¿Qué son los valores físicos?
Los valores físicos son aquellos que se relacionan con el cuerpo y el bienestar. Entre ellos se mencionan la salud, la belleza, la agilidad y la fuerza, así como todos los placeres de los sentidos. Se enfocan en el aspecto fisiológico de la existencia.
Este tipo de valores suele ser percibido como vanidad, ya que se piensa que las personas que enfocan su vida hacia el desarrollo del aspecto físico suelen dejar de lado el cultivo de aspectos espirituales, intelectuales y morales.
Sin embargo, cultivar los valores físicos es fundamental para el desarrollo integral de todo individuo, puesto que el cuerpo es la herramienta principal del ser humano.
Características de los valores físicos
– Son tangibles. Los valores físicos destacan respecto a otros valores, como los morales, en que aportan una cualidad tangible. El cuerpo está ahí y por eso merece atención. El cuerpo como cosa real puede ser considerado como la fuente máxima de placer y de dolor y, por tanto, cada aspecto de la vida, cada decisión debe tomar en cuenta la afectación del cuerpo, la deriva entre esa polaridad de estímulos positivos y negativos.
– Inmediatez. Corresponden a un orden inmediato de la existencia y, por tanto, son de carácter efímero. Bajo algunos parámetros puede decirse que la belleza dura poco porque el cuerpo envejece, aunque su concepto incluso cambia dependiendo de las épocas. Por ejemplo, en el siglo XVI, estar pasadito de peso era considerado un aspecto de salud y fertilidad, y un valor estético. Sin embargo, actualmente, la idea de belleza se ha desplazado hacia la esbeltez. Por otra parte, la experiencia física está signada ineluctablemente por la muerte.
– Salud involucrada. Entre los valores físicos existe una utilidad fundamental: la salud. Esta es la cualidad en la que reside la subsistencia del ser humano, aportándole la posibilidad de mantenerse vivo por más tiempo, y en óptimas condiciones. Solo es posible alcanzar la plenitud si el cuerpo se mantiene sano, ya que la enfermedad es sinónimo de dolor y sufrimiento. La salud también es un elemento necesario para que el ser humano pueda realizar todas las actividades que se proponga. Si el cuerpo no funciona, la persona se queda sin la herramienta principal con la que hace todas sus actividades. Por ello, una de las principales metas de la sociedad moderna es la evolución en el campo de la medicina. Las condiciones de vida del ser humano mejorarán en la medida en que se descubran métodos más eficaces para conservar la salud del cuerpo, superar las enfermedades y preservar la vida.
Ejemplos de valores físicos
- Belleza. La influencia del mundo del espectáculo en nuestras vidas nos reafirma a cada instante que la belleza física es sinónimo de éxito. Los cuerpos y los rostros sensuales y estilizados de estrellas de cine, televisión y del mundo de la música moldean nuestros paradigmas estéticos. Un cuerpo bello es atractivo y ayuda a quien lo posee a tener mayores posibilidades de éxito en distintos ámbitos de la vida, como el de las relaciones amorosas. Ayuda incluso en el campo laboral.
- Fuerza. La fuerza y las habilidades atléticas son bien valoradas. Los deportistas son apreciados por la sociedad. Los más populares poseen gran reconocimiento y beneficios económicos, además de ser considerados ejemplos a seguir para las siguientes generaciones. Asimismo, las universidades becan a los jóvenes más talentosos de las diversas disciplinas. La fuerza también es apreciada por su utilidad. En comunidades culturales con una idiosincrasia machista, la fuerza física del hombre se aprecia, puesto que esta lo hace más útil para los trabajos manuales. Además, el hombre fuerte impone respeto porque es capaz de defenderse a sí mismo y a su familia.
Diatriba histórica
Muchas perspectivas teológicas consideran el cuerpo como un templo, un lugar físico donde la divinidad se manifiesta, la casa del alma, un instrumento entregado al ser humano para cumplir con su misión trascendental.
Sin embargo, algunas filosofías trascendentalistas desde una perspectiva axiológica consideran los valores físicos como cualidades menores del ser humano, pues son los que lo acercan más a su naturaleza animal.
Para algunos pensadores, el ser debe desprenderse del cuerpo, fuente de pecado y ancla del alma, lastre que no le permite experimentar la dicha del mundo celestial.
Este pensamiento marcó la episteme (conocimiento justificado como verdad) medieval en Occidente y causó que durante varios siglos la civilización paralizara su instinto más básico: la búsqueda del placer, motivación que constituye uno de los mayores motores del progreso.
No fue sino hasta el Renacimiento que el humano volvió a interesarse por los valores terrenales que lo llevaron a la Modernidad.
Críticos modernos indican que la excesiva valorización del cuerpo en la sociedad contemporánea ha hecho que el ser humano caiga en la banalidad del utilitarismo por su placentera inmediatez.
Se indica que esta es una de las causas de la actual decadencia de valores que impide la evolución de la raza humana hacia un estado más armónico y civilizado.
El cuerpo en la Edad Antigua
Esta diatriba en realidad podría considerarse relativamente nueva en la historia humana si consideramos que en la Antigüedad lo efímero y lo trascendente no se consideraban aspectos separados e irreconciliables.
Los griegos pensaban que existía una correspondencia entre lo espiritual y lo físico. Por tal razón, el cuerpo era cultivado y venerado, la belleza externa y la fuerza también eran considerados valores éticos.
Los filósofos clásicos dieron gran importancia al cuerpo en sus discursos. Para Aristóteles, los cuerpos eran manifestaciones de la esencia en el mundo. Platón les dio una importancia menor, pero los consideró vehículos para llegar a las ideas inmutables.
En el periodo helenístico, los hedonistas reposicionaron el cuerpo como el centro de la existencia, llegando a la conclusión de que el sentido de la vida radica esencialmente en la búsqueda del placer.
Referencias
- La corporalidad moderna, entre el ascetismo y el consumismo. Lecturas marxistas, psicoanalíticas y postestructuralistas. Recuperado de redalyc.org.
- The Nature and Values of Physical Education. Recuperado de researchgate.net.
- La comparecencia de los valores. Universidad de Colima.
- Platón. Obras completas (1871). Patricio Azcárate.
- Del hedonismo y las felicidades efímeras. Recuperado de scielo.org.mx.