¿Qué es la historia anticuaria?
La historia anticuaria se define como la selección y recolección de datos y hechos históricos que posteriormente pueden describirse detalladamente. Se trata de uno de los tipos de historia, en el que el investigador (el anticuario) estudia de forma personal, aficionada, hechos del pasado, haciendo énfasis en los objetos.
Así, en efecto, la historia anticuaria es aquella que conserva algunos modelos, tradiciones y artefactos para recordarnos nuestro pasado.
Algunos ejemplos de esto se pueden encontrar en los rituales realizados en un servicio religioso o en las tradiciones del ejército. Es posible que la gente no sepa por qué los está haciendo, pero siguen siendo importantes.
Asimismo, las tiendas de anticuarios conservan y venden diversos objetos que pertenecieron a otras épocas.
Historia anticuaria, anticuarios e historiadores
El anticuario siempre ha estado estrechamente relacionado con la historia, sobre todo porque son ambas disciplinas las que se ocupan principalmente de la investigación de lo antiguo.
Los historiadores, sin embargo, generalmente no usan la palabra “anticuario” en un sentido positivo. Si un texto es descrito como “anticuario”, la implicación es que su enfoque es estrecho, que está lleno de detalles, pero que no ve el “panorama general”.
Comparativa de objetivos
La erudición anticuaria puede ser meticulosa, pero a menudo hay una suposición de que el tema es recóndito, de escaso provecho para alguien exceptuado el experto, y que en medio de detalles sin mayor constancia científica, el argumento se pierde.
En cambio, la historia busca investigar, entender y analizar lo antiguo. Está interesada tanto en las doctrinas como en los artefactos, y medita tanto lo general como lo específico. Es una interpretación del pasado más que un estricto reconocimiento de análisis reales.
Expresión histórica de John Earle sobre la historia anticuaria
Hay una gran leyenda de esta percepción negativa del anticuario con respecto a la historia. De hecho, durante el período de 1700-1800 se ridiculizó el perfil de los anticuarios mediante la siguiente expresión:
“Un hombre extrañamente sediento del tiempo pasado, y un enemigo en verdad, de donde saca muchas cosas cuando ahora están todas podridas y apestando. Es aquel que tiene esa enfermedad no natural de estar enamorado de la vejez y las arrugas, y ama todas las cosas (como los holandeses aman el queso) mohosas y carcomidas por gusanos”.
Esta imagen del anticuario sugiere una obsesión patológica insalubre hacia lo antiguo, que valora los objetos indiscriminadamente por su estado y su derroche de decadencia, más que por su sentido o significado.
La crítica de John Earle es cruelmente ingeniosa, pero ofrece poca información sobre las actividades desempeñadas por los anticuarios en la actualidad.
Sociedades anticuarias y sus actividades
Dadas las asociaciones negativas de la palabra “anticuario”, no es sorprendente que pocas personas ahora se definan como tales.
Hay, sin embargo, una sociedad grande y floreciente de anticuarios instaurada en 1707 y que tiene una membresía vigente que sobrepasa las 2.000 personas.
Del mismo modo, existen grandes sociedades a nivel regional y local que hacen uso del término “anticuario” en su rótulo, como la Cambridge Antiquarian Society, la Halifax Antiquarian Society, la Bradford Historical and Antiquarian Society o la Sociedad Numismática y Anticuaria de Filadelfia.
Los miembros de la London Antiquarian Society incluyen a los arqueólogos, analistas del arte, analistas de la arquitectura, historiadores con experticia en cualquier período de la cronología arcaica, archivistas y expertos involucrados en la herencia y el mantenimiento.
Gran parte de sus miembros, sin embargo, se ocupan de ciertos aspectos de los residuos materiales de los tiempos pasados, ya sea a través de la arqueología, trabajos artísticos, pergaminos y libros, o estructuras construidas.
Los investigadores arqueológicos rebasan en cantidad a los otros expertos dentro de la London Antiquarian Society. Y aunque la reciente exposición que celebraba la historia de la Sociedad de Antigüedades se llamaba “hacer historia”, había un énfasis innegable en la contribución de la compañía y su membresía al desarrollo de la arqueología como profesión y disciplina.
Por lo tanto, los anticuarios en la actualidad todavía están asociados a un acercamiento orientado a objetos del pasado y con la excavación y preservación de sus restos materiales.
¿Qué ofrece el anticuario a la historia?
Tradicionalmente, la historia anticuaria fue vista como la “sirvienta”, proporcionando las materias primas a partir de las cuales podría construirse una narración auténtica y comprobando los eventos históricos con material corroborativo derivado de la evidencia de, por ejemplo, monedas e inscripciones.
Pero esta comprensión de la naturaleza de la relación entre el anticuario y la historia se articuló en un momento en que la escritura de la historia era básicamente una acción literaria, más que una labor de exploración, como lo entenderíamos hoy en día.
Hubo gran esfuerzo por parte del historiador por escribir una narración que fuera elegante en tono y edificante en contenido.
La intención de escribir los sucesos históricos era suministrar una pauta de acción para el presente. Por su parte, el anticuario simplemente se preocupaba por la recuperación del detalle empírico del pasado.
Hoy en día, las sociedades anticuarias se enorgullecen de evitar conjeturas, fantasías, distorsiones y exageraciones.
Mientras que los cronistas escriben buscando desenlaces polémicos, para probar una ideología moral, social o política, el anticuario exhibe los eventos meramente como ocurrieron. El anticuario es cuidadosamente imparcial.
Referencias
- John Earle (1897). Micro-cosmographie, Or, A Piece of the World Discovered in Essays and Characters. Google Books: W. Crofton Hemmons.
- Sir Richard Colt Hoare (1975). The Ancient History of Wiltshire. Google Books: EP Publishing [for] Wiltshire County Library.