¿Qué es la protocooperación?
La protocooperación es una interacción biológica entre dos especies, parecida al mutualismo, donde ambas obtienen beneficios. Las relaciones de protocooperación se pueden dar entre individuos de distintas especies y hasta de distintos reinos. Por ejemplo, cuando un gorrión come la semilla de un árbol y a las horas la defeca, está ayudando a la dispersión de las semillas.
En las relaciones de protocooperación, los individuos no están obligados a establecer lazos, pueden sobrevivir sin la ayuda del otro, pero lo hacen porque resulta provechoso para ambos.
En este punto, la protocooperación se opone a la simbiosis, relación en la cual los individuos dependen el uno del otro, al punto que la ausencia de uno significa la muerte del otro.
En la naturaleza abundan las muestras de protocooperación. Uno de los ejemplos más representativos de este tipo de relación es la que ocurre entre las bacterias del suelo y la vegetación que crece en él.
Ni las bacterias necesitan a las plantas ni las plantas necesitan a las bacterias. Sin embargo, esta relación beneficia a ambos: las plantas obtienen nutrientes producidos por las bacterias y las bacterias obtienen materia para descomponer.
El ejemplo explicado anteriormente ocurre en todos los suelos que sean fértiles, lo que demuestra que hay protocooperación en casi cualquier lugar.
Protocooperación y mutualismo
El mutualismo es una relación que se da entre dos especies. Estas relaciones pueden ser de dos tipos: simbióticas (cuando la relación establecida garantiza la supervivencia de al menos uno de los dos individuos) y no simbióticas (cuando la relación no es obligatoria, sino facultativa).
A este último grupo pertenece la protocooperación, puesto que los dos individuos no dependen el uno del otro para sobrevivir, sino que establecen una relación porque genera beneficios para ambos.
Ejemplos de protocooperación
1. Los insectos y las flores
Existe una gran variedad de insectos, como las abejas, los abejorros o las mariposas, que se alimentan del néctar de las flores.
Al acercarse a ellas para extraer el néctar, el cuerpo de los insectos se impregna de polen, que transportan hacia otras flores, favoreciendo la polinización cruzada.
En esta relación de protocooperación, la planta se reproduce a la vez que el insecto se alimenta.
Ninguno de los dos organismos depende de esta relación para sobrevivir, puesto que la planta podría reproducirse gracias a la acción del viento, que también transporta su polen, y el insecto podría alimentarse de otras sustancias.
2. Aves y mamíferos
Algunas aves, como los picabueyes, se posan sobre grandes mamíferos (búfalos, antílopes, jirafas y rinocerontes) y se alimentan de los parásitos indeseados de dichos animales (como garrapatas, pulgas, entre otros).
En esta relación de protocooperación, las aves obtienen transporte, mientras que el mamífero se mantiene saludable gracias a la erradicación de parásitos.
También es sabido que algunos picabueyes cantan una señal de alarma cuando su mamífero está en peligro, lo que permite que otros animales vengan a ayudarlo.
3. Las aves y las flores
Al igual que ocurre con los insectos, ciertas aves, como el colibrí, se alimentan del néctar de las flores, impregnándose de polen, que luego transportarán hacia otras plantas.
4. Relaciones de protocooperación entre peces
Existe un grupo de peces que se denomina “peces limpiadores”, porque se encargan de limpiar a otros peces, denominados clientes.
Los limpiadores suelen ser animales de menor tamaño, de modo que puedan entrar en espacios reducidos (como la boca de otros peces). Asimismo, los limpiadores suelen concentrarse en arrecifes a los cuales acuden los clientes para recibir los servicios de limpieza.
En esta relación de protocooperación, los peces limpiadores se alimentan de parásitos, tejido muerto y tejido dañado de la piel de los clientes. Por su parte, los clientes se mantienen sanos gracias a la limpieza.
Un ejemplo de esto son los peces pilotos (Naucrates ductor). Estos peces suelen acompañar a los tiburones, alimentándose de los parásitos y de los restos de comida que el tiburón deja. Algunos tiburones incluso permiten que el pez piloto entre en sus bocas para limpiarla.
Rara vez los tiburones se alimentan de peces pilotos, por lo que estos están seguros con el tiburón.
5. Las hormigas y los pulgones
Los pulgones se alimentan de la savia de las plantas abriendo agujeros en las hojas de estas. Las hormigas, en vez de comerse a los pulgones, estimulan a estos con sus antenas para que secreten una sustancia llamada “ligamaza”, la cual es nutritiva para las hormigas.
A cambio del alimento, la hormiga protege al pulgón de los depredadores, lo lleva a hojas frescas cuando las hojas de las que se estaban alimentando ya están secas y lo salvaguarda de la lluvia.
Algunos biólogos incluso afirman que las hormigas mantienen un “rebaño” de pulgones al que “ordeñan” cuando necesitan alimento.
La relación entre la hormiga y el pulgón es beneficiosa para ambos, pero puede causar la muerte de la planta.
6. La anémona de mar y el cangrejo ermitaño
La anémona de mar (Adamsia) se pega al caparazón del cangrejo (Eupagurus) y transporta a la anémona hacia zonas en las que esta se pueda alimentar y, a cambio, la anémona protege y da alimento al cangrejo.
7. Las micorrizas y las plantas
Las micorrizas son asociaciones entre hongos y las raíces de las plantas vasculares. Las micorrizas extienden el campo de absorción de las raíces e incrementan la cantidad de nutrientes absorbidos por la planta, tales como zinc, cobre y fósforo. Por su parte, la planta proporciona carbono al hongo.
Referencias
- Protocooperation. Recuperado de oxfordreference.com.
- Lesson 10: Species Interactions. Recuperado de geobotany.uaf.edu.