Los hongos no producen su propio alimento porque no poseen clorofila, ni ninguna otra molécula que absorba energía solar. Por esto, son incapaces de realizar la fotosíntesis, lo cual ha hecho que sus estrategias de supervivencia se hayan diversificado, como veremos más adelante.
Originalmente, se incluyó a los hongos en el grupo vegetal y posteriormente se decidió clasificarlos como un reino particular. En la actualidad, el estudio molecular de varios genes reporta una semejanza sorprendente entre los hongos y los animales.
Adicionalmente, los hongos poseen quitina como compuesto estructural, tal como algunos animales (camarones en su caparazón) y ninguna planta.
Los organismos pertenecientes al reino de los hongos, incluyen trufas, setas, levaduras, mohos y otros organismos. El reino Fungi conforma un grupo de rango igual al de las plantas y el de los animales.
¿Por qué los hongos no son capaces de producir sus alimentos?
A través de la fotosíntesis, las plantas y las algas almacenan energía solar en forma de energía química en carbohidratos que les sirven de alimento.
La razón fundamental por la cual los hongos no pueden producir sus alimentos, es porque no poseen clorofila, ni ninguna otra molécula capaz de absorber la luz del sol y, por tanto, son incapaces de realizar la fotosíntesis.
Los hongos son organismos heterótrofos que requieren alimentarse de otros organismos, vivos o muertos, ya que no poseen un sistema independiente productor de alimentos, como lo es la fotosíntesis.
Sustancias de reserva
Los hongos tienen la capacidad de almacenar glucógeno y lípidos como sustancias de reserva, contrastando con las plantas que reservan almidón.
¿Qué sabemos de los hongos en general?
Los hongos, como las bacterias, viven en todos los ambientes y se estima que hasta ahora se han identificado solamente unas 81.000 especies, las cuales pudieran representar un 5% del total de las que se supone pudiesen existir en el planeta.
Muchos hongos infectan cultivos, alimentos, animales, plantas en general, edificaciones, ropas y a los humanos. En contraparte, muchos hongos son la fuente de una amplia gama de antibióticos y otros medicamentos. Muchas especies fúngicas se emplean en biotecnología en la producción de enzimas, ácidos orgánicos, pan, quesos, vino y cerveza.
Existen también muchas especies de hongos comestibles como los champiñones (Agaricus bisporus), el Portobello (variedad más grande de Agaricus bisporus), el Huitlacoche (Ustilago maidis), hongo parásito del maíz, muy popular en la cocina mexicana; el shiitake (Lentinula edodis), los Porcinis (Boletus edulis), entre muchos otros.
¿Cómo es la nutrición de los hongos?
La alimentación de los hongos es heterótrofa del tipo osmotrófica. Los organismos heterótrofos se alimentan de otros organismos, vivos o muertos.
El término osmotróficos se refiere a la característica de los hongos de absorber sus nutrientes en forma de sustancias disueltas; para esto tienen una digestión exterior, pues excretan enzimas digestivas que degradan moléculas complejas presentes en su entorno, transformándolas en otras más sencillas que pueden ser absorbidas fácilmente.
Desde el punto de vista de su nutrición, los hongos pueden ser saprobios, parásitos o simbiontes:
Saprobios
Se alimentan de materia orgánica muerta, tanto animal como vegetal. Los hongos saprobios cumplen un papel importantísimo dentro de las cadenas tróficas de los ecosistemas.
Junto a las bacterias son los grandes descomponedores, que degradando moléculas complejas de restos de animales y plantas, reinsertan nutrientes en forma de moléculas sencillas en el ciclo de materia del ecosistema.
La importancia de los descomponedores dentro de un ecosistema es equivalente a la de los productores, pues ambos producen nutrientes para el resto de los integrantes de las cadenas tróficas.
Parásitos
Los organismos parásitos se nutren del tejido vivo de otros organismos. Los hongos parásitos se instalan en órganos de plantas y animales, provocando daño en sus tejidos.
Existen hongos parásitos obligados y parásitos facultativos, los cuales pueden cambiar de la forma de vida parasitaria a otra que les resulte más conveniente (por ejemplo saprobia), dependiendo de las posibilidades del medio que les rodea.
Simbiontes
Los simbiontes se asocian con otros organismos en formas de vida que aportan beneficios a ambos participantes. Por ejemplo, los hongos pueden asociarse con algas y formar líquenes, donde el hongo toma nutrientes del alga fotosintética y funciona como organismo protector frente a algunos enemigos. En algunas oportunidades, el alga y el hongo desarrollan formas combinadas de reproducción.
Referencias
- Fungi Ecosystem Processes. 2nd Boca Raton: CRC Press.
- Fungi: Biology and Applications. New York: John Wiley.