Los poemas del estridentismo se caracterizan porque prescinden de nexos gramaticales y de lógica explicativa como herramientas para causar sorpresa, desconcierto o expectación. Entre sus máximos exponentes se encuentran Manuel Maples Arce, Germán List Arzubide, Salvador Gallardo, Humberto Rivas, Luis Quintanilla del Valle, entre otros.
El estridentismo fue un movimiento literario de corta vida que surgió en México alrededor de los años 20 del siglo pasado, como respuesta cultural a la realidad social y política que atravesaba el país, en plena Revolución mexicana.
Su característica principal fue su inclinación por lo urbano y lo moderno, por el progreso, la irreverencia, el anticonformismo y el rechazo al academicismo y la religión; todo esto influenciado por otras corrientes vanguardistas de la época.
Su principal benefactor fue el gobernador de Veracruz, Heriberto Jara que, al ser destituido por el gobierno federal, hizo tambalear y darle disolución temprana a esta corriente.
A pesar de su fugaz y localizada permanencia, este movimiento causó mucho revuelo en el mundo cultural latinoamericano, produciendo mucha sorpresa y expectación; de allí, el origen de su nombre.
Lista de poemas del estridentismo
Paroxismo-Manuel Maples Arce
Camino de otros sueños salimos con la tarde;
una extraña aventura
nos deshojó en la dicha de la carne,
y el corazón fluctúa
entre ella y la desolación del viaje.
En la aglomeración de los andenes
rompieron de pronto los sollozos;
después, toda la noche
debajo de mis sueños,
escucho sus lamentos
y sus ruegos.
El tren es una ráfaga de hierro
que azota el panorama y lo conmueve todo.
Apruo su recuerdo
hasta el fondo
del éxtasis,
y laten en el pecho
los colores lejanos de sus ojos.
Hoy pasaremos junto del otoño
y estarán amarillas las praderas.
¡Me estremezco por ella!
¡Horizontes deshabitados de la ausencia!
Mañana estará todo
nublado de sus lágrimas
y la vida que llega
es débil como un soplo.
Canción desde un aeroplano-Manuel Maples Arce
Estoy a la intemperie
de todas las estéticas;
operador siniestro
de los grandes sistemas,
tengo las manos
llenas
de azules continentes.
Aquí, desde esta borda,
esperaré la caída de las hojas.
La aviación
anticipa sus despojos,
y un puñado de pájaros
defiende su memoria.
Canción
florecida
de las rosas aéreas,
propulsión
entusiasta
de las hélices nuevas,
metáfora inefable despejada de alas.
Cantar
Cantar.
Todo es desde arriba
equilibrado y superior,
y la vida
es el aplauso que resuena
en el hondo latido del avión.
Súbitamente
el corazón
voltea los panoramas inminentes;
todas las calles salen hacia la soledad de los horarios;
subversión
de las perspectivas evidentes;
looping the loop
en el trampolín romántico del cielo,
ejercicio moderno
en el ambiente ingenuo del poema;
la Naturaleza subiendo
el color del firmamento.
Al llegar te entregaré este viaje de sorpresas,
equilibrio perfecto de mi vuelo astronómico;
tú estarás esperándome en el manicomio de la tarde,
así, desvanecida de distancias,
acaso lloras sobre la palabra otoño.
Ciudades del norte
de la América nuestra,
tuya y mía;
New-York,
Chicago,
Baltimore.
Reglamenta el gobierno los colores del día,
puertos tropicales
del Atlántico,
azules litorales
del jardín oceanográfico,
donde se hacen señales
los vapores mercantes;
palmeras emigrantes,
río caníbal de la moda,
primavera, siempre tú, tan esbelta de flores.
País donde los pájaros hicieron sus columpios.
Hojeando tu perfume se marchitan las cosas,
y tú lejanamente sonríes y destellas,
¡oh novia electoral, carrusel de miradas!
lanzaré la candidatura de tu amor
hoy que todo se apoya en tu garganta,
la orquesta del viento y los colores desnudos.
Algo está aconteciendo allá en el corazón.
Las estaciones girando
mientras capitalizo tu nostalgia,
y todo equivocado de sueños y de imágenes;
la victoria alumbra mis sentidos
y laten los signos del zodíaco.
Soledad apretada contra el pecho infinito.
De este lado del tiempo,
sostengo el pulso de mi canto;
tu recuerdo se agranda como un remordimiento,
y el paisaje entreabierto se me cae de las manos.
Recuerdo-Humberto Rivas
Guardo las estampas
de las horas antiguas
en el devocionario de mi memoria
Detras de mí
se cierra el camino blanco
como una lápida
Silencio
Dejadme rezar mientras el viento
arranca las raíces de mis huellas
Recuerdo
es un rosário de cruces
para los días enterrados
Estadio-Luis Quintanilla del Valle
Herradura desprendida de un Pegaso gigantesco.
Pabellones al viento.
Las banderas flameantes gritan “hurrahs” tricolores
que empapan de luz el ambiente
Hip! Hip!
80,000 personas,
ochenta mil,
con una sola idea, con una sola alma que las cubre
como enorme toldo negro.
¡Hurrah! ¡Rah! ¡Rah!
Gritos de combate.
Gritos rojos de los equipos vencedores.
Gritos negros de los músculos vencidos.
Es la fiesta del cuerpo multiplicado por aire, multiplicado por sol.
80,000 personas con alma infantil
juegan mentalmente a la pelota con los cuerpos elásticos
de los atletas de hule “made in Central America”.
Y el juez que es poeta académico
tendrá que descalificar al campeón olímpico
por haber lanzado tan alto el disco de oro del sol.
Juegos olímpicos,
para los niños dioses.
¿Cuándo acabará el Marathon de los siglos?
Aquellos corredores agonizantes,
quizás vengan de muy lejos,
quizás vengan de otros mundos
Hay uno,
rubio,
que parece haber llegado esta misma mañana
por el frágil puente de rayos que ha tendido el sol
Hay otro,
moreno,
que el trampolín lanzó más allá de las gradas
y pronto enloqueció de azul al perderse en el espacio.
Cuba,
Guatemala,
y México.
Hermanos centroamericanos.
Estas piernas dinámicas, estos muslos tendidos,
son columnas de los templos robustos de marina.
Cada corredor es una antorcha,
¡Rápido! ¡Siempre más rápido!
aunque reviente el corazón y se rompan los frenos odiosos
de todos los records.
Pechos palpitantes que se abren paso cantando,
como las balas.
Yo revisaré todos los cronómetros para registrar el momento.
Y luego, ¡a brincar!
Salirse de su atmósfera como los gritos y los cometas,
con rojas cabelleras incendiadas,
rozando mundos nuevos.
RUMBOS NUEVOS.
Brincar sobre el trópico. Brincar sobre el mar.
Brincar sobre el tiempo.
¡Vivir! ¡Vivir! ¡Vivir!
Toda ella-Luis Quintanilla del Valle
Referencias
- Estridentismo. Recuperado de es.wikipedia.org.
- Vanguardias literarias en Hispanoamérica. Recuperado de sites.google.com.
- El estridentismo: la vanguardia literaria en México. Recuperado de elem.mx.
- José Manuel Prieto González (2011). El estridentismo mexicano y su construcción de la ciudad moderna a través de la poesía y la pintura. Recuperado de ub.edu.
- Saudade. Recuperado de poetaspoemas.com.