¿Qué es el solipsismo?
El solipsismo es una creencia metafísica cuyo precepto principal consiste en que la única certeza que tiene el individuo es la existencia de su propia mente. Es decir, que todo aquello que le rodea, como su realidad inmediata, es incognoscible.
Esto quiere decir que para los filósofos y pensadores solipsistas solo es posible asegurar la existencia del “yo”, por lo que la existencia de los demás es una creación de la conciencia de ese yo.
En términos más sencillos, para el solipsismo la realidad que rodea al “yo” no puede existir por sí sola, sino que dicha realidad se trata más bien de estados mentales que se desprenden de ese “yo”. Entonces, todo aquello que el “yo” puede percibir no es, sino un desprendimiento de sí mismo; esto incluye a las demás personas o entidades alrededor.
Para efectos prácticos, se pueden distinguir dos tipos de solipsismo: en el primer caso se trata de uno que manifiesta una tesis metafísica, que apoya la premisa de que solo existe el “yo” y las representaciones de este. La existencia de todo lo demás está sujeta a dudas.
En el segundo caso, los expertos hablan de un solipsismo gnoseológico —es decir, aquel que estudia la naturaleza y los orígenes del conocimiento—, que consiste en el hecho de que no es posible demostrar o conocer que, aparte de “mí mismo”, existen otros “yoes” (término empleado por Peter Hutchinson).
Algunos filósofos han querido refutar los preceptos de esta corriente filosófica argumentando que se trata de un egoísmo exacerbado, ya que en todo caso habría que admitir que “otros egos existen”, o que al menos “yo tengo que reconocer la existencia de otros egos”.
Para el filósofo y pensador Edmund Husserl, el solipsismo es posible en la medida en la que un sujeto no puede afirmar la existencia de aquello que lo rodea. Entonces, el Universo queda reducido a uno mismo y lo que me rodea forma parte de una ficción subjetiva. En consecuencia, “solo de mí mismo puedo tener un conocimiento certero”.
Historia
Etimología y relación con los sofistas
La palabra “solipsismo” viene de la frase latina Ego solus ipse, cuya traducción más fiel quiere decir “solo uno mismo”. Según algunos expertos, es posible que la historia del solipsismo se remonte a los orígenes del ser humano y el comienzo de su capacidad autorreflexiva.
También se cree que el solipsismo es una variante de los preceptos sofistas, pero llevados al extremo de su esencia filosófica.
Algunos consideran que las ideas platónicas salvaron a Occidente del solipsismo, porque Platón argumentó que la existencia del “yo” se encontraba intrínsecamente vinculada con la existencia del otro. Para este filósofo, quien tenga la capacidad de razonar está consciente de la presencia real de su prójimo.
Algunos ejemplos
En cuanto al primer uso del término, se considera que fue empleado por primera vez en un texto llamado Monarchia solipsorum escrito por Clemente Scotti (1602-1669). Esta obra, publicada en 1645, consistió en un ensayo breve que atacaba algunas ideas epistemológicas de la Compañía de Jesús.
En la famosa obra La vida es sueño, del dramaturgo español Calderón de la Barca, se puede percibir cierta idea solipsista en el monólogo del protagonista Segismundo, que se pregunta si lo que ve es real o si más bien es producto de un sueño.
Características del solipsismo
- Una de las principales características del solipsismo consiste en su carácter fuertemente radical, puesto que esta teoría gnoseológica no admite más realidad que la del sujeto que la crea o que la percibe. Lo único que puede corroborarse es la existencia de la consciencia del individuo.
- Otra de las características del solipsismo se encuentra en la relación que mantiene con otras corrientes del pensamiento humano, como lo son el idealismo y el realismo.
- El solipsismo está vinculado con el idealismo, ya que en este último se hace hincapié en la prioridad que tiene “la idea” como modo de aproximarse o de conocer el mundo. Esta idea parte necesariamente del sujeto y a partir de él se puede deducir la realidad de aquellas cosas “existentes”.
- Para la corriente solipsista, una cosa puede “ser” solo en la medida en la que el “yo” la esté percibiendo. En otras palabras, la cosa solo puede existir mediante el sujeto. Sin él, ningún otro elemento podría “ser”. Al no ser percibidas por el humano, las cosas desaparecen.
- Esto propicia la conclusión de que no es posible conocer la esencia de nada, pues todo lo conocido es tan solo una idea percibida por el “yo”. Se trata de una corriente radical dado que lleva al extremo el subjetivismo al afirmar que lo único existente es la conciencia propia, es decir, el solus ipse (“yo solo”).
- Se puede establecer que en el solipsismo existe un choque de libertades y de voluntades al momento de querer reducir —o negar— la facticidad del otro a las meras deducciones intelectivas.
Representantes
George Berkeley (Irlanda, 1685-1753)
Uno de los principales representantes del solipsismo fue George Berkeley, quien se inspiró en algunas ideas de la filosofía inglesa y de autores como Francis Bacon, John Locke, Isaac Newton, René Descartes y Nicolás Malebranche.
Los postulados de Berkeley son el resultado de una combinación entre el pensamiento empirista radical y la metafísica platónica, por lo que utilizó los argumentos empiristas para defender sus doctrinas metafísicas.
Sin embargo, en sus últimos años Berkeley se dejó influir en su totalidad por las ideas platónicas, dejando de lado el empirismo.
La doctrina de este filósofo se fundamenta en la idea principal del rechazo a la existencia objetiva de la realidad tanto inmediata como material, pues esta se encuentra supeditada a la percepción humana. En consecuencia, la mente es el único lugar en donde se encuentra la verdadera existencia de las cosas.
Dos dificultades elementales
Esta afirmación del filósofo tuvo que enfrentarse a dos factores principales: la duración de las cosas y el concepto de unidad. En el primer caso, el filósofo tuvo que admitir que, al parar de percibir o al momento de percibir una cosa, el sujeto crea, destruye y vuelve a fabricar el objeto nuevamente.
Por ejemplo, al mirar un árbol, si el observador cierra los ojos y los vuelve a abrir, ha tenido que destruir dicho árbol para así poder crearlo de nuevo.
En el segundo caso, el cuestionamiento surge a partir de la identidad del objeto percibido. Es decir, para mantener la coherencia en el discurso, Berkeley tuvo que defender la idea de que al abrir y cerrar los ojos varias veces no se está observando el mismo árbol, sino que se trata de muchos árboles que se han construido y destruido de manera continua.
Christine Ladd-Franklin (Estados Unidos, 1847-1930)
Esta filósofa aseguraba que el solipsismo era completamente irrefutable, ya que todos los seres humanos nos encontramos a merced del “predicamento egocéntrico”.
Esto lo defendió mediante la idea de que todo el conocimiento que el ser humano aprehende le llega gracias a los sentidos, a nuestro cerebro y a la forma en la que este procesa la información.
Por lo tanto, el humano está mediatizado y limitado por su forma de aprehender el conocimiento exterior: la única certeza es la propia percepción, lo demás no puede ni conocerse ni asegurarse, ya que nos resulta imposible acceder a ello.
René Descartes (Francia, 1596-1650)
El filósofo francés podría considerarse solipsista por su frase “Pienso, luego existo”, es decir, que su pensamiento es creador de la existencia. Además, en sus Meditaciones metafísicas, establece que se debe dudar de todo lo que nos rodea. Allí también propone la tesis del genio maligno: si un dios (genio) creó al ser humano y al Universo, fue para que creyéramos que todo es real, aunque todo es mentira. Según él, lo único verdadero y real es nuestra naturaleza y nuestro yo.
Referencias
- Cazasola, W. El problema del solipsismo: algunos apuntes desde la fenomenología. Recuperado de circulodecartago.org.
- Kazimierczak, M. El concepto del solipsismo en la escritura postmoderna de Borges. Recuperado de dialnet.com.
- Petrillo, N. Consideraciones en torno a la reducción solipsista. Recuperado de dialnet.com.
- Sada, B. La tentación del solipsismo epistemológico. Recuperado de issuu.com.
- Wittgenstein, L. Philosophical investigations. Recuperado de squarespace.com.