ideal es que sea una vez a la semana. Así se evita la acumulación de bacterias debajo de las uñas.
Referencias
- Smith, V. Clean: A History of Personal Hygiene and Purity, Oxford University Press.
- Sherrow, V. For Appearance’ Sake. The Historical Encyclopedia of Good Looks, Beauty and Grooming. Estados Unidos, Oryx Press.