¿Qué fue el Plan de Ayala?
El Plan de Ayala fue un documento redactado por el revolucionario mexicano Emiliano Zapata y por el maestro Otilio Montaño, en el que establecían una serie de reivindicaciones políticas. Fue firmado el 25 de noviembre de 1911 y hecho público el 28 del mismo mes. El plan se centraba en la devolución de la propiedad de la tierra a los campesinos.
La Revolución mexicana había estallado en 1910 con la intención de acabar con la presidencia de Porfirio Díaz. Este llevaba varias décadas en el poder, gobernando de una manera dictatorial. El primer líder de la Revolución fue Francisco I. Madero, quien recibió el apoyo de otros líderes como Zapata, Pancho Villa o Pascual Orozco.
El triunfo revolucionario llevó a la presidencia a Madero. Sin embargo, sus antiguos aliados se sintieron defraudados por la timidez de sus reformas. Ese fue el caso de Zapata, quien reclamaba una ambiciosa reforma agraria.
Al no ver logrados sus objetivos, Zapata publicó el Plan de Ayala. Mediante este, desconocía a Madero como presidente. Igualmente, establecía un plan de reforma agraria para devolver las tierras que hacendados y terratenientes habían quitado a los campesinos desde la época del virreinato.
Reforma y objetivos
Después de romper con Madero, Zapata empezó a trabajar en un documento que reflejara sus demandas. En este trabajo participó también Otilio Montaño, además de algunos maestros de Morelos.
El resultado fue el Plan de Ayala, firmado por sus autores el 25 de noviembre de 1911. Tres días más tarde, el Plan fue proclamado en Ayala, Morelos, localidad de la que recibió su nombre. Los firmantes también lo llamaban Plan Libertador de los Hijos del estado de Morelos.
Con este documento, Zapata y sus partidarios certificaban la ruptura total con Madero y establecían sus objetivos para continuar con una revolución que consideraban traicionada.
El Plan de Ayala contenía las ideas de los zapatistas, divididas en 15 puntos diferentes. Entre las más importantes se encontraban el desconocimiento de Madero como presidente de México y la petición de que las tierras acaparadas por los hacendados, desde la época del virreinato hasta el porfiriato, fueran devueltas a los campesinos.
Rechazo a Madero
Además de adherirse a la mayor parte del Plan de San Luis, los primeros puntos del documento presentado en Ayala estaban dedicados al presidente Madero. Los zapatistas, con este Plan, lo rechazaron como jefe de la Revolución y como presidente de la república.
En su lugar, expresaron su lealtad a Pascual Orozco. En el caso, señalaban, de que este no aceptara el puesto, la jefatura de la Revolución (no la presidencia del país) sería ejercida por el propio Emiliano Zapata.
Los autores del Plan de Ayala argumentaron su rechazo a Madero diciendo que había mantenido “la mayoría de los poderes gubernativos y elementos corrompidos de opresión del Gobierno dictatorial de Porfirio Díaz”. También lo acusaron de no cumplir con lo pactado en el Plan de San Luis.
Asimismo, Zapata acusó a Madero de oprimir al pueblo y de imponer gobiernos en los estados sin contar con la voluntad de la mayoría.
Por último, le acusaba de entrar en “contubernio escandaloso con el partido científico, hacendados-feudales y caciques opresores, enemigos de la Revolución proclamada por él”, y pedía retomar la lucha contra el gobierno.
Devolución de las tierras a los campesinos
La parte más importante del Plan de Ayala trataba sobre la recuperación de las tierras que los terratenientes habían quitado a los campesinos. Este punto, según los expertos, muestra el carácter claramente agrario de toda la Revolución y, en particular, de la lucha de Zapata.
Las tierras reclamadas habían pertenecido a los indígenas hasta la época del virreinato. Para recuperarlas de manos de los hacendados o caciques, los antiguos dueños debían presentar sus títulos de propiedad y, así, demostrar que les habían quitado sus tierras de mala fe. En caso de duda, se crearían tribunales especiales que tendrían la última palabra.
La mayoría de esos títulos de propiedad eran de tipo comunal y habían sido expedidos durante el virreinato. Años después, la Ley Lerdo dejó dichos títulos sin ningún valor, lo que se convirtió en una manera muy sencilla de expropiar las tierras comunales. Estos casos eran los que el Plan de Ayala trataba de corregir.
Expropiación de tierras
Otro de los puntos incluidos en el Plan de Ayala era la posibilidad de expropiar aquellas tierras, montes o aguas que estuvieran en manos de grandes propietarios. Para hacerlo, el Estado debía pagar una indemnización, que sería marcada por la ley.
Estos terrenos pasarían a manos de los pueblos para que los campesinos pudieran trabajar en ellos. Igualmente, también establecía que parte de esas tierras podrían tener un uso industrial.
Nacionalización de bienes
Para muchos expertos, el punto más radical del documento era el 8º. Este daba la opción al Estado de nacionalizar los bienes de aquellos hacendados o caciques que se mostraran contrarios al Plan.
Dos tercios de esos bienes se destinarían a asuntos como las indemnizaciones de guerra y al pago de pensiones a viudas y huérfanos de los fallecidos en la lucha del proyecto zapatista.
Al discutir la propiedad privada, ya que ni siquiera contemplaba el pago de indemnizaciones, este punto entraba en conflicto con la postura mantenida por el gobierno de Madero.
Además, suponía un cambio respecto al Plan de San Luis, que tan solo hablaba de la situación de la pequeña propiedad sin tocar las grandes concentraciones de tierra.
Consecuencias del Plan de Ayala
Madero sufrió un golpe de estado y fue asesinado en 1913. Victoriano Huerta, líder de esa insurrección, tomó el poder y recibió el apoyo de Pascual Orozco. Zapata, a pesar de su enfrentamiento con Madero, no aceptó su asesinato y el cambio de régimen.
La primera consecuencia fue el cambio introducido en el Plan de Ayala. Así, considerando a Orozco un traidor, Zapata asumió la jefatura de la Revolución. De igual forma, prometió continuar su lucha hasta que Orozco y Huerta fueran derrotados y el Plan de Ayala se convirtiera en realidad.
Alianza con Villa
Para intentar expulsar a Huerta del poder, Zapata se alió con Pancho Villa y con Venustiano Carranza. Tras unos meses de lucha, lograron su objetivo.
Esta victoria no significó que el país se estabilizara. Las diferencias entre Zapata y Villa, por una parte, y Carranza, por otra, empezaron pronto a dejarse ver, por lo que pronto comenzaron a enfrentarse militarmente.
Asesinato de Zapata
La Convención de Aguascalientes, en la que participaron los revolucionarios que se habían levantado contra Huerta, terminó con la ruptura total entre Zapata y Carranza. Este último, después de unos meses de lucha, logró derrotar a sus rivales y hacerse con la presidencia.
Zapata se retiró al sur, donde intentó llevar a la práctica sus ideas sobre la organización de comunidades agrícolas, sin por ello abandonar la lucha contra el gobierno carrancista.
En 1919, fue asesinado por orden de Carranza. Su lucha fue entonces asumida por Gildardo Magaña, quien llegaría a un acuerdo con Álvaro Obregón para apoyarlo en su intento de derrotar a Carranza.
Constitución de 1917
A pesar de las diferencias entre Carranza y Zapata, el primero tuvo en cuenta el Plan de Ayala a la hora de redactar la nueva constitución del país.
Tras en Congreso Constituyente celebrado en 1916, parte de los principios recogidos en el Plan adquirieron rango constitucional en la Carta Magna aprobada en 1917. Concretamente, aparecían en el artículo 27, que trataba sobre la propiedad de las tierras y aguas.
La reforma agraria promovida por el gobierno, insuficiente según los zapatistas, estaba dirigida a la desaparición de los latifundios y al reparto de la tierra entre indígenas y campesinos.
Referencias
- Secretaría de Cultura. Proclamación del Plan de Ayala. Recuperado de cultura.gob.mx.
- Historia de México. El Plan de Ayala. Recuperado de independenciademexico.com.mx.