¿Quién fue Leonor de Aquitania?
Leonor de Aquitania (c. 1122-1204) fue duquesa de Aquitania por derecho propio, así como reina consorte de Francia (1137-1152) y de Inglaterra (1152-1189). Perteneció a la casa de Poitiers y ejerció una cuota de poder poco común para las mujeres de la época.
Le brindó apoyo reiterado al arte y las letras, ya que fue mecenas de trovadores y poetas de su tiempo, quienes sin su respaldo no habrían podido desarrollar sus actividades. Especialmente tras su retorno a Poitiers, donde se consolidaron conceptos como el del amor cortés.
Pero ese no fue el único escenario en el que Leonor de Aquitania jugó un importante papel. Participó de primera mano en conflictos bélicos, como fue el caso de la segunda cruzada, en la que dirigió sus propios ejércitos.
Tras la muerte de su hermano, siendo aún una niña, Leonor se convirtió en heredera del ducado de Aquitania, que tenía más territorio de lo que era el reino de Francia en aquel momento, por lo que despertó el interés de muchos pretendientes de alto rango. Sus primeras nupcias la unieron con Luis el Joven, que sería posteriormente rey de Francia.
De la unión de Leonor con Luis nacieron dos hijas. Cuando la relación entre ambos se terminó definitivamente, la duquesa de Aquitania solicitó una anulación al papa, que este concedió.
Tras eso contrajo nupcias con Enrique de Plantageret, heredero de la corona inglesa. En su matrimonio con Enrique II tuvo 8 hijos, de los cuales dos llegaron a ocupar el trono de Inglaterra: Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra.
Ella misma azuzó a sus hijos para que se levantaran en armas contra Enrique II, lo que le garantizó una larga estancia como prisionera de su propio esposo hasta 1189. Durante sus años finales siguió ostentando una gran influencia en los gobiernos de sus hijos, hasta que falleció a los 82 años.
Biografía de Leonor de Aquitaniaa
Primeros años
Leonor (o Alienor) de Aquitania nació c. 1122. El lugar de nacimiento genera controvertidos debates para los historiadores, que plantean tres posibilidades: Poitiers, donde pasó la mayor parte de su infancia, Burdeos o Nieul-sur-l’Autise.
Su madre fue Leonor (Aenor) Chatellerault, y su padre, Guillermo X de Aquitania, o el Tolosano. Ambos tuvieron dos hijos más, otra niña de nombre Petronila y un varón llamado Guillermo, como su padre.
Guillermo X era hijo de Guillermo el Trovador. Este, además de haber ostentado los títulos de duque de Aquitania y conde de Poitiers, fue el primer poeta en emplear la lengua occitana en sus textos.
En 1130 falleció Guillermo, el hermano de Leonor, lo que la hizo heredera de las posesiones y títulos de su padre. Esto la convirtió en dueña de dominios que superaban a los del propio rey francés.
Educación
Desde muy temprano, por su condición de noble, Leonor recibió una educación que excedía en profundidad y calidad a lo que estaba previsto para cualquier joven de cualquier extracción social. Se la instruyó en aritmética, astronomía e historia, áreas en las que pocas jóvenes tenían conocimientos.
Sin embargo, no se descuidó el rol que estaba destinada a cumplir como mujer y señora de su propio hogar. La administración de la casa, al igual que costura, bordado y tejido, fueron aspectos en los que se le preparó adecuadamente.
Además, como era esperado de una joven de su estatus, debía estar preparada para las actividades sociales, por lo que la aleccionaron con ahínco en sus talentos conversacionales, así como en el baile y los principales juegos de mesa de la época.
Leonor conocía de música, podía cantar y tocar el arpa. Asimismo, hablaba con fluidez lenguas como el latín y el poitevino, que era su idioma materno. Otras actividades en las que estaba preparada eran la caza y la equitación.
De ese modo, Guillermo X se aseguró de dejar sus dominios en manos de una muchacha capaz de manejar los asuntos a la altura de su posición.
Muerte de su padre y ascenso
Leonor y su hermana Petronila viajaron hasta Burdeos en 1137. Por solicitud de Guillermo X, el arzobispo radicado allí accedió a cuidar de las muchachas, de modo que su padre pudiese realizar la peregrinación a Santiago de Compostela con tranquilidad.
Pero aquel viaje sería el último del duque de Aquitania, puesto que falleció el 9 de abril de 1137, lejos de su hogar y de sus hijas. Sin embargo, anticipándose a los acontecimientos, Guillermo había preparado todo el proceso que tendría lugar tras su muerte.
Le encargó a Luis VI la tarea de velar por su hija Leonor, que entonces tenía 15 años. Solicitó que encontrara un esposo adecuado para ella y se hiciera cargo de su seguridad mientras aparecía el pretendiente correcto.
A pesar de que el rey de Francia, Luis VI, conocido como el Gordo, estaba gravemente enfermo, todavía poseía intactas sus facultades mentales, con lo que pudo ver la puerta que se abría para que su hijo retomara los territorios de los Poitiers.
El monarca envió una carta notificando todo a la joven Leonor, tanto la muerte de Guillermo X, como el deber que le encomendó de encontrar un esposo para ella. El candidato escogido fue Luis el Joven, hijo del rey y heredero al trono francés.
Primer matrimonio de Leonor de Aquitania
Luis el Joven tenía 17 años y Leonor cerca de 15. Junto con el novio salieron 500 caballeros a acompañarle en su travesía hasta Burdeos, donde lo esperaba su futura esposa.
El 25 de julio se realizó la unión sin demoras en la catedral de San Andrés de Burdeos, ceremonia en la que además se convirtieron en duques de Aquitania y condes de Poitiers.
Sin embargo, las tierras de Aquitania no se unieron a Francia, pues aquellos dominios permanecerían independientes hasta que un hijo varón engendrado por la pareja cumpliera la edad suficiente y ascendiera a ambos tronos.
El 1 de agosto de 1137 murió el rey Luis VI de disentería. Eso significó la coronación de la joven pareja, en la navidad de ese mismo año.
A pesar del profundo amor que Leonor había despertado en Luis VII, ella no terminaba de agradar a los franceses, que la veían como una joven frívola, indecorosa y extranjera. No obstante, Luis le consentía todos sus caprichos, e incluso se dejaba influenciar por ella en asuntos de Estado.
Luis VII contra el papa
Cuando el arzobispado de Bourges quedó vacante, el rey Luis VII propuso para el puesto a uno de sus fieles servidores, llamado Carduc.
En paralelo, el papa Inocencio II y el Colegio Cardenalicio mostraron su apoyo a Pierre de la Chatre, a quien consagraron a pesar de haber sido vetado por el rey.
En respuesta a lo que consideró como un atropello, Luis VII ordenó cerrarle las puertas de la ciudad al recién apuntado arzobispo de Bourges, lo que significó una afrenta frontal al papa.
Inocencio II catalogó el comportamiento del francés como “infantil” y comentó que le faltaban lecciones de disciplina. Luis VII, enardecido, dijo que mientras estuviese vivo, Pierre de la Chatre no entraría a Bourges.
Así se inició una serie de tensiones entre Roma y Francia que duraría varios años e, incluso, desencadenó una guerra interna en los territorios de Luis VII.
Conflicto con el duque de Champagne
Teobaldo I, duque de Champagne, fue el primero en comenzar las acciones hostiles contra Luis VII al darle refugio a Pierre de la Chatre. El gobernante francés supo que a partir de entonces el ducado se había convertido en un enemigo más.
Leonor presionó a Luis VII para que le concediera permiso a Raúl I de Vermandois para repudiar a su esposa, Leonor de Blois, y desposar a su hermana Petronila de Aquitania. El mandatario franco dio su visto bueno, especialmente porque Leonor de Blois era hermana de Teobaldo I.
De ese modo, se desencadenó un enfrentamiento armado que duró dos años, entre 1142 y 1144, cuando los hombres de Luis VII lograron hacerse con Champagne.
El mismo rey participó en la toma del pueblo conocido como Vitry-le-François. Allí fallecieron más de 1.000 personas cuando incendiaron la iglesia en la que estaban refugiados los habitantes.
Además, Petronila y Raúl I de Vermandois fueron excomulgados por el papa Inocencio II, que no consintió en la separación del conde y su esposa, lo que hacía que su nueva unión no se alinease con los principios de la religión católica.
Mediación de Bernardo de Claraval
En 1144, Leonor de Aquitania, reina consorte de Francia, se dirigió al monje Bernardo de Claraval en Saint Denis. Entonces le solicitó al religioso que intercediera ante el papa para que se levantara la excomunión de su hermana y cuñado.
A cambio de su ayuda, Leonor ofreció a Bernardo de Claval que su marido haría concesiones en el asunto relacionado con el arzobispo Pierre de la Chatre.
El monje se escandalizó por ver tal comportamiento en una mujer y le recomendó que se mantuviera al margen de los asuntos de Estado que correspondían a su marido. Ella arguyó que se interesaba en tales asuntos por la falta de hijos en su matrimonio.
Bernardo de Claraval le recomendó que buscara la paz, que no pusiera a su esposo contra los designios de la Iglesia y que si ella lo hacía, él pediría a Dios que le concediera la tan anhelada descendencia.
Así lo hizo Leonor y en 1145 dio a luz a su primera hija, a la que llamaron María. Al mismo tiempo, comenzó a presionar a su esposo, Luis VII, para que accediera a participar en la segunda cruzada.
Al rey de Francia no le faltaban motivos para peregrinar a Tierra Santa, puesto que desde la quema de la iglesia en Vitry-le-François intentaba encontrar la paz, que solo hallaría lavando sus pecados al servicio de Dios.
Eugenio III, el sucesor como cabeza de la Iglesia tras la muerte de Inocencio II, le solicitó a Luis VII que dirigiera la segunda cruzada y este aceptó en diciembre de 1145.
Segunda cruzada y Leonor de Aquitania
Leonor se sintió encomendada con la responsabilidad de liderar la cruzada junto con su esposo tras hablar con Bernardo de Claraval. Además, ella pensó que así podría influir en Luis VII para proporcionar apoyo a su tío Raimundo de Antioquía.
Aunque Luis no estaba de acuerdo con llevar consigo a Leonor, esta argumentó que, como la mayor señora feudal de todo el reino, debía liderar a sus hombres al igual que todos los demás. Finalmente, el rey accedió y la reina le acompañó.
Más de 300 mujeres que no tenían origen noble sirvieron a Leonor como escolta en su recorrido. Se ha dicho que todas portaban trajes de amazonas, aunque no se ha corroborado. En 1147 Luis VII y Leonor de Aquitania partieron desde Vézelay.
Al mismo tiempo el papa accedió a que la cruzada también se librara en Iberia, donde Alfonso VII de Castilla consiguió el permiso para combatir a los moros, al tiempo que Alfonso I de Portugal recuperó Lisboa y, gracias a una coalición, también se aseguró el control del puerto de Almería.
No obstante, los reyes franceses tomaron el rumbo oriental. En Constantinopla fueron recibidos por Manuel I Comneno, y allí se reunieron las fuerzas francesas continuando a Asia Menor.
Hacia Antioquía
Aunque Manuel hizo que Luis VII le prometiera que regresaría al dominio bizantino cualquier territorio recuperado, no le proporcionó ningún tipo de ayuda militar a los cruzados, quienes continuaron su camino solos.
En Nicea, los alemanes y los franceses unieron sus fuerzas para dirigirse juntos a Éfeso. De camino a Antioquía, en el monte Cadmus se produjo un enfrentamiento con los turcos que dejó muchas bajas en las filas francesas.
El vasallo de Leonor, Geoffrey de Rancon, propuso continuar y, en consecuencia, los guió a la trampa. Eso llevó a que la culpa recayera sobre Leonor, que era la responsable.
También se dijo que el tamaño del equipaje de la reina y de acompañantes no combatientes facilitó la estrategia a los infieles.
A partir de entonces, los vasallos y la realeza tomaron caminos separados: los nobles abordaron barcos que los llevarían directamente hasta Antioquía, mientras que los comunes tuvieron que continuar la travesía por tierra.
Pronto, después de haber alcanzado su destino, la pareja real comenzó a tener grandes discrepancias. Leonor deseaba que Luis dirigiera sus tropas a Alepo y de ese modo comenzar la reconquista de Edesa, mientras que él quería peregrinar a Tierra Santa.
Camino a Jerusalén
Leonor se mostraba cercana a su tío Raimundo, con quien había compartido mucho durante su juventud. Algunos interpretaron su cercanía familiar como una relación incestuosa entre ambos, especialmente quienes ya resentían a la reina consorte.
Por eso, cuando Leonor le propuso a Luis que se quedaría en Antioquía con su tío, el monarca no otorgó su consentimiento y la forzó a continuar con él a Jerusalén.
Por otra parte, Leonor comenzó a plantear que el parentesco entre ambos parecía ser muy cercano como para ser adecuado en un matrimonio.
El hecho de que Luis VII ignorara la voluntad de Leonor y la llevara en su travesía contra sus deseos le resultó harto humillante, y fue uno de los motivos que fracturó definitivamente su unión, que ya era frágil.
Tras arribar a Tierra Santa, Conrado, Luis VII y Balduino III unieron fuerzas para recapturar Damasco, pero el asedio que ocurrió en 1148 fue un fracaso total y la confianza entre los cruzados aliados se rompió.
Derecho marítimo
En su estancia en el Mediterráneo, Leonor pudo empaparse en los temas de derecho marítimo. A la postre, ella se convirtió en la primera impulsora de esas regulaciones en sus dominios, lo que marcó un precedente para toda Europa Occidental.
Las primeras leyes marítimas promulgadas por Leonor fueron conocidas como los Rooles de Olerón y se instauraron en 1160. Luego las aplicó en Inglaterra durante el gobierno de su hijo Ricardo I, Corazón de León.
Regreso a Francia
Después de pasar un corto tiempo en Jerusalén, los reyes franceses decidieron retornar a sus dominios. Lo hicieron en embarcaciones separadas, aunque no contaron con que los bizantinos, por órdenes de Manuel I, atacarían sus naves y los obligaron a separarse.
Aunque no fueron capturados, pasaron más de dos meses antes de que Leonor pudiese arribar al continente, donde fue recibida por el conde Rogelio II de Sicilia, en Palermo. Fue él quien le explicó que todos habían considerado que tanto ella como Luis estaban muertos.
Tiempo después Luis llegó a las costas de Calabria y portaba consigo la noticia de que el tío de Leonor, Raimundo, había sido decapitado por los musulmanes. Partieron a una cita con el papa Eugenio III, que estaba en Tusculum.
En lugar de concederles la anulación de su matrimonio, el pontífice les recomendó que se reconciliaran y les explicó que el matrimonio era perfectamente legal. Aunque el resultado de la gestión papal fue el segundo embarazo de Leonor, los problemas de la pareja no se resolvieron.
En 1151 la segunda hija de Leonor de Aquitania y Luis VII nació y fue llamada Adelaida. Poco tiempo después del nacimiento de la niña, ambos decidieron separarse, pues no había forma de llevar la relación adelante.
Divorcio
Luis había entrado en su relación con Leonor sumamente enamorado de ella por todas sus virtudes, pero al darse cuenta de que su esposa siempre intentó manipularle fue acumulando resentimiento en su contra, hasta que la vida juntos se volvió insoportable.
Habían tenido dos hijas, y ningún varón. En consecuencia, Leonor no había procreado un heredero para el rey de Francia. Además, nunca caló en el corazón de los franceses del norte, que componían la corte de Luis.
Ambos decidieron poner punto final a su matrimonio en marzo de 1152. Solicitaron formalmente la nulidad de su unión con el motivo de la consanguinidad en cuarto grado que compartía la pareja.
Tanto María como Adelaida fueron declaradas hijas legítimas del rey, puesto que se consideró que el inconveniente no había sido de mala fe sino por desconocimiento. La custodia de ambas niñas quedó en manos de su padre Luis VII.
El precio de la separación lo impuso Leonor: sus tierras volverían a sus manos.
Segundo matrimonio de Leonor de Aquitania
Ya en Poitiers, Leonor le escribió a Enrique, duque de Normandía y heredero del rey de Inglaterra. En un corto lapso, se presentó el joven príncipe para concertar su enlace con ella, celebrado el 18 de mayo de 1152, aunque ella era su prima en tercer grado.
Esa acción no agradó a Luis VII, puesto que de ese modo Enrique de Plantagenet se hacía con una extensión territorial muy superior a la suya propia dentro de Francia. Así pues, decidió unirse con otros señores contra el enemigo común.
En la alianza estuvieron, además del rey de Francia, otros importantes señores feudales, como el conde de Champagne, el conde de Perche e, incluso, el propio hermano de Enrique Plantagenet: Godofredo de Anjou.
Enrique logró evitar los enfrentamientos directos con Luis VII en Aquitania y luego, por una enfermedad que atacó al rey, las hostilidades se suspendieron y el inglés aprovechó para buscar la paz con el monarca de Francia y, de paso, con su hermano Godofredo.
Reina consorte de Inglaterra
En octubre de 1154, el esposo de Leonor de Aquitania se convirtió en Enrique II de Inglaterra. Dos meses más tarde, Leonor también fue coronada como consorte real. La nueva unión fue mucho más fértil que su primer matrimonio.
La pareja concibió ocho hijos, de los cuales cinco fueron varones y tres niñas. El primer vástago, llamado Guillermo, murió a los 3 años. Le siguió Enrique en 1154, un año más tarde nació Matilda y en 1157 llegó Ricardo.
Godofredo fue el quinto hijo, nacido en 1158. Leonor nació en 1162 y dos años más tarde los reyes de Inglaterra tuvieron a Juana. El último hijo fue Juan, que nació en 1166.
Distanciamiento
Enrique II no se caracterizó por ser un esposo devoto y fiel a su reina. Tuvo muchos hijos ilegítimos con sus amantes. Aunque Leonor resentía su comportamiento, pues lo amaba, llegó a criar al primer vástago de su esposo, Godofredo, que había nacido antes del matrimonio.
En 1166 Leonor se encolerizó por lo pública que se había tornado la relación de Enrique II con Rosamunda Clifford.
Los primeros hijos de Leonor en casarse fueron Enrique, que desposó a la hija de Luis VII llamada Margarita, y luego, en 1167, Matilda se casó con Enrique el León de Sajonia.
En 1168 Leonor decidió dejar Inglaterra y volver a Poitiers. El viaje estuvo custodiado por los hombres de Enrique II, por lo que parece que la separación de la pareja fue concertada entre ambos.
Mecenas del amor
La familia Poitiers sentía un especial afecto por las artes, especialmente por la poesía. El recuerdo de Guillermo el Trovador era cercano y en Aquitania la caballería había florecido como en pocos lugares de Europa.
En 1168, cuando Leonor volvió de Inglaterra acompañada por sus hijos, comenzó a apoyar en su corte a poetas y trovadores, a quienes sirvió como mecenas.
Por eso, algunos han planteado que en “la corte del amor”, apodo que se le dio a los dominios de Leonor, se forjaron las ideas y conceptos fundamentales en torno al amor cortés y se desarrollaron los modales franceses que se volvieron luego el estándar nacional.
Esa idea es sostenida por Andreas Capellanus, aunque otros afirman que el amor cortés ya se había instalado como corriente antes, incluso, del nacimiento de Leonor y que su apoyo simplemente lo fortaleció.
Revuelta
Enrique, el hijo mayor de Leonor sentía que su poder en el reino de su padre estaba sumamente limitado. Además, el rey decidió otorgar a su hijo menor, Juan, algunos castillos que pertenecían a la herencia de Enrique el joven.
El muchacho, que tenía cerca de 18 años y era cercano a figuras que no sentían simpatía por Enrique II de Inglaterra, como su suegro, Luis VII, decidió organizar un levantamiento contra su padre.
La popularidad de Enrique II había decaído por la posible relación que tuvo el monarca con la muerte del arzobispo de Canterbury, Tomás Becket.
Alianza y captura
Acudió al encuentro de sus hermanos menores, Godofredo y Ricardo, que se encontraban en Aquitania al lado de Leonor. Esta reunión fue un éxito, su madre permitió que los jóvenes partieran hacia Francia a organizar la rebelión.
En 1173, Leonor acababa de emprender un viaje para encontrarse con sus hijos y fue interceptada por los hombres de Enrique II.
Durante un año completo, el rey de Inglaterra se reservó dicha información y nada se supo del paradero de Leonor de Aquitania (estuvo encerrada en un castillo de Chinon, Francia). Luego la llevó a Inglaterra.
Prisión de Leonor de Aquitania
Mientras Enrique II estuvo vivo, continuó custodiando a su esposa firmemente. Dos razones hubo: el rechazo frontal de ella a su relación con Rosamund y su participación en las rebeliones de sus hiijos contra él.
Más de 16 años pasó la reina en prisión, aunque en ocasiones especiales como las festividades, le era permitido dejar sus aposentos.
En 1183 Enrique el Joven, como se le apodaba al hijo mayor de Leonor, volvió a conspirar contra su padre. Nuevamente no consiguió hacerse con el poder, y en consecuencia pasó un tiempo en Aquitania sin rumbo fijo. En esa época, el heredero contrajo disentería.
Tras arrepentirse del proceder que había tenido con su padre, le solicitó que tuviese piedad con Leonor y la dejara libre.
Felipe II, que había asumido el trono en Francia, comenzó a reclamar propiedades que consideraba correspondían a su hermana, la viuda de Enrique el Joven.
Sin embargo, Enrique II expuso que esas propiedades eran de Leonor y que tras la muerte del muchacho regresaban a las manos de su madre. El monarca inglés envió a su esposa a dichas tierras para que apaciguara los reclamos de Felipe II.
Últimos años de Leonor de Aquitania
En 1189 falleció Enrique II y el legítimo e indiscutido heredero fue Ricardo Corazón de León. Él ordenó de inmediato que se liberara a Leonor de su cautiverio y ella gobernó durante un breve tiempo en nombre de su hijo.
Entre 1190 y 1192, Ricardo participó en la tercera cruzada. Al volver, el soberano inglés fue víctima de un secuestro comandado por el sacro emperador romano germánico, Enrique VI.
En consecuencia, su ausencia dos años más. Aunque formalmente había un Consejo de Regencia, Leonor tenía gran influencia en las decisiones y fue fundamental en las negociaciones para la liberación de Ricardo I.
La cercanía de Leonor con sus descendientes siempre fue intensa. Fue una de las encargadas de negociar las uniones matrimoniales de sus nietos, tarea de gran importancia diplomática en la época.
Llegó incluso a ver algunos años del gobierno de su hijo menor, Juan, cuyo gobierno comenzó en 1199.
Muerte de Leonor de Aquitania
Leonor falleció el 1 de abril de 1204 en el monasterio de Fontevrault, en Anjou, donde se había retirado un tiempo antes. Fue enterrada allí mismo junto a su esposo, Enrique II, y su hijo Ricardo I.
Su último acto destacado fue el viaje que hizo en 1200 a Castilla para ofrecer a una de sus nietas, Blanca de Castilla, como esposa de Felipe II de Francia y así intentar detener la guerra entre Francia e Inglaterra.
Referencias
- Leonor de Aquitania. Recuperado de es.wikipedia.org.
- Leonor de Aquitania. Recuperado de nationalgeographic.com.
- Leonor de Aquitania. Recuperado de arteguias.com.