¿Quién fue Miguel Miramón?
Miguel Miramón (1832-1867) fue un militar y político conservador mexicano, conocido como “el joven Macabeo”. Fue también el presidente más joven que ha tenido México. Su mandato en 1859 fue interino y paralelo al gobierno encabezado por el líder de las fuerzas liberales, Benito Juárez.
También fue el primer presidente de la República nacido como ciudadano de ese país, pues sus predecesores nacieron como súbditos del virreinato de la Nueva España.
Este general lideró las fuerzas conservadoras establecidas por Maximiliano de Habsburgo, durante el Segundo Imperio Mexicano, por lo que en ocasiones fue tildado de traidor.
Sin embargo, Miramón fue uno de los cadetes que luchó en la defensa del Castillo de Chapultepec, durante el ataque norteamericano en 1847. Por ello, algunos lo consideran como el “séptimo Niño Héroe de Chapultepec”, aludiendo al mito heroico de los cadetes que murieron defendiendo ese bastión.
Biografía de Miguel Miramón
Miguel Gregorio de la Luz Atenógenes Miramón y Tarelo nació en Ciudad de México el 29 de septiembre de 1832. Su familia, de ascendencia francesa, tenía recursos económicos, pues descendían de un marqués. Sus padres fueron Bernardo de Miramón y Carmen Tarelo, quienes tuvieron otros 11 hijos además de Miguel.
Su padre perteneció al Ejército Trigarante de Agustín de Iturbide. Y sus hermanos mayores, Bernardo y Joaquín, eran oficiales del Ejército Mexicano.
Inicios
En 1847 Miramón ingresó al Colegio Militar, siguiendo su inclinación por las armas y la tradición familiar. Siendo apenas un cadete, participó en la defensa del castillo de Chapultepec durante el ataque americano del 13 de septiembre de ese año. Esta hazaña hizo que se le considerara el “séptimo Niño Héroe”.
El mito heroico de los “Niños Héroes” hace alusión a un grupo de 6 cadetes mexicanos que, junto a otros 40, se negaron a la orden de Nicolás Bravo de abandonar el Colegio Militar (actual castillo de Chapultepec) y sus alrededores. Decidieron combatir al ejército estadounidense durante su invasión, muriendo el grupo de los 6 cadetes.
Aunque muchos especialistas alegan que este suceso carece de sustento histórico y fue una de esas historias con fines nacionalistas que se difundieron durante el porfiriato, Miramón suele considerarse el séptimo cadete que pudo haber caído en combate con los americanos. El desenlace final provocó que lo hicieran prisionero de guerra.
Carrera militar
Entre 1851 y 1858 se registró el ascenso militar de Miramón. Iniciando con el grado de teniente de artillería en 1851, dos años más tarde alcanzó el de capitán del Segundo Batallón Activo de Puebla, y meses después, comandante del Batallón Activo de la Baja California.
En 1855 combatió a los rebeldes del Plan de Ayutla en las batallas de Mescala, Xochipala y Cañón del Zipolote. Los rebeldes querían desconocer como presidente de la República a Antonio López de Santa Anna, por considerarlo un dictador.
Miramón continuó la lucha en defensa de Santa Anna durante la batalla de Tepemajalco, cuya destacada actuación le valió otro ascenso. Cuando los rebeldes triunfaron y Santa Anna huyó del país, tomó posesión del poder Juan Álvarez, general y líder de los revolucionarios, y más tarde Ignacio Comonfort.
A Miramón no le afectó ese cambio en el poder y fue nombrado teniente coronel permanente en el Undécimo Batallón de Línea.
Su ascenso militar se detuvo momentáneamente porque, en 1857, estuvo encarcelado por conspirar contra Ignacio Comonfort, presidente interino entre 1855 y 1857, y constitucional desde ese año hasta 1858.
Pero la caída de Ignacio Comonfort e instalación del gobierno conservador, hizo de Miramón de nuevo un hombre libre. Continuó su ascenso en el mundo militar. El 18 de junio de 1858 se le concedió el rango de general de división y asumió el mando del Ejército del Norte.
En lo personal, en 1859 se casó con Concepción Lombardo y Partearroyo, con quien tuvo 7 hijos.
Años en el poder
Tras el pronunciamiento del general Echegaray que depuso a Félix Zuloaga, el 12 de enero de 1859, Miguel Miramón fue electo presidente sustituto por una junta de 47 vocales. Aunque el militar le indicó a su esposa que no aceptaría el cargo por no secundar esa rebelión, terminó asumiendo el poder el 2 de febrero de ese año, al regresar de Jalisco.
Por primera vez llegaba a la presidencia un ciudadano mexicano y muy joven, pues tenía solo 27 años.
El gobierno de Miramón fue de carácter conservador y paralelo al que otros consideraban legítimo, encabezado por el liberal Benito Juárez. Fue nombrado presidente por dos periodos consecutivos. El primero, del 2 de febrero de 1859 al 12 de agosto de 1860, y el segundo, del 15 de agosto de 1860 al 24 de diciembre de ese año.
La falta de apoyo internacional fue evidente a los pocos meses de iniciar su primer periodo, cuando el diplomático estadounidense Robert McLane reconoció el gobierno de Juárez como el legítimo.
Este hecho no neutralizó a Miramón, quien en marzo de 1860 intentó tomar Veracruz, refugio del gobierno de Juárez. Pero esta acción no fue exitosa por la intervención de naves norteamericanas. A su regreso a México, fue interceptado por el general Jesús González Ortega, quien lo derrotó en Calpulalpan.
Al entregar la ciudad, Miramón huyó a La Habana, luego a Nueva York y finalmente París. Allí permaneció hasta que se instituyó el Segundo Imperio Mexicano, liderado por Maximiliano de Habsburgo. Decidió ceder una propuesta que había rechazado antes y se puso al servicio de los franceses.
Segundo Imperio Mexicano
En 1863, las tropas francesas lograron el control de Ciudad de México, y más tarde del país entero, en julio de ese año. Al mes siguiente se estableció el imperio y Miramón viajó a Alemania para estudiar táctica militar, por órdenes de Maximiliano I.
A su regreso, lo nombró gran mariscal de sus ejércitos y se le adjudicó la responsabilidad de defender el imperio contra el gobierno republicano de Juárez.
Fueron Miramón y algunos ministros quienes disuadieron a Maximiliano de abdicar, al verse abandonado por las tropas francesas. Napoleón, emperador en Francia, retiraba sus tropas por el altísimo costo de esta expedición en México sin que rindiera frutos, pero especialmente por el peligro de una guerra europea ante el creciente poderío prusiano.
“El joven Macabeo”, quien en cierto momento tuvo una lucha interna sobre su apoyo a las fuerzas francesas, había decidido asumir las consecuencias de ello hasta al final.
Combatió defendiendo al emperador hasta llegar a Querétaro, en donde Maximiliano, sus principales generales y el propio Miramón resultaron cercados por Mariano Escobedo y sus tropas.
Muerte
Tras su derrota y posterior captura por las tropas que apoyaban a Juárez, Miramón fue condenado a muerte. El 19 de julio de 1867, junto a Maximiliano I y el general Tomás Mejía, fue fusilado en el cerro de las Campanas de Querétaro. “El joven Macabeo” tenía 35 años.
Sus restos fueron enterrados en el Panteón de San Fernando en la Ciudad de México, pero luego su esposa ordenó la exhumación y traslado a la catedral de Puebla, pues se negaba a la idea de que Benito Juárez estuviera en el mismo camposanto.
Características del gobierno de Miguel Miramón
Miguel Miramón fue una figura controvertida, pues aunque fue conservador no fue específicamente monárquico ni imperialista. Fue un personaje legendario para los conservadores, caracterizado por una gran habilidad militar, aunque para los historiadores carecía de formación política y de convicciones firmes.
Su gobierno fue conservador, fundamentado en la industrialización. Además, rechazó la imposición del Estado sobre las autoridades eclesiásticas, pues consideraba que no debían perder los privilegios que tenían hasta ese momento.
El primer periodo presidencial de Miramón fue como presidente sustituto, mientras el segundo era de corte interino. Para quienes no lo apoyaban, ambos periodos significaron un gobierno paralelo para algunos países, como Estados Unidos.
Otros aportes de Miguel Miramón
Tanto liberales como conservadores promovieron el apoyo extranjero a sus respectivas luchas. En el caso de los liberales, solicitaron asistencia a Estados Unidos, mientras los conservadores, con Miramón en el poder, reactivaron las relaciones con España y buscaron el reconocimiento a su gobierno.
Durante ese tiempo se firmó el Tratado de Mon-Almonte el 29 de septiembre de 1859. Fue un acuerdo firmado por Juan Nepomuceno Almonte, conservador mexicano, y Alejandro Mon, representante de la reina Isabel II de España, en México.
Entre sus principales aspectos se contempló un préstamo monetario con el cual se subsidiarían los gastos de la Guerra de Reforma, como se conoce al conflicto civil armado que vivieron los mexicanos durante aproximadamente tres años.
En el manifiesto del 12 de julio de 1859, que contenía su programa de gobierno, se evidenció el enfoque administrativo, más que político, que identificó su periodo presidencial. Miramón pretendía crear un impuesto único en lugar de muchos, mejorar la educación pública, restablecer las relaciones con la Iglesia y conservar estrecha relación con las naciones europeas.
Dicho manifiesto aseguraba que era la mala organización administrativa el principal problema de los gobiernos de México, quienes tendían solo a hacer gestión política sin ocuparse de soluciones administrativas.
Referencias
- Galeana de Valadés, P. Los conservadores en el poder: Miramón. Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México.
- Villalpando, J.M. Miguel Miramón. Planeta DeAgostini.
- Miguel Miramón. Recuperado de es.wikipedia.org.
- Miguel Miramón (president of Mexico). Recuperado de britannica.com.
- Miguel Miramón, el séptimo niño héroe. Recuperado de mexicodesconocido.com.mx.