¿Qué son los valores negativos?
Los valores negativos son los valores opuestos a los que guían de manera favorable la convivencia social y la vida personal, en armonía y respeto mutuo. También son denominados antivalores, y entre los más destacados se encuentran el odio, la irresponsabilidad, la violencia o la traición.
Según la axiología —la rama de la filosofía que estudia el significado y la esencia del valor—, el término valor está asociado a la idea de la cualidad, la importancia o la estima que se confiere a las personas, hechos o elementos, bien sea de manera positiva o negativa.
Según esta definición, los valores son las características morales y éticas inherentes a una persona, compartidas por una cultura mediante sus relaciones sociales en el marco del ejemplo y del consenso social.
En las diferentes concepciones filosóficas el valor tiene una significación particular. Por ejemplo, para el idealismo objetivo el valor se halla fuera de las personas. En cambio, para el idealismo subjetivo se encuentra dentro de sujeto y de su conciencia.
Para el materialismo, la naturaleza del valor reside en la capacidad humana de estimar y valorar objetivamente el mundo en sí mismo en todas sus aristas.
En cualquier caso, sea cual sea la estima considerada, los valores negativos, o antivalores, forman parte de la base ética o moral que conducirá las acciones de los individuos.
Características de los valores negativos
- Los valores negativos tienen consigo elementos que degradan y deshumanizan a la persona que los manifiesta, afectando no solo su vida individual sino su entorno familiar y social.
- Quienes incluyen valores negativos en su comportamiento suelen ser personas extremadamente individualistas, negativas, insensibles y frías, a quienes no les importa nada ni nadie más que sus propios intereses y circunstancias. Tampoco dan importancia a las consecuencias de sus actos.
- A través de los valores negativos pueden llegar a desarrollarse actos que van en detrimento de la salud personal, como por ejemplo, el consumo de sustancias nocivas que causan daño al organismo, la ejecución de actos inmorales que van en contra del respeto a sí mismo, o producirse lesiones físicas que pueden llegar a la autoflagelación.
- Estos antivalores pueden ser aprendidos dentro de la convivencia familiar, o por psicopatologías individuales que deben ser tratadas con terapia psicológica e incluso con medicación especializada. También pueden originarse por convicciones personales producto de doctrinas ideológicas.
- Crean separaciones entre los distintos grupos de la sociedad según sus percepciones moralistas, religiosas y sexistas, entre otras.
- De esta forma surgen grupos de repudio que incluso pueden ejercer acciones violentas y criminales basándose en sus diferencias de raza u origen, niveles socioeconómicos, creencias religiosas, identidad de género o ideología política, entre otros ámbitos.
- Muchos valores negativos están asociados a acciones contra el medio ambiente, la falta de racionalización de los recursos naturales o la caza indiscriminada, entre otras. Y en otros contextos, como el gubernamental, también se asocian con acciones destructivas, como la corrupción, el nepotismo o las ideologías chauvinistas.
- Otros actos surgidos como producto de valores negativos se disfrazan de ideas relacionadas con la meritocracia, la competitividad o la superación personal. Tal es el caso de la explotación de personas y grupos más desfavorecidos o vulnerables por parte de representantes del poder militar o económico. La intención de estas acciones es explotar las capacidades laborales, intelectuales o físicas del individuo o grupos de trabajo, y generar condiciones que no favorecen a todos por igual.
Diferencia con los valores positivos
Los valores pueden ser positivos o negativos, pero siempre son inherentes al conjunto de acciones del individuo. En este sentido, se conciben los valores positivos como el obrar en virtud del bien o adecuadamente dentro de los parámetros morales y éticos.
En cambio, los valores negativos son aquellas conductas o ideales dañinos, inadecuados e incorrectos que se ajustan a patrones inmorales y antiéticos. A diferencia de los valores positivos, los negativos son destructivos y promueven el individualismo, la separación y el odio.
Es importante aclarar que los valores en general no son estáticos, sino dinámicos. No quiere decir que pasen de ser buenos a malos, sino que, por diversas circunstancias que ocurren a través del tiempo, deben ajustarse según el contexto y los propósitos.
Ejemplos
- Irrespeto: es la falta de respeto de una persona hacia otra y viene dada por actitudes de poca educación, trato descortés o agresivo. Puede reflejarse al desmerecer las opiniones de otro individuo, burlarse o no ser empático con sus limitaciones.
- Deshonestidad: es la falta de integridad que puede reflejarse en distintos ámbitos: desde robar a otra persona algo material, o mentir para evadir una responsabilidad o para lograr un beneficio. Una persona deshonesta es poco confiable, no brinda seguridad ni estabilidad en su entorno.
- Intolerancia: es la incapacidad de aceptar o respetar la diferencia de criterio, de creencia, de percepción y de tendencias distintas a las propias, mostrando una actitud intransigente que rompe la armonía de las relaciones interpersonales y la convivencia social.
- Irresponsabilidad: es la actitud que denota falta de compromiso, voluntad o interés ante una labor, obligación o acuerdo entre personas, propia de quien no asume las consecuencias de sus actos.
- Odio: el odio es un antivalor que genera en el individuo actitudes negativas contrapuestas al amor. Generalmente, conlleva al resentimiento y a generar rencores y malos deseos hacia otras personas.
- Injusticia: se refiere a la falta de equilibrio ante un hecho individual o social. Normalmente, perjudica a muchas personas. Ejemplos de ello son los actos de corrupción, la ilegalidad y la negligencia o impericia probada desde la intención.
- Egoísmo: el egoísmo es el antivalor que podría considerarse la raíz principal de las conductas antiéticas e inmorales. El excesivo amor por sí mismo sumerge al individuo en sus propios placeres, intereses, privilegios y beneficios, aislándolo de quienes le rodean. El egoísta muestra total desinterés por compartir y ayudar a otros, dificultando su convivencia con los demás.
- Traición: se trata de la falta de compromiso ante la palabra o acciones prometidas y acordadas hacia otra persona. La traición produce decepción, falta de credibilidad y confianza, tristeza y dolor.
- Arrogancia: es un sentimiento que genera una actitud de superioridad sobre los demás. Una persona arrogante es prepotente y soberbia.
- Envidia: la envidia es desear lo que tienen los demás y la incapacidad de alegrarse por la felicidad y los logros de otras personas.
- Infidelidad: es la deslealtad hacia una persona, un ideal o una doctrina. Es la falta de integridad y constancia hacia los compromisos asumidos. Por lo general, implica acciones negativas que dañan la confianza entre las personas.
- Discriminación: es un antivalor que fomenta la desigualdad entre las personas, privilegiando unas por encima de otras, basándose en criterios como la raza, la religión, el género, etc.
- Indiferencia: es el desinterés por la vida o la suerte de quienes le rodean, generalmente son personas que no practican ni sienten solidaridad.
Referencias
- Trocoso, P. Temas axiológicos: ¿Existen los valores negativos? Recuperado de revistas.upb.edu.co.
- Sosa, B. Valores y antivalores. Recuperado de carlosllanocatedra.org.
- Trujillo, A. La cultura de los antivalores. Recuperado de elespectador.com.