Entre los mitos de Guatemala más conocidos se encuentran la Tatuana, el Cadejo, el sombrerón, el tesoro del lugar florido, las tablillas que cantan, el origen del quetzal de barriga roja, entre otros.
Los mitos guatemaltecos han sido interpretados hoy en día como una manera de preservar el pasado y la tradición indígena en tiempos donde predomina el desarrollo de urbes y el uso de la lengua española y sus tradiciones.
Múltiples regiones de América comparten mitos similares, puesto que fueron recopilados después de la colonización de los españoles y comparten un pasado histórico común.
Lista de los mitos de Guatemala más famosos
1. La Tatuana
La leyenda de la Tatuana cuenta la historia de una mujer que fue acusada de brujería y condenada por la Inquisición a morir quemada en la hoguera, en plena plaza de Santiago de Guatemala.
Esta hermosa mujer, estando en la celda, pidió a los guardias que le concedieran un pequeño trozo de carbón.
Los guardias se lo dieron, y luego, estando sola, dibujó en la pared un barco, en el que subió y huyó. Cuando los guardias fueron a buscarla, lo único que había en la celda era un olor terrible a azufre, lo que, según la leyenda, indicaba su conexión con el demonio.
2. El Cadejo
El Cadejo es el espíritu protector que acompaña a los ebrios y su caminar zigzagueante. Lo describen como un perro negro, lanudo, con ojos de fuego y cascos de cabra. Cuida que no les pase nada mientras duermen la mona en la calle.
Cuando alguno corre peligro, él está cerca para protegerlo, y cuando el peligro pasa, el Cadejo se marcha. Sin embargo, si llega a lamer la boca del borracho mientras duerme tirado en la calle, lo perseguirá por 9 días, y después el borracho nunca se recuperará.
3. El sombrerón
La leyenda cuenta la historia de Tzitzimite, un hombrecillo pequeño, vestido de negro y con un cinturón brillante. Luce unas botas negras y un sombrero también negro. Le gusta subirse a los caballos y hacer nudos en las crines, que son muy difíciles de desenredar.
También le gusta perseguir a las mujeres de cabello largo, se les aparece en el cuarto cuando duermen, y una vez que les enreda el cabello, él les canta con su guitarra y baila. De acuerdo con la leyenda, este personaje tiene la altura de un dedo de la mano y puede esconderse perfectamente en la almohada.
Pero el sombrero es grande, y debe arrastrarlo por todos lados. Es un espíritu juguetón.
4. El volcán
La leyenda relata la historia de seis hombres, tres que surgieron del agua y tres que surgieron del viento. Sin embargo, solo tres se podían ver. Cada grupo de hombres interactuaba con la tierra de forma natural, alimentándose de todo lo que ella les diese.
Un día, caminando, los hombres encontraron a Cabrakán, una montaña capaz de escupir fuego. De esta forma, Cabrakán estalló en llamas y fue abrazada por Hurakán, una montaña de nubes que buscaba abrir la cima de Cabrakán al abrir su cráter con las uñas.
Todos los hombres, menos uno, fueron arrasados y el bosque de árboles donde vivían fue destrozado. El hombre sobreviviente recibía el nombre de Nido.
Nido caminó siguiendo la voz de su corazón y su alma hasta encontrarse con una trinidad sagrada que le indicaba la construcción de un templo.
De esta manera, Nido construyó su templo y alrededor de él hizo 100 casas, donde viviría su pueblo. El volcán cesaría su actividad y el bosque volvería a florecer.
5. El tesoro del lugar florido
La leyenda habla de la llegada de los españoles al territorio guatemalteco, durante la celebración de los nativos por el fin de la guerra. La celebración tenía lugar en el lago, cerca del volcán “el Abuelo del Agua”, lugar donde estaban escondidos los tesoros de la tribu.
Se cuenta cómo a la llegada de los españoles, los nativos comenzaron a huir mientras los escuadrones de hombres blancos se acercaban al tesoro del lugar florido en el volcán.
Los hombres blancos sintieron el rugido del volcán, pero hicieron, guiados por su ambición y codicia. Una vez desembarcaron, el volcán les escupió fuego como si se tratase de un sapo.
Tanto los caminos, como los tesoros y los españoles, fueron arrasados por el fuego del volcán, acallando el sonido de las trompetas y los tambores. Las tribus lograron huir, y los españoles cayeron a los pies del tesoro del lugar florido.
6. Las tablillas que cantan
La leyenda cuenta que, sin importar el recinto, los mascadores de luna les pondrían tablillas cubiertas con símbolos y signos pintados para cantar y bailar.
Estos cánticos eran himnos a los dioses y después de ser repartidos por los mascadores de luna, estos se camuflarían entre la muchedumbre y realizarían actividades cotidianas.
Desde estos lugares, los mascadores de luna seguirían comiendo luna en cada una de sus fases. Cada tablilla compuesta por estos personajes debía ser cantada, de lo contrario se quemaba.
De esta forma, los mascadores de luna deberían volver a internarse en el bosque a componer cánticos nuevos para que fuesen cantados en las celebraciones.
Cuando uno de estos individuos no lograba que su tablilla fuera cantada por séptima vez, era sacrificado en un ritual, sacándole el corazón.
La leyenda dice que Utuquel, un mascador de luna, temía por su sacrificio, pues ya le habían rechazado seis veces, y en la entrega de su séptima tablilla anunciaba que su creación era un robo, que no era original y que sus consejos eran tomados de la vida de los mismos lectores, por esto creía que toda creación es ajena.
7. La máscara de cristal
Cuenta la leyenda que un escultor habilidoso, llamado Ambiastro, puesto que en vez de manos tenía astros, huyó de su pueblo con la llegada del hombre blanco y se internó en una caverna en las montañas, desde la cual esculpiría sus maravillosas obras en roca.
Un día, Ambiastro, hastiado de esculpir en roca y reacio a esculpir en madera (por su poca durabilidad) salió en busca de nuevos materiales. Al acercarse a un arroyo le cegó el brillo del cristal de roca y decidió tallarlo.
Ambiastro pasó días y noches en vela esculpiendo el cristal, el cuarzo cortaba su cara y barría el suelo solo para espantar la penumbra. Finalmente, terminó de esculpir la máscara de la diosa Nana Lluvia y volvió a su cueva.
Al volver, las figuras que ya había esculpido le golpearon con el objetivo de matarle. De esta manera, Ambiastro se puso la máscara de Nana Lluvia para escapar, pero cuando logró salir de la cueva, ya era tarde, ya estaba muerto.
8. La campana difunta
Cuenta la leyenda que tres fundidores asturianos llegaron a Guatemala a finales del siglo XVII. Estos fundidores se encargaban de fabricar campanas para iglesias y de esta forma iban recorriendo América y se marchaban de regreso a España.
Llegados al convento de las monjas clarisas, los asturianos iniciaron el proceso de fundición para la campana de su iglesia, de esta forma recolectaron oro de todas las monjas.
Cada monja entregaría su joya más preciada a los fundidores y vería cómo ardería esta joya. Sor Clarineta de Indias era una monja de ojos amarillos como el oro, que no tenía ningún tipo de joya para entregar a la fundición.
Por sugerencia de una compañera, y con la idea de hacer un mayor sacrificio que las demás, sor Clarineta decidió en sueños sacarse los ojos y echarlos a la fundición. De esta manera, la campana sería la de Santa Clara de Indias y haría honor a su sacrificio.
Después de su sacrificio, sor Clarineta pidió ser absuelta por su soberbio sacrificio, petición que le fue negada. Se cuenta que, cuando la campana sonó por primera vez, pidió a gritos ser absuelta, igual que lo hizo sor Clarineta después de entregar sus ojos.
9. Los matachines
La leyenda de los matachines cuenta que una parte de habitantes de Machitán, llamados Tamachín y Chitanam, conocidos como los matachines, prometieron que si la matachina (su amada) estaba muerta, ellos mismos se batirían en duelo hasta la muerte.
Llegados al pueblo, fueron a una casa de citas, donde una vieja llamada la Pita-Alegre les contó que la matachina estaba muerta, pero que en las noches cobraba vida, pues soñaba que estaba viva.
La Pita-Alegre seguía perfumando y bañando el cuerpo de la matachina para que los clientes degenerados y borrachos la usaran. Ante este escenario, los matachines le cortaron las manos a la Pita-Alegre.
Resueltos, los matachines decidieron batirse en duelo hasta la muerte, pero antes de esto, se encontraron con el mono Telele y el Gran Rasquinagua, protector del bosque que soñaba con los ojos abiertos.
De esta forma, Rasquinagua les prometió que podían morir y volver a la vida, y les dio unos talismanes para resucitar.
Los matachines accedieron a este pacto y se batieron en duelo hasta la muerte, destrozando sus cuerpos con los machetes. Al resucitar, volvieron como montaña y árbol, reconociéndose con el paso del tiempo, decididos a volver a Machitán.
10. El origen del quetzal de barriga roja
El quetzal es el ave nacional de Guatemala y una de las aves más imponentes de América. Cuenta la leyenda guatemalteca que el quetzal voló sobre el conquistador español don Pedro de Alvarado cuando este luchaba contra el líder maya Tecun Uman, con el objetivo de despistarlo y proteger a Tecum Uman.
Sin embargo, Tecum Uman perdió la vida y el Imperio maya fue derrotado a manos de los españoles. Se dice que la barriga del quetzal es roja porque se manchó con la sangre de Tecun Uman.
También se dice que la canción del quetzal es muy hermosa, pero que este no la cantará hasta que el pueblo de Guatemala sea completamente libre.
11. La Siguanaba
La Siguanaba es un espíritu que puede cambiar de forma. Usualmente tiene el cuerpo de una mujer atractiva cuando se le ve por la espalda.
De cabello largo y usualmente desnuda, o llevando solo un vestido blanco vaporoso, atrae e los hombres mientras se baña en la noche. Ningún hombre ve realmente su rostro (de caballo o calavera), hasta que están lo suficientemente cerca como para no poder salvarse.
La Sigunaba en Guatemala aparece para castigar a los hombres infieles. De esta manera, ella los lleva a un lugar solitario donde después de paralizarlos del miedo, les roba el alma, y hace que sus cuerpo caigan por los barrancos. La palabra Siguanaba proviene de tziguán, que en quiché quiere decir barranco.
Otras leyendas de Guatemala
Dentro del folclore guatemalteco se pueden encontrar leyendas típicas de toda América, como la llorona, el cuco, la luz del dinero, el chupacabras, el cipitío, la ciguapa y los duendes.
Referencias
- Asturias, M. A. (1930). Leyendas de Guatemala.
- About Travel. Obtenido de gocentralamerica.about.com.
- What to do in Guatemala. Obtenido de quepasa.gt.