¿Qué es la selenofilia?
La selenofilia es una gran atracción por la Luna, fascinación por el astro nocturno. A diferencia de otras palabras similares, no se utiliza para describir una parafilia, que implica un tipo de deseo sexual desviado. Por el contrario, la atracción relacionada con la selenofilia es de carácter estético, en la mayoría de los casos.
En algunos casos, esta fascinación puede llegar a convertirse en obsesión, aunque es poco habitual, y por lo general, no afecta de manera negativa la vida del individuo.
La selenofilia no está reconocida como un trastorno psicológico en ninguno de los manuales diagnósticos utilizados por los profesionales de este campo. Se trata en realidad de una preferencia, a menudo estética, por la Luna. En ocasiones, está relacionada con otras condiciones similares, como por ejemplo, la nictofilia.
La palabra selenofilia deriva de los términos griegos selene (Luna) y philia (amor, atracción). La fascinación por el satélite terrestre ha sido muy común a lo largo de la historia humana.
Síntomas
Al no tratarse de un trastorno psicológico ni de una parafilia, no existe una lista de síntomas comunes entre las personas con selenofilia. De hecho, ningún psicólogo diagnosticaría esta condición. Por el contrario, se trata de una etiqueta a menudo autoimpuesta por las personas que sienten un interés inusual por la Luna.
Entre las características más frecuentes que dicen compartir quienes se sienten identificados por esta etiqueta, la más importante es la atracción por el satélite terrestre.
Esta atracción no es de naturaleza sexual en la inmensa mayoría de los casos, tiene más que ver con aspectos estéticos y de gustos personales.
Por otra parte, las personas con selenofilia a menudo se sienten inspiradas al ver la Luna o pensar en ella. Generalmente, se trata de individuos con inclinaciones artísticas. Debido a ello, poemas, canciones, obras pictóricas y demás expresiones de creatividad relacionadas con el satélite han sido muy abundantes a lo largo de la historia.
Además de esto, el hecho de que la Luna solo sea visible durante la noche hace que las personas con selenofilia tengan preferencia por esta franja del día. Esto a menudo correlaciona con otra “filia” del mismo tipo, conocida como nictofilia.
Por último, según los autoinformes de las personas que experimentan esta “filia”, parece que la mayoría comparte ciertos rasgos de personalidad y psicológicos. Casi todas tienden a ser más bien introvertidas, más inteligentes que la media, solitarias y reflexivas.
Causas
Las investigaciones psicológicas sobre por qué los gustos personales de cada individuo son diferentes están aún dando sus primeros pasos. Es muy difícil afirmar qué influye exactamente en nuestras preferencias, y esto, sumado al hecho de que la selenofilia no es una condición patológica, hace imposible saber por qué se produce.
Como ya hemos mencionado, parece ser que la selenofilia aparece a menudo en personas con rasgos de personalidad y psicológicos similares.
Se podría pensar que la introversión, las capacidades intelectuales superiores a la media y las tendencias artísticas podrían jugar un papel en la aparición de esta preferencia estética.
Sin embargo, no podemos afirmar que estos rasgos sean los responsables de la atracción por la Luna. Por lo que sabemos, podría existir una causa subyacente que provocase tanto la filia como el resto de factores psicológicos relacionados con ella.
Esta causa subyacente probablemente tendría tanto componentes innatos y biológicos (como, por ejemplo, una predisposición genética) como aprendidos. Aun así, en cualquier caso no se trataría de una experiencia anormal, sino simplemente de una preferencia por la Luna más marcada que la que siente la mayoría de individuos.
Consecuencias
En un principio, no existe ninguna consecuencia negativa derivada de sentir una fascinación fuera de lo normal por la Luna. El satélite terrestre ha tenido una gran influencia en prácticamente todas las culturas que han aparecido a lo largo de la historia, y ha atraído a la mayoría de personas que han mirado alguna vez al cielo.
La única posible consecuencia negativa de la selenofilia sería el cambio de los hábitos de sueño normales con el objetivo de estar en presencia de la Luna durante el mayor tiempo posible. Esto podría interferir con el desarrollo de la rutina cotidiana de la persona, en cuyo caso se generaría todo tipo de problemas.
Sin embargo, este síntoma no aparece en la mayoría de los casos. Prácticamente, todas las personas que se sienten identificadas con la selenofilia simplemente están fascinadas por la Luna, ya sea a nivel artístico, filosófico o estético.
Por otra parte, no es raro que la atracción por la Luna provoque que los individuos que la sienten decidan crear obras artísticas o filosóficas relacionadas con el satélite. Así, podríamos decir que una consecuencia derivada indirectamente de la selenofilia es la producción de todo tipo de creaciones.
¿Hace falta tratamiento?
Ya hemos visto que la selenofilia no es realmente un trastorno psicológico de los considerados como “filias”, que engloba a todas aquellas personas que sienten una atracción sexual diferente de lo normal, y a quienes esta situación les genera problemas en su vida.
Por el contrario, la selenofilia no tiene por qué generar ningún tipo de consecuencia negativa a los individuos que se sienten identificados con esta etiqueta. Este es, precisamente, el principal indicador de que una condición psicológica puede ser considerada un trastorno mental: la aparición de sufrimiento derivado de ella.
Por ello, la selenofilia se considera una muestra más del amplio espectro de preferencias que podemos sentir los humanos por diferentes objetos. La atracción estética por la Luna no solo no es patológica, sino que en muchas ocasiones puede provocar la creación de obras de arte de todo tipo.
En consecuencia, la selenofilia no requiere ninguna forma de tratamiento psicológico, ni puede ser comparada con un trastorno psicológico.
Referencias
- ¿Qué es la selenofilia? Recuperado de marmdel.blogs.uv.es.
- Selenofilia: la fascinación del hombre por la Luna. Recuperado de blog.derrama.org.pe.