¿Quién fue Baldomero Lillo?
Baldomero Lillo (1867-1923) fue un cuentista chileno, considerado por los críticos como el maestro del realismo social en Chile. Sus textos estuvieron inspirados en las problemáticas sociales que atravesó su nación a finales del siglo XIX y primera década del XX.
La obra literaria de Lillo fue rica en recursos y se caracterizó por poseer rasgos modernistas y ser tradicional. El escritor empleó un lenguaje sencillo y preciso con el cual describió los conflictos de los sectores menos favorecidos de su país.
Si bien la obra de este escritor no fue amplia, logró impactar por su contenido y la profundidad de sus historias. Sus títulos más reconocidos fueron Sub-terra, La compuerta nª 12 y Sub-sole. La forma en que Lillo abordó la situación en las minas chilenas le convirtió en una referencia literaria de su país.
Biografía de Baldomero Lillo
Nacimiento y familia
Baldomero Lillo Figueroa nació el 6 de enero de 1867 en la localidad de Lota, en la provincia de Concepción. Creció en el seno de una familia culta y de clase media. Su padre fue José Nazario Lillo Robles y su madre, Mercedes Figueroa. Tuvo dos hermanos: Emilio y Samuel. Su tío Eusebio Lillo Robles fue el poeta que compuso el himno nacional de Chile.
Los años de infancia de Lillo transcurrieron en su ciudad natal, donde pudo conocer desde la perspectiva de los mismos mineros las precarias condiciones en las que trabajaban y las difíciles experiencias que vivían en las minas de carbón. Aquellas narraciones y su constante afición a la lectura influyeron en su posterior desempeño como escritor.
Estudios
Lillo cursó sus primeros años de educación primaria en Lota y en 1876 comenzó a estudiar en la institución mixta de Bucalebu. Siete años después se trasladó con su familia a Lebu, donde pudo ingresar en el principal liceo de la localidad. En aquella época falleció su padre y abandonó los estudios para dedicarse a trabajar.
Nuevo rumbo
Lillo trabajó durante un largo periodo en una pulpería para ayudar económicamente a su madre y hermanos. En 1897 contrajo matrimonio con Natividad Miller y se mudaron a Santiago en busca de una mejor vida. Ella fue su compañera hasta la muerte y madre de sus cuatro hijos.
En Santiago coincidió con su hermano Samuel (escritor y ganador del Premio Nacional de Literatura en 1947), quien le ayudó a conseguir un trabajo en la Universidad de Chile. La pasión que sintió desde niño por la literatura lo llevó a publicar en 1898 el poema El mar en la Revista Cómica.
Pasos literarios
El gusto por la escritura siempre estuvo presente en Lillo, así que en 1903 se inscribió en un concurso literario promovido por la Revista Católica. Resultó ganador gracias a su cuento “Juan Fariña”, que firmó con el seudónimo Ars. Esa experiencia le abrió las puertas en medios como Últimas Noticias, Zig-Zag y El Mercurio.
Fama literaria
El naciente escritor logró consolidar su carrera y ganar reconocimiento en 1904, con la publicación de Sub-terra, su primer libro. En esta obra, Lillo narró las circunstancias de trabajo de los mineros, valiéndose para ello de un lenguaje preciso con el que elaboró su denuncia social.
A partir de entonces, desarrolló con constancia su oficio de escritor, y en 1905 atendió la convocatoria de un concurso literario organizado por el periódico El Mercurio. Lillo se inscribió con su relato Sub-sole y obtuvo el primer lugar. En esta ocasión, firmó el cuento bajo el seudónimo de Danko.
Nueva publicación
Lillo continuó publicando cuentos tanto en la revista Zig-Zag como en El Mercurio. En 1907 sacó su segundo libro de cuentos, Sub-sole, donde describió la forma de vida de las regiones campesinas y los avances industriales de la época a lo largo de trece relatos.
Aquel mismo año hubo una masiva huelga de mineros y ocurrió una matanza en la Escuela Santa María de Iquique, al norte de Chile. Tales hechos le impulsaron a viajar a la zona para obtener información más fiel. A raíz de lo que pudo observar, comenzó a escribir la novela La huelga, pero no logró culminarla.
Dos pérdidas
La vida del autor se vio empañada por la pérdida de dos seres queridos. En 1909 falleció su madre, Mercedes Figueroa, y tres años después su esposa Natividad.
Últimos años y fallecimiento
El escritor dedicó sus últimos años al cuidado de sus hijos, a escribir y a sus labores en la universidad. Las publicaciones de sus textos fueron disminuyendo y el 10 de mayo de 1917 se retiró de la Universidad de Chile. Por aquella época, se le diagnosticó tuberculosis pulmonar, con la que convivió hasta su fallecimiento el 10 de septiembre de 1923, en San Bernardo.
Estilo de Baldomero Lillo
Baldomero Lillo fue un escritor realista y naturalista, con influencias indudables de escritores europeos representantes de estas tendencias, como Émile Zola y León Tolstói. Estas corrientes literarias se valen de un lenguaje directo, sin ornamentos, descriptivo, para expresar lo más objetivamente posible la realidad observada.
Así, en sus relatos se advierte esa limpieza estética para resaltar lo que se está exponiendo, pues el contenido es mucho más importante que la forma. Es más, la forma debe adaptarse a los temas y a la intención de denuncia. Si el público no entiende lo que se dice, entonces la denuncia no es efectiva.
Por ello, se le considera como el padre del realismo social en Chile, gracias a sus relatos desnudos, crudos, de lo que sufren los mineros y campesinos. Sin embargo, a la par de esta intencionada objetividad, se advierte en sus textos un tono altamente sensible que destaca lo más horrible y doloroso de las situaciones. Esto, tal vez, lo acerca a un cierto romanticismo.
Según muchos críticos, a pesar de ser realista, no da importancia a los detalles, sino a lo panorámico.
Obras de Baldomero Lillo
- Sub-terra (1904).
- La compuerta n° 12 (1906).
- Sub-sole (1907).
- Inamible (1907).
- Relatos populares (Edición póstuma, 1947).
- El hallazgo y otros cuentos del mar (edición póstuma, 1956).
- La hazaña (edición póstuma, 1959).
- Pesquisa trágica (edición póstuma, 1964).
Fragmento de “Los inválidos”
“La extracción de un caballo en la mina, acontecimiento no muy frecuente, había agrupado alrededor del pique a los obreros que volcaban las carretillas en la cancha y a los encargados de retornar las vacías y colocarlas en las jaulas… Todos eran viejos, inútiles para los trabajos del interior de la mina…
“A muchos les traía aquella bestia el recuerdo de mejores días, cuando en la estrecha cantera con brazos entonces vigorosos hundían de un solo golpe en el escondido filón el diente acerado de la piqueta del barretero…
“Todos conocían a Diamante, el generoso bruto, que dócil e infatigable trotaba con su tren de vagonetas, desde la mañana hasta la noche, en las sinuosas galerías de arrastre…”.
Fragmento de “El chiflón del diablo”
“… Después de algunos minutos de silenciosa espera, el empleado hizo una seña a los obreros para que se acercasen, y les dijo:
—Son ustedes carreteros de la Alta, ¿no es así?
—Sí, señor —respondieron los interpelados.
—Siento decirles que se quedan sin trabajo. Tengo orden de disminuir el personal de esa veta.
Los obreros no contestaron y hubo por un instante un profundo silencio.
Por fin el de más edad dijo:
—¿Pero se nos ocupará en otra parte?
El individuo cerró el libro con fuerza y echándose atrás en el asiento con tono serio contestó:
—Lo veo difícil, tenemos gente de sobra en todas las faenas.
El obrero insistió:
—Aceptamos el trabajo que se nos dé, seremos torneros, apuntaladores, lo que Ud. quiera”.
Frases de Baldomero Lillo (citas)
- Las hebras plateadas de los cabellos, las arrugas del rostro y los cuerpos secos y angulosos eran señales indicadoras de que las dos nuevas locatarias de la pieza número cinco habían pasado los cincuenta años.
- ¡Pobre viejo, te echan porque ya no sirves! Lo mismo nos pasa a todos. Allí abajo no se hace distinción entre el hombre y la bestia.
- ¡Camaradas, este bruto es la imagen de nuestra vida! ¡Como él callamos, sufriendo resignados nuestro destino! Y, sin embargo, nuestra fuerza y poder son tan inmensos que nada bajo el sol resistiría su empuje.
- La luz del astro, suave como una caricia, derramaba un soplo de vida sobre la naturaleza muerta.
- Honra a tu padre y a tu madre dice la ley de Dios, y yo les encarezco, mis hijos, que nunca, jamás, desobedezcan a sus mayores. Sean siempre dóciles y sumisos y alcanzarán la felicidad en este mundo y la gloria eterna en el otro.
- Es que esto no es caridad, es despilfarro, complicidad; así es como se fomenta el vicio y la holgazanería.
- … Como hálito de fresca boca de mujer, su resplandor, de una tibieza sutil, acariciaba oblicuamente, empañado con un vaho de tenue neblina el terso cristal de las aguas.
- ¡Ah, si pudiera evocar a los espíritus infernales, no titubearía un instante en vender su sangre, su alma, a cambio de ese puñado de oro, cuya falta era la causa única de su infelicidad!
- ¡Cómo y cuándo se apagó en su corazón el tañido de aquel cascabel, que, a pesar de su pequeñez, vibra tan poderosamente en los corazones inexpertos!
Referencias
- Baldomero Lillo. Recuperado de es.wikipedia.org.
- Cronología de Baldomero Lillo. Recuperado de cervantesvirtual.com.
- Baldomero Lillo (1867-1923). Recuperado de memoriachilena.gob.cl.
- Baldomero Lillo. Recuperado de biografiasyvidas.com.
- Lillo, Baldomero. Recuperado de icarito.cl.