¿Qué es el océano Atlántico?
El océano Atlántico es la segunda masa de agua más grande del mundo, solo superada por el océano Pacífico. Ocupa el 20% de la superficie total del planeta y su extensión cubre aproximadamente un 26% de la totalidad de tierras sumergidas. Se divide artificialmente siguiendo la línea del ecuador, entre los lados del Atlántico Norte y el Atlántico Sur.
Este océano separa el continente americano (ubicado al oeste) del continente europeo y el africano (localizados al este). Atraviesa de polo a polo la esfera terrestre extendiéndose desde la zona polar norte, donde colinda con el océano Glacial Ártico, hasta el polo sur, donde se junta con el océano Antártico.
Está conformado principalmente por cuatro masas de agua. La central es la de la superficie y a 1.000 metros de profundidad se encuentra el agua subantártica intermedia. Las aguas profundas son las noratlánticas, que llegan a unos 4.000 metros. Por último se encuentran las aguas antárticas, que superan los 4.000 metros.
Origen geológico del océano Atlántico
A finales de la era Paleozoica y principios de la Mesozoica, hace aproximadamente 300 millones de años, existió el supercontinente Pangea. Durante el período Jurásico se formó una grieta en este continente que iba desde lo que los geólogos han llamado el antiguo océano Thetis hasta el oeste del océano Pacífico.
Esta fractura generó la separación entre la masa continental que hoy conforma Norteamérica y la del continente africano. El vacío que quedó entre ellos fue llenado por el agua salina de los océanos Pacífico y Antártico, formando el océano Atlántico.
Este proceso fue gradual. Primero se formó la zona del Atlántico Norte-Central. Cuando América terminó de separarse, el océano Atlántico tenía una extensión aproximada de 91 millones de km2.
El Atlántico Sur se formó posteriormente, en el periodo Cretáceo, durante la segunda fase de separación de Pangea. Esta fase está marcada por la fragmentación de Gondwana, supercontinente conformado por la masa de Suramérica, África, Australia, India y Antártida.
El Atlántico Sur se abrió camino a medida que Suramérica se movía hacia el oeste separándose de África. Este proceso fue paulatino y desigual, abriéndose desde el sur hacia el norte de forma similar a la cremallera de un pantalón.
Características del océano Atlántico
– Ubicación. El Atlántico se extiende desde el norte partiendo del océano Glacial Ártico hasta su punto más meridional, el océano Antártico. Su ancho va desde las costas del continente americano al oeste, hasta las de Europa y África al este.
– Dimensiones y superficie. La superficie del océano Atlántico tiene una forma parecida a la letra S. Su extensión actual es de unos 106,4 millones de km2, lo que representa aproximadamente el 20% de la superficie terrestre. Esto lo hace el segundo océano más grande del mundo, después del Pacífico. Posee un volumen de 354,7 millones de km3 contando los mares aledaños. Sin los mares aledaños, el Atlántico tiene un volumen de 323,6 km3. Su anchura oscila entre los 2.848 km que hay entre Brasil y Liberia, y los 4.830 km que separa Estados Unidos del norte de África.
– Profundidad. Tiene una profundidad media de unos 3.900 metros. Se debe en gran parte a la presencia de una gran meseta ubicada a 3.000 metros de profundidad que abarca casi todo el fondo del océano. Al borde de esta meseta hay varias depresiones que llegan a superar los 9.000 metros. Dichas depresiones se encuentran cerca del territorio de Puerto Rico.
– Salinidad. Es el más salado del mundo, poseyendo unos 36 gramos de sal por cada litro de agua. Las áreas con mayor concentración de sal están a unos 25 grados de latitud norte y sur; al norte del Atlántico hay un grado menor de salinidad dado que la evaporación en esta área es mucho menor. La razón de que sus aguas sean tan saladas es el flujo de sus corrientes. Cuando la superficie fría del Atlántico Norte se hunde desplazándose en sentido sur, hacia la Antártida, activa un patrón de movimiento de corrientes oceánicas. Según este patrón, una gran masa de agua caliente proveniente de Europa se desplaza para aminorar el efecto de enfriamiento continental.
¿Por qué es más salado que el océano Pacífico?
El océano Pacífico no posee el mismo mecanismo de autorregulación térmica que el Atlántico, por eso, sus aguas se mantienen más dulces.
Las formaciones montañosas de Norteamérica y los Andes imposibilitan que las masas de vapor de agua que se generan en el Pacífico se desplacen hacia el océano Atlántico. Por lo tanto, las precipitaciones caen en el mismo océano, como si el agua dulce se reciclara.
Si esas montañas no existieran, la lluvia y las nevadas ocurrirían tierra adentro y terminarían desembocando en el Atlántico a través de los ríos, por lo que no volverían al Pacífico.
Además, también influye el hecho de que el vapor del Atlántico tropical y el mar Caribe termina precipitándose en el Pacífico por efecto de los vientos alisios que lo arrastran a través de Centroamérica.
Geografía del océano Atlántico
Atlántico Norte
Sus límites orientales están marcados por el mar Caribe, el suroeste del golfo de México, el golfo de San Lorenzo y la bahía de Fundy (Canadá).
En su parte más septentrional limita con el estrecho de Davis, desde la zona de Groenlandia hasta la Costa del Labrador (Canadá). El límite también toca los mares de Groenlandia y de Noruega y termina en las islas británicas de Shetland.
Hacia el este se encuentra con los mares de Escocia, Irlanda y el Mediterráneo, así como con el canal de Bristol (límite entre Gales e Inglaterra) y el golfo de Vizcaya, que toca las costas de España y Francia.
Al sur, además de la línea del ecuador que lo separa imaginariamente de la otra mitad del Atlántico, se encuentra también con las costas de Brasil hacia el sudoeste y el golfo de Guinea en la parte sudeste.
Atlántico Sur
El límite suroeste del Atlántico Sur está determinado por Cabo de Hornos (Chile), el punto más meridional de América, que llega hasta la zona antártica de la Tierra del Fuego marcada por el límite del estrecho de Magallanes (entre Cabo de Vírgenes y Cabo del Espíritu Santo).
Por la parte oeste limita con Río de la Plata (Argentina). La parte noreste colinda con el golfo de Guinea.
La parte sur llega hasta la Antártida y la parte más lejana del sudeste limita con el Cabo de las Agujas (Sudáfrica).
Geología del océano Atlántico
Los continentes que anteriormente conformaban Gondwana hoy en día continúan separándose varios centímetros al año en torno a la dorsal submarina centroatlántica, una cadena de montañas que se abre paso de norte a sur entre ambos continentes y que rompe la planicie del fondo marino.
Esta cadena montañosa tiene unos 1.500 km de anchura y se extiende desde el norte de Islandia hasta 58 grados de latitud sur. Los accidentes de su topografía superan los de cualquier cordillera superficial, ya que habitualmente sufre erupciones y sismos. Su altura está entre 1.000 y 3.000 metros sobre el fondo marino.
Las elevaciones submarinas se distribuyen de este a oeste a través de la dorsal submarina centroatlántica. Esta divide los fondos oceánicos oriental y occidental en unas cuencas llamadas llanuras abisales.
Las llanuras abisales ubicadas en las cercanías del continente americano tienen más de 5.000 m de profundidad. Estas son la cuenca Norteamericana, la de las Guayanas, la de Brasil y la Argentina.
La zona de Europa y África está bordeada por cuencas menos profundas, y son la cuenca de Europa Occidental, la de las Canarias, la de Cabo Verde, Sierra Leona, Guinea, Angola, El Cabo y Cabo de Agujas.
También existe una cuenca Atlántico-Índica Occidental que surca la parte sur de la cordillera centroatlántica.
Clima del océano Atlántico
El clima del Atlántico es producto de la temperatura de las aguas superficiales y las corrientes subacuáticas, así como del efecto de los vientos. Ya que el océano retiene el calor, este no presenta grandes variaciones estacionales; tiene áreas tropicales con mucha evaporación y temperaturas altas.
Las zonas climáticas del Atlántico varían según la latitud. Los lugares más calurosos se encuentran en el Atlántico Norte, y las zonas frías se encuentran en latitudes altas, donde la superficie oceánica está cristalizada. La temperatura media es de 2 ºC.
Las corrientes del Atlántico ayudan a regular la temperatura global, ya que transportan aguas cálidas y frías a diversos territorios. Los vientos del Atlántico que acompañan las corrientes marinas transportan humedad y las variaciones térmicas que regulan el clima en las zonas continentales que bordean el océano.
Por ejemplo, las corrientes provenientes del golfo de México elevan la temperatura de Gran Bretaña y la región noreste de Europa. En cambio, las corrientes frías hacen que la región noreste de Canadá y la costa noroeste de África se mantengan nubladas.
Temporada de huracanes
Durante agosto y noviembre se presenta la temporada de huracanes. Esto se debe a que el aire caliente de la superficie asciende y se condensa al chocar con las corrientes frías de la atmósfera.
Los huracanes crecen con la masa del agua, pero al entrar en contacto con la tierra pierden su fuerza, convirtiéndose en tormenta tropical hasta desaparecer completamente. Estos generalmente se forman en las adyacencias africanas y se desplazan en sentido occidental, hacia el mar Caribe.
Flora del océano Atlántico
Hay millones de especies de plantas que habitan el océano Atlántico. La mayoría vive en zonas superficiales, ya que necesitan la luz solar para realizar la fotosíntesis. Estas pueden adherirse con sus raíces al fondo del océano o pueden encontrarse flotando libremente en el agua.
Algas
Son comunes las diversas clases de algas marinas. Estas plantas son alargadas y viven principalmente cerca de las costas rocosas. Existe un tipo de alga gigante que puede llegar a una longitud de casi 61 metros, y también hay especies pequeñas que poseen solo una rama y miden casi un metro. Una de las especies más comunes es el Ascophyllum nodosum.
Las algas poseen más de 70 nutrientes en su constitución física, incluyendo minerales, vitaminas, proteínas, enzimas y oligoelementos. Estas plantas se recolectan para elaborar fertilizantes, ya que está demostrado que sirven para acelerar el crecimiento de los vegetales, los protegen de enfermedades y, además, favorecen la floración y el crecimiento de frutos.
Pasto marino
El pasto marino es una planta que tiene flores y produce oxígeno. Se encuentra principalmente en el golfo de México. Es muy importante para el ecosistema marino, ya que mantiene la claridad del agua y también sirve de alimento y hábitat para muchas especies de animales pequeños, dado que estos pueden esconderse en sus hojas.
Hay 52 especies de pasto marino. Generalmente son de color marrón verdoso y se encuentran enraizados en el fondo oceánico. Algunas de sus especies son el pasto de tortuga, el pasto de estrella, el pasto de manatí, las halophila y el pasto de Johnson.
Fitoplancton
Una de las formas marinas más abundantes e importantes para el ecosistema del océano Atlántico es el fitoplancton. Este es un tipo muy básico de planta del que se alimenta una gran cantidad de animales marinos, incluyendo las ballenas.
El fitoplancton es imperceptible para el ojo humano ya que se trata de una planta unicelular. Las aglomeraciones de fitoplancton generalmente se encuentran lejos de la costa.
Fauna del océano Atlántico
El océano Atlántico alberga una gran cantidad de especies animales, tanto vertebrados como invertebrados, peces, mamíferos y reptiles. A continuación, se presentan las más representativas.
Morsa del Atlántico
La Odobenus rosmarus rosmarus es una especie de morsa que habita al noreste de Canadá, en Groenlandia y el archipiélago Svalbard (Noruega). Los machos pesan entre 1.200 y 1.500 kg, mientras que las hembras tienen apenas la mitad de tamaño, entre 600 y 700 kg.
Manatí
El Trichechus manatus es una especie de mamífero sirénido muy corpulento. Puede medir unos tres metros y llegar a pesar 600 kilogramos. Pueden encontrarse distintas variedades de esta especie desde el sur de Estados Unidos hasta las zonas costeras del mar Caribe y el noreste de Sudamérica. Se encuentra en peligro de extinción debido a que fue muy cazado durante el siglo XX.
Atún rojo
El Thunnus thynnus es una especie de pez que puede medir cerca de tres metros de largo y pesar unos 900 kilogramos. Son muy veloces dado que pueden alcanzar los 65 km/h cuando están cazando o escapan de un depredador.
Son animales migratorios capaces de surcar periódicamente más de 8.000 kilómetros a lo largo del Atlántico. En invierno se alimentan en las aguas del Atlántico Norte y al llegar marzo van a reproducirse a las aguas cálidas del mar Mediterráneo.
Arenque
El Clupea harengus tiene una longitud media de unos 30 cm. Se ubica en el Atlántico Norte y tiende a migrar entre las costas de Noruega y Alemania, según la variación climática y sus ciclos de reproducción.
A pesar de que es una especie que se comercializa y se consume comúnmente, no se encuentra en peligro; más bien su población tiende a crecer.
Tortuga verde
La Chelonia mydas se encuentra en todos los mares tropicales del mundo. Es la más grande de la familia Cheloniidae, que está comprendida por las especies de tortugas marinas con caparazón duro.
Corales
En las profundidades del Atlántico también es común la formación de arrecifes de coral. Una de las especies más comunes es el Lophelia pertusa, que crece especialmente en aguas frías.
En las islas de Lofoten (Noruega) se encuentra el arrecife más grande conocido de Lophelia pertusa, con una longitud de 35 kilómetros. Este se forma en zonas profundas fijándose sobre sustratos blandos.
Amenazas a la fauna del Atlántico
- La pesca de arrastre. La mayor amenaza para las especies animales del Atlántico es la pesca de arrastre. Esta técnica es realizada por buques pesqueros de muchos países. El uso de redes gigantes implica que la práctica pesquera no sea selectiva, pues un 50% de las especies capturadas no tienen un valor comercial ni de consumo para el ser humano. Además, en estas redes suelen caer especies consideradas en peligro de extinción y una gran cantidad de especímenes no maduros, inútiles para el consumo. Los ejemplares devueltos al mar luego de ser atrapados por las redes prácticamente quedan sin oportunidad de sobrevivir. También hay que tener en cuenta que la pesca de arrastre daña el hábitat de las especies, rompiendo corales y arrastrando esponjas.
- La explotación petrolera. Otra gran amenaza para el ecosistema del Atlántico es la actividad petrolera que se desarrolla en este, ya que gran cantidad de residuos caen al océano contaminando sus aguas. Ha habido grandes derrames con los consecuentes daños ambientales.
Países con costas en el Atlántico
América
- Argentina.
- Antigua y Barbuda.
- Bahamas.
- Belice.
- Barbados.
- Canadá.
- Brasil.
- Costa Rica.
- Cuba.
- Colombia.
- Estados Unidos.
- Dominica.
- Granada.
- Guayana Francesa.
- Guatemala.
- Haití.
- Guyana.
- Honduras.
- México.
- Jamaica.
- Nicaragua.
- Puerto Rico.
- Panamá.
- República Dominicana.
- San Vicente y las Granadinas.
- San Cristóbal y Nieves.
- Surinam.
- Venezuela.
- Uruguay.
- Trinidad y Tobago.
África
- Benín.
- Angola.
- Cabo Verde.
- Camerún.
- Gabón.
- Costa de Marfil.
- Ghana.
- Gambia.
- Guinea-Bisáu.
- Guinea.
- Liberia.
- Guinea Ecuatorial.
- Mauritania.
- Marruecos.
- Namibia.
- República del Congo.
- Nigeria.
- República Democrática del Congo.
- Senegal.
- Santo Tomé y Príncipe.
- Sierra Leona.
- Togo.
- Sudáfrica.
Europa
En Europa solo unos pocos países tienen salida directa al océano Atlántico.
- Francia.
- España.
- Islandia.
- Irlanda.
- Noruega.
- Reino Unido.
- Portugal.
Importancia económica del océano Atlántico
Históricamente los viajes marítimos a través del océano Atlántico han sido fundamentales para las economías de Europa y América, pues todos los grandes intercambios de productos entre estos dos continentes se hacen por esta vía.
Además, el Atlántico tiene un papel fundamental para la producción mundial de hidrocarburos debido a que bajo la plataforma continental se encuentran rocas sedimentarias con yacimientos de petróleo y gas. El mar Caribe, el del Norte y el golfo mexicano son las zonas más relevantes para la industria.
Obviamente, hay que tener en cuenta la importancia de la actividad pesquera. Algunos de los peces más solicitados en el mercado internacional son el bacalao, el arenque, la merluza y el verdel, extraídos copiosamente de las aguas del Atlántico.
Importancia geopolítica del océano Atlántico
El océano Atlántico ha sido un escenario fundamental para el desarrollo de la geopolítica mundial desde tiempos remotos (en tiempos vikingos, por ejemplo).
El viaje de Colón puede ser considerado el primer gran hito de su historia porque significó la conexión entre el Viejo y el Nuevo Mundo y el inicio del proceso de colonización más grande de la historia.
Los países europeos que protagonizaron este proceso (España, Portugal, Inglaterra y Francia) afianzaron su supremacía gracias al control sobre las Indias Occidentales.
Desde 1820 las posiciones geoestratégicas del Atlántico han sido protegidas celosamente por Estados Unidos con la aplicación de la doctrina Monroe, que ha justificado la política de intervenciones marítimas en países como Haití, República Dominicana, Panamá y Cuba.
El Atlántico fue uno de los escenarios principales de la Primera Guerra Mundial dado que, a través de este, Estados Unidos transportó todo su material bélico hacia Europa.
Referencias
- Bronte, I. La geopolítica de los océanos. Recuperado de unav.edu.
- Miller, K. What Plants Live in the Atlantic Ocean? Recuperado de sciencing.com.
- El atún rojo. Recuperado de nationalgeographic.es.
- El mal uso del océano. La contaminación en el mar. Recuperado de bibliotecadigital.ilce.edu.mx.