La relación entre libertad y responsabilidad supone que los seres humanos podemos elegir, de entre muchas, una determinada actitud frente a una problemática dada. Tenemos la capacidad de analizar las diversas situaciones que se nos presentan para decidir qué hacer. La libertad y la responsabilidad van de la mano, en el sentido de que todo acto conlleva consecuencias.
La libertad de acción es inherente a la humanidad, en contraste con las otras especies animales, que actúan bajo el mandato de los instintos. El ser humano tiene la capacidad de aprender a controlar sus respuestas, y cuando lo hace comienza a actuar responsablemente.
Por otra parte, una verdadera libertad es aquella en la que cualquier persona se responsabiliza plenamente de sus actos, malos o buenos, acertados o erróneos.
Una persona libre y responsable nunca dirá: “me obligaron”, “no tuve opción”, “obedecía órdenes”. En el momento de tomar decisiones, evalúa los pros y los contras, y actúa en consecuencia. Es tan importante, que en los últimos tiempos se han modificado algunas pautas en situaciones extremas, como las guerras. Por ejemplo, un soldado puede negarse a torturar a un detenido, y no está faltando a su deber. Pero si lo tortura, no es solo culpa de su superior, él también será culpable. Por haber decidido hacerlo.
Así, pues, la responsabilidad significa hacerse cargo, y la libertad quiere decir elegir un comportamiento o una acción, de entre muchas posibilidades. De allí que ser libre no signifique “hacer lo que me dé la gana”, sino hacer aquello que me complazca y no haga daño a nadie.
Para analizar cómo se relacionan ambos conceptos, es conveniente tener claro lo que significan.
¿Qué es la libertad?
El diccionario de la Real Academia Española (DRAE) ofrece la siguiente definición:
Es la “facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”.
Pero dicha libertad no es absoluta, porque generalmente la persona está condicionada por otros elementos que regulan su actuación, tales como la coacción, el miedo, la violencia, la ignorancia, la cultura, las normas y los convencionalismos sociales, los trastornos psíquicos, entre otros.
El ser humano goza de varios tipos de libertad:
Libertad interna o libre albedrío
Es la elección que hace el individuo al decidir con autodeterminación entre lo bueno y lo malo.
Libertad externa o de acción
Es la libertad de acción, sin impedimentos o condicionamientos físicos, sociales, culturales, económicos o legales.
¿Qué es la responsabilidad?
También el DRAE define la responsabilidad en dos sentidos. Como respuesta a una conducta ilícita, que sería la “deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal”.
En un segundo sentido, la define como respuesta a una determinada acción. Es decir, la “capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente”.
Toda persona está inmersa en un círculo de la responsabilidad al cual debe responder por sus actos. Ese círculo está compuesto por la propia persona, su familia, el grupo social o de trabajo y la sociedad.
Libertad y responsabilidad
Como se observa, los conceptos de libertad y responsabilidad están estrechamente relacionados. Para que una persona sea responsable de sus acciones, es indispensable que pueda tener libertad de acción, sin más limitaciones que su propia conciencia y valores morales.
Por ello, se considera que los enfermos mentales, los niños, y los animales no son responsables por sus actos, porque no tienen conciencia plena o carecen del uso de la razón.
El escritor irlandés George Bernard Shaw resumió la relación de ambos conceptos de vida en una frase: “Libertad significa responsabilidad. Por eso la mayoría de los hombres le temen”.
Por su parte, el filósofo español Fernando Savater apunta que: “No somos libres de elegir lo que nos pasa”, o lo que somos o tenemos como personas (feos, bonitos, pobres, ricos, enfermos), pero si somos “libres de responder a lo que nos pasa de tal o cual modo”, bien sea obedeciendo o a través de la resignación.
En resumen, puede afirmarse que en ausencia de libertad individual no hay responsabilidad, como tampoco es posible preservar la libertad sin responsabilidad, derivada de las regulaciones morales individuales y de la propia ley.
Referencias
- Lee, D.R. Liberty and Individual Responsibility. Fundation for economic education. Recuperado de fee.org.
- Libertad. Recuperado de dle.rae.es.