La actividad humana en la extinción de los seres vivos tiene un gran impacto, ya que la sobrepoblación humana, el uso indiscriminado de los recursos naturales y la contaminación de los ecosistemas propician la desaparición de las especies.
El ser humano ha modificado, por intervención de la mano del hombre, las condiciones físicas, químicas y biológicas del planeta. El 50% de la masa terrestre ha sido transformada para uso humano, lo cual abarca la producción de alimentos para su consumo, y la conversión de espacios naturales en ámbitos industrializados.
Además, los seres humanos absorben el 42% de los productos netos de la tierra, mediante la agricultura y la ganadería masiva. En complemento, también consumen el 30% de la productividad primaria neta marina, y el 50% del agua dulce del planeta.
Entre las actividades humanas con mayor repercusión en la extinción y el peligro de las especies silvestres, tenemos:
– Cacería furtiva y cosecha indiscriminada: estas actividades provocan un aumento considerable en la tasa de mortalidad de las especies involucradas.
– Prácticas de uso de la tierra: la tala y la quema de árboles destruyen ecosistemas completos, erradicando el ámbito de desarrollo de las especies afectadas.
El crecimiento exacerbado de la población mundial ha llevado a la construcción de ciudades mal planificadas, solo para suplir el requerimiento habitacional por la sobrepoblación humana.
Por ende, la deforestación para el desarrollo urbano y suburbano también incide en la extinción de las especies.
– Introducción, intencional o no intencional, de enfermedades, parásitos y depredadores destructivos y/o animales exóticos.
– Explotación desmedida de recursos forestales y minerales: este tipo de prácticas inducen la pérdida del hábitat de millones de especies en el mundo anualmente.
– Contaminación del agua, el aire y el suelo: el deterioro ecológico por este tipo de acciones es inmenso.
Las emisiones desmedidas de dióxido de carbono, el uso de elementos no biodegradables, la polución sobre los cuerpos de agua, el aire y el suelo; todo suma al daño ambiental y a la destrucción del hábitat de las especies.
– El cambio climático global: el aumento de las emisiones de gases por el efecto invernadero y el aumento de la temperatura inducido por las actividades humanas, propician la extinción de las especies.
Además, estos factores dan pie a la inestabilidad demográfica de la flora y fauna silvestre, lo que trae como consecuencia la disminución de las poblaciones y su desaparición paulatina.
La sobrepoblación humana hace que los animales y planta desaparezcan 1000 veces más rápido en comparación a los registros de hace 65 millones de años, antes de la aparición del hombre.
El científico Edward Wilson, profesor de la Universidad de Harvard, estableció en 1993 que en el planeta tierra se extinguen más de 30 mil especies anuales.
Se puede estar en riesgo de extinguir especies clave para el equilibrio de los ecosistemas, por su función e interacción con otras especies.
Así mismo, puede que se pierdan elementos vivos que constituyen una fuente de materia prima para actividades y necesidades cotidianas de uso directo e indirecto para el hombre.
La solución al problema radica en internalizar y concientizar sobre el papel del hombre en el equilibrio de los ecosistemas, y trabajar en conjunto para minimizar el impacto ambiental de las actividades humanas en la actualidad.
Referencias
- Castañeda, G., y Valenzuela, S. (2014). El hombre y la extinción de las especies. Diario EL Siglo del Torreón. Coahuila, México. Recuperado de: elsiglodetorreon.com.mx
- De la Torre, D. (2010). La Nueva Extinción. Revista Quo. México DF, México.
- Endangered Species – Human Causes Of Extinction And Endangerment – Wild, Caused, Water, and Populations (2012). JRank Articles. Recuperado de: science.jrank.org
- Human Population Growth and Extinction (2009). Center for Biological Diversity. Recuperado de: biologicaldiversity.org
- Natural and Human Impacts on Wildlife (2015). New Hampshire Public Television. Durham, Inglaterra. Recuperado de: nhptv.org.