¿Qué es el Tratado de Maastricht?
El Tratado de Maastricht, o Tratado de la Unión Europea, es uno de los convenios más importantes europeos, que contribuyó a fundar esta organización de países. Fue firmado el 7 de febrero de 1992 en la ciudad neerlandesa de Maastricht y comenzó a aplicarse a partir de noviembre del año siguiente.
La meta principal de este Tratado consistió en construir, mediante una serie de acuerdos, una unión mucho más estrecha entre los países que componen el continente europeo, con la finalidad de alcanzar objetivos comunes en beneficio de la mayoría de los países y sus ciudadanos.
Este convenio significó una nueva etapa dentro de los procesos políticos de la Unión Europea, puesto que se buscó tomar decisiones que fueran lo más abiertas y cercanas a los ciudadanos comunes dentro de las posibilidades y los límites legales.
Está fundamentado en los valores de respeto hacia la dignidad humana, la democracia, la igualdad, la libertad y el estado de derecho, y en esta categoría se encuentran incluidos los derechos de todos los ciudadanos, específicamente los de aquellas personas pertenecientes a minorías marginadas.
Otro de los objetivos establecidos en el Tratado consistió en la promoción de la paz general, los valores, la protección y el bienestar de los pueblos, respetando la cultura y las inclinaciones de cada uno.
Este convenio permite la libre circulación de personas de nacionalidad europea dentro del continente, aunque esta circulación debe regularse con medidas adecuadas para evitar el caos y la delincuencia entre los países pertenecientes a la UE.
Además, establece las políticas necesarias para fortalecer el mercado interno, con lo que busca el crecimiento de una economía equilibrada, así como establecer un balance en los precios. La Unión Europea determinó necesario promulgar un mercado competitivo que favoreciera el empleo y el progreso social.
¿En qué consiste el Tratado de Maastricht?
El Tratado de Maastricht consiste en un acuerdo que modificó los tratados europeos anteriormente establecidos, con el objetivo de crear una Unión Europea fundamentada en tres bases fundamentales.
Estas bases son las comunidades europeas, la cooperación en los ámbitos de justicia y los asuntos de interior (JAI) y la política exterior y de seguridad común (PESC).
Con estas modificaciones, se amplió la extensión de la Unión Europea. De igual forma, gracias al Tratado de Ámsterdam (realizado posteriormente) se buscó garantizar el funcionamiento eficaz y democrático de la ampliación propuesta en el de Maastricht.
El Tratado de la Unión Europea tuvo que someterse a tres revisiones antes de llegar al postulado final. Estas revisiones se conocen como Tratado de Ámsterdam, Tratado de Niza y Tratado de Lisboa, siendo esta última la modificación definitiva.
Además, este acuerdo se enfoca en los elementos esenciales de la organización, como lo son la profundización en el carácter integral y la solidaridad que debe prevalecer entre los diferentes Estados europeos.
Asimismo, en este Tratado se recuerda la importancia del respeto por los derechos de los ciudadanos y de la variedad cultural, considerados estrictamente desde el carácter democrático.
Competencias que se establecieron en el Tratado
En este convenio de la Unión Europea se estableció una serie de competencias que se constituyen en tres pilares fundamentales, como quedó establecido en párrafos anteriores. Estos son: la comunidad europea, la PESC y la JAI.
Para mantener el orden dentro de estas tres bases principales fue necesaria la cooperación de carácter intergubernamental, lograda a través de la participación de las instituciones comunes y de algunos elementos relacionados con el ámbito supranacional.
En otras palabras, requería de la participación de la Comisión Europea y del Parlamento europeo.
Objetivos
Cada base del Tratado de Maastricht tiene una serie de objetivos que cumplir, siendo estos los siguientes:
Objetivo de la Comunidad Europea
La Comunidad Europea tenía el objetivo de asegurar el correcto funcionamiento del mercado, así como velar por el desarrollo equilibrado y armonioso de las diferentes actividades desempeñadas por el sector económico. También debía garantizar un alto nivel de empleo y de igualdad de oportunidades laborales entre mujeres y hombres.
Estos objetivos fueron delimitados en el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea (TCE), establecidos en los artículos 3, 4 y 5 de dicho convenio.
Objetivo de la política exterior y de seguridad común (PESC)
Según el Tratado, la Unión Europea debe ejecutar una política exterior y de seguridad basándose en un método intergubernamental. De este modo, los Estados pertenecientes a la organización están en la obligación de apoyar los parámetros establecidos, guiándose por la solidaridad, la lealtad y los valores comunes.
Asimismo, en este pilar se buscó velar por el fomento de la cooperación internacional, el respeto a los derechos humanos y la consolidación de la democracia.
La cooperación en los ámbitos de la justicia y de los asuntos de interior (JAI)
Uno de los objetivos que se establecieron en el Tratado de Maastricht consistió en la elaboración de una acción común dentro de los ámbitos de justicia y de asuntos de interior.
Tiene la finalidad de ofrecer a los ciudadanos un alto rendimiento en cuanto a la protección en un espacio integrado por la seguridad, la libertad y la justicia.
Las implicaciones de lo anterior son que la UE tuvo que implementar una serie de normas de cruce en las fronteras exteriores y reforzar los controles. También se hizo hincapié en la lucha contra el terrorismo, el tráfico de drogas y la delincuencia, erradicar la inmigración irregular y se ejecutó una política común de asilo.
Firmantes
La Unión Europea está integrada por una serie de países representados por sus respectivos gobernantes, los cuales tienen el deber de escuchar las diferentes propuestas que busquen el beneficio común de los Estados y de sus ciudadanos.
En 1992 no había tantos países miembros de la Unión Europea, por lo tanto, solo firmaron el Tratado algunos de los principales representantes que conforman a esta organización en la actualidad. Los firmantes del Tratado de Maastricht fueron los siguientes:
- El rey de Bélgica.
- La reina de Dinamarca.
- El presidente de la República Federal de Alemania.
- El presidente de Irlanda.
- El presidente de la República Helénica.
- El rey de España.
- El presidente de la República Francesa.
- El presidente de la República Italiana.
- El gran duque de Luxemburgo.
- La reina de los Países Bajos.
- El presidente de la República Portuguesa.
- La reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
En consecuencia, los países que se suscribieron al Tratado fueron Bélgica, Irlanda, Alemania, Dinamarca, Francia, España, Grecia, Italia, Países Bajos, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido.
En 1995 se incorporaron otros países, como Finlandia, Austria, Suecia, Chipre, Eslovenia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Estonia, Lituania, Malta, Polonia y Letonia.
Posteriormente, en 2007, firmaron Rumania y Bulgaria. Por último, se anexó Croacia al Tratado de la Unión Europea, en 2013.
En 2016, en Reino Unido se celebró un referéndum sobre la continuación del país en la UE. La salida de la organización se hizo efectiva en febrero de 2020.
Incidencia en la economía
Uno de los principales enfoques de la Unión Europea, abordado en el Tratado de Maastricht, consistió en el establecimiento de bases comunes para contribuir con el desarrollo económico.
Por lo tanto, resultaba elemental la incorporación de la solidaridad colectiva para concretar las acciones necesarias que favorecieran el bien común.
A pesar de la búsqueda de la Unión Europea por facilitar empleos y por contribuir con el crecimiento económico de las naciones, luego de la firma del Tratado en 1992, el panorama europeo se vio ensombrecido por una serie de crisis que frenaron los impulsos positivos de la UE.
Por ejemplo, durante las décadas posteriores se disparó la tasa de desempleo, lo que hizo que los gobiernos tuvieran que dedicarse a solventar su propia crisis nacional, dejando de lado la construcción solidaria y colectiva que se exigía en el Tratado.
Además, se desencadenaron terribles tensiones monetarias, lo que trajo como consecuencia el establecimiento del Sistema Monetario Europeo y la aparición de la U. E. M. (Unión Económica y Monetaria).
Actuación limitada
Por último, la Unión Europea no se mostró a la altura en cuanto a la solución de los problemas correspondientes a la introducción de la política exterior y seguridad.
Esto se puede ejemplificar específicamente con el caso de la crisis de Yugoslavia, que facilitó la entrada de la guerra al continente europeo y acabó con las décadas de paz.
A pesar de esto, no se puede negar la importancia de este Ttratado dentro de la Comunidad Europea, ya que permitió la apertura entre los diferentes países que conforman el Viejo Continente.
Asimismo, facilitó las negociaciones económicas de los Estados y el traslado de los ciudadanos de nacionalidad europea dentro del territorio, brindándoles más oportunidades.
Referencias
- Treaty on European Union. Recuperado de europa.eu.
- Versión consolidada del Tratado de la Unión Europea. Recuperado de boe.es.
- Los tratados de Maastricht y Ámsterdam. Recuperado de europarl.europa.eu.
- Canalejo, L. La revisión del tratado de Maastricht. Conferencia intergubernamental de Ámsterdam. Recuperado de dialnet.com.