¿Qué es la escuela quiteña?
La escuela quiteña es el conjunto de expresiones artísticas (pintura, arquitectura y escultura) que nacieron en la Real Audiencia de Quito (hoy Ecuador) durante la época colonial, en el virreinato del Perú. Su desarrollo en la Real Audiencia de Quito le dio nombre a dicha escuela.
Tuvo su auge entre los siglos XVII y XVIII, gracias a la Escuela de Artes y Oficios, instaurada en 1552 por los sacerdotes de la orden franciscana fray Jodoco Ricke y fray Pedro Gocial.
Años más tarde esta misma escuela se transformó en el Colegio San Andrés, el cual mantiene sus funciones actualmente.
El arte del Renacimiento, caracterizado por el humanismo, fue su mayor influencia. Sin embargo, el desarrollo y la implementación de nuevas técnicas fue lo que le permitió conseguir la admiración y aprobación de otros países.
Origen de la escuela quiteña
Quito se fundó en 1534. Frente al incremento de la población y de nuevas generaciones de quiteños, se planteó la necesidad de establecer sitios adecuados para la enseñanza. Así, nació primero el Colegio San Juan Evangelista, en 1552, fundado por el padre Juan Morales y el fray Jodoco Ricke.
En 1565, se transformaría en el Colegio San Andrés, y de la mano de sus fundadores, y ayudados por otros notables profesores, este colegio se convertiría en la Escuela de artes y oficios por antonomasia de Quito, que luego se conocería como escuela quiteña.
En ella se formaron sucesivas generaciones de artistas indígenas y mestizos, y constituiría, con el tiempo, la manifestación más acabada y enriquecedora del sincretismo cultural y del mestizaje. De ella surgirían artistas insignes, que darían forma al arte del Nuevo Mundo.
En esta escuela se enseñaba pintura, escultura, tallado de piedra, horneado de ladrillos, construcción en general, además de gramática, lectura y escritura.
Características de la escuela quiteña
- El encarnado: uno de los elementos más distintivos de esta escuela artística fue el uso de la “técnica del encarnado”. Dicha técnica consiste en aportar naturalidad a las obras a partir del color de piel de los personajes. El “encarnado” se usaba tanto en la escultura como en la pintura, puesto que aportaba naturalidad y humanismo a las obras.
- Ambientes de la región andina: un rasgo también llamativo es que los escenarios predominantes en el arte quiteño corresponden a ambientes exclusivamente de la región andina. Los paisajes naturales de esta región, o la estructura arquitectónica típica de la misma, dan contexto al sentido y desarrollo de las obras. Esta inclusión, además, dio pie a que también existiera la representación de la fauna autóctona del Ecuador, eventualmente acompañada por pastores y personajes similares, como agricultores y mujeres de hogar.
- Santidades europeas: la apropiación cultural también se manifestó en la adopción de santidades europeas, cuyos nombres y apariencias cambiaron de acuerdo a la percepción de sus nuevos creyentes. Este hecho, en general, es una característica de todas las naciones colonizadas, especialmente en aquellas que quedaron bajo el mando de países del Viejo Continente, como Italia y España.
- Colores y tonalidades: en cuanto a la paleta de colores preferidos, destacan las tonalidades ocres en combinación con colores fríos. Mientras que, en lo referente a la arquitectura, se sigue esta línea a través del uso de ladrillos para la construcción de monasterios.
- Emotividad en las obras: en la escultura, su objetivo era perseguir los detalles por medio de las tallas pequeñas. Además, todas las representaciones cuentan con un alto grado de emotividad. Los materiales mayormente utilizados para ello eran el barro y el yeso.
Representantes de la escuela quiteña
Algunos de sus exponentes más reconocidos fueron:
Manuel Chili (1720-1796)
Fue un arquitecto y escultor indígena, mejor conocido como Caspicara, que significa “cara de piedra”. Fue uno de los máximos representantes de la escuela quiteña. Algunas de sus obras son “Cristo yacente”, “Virgen de la Luz”, ambos en el Museo Nacional de Quito, o “La sábana santa”, en la Catedral Metropolitana de Quito.
Bernardo de Legarda (1700-1773)
Pintor, escultor, tallador y platero mestizo, que pudo entrar a la escuela quiteña gracias a los sacrificios de su padre. Se especializó en imágenes sacras, y tuvo un taller muy famoso cerca de la iglesia de San Francisco. A él acudían artistas y visitantes a admirar sus obras. Entre las más famosas se pueden mencionar la “Virgen de Quito”, para el templo de los franciscanos, y el retablo mayor para la iglesia de la Merced.
Vicente Albán (1725-?)
Fue un importante ilustrador y pintor neogranadino que perteneció a la escuela quiteña. Se conoció por sus trabajos donde idealizaba las figuras indígenas, presentándolas con sus trajes tradicionales. Se especializó en óleo sobre lienzo. Entre sus pinturas más célebres, están “Indio yumbo de las inmediaciones de Quito con sus trajes de plumas y colmillos de animal de caza que usan cuando están de gala” (que ilustra este artículo), “Indio principal de Quito con traje de gala” y “Señora principal con su negra esclava”.
Miguel de Santiago (1620 o 1633-1706)
Uno de los primeros miembros de la escuela quiteña, nieto de indígenas e hijo de mestizos. Pintó una serie de cuadros sobre la vida de Agustín de Hipona, lo que le valió convertirse en el pintor favorito de los agustinos. Fundó su propio taller, y entre sus obras se destacan “La doctrina cristiana” y 11 pinturas del Ave María que adornan el templo de San Francisco, en Quito.
Nicolás Javier de Goríbar (1666-1740)
Fue discípulo de Miguel de Santiago. Fue un famoso pintor que colaboró en la decoración de la destruida iglesia de la Compañía de Jesús, luego del terremoto de 1660. Años después, al reconstruirse, los jesuitas le encargaron una serie de cuadros de los profetas bíblicos, llamada “Los profetas”. También resaltan “Cristo coronado de espinas” y la serie “Los apóstoles”.
Manuel de Samaniego (1767-1824)
Pintor y escultor ecuatoriano, uno de los últimos representantes de la escuela quiteña. Fundó un taller que le permitió mantener a su familia y enseñar a otros artistas. Entre sus obras se pueden mencionar “La Divina Pastora”, “La adoración de los Magos”, y el gran lienzo que decora el altar mayor de la Catedral Metropolitana de Quito, “Asunción de la Virgen”.
Referencias
- Técnicas de la Escuela Quiteña, en una muestra. Recuperado de elcomercio.com.
- ¿QUÉ ES LA ESCUELA QUITEÑA? Recuperado de blog.espol.edu.ec.