Los personajes de La Celestina están construidos con gran profundidad psicológica, presentados como seres humanos reales y de un carácter interno tan notable, que se alejan de los “tipos” de la literatura medieval usuales de la época. La Celestina es el nombre por el que se conoce comúnmente a la obra escrita por Fernando de Rojas a finales del siglo XV, llamada oficialmente Tragicomedia de Calisto y Melibea.
Esta novela dramática ha generado mucho de qué hablar desde su aparición, pues trató el tema amoroso de un modo innovador y desarrolló el argumento en forma dialogada, elementos que rompían con la tradición literaria.
Sus personajes son contradictorios, y eso es uno de los rasgos más enriquecedores, pues Rojas los ha hecho verdaderamente humanos. Tienen una característica en común: todos son individualistas, egoístas y faltos de empatía, si bien a lo largo de la historia muchos de ellos sufren cambios.
Se desarrolló en un periodo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento, en el que se reflejaba la crisis del momento por el choque entre ambas corrientes: la que proponía abrirse a una nueva manera de percibir el mundo con nuevos sistemas políticos, y la que prefería seguir viviendo bajo el régimen feudal y la cultura medieval.
Personajes principales de La Celestina
Celestina
Es la protagonista de la obra. Aunque esta gire en torno al amor de Calisto y Melibea, Celestina se convirtió en el personaje central por su poderosa personalidad. Su motivación es el dinero, el éxito y la lujuria, y por ello, para la sociedad es un personaje disruptivo y subversivo. Es sumamente inteligente, pero también egoísta, falsa, desleal y codiciosa.
De joven fue prostituta, adiestrada en ese mundo por la madre de Pármeno. Se presenta ya de edad avanzada, y se dedica a concertar citas amorosas en secreto, oficio al que la posteridad dio su nombre (ser celestina es ser alcahueta, cuando se trata de arreglar encuentros entre dos amantes).
Es manipuladora y conocedora de la psicología de quienes la rodean. Pese a su gran sabiduría, su codicia es su debilidad y la condena a muerte, hecho que ejemplariza el castigo a la avaricia: muere a manos de Sempronio y Pármeno —criados de Calisto— por no querer entregar un dinero.
Calisto
Es un joven de alta sociedad a quien lo único que interesa es satisfacer sus deseos, sin tener en cuenta a nadie más. Es cínico y egoísta. Pero el amor lo “hechiza” y lo convierte en un loco enamorado, trágico y antihéroe. Luego del primer encuentro con Melibea, y ante el rechazo de esta, Calisto recurre a Celestina, aconsejado por uno de sus criados.
Se insinúan las relaciones ilícitas, y si bien eso era algo contrario a las costumbres españolas, también la práctica de estos amores “fuera de la ley” estaba profundamente arraigada en la lírica popular. Su egoísmo y su afán por conseguir el amor de Melibea hacen que cometa locuras, que lo ponen en peligro. Se vale de sus criados y de Celestina para lograr sus deseos.
Al final de la obra, Calisto sufre un accidente que acaba con su vida: cae por las escaleras mientras huye de la casa de Melibea.
Melibea
Comienza siendo una joven oprimida por las obligaciones sociales que no le permitían aceptar el amor de Calisto. Sin embargo, pasa del rechazo a la entrega absoluta. Su motivación es mantener una imagen social, pero no hay verdadero pudor ni freno moral.
Actúa aparentemente bajo el “hechizo” de Celestina, pero también puede ser que su amor sea más lujuria que otra cosa. Por eso, su pasión es más real y menos literaria que la de Calisto. Luego de la muerte de este, Melibea sufre una crisis emocional muy fuerte, le confiesa a su padre el amorío de ambos y se suicida.
Personajes secundarios de La Celestina
Alisa y Pleberio
Son los padres de Melibea. Ella, más preocupada por mantener su posición social y seguir con las tradiciones, no se involucraba en el drama de su hija y no mantenía una relación estrecha. Es autoritaria, le interesaba más mantener siempre atendido y a gusto a su marido.
Pleberio es la encarnación del padre, sumamente ocupado en otros asuntos, pero que ama profundamente a su hija. Se ocupaba de que a la familia no le faltase nada en el plano económico.
La pareja confiaba plenamente en Melibea, lo que le facilitaba a esta cumplir sus propios deseos sin tener que esforzarse por ocultar sus andanzas a sus padres, mientras que ellos le planificaban una boda con otro hombre de su misma clase, únicamente por intereses.
Sempronio y Pármeno
Ambos eran criados de Calisto, con diferencias marcadas entre ellos. Sempronio es agresivo, egoísta, codicioso, desleal, ambicioso y muestra menos afecto por su amo. En él se manifiesta la ruptura de los lazos feudales siervo-señor.
Fue él quien le sugirió a Calisto contactar a Celestina, con quien se alió para planificar un encuentro entre su amo y Melibea, y sacar beneficios económicos. Es este dinero el que la bruja posteriormente se niega a compartir.
En cambio, Pármeno se muestra al inicio de la obra como un criado leal, preocupado por mantener satisfecho y seguro a Calisto. Pero su personalidad débil le arrastró fácilmente al mundo de la avaricia, la mala intención y la lujuria, pues empezó a buscar una mejor condición económica y más placer sexual luego de que Celestina le prometiera el amor de Areúsa.
Ambos criados asesinan a Celestina. Eventualmente pagan por ello: mueren degollados en la plaza del pueblo por haber matado a la alcahueta.
Elicia y Areúsa
Elicia es familia de Celestina, viven juntas y es su pupila, al igual que Areúsa. Ambas son prostitutas y Elicia es amante de Sempronio, mientras que Areúsa lo es de Pármeno, aunque su verdadero amor es el soldado Centurio.
Elicia vive la vida sin preocupaciones excesivas por su futuro, hasta que Celestina muere y se ve obligada a tomar más responsabilidades. En el fondo, ambas odian a los hombres, y sus acciones obedecen al temor de quedar desamparadas en la vida.
Tristán y Sosia
Son fieles criados de Calisto luego de la muerte de Pármeno y Sempronio. Se trata de jóvenes ingenuos, humildes, muy leales y comprometidos con su amo, quienes lo protegen hasta el final de su vida.
Sosia se enamoró profundamente de Areúsa y esta logró sacarle información sobre Calisto y su amada, Melibea. Por su parte, Tristán es muy astuto y apegado a Calisto, por lo que la muerte de su amo lo afectó profundamente.
Lucrecia
Es criada de Melibea. Siempre velaba por el bienestar de su ama y trató de advertirle sobre los movimientos de Celestina. Fracasó en el intento, pero luego se ocupó de guardar el secreto de su amorío y se convirtió en cómplice de todos los encuentros de la pareja.
Sin embargo, envidiaba a Melibea el amor de Calisto, y por eso le fue fácil a Celestina sobornarla. En el fondo, se arrepiente, pues siente que la muerte de ambos amantes fue culpa suya.
Centurio
Es un soldado de muy mal carácter, conocido como rufián, malhechor y bravucón. Su gran amor es Areúsa, su amante, aunque Celestina la llevó a involucrarse con Pármeno mientras que Centurio se encontraba en la guerra.
Incluso es considerado el responsable de la muerte de Calisto, después de que las prostitutas Elicia y Areúsa le pidieran asesinarlo para vengar la muerte de los criados de Calisto. Centurio no logró cumplir con los deseos de las mujeres, pues Tristán y Sosia lograron ahuyentarlo.
Referencias
- The tragicomic “God’s greatness” on La Celestina. Recuperado de scielo.org.mx.
- La Celestina. Recuperado de cervantesvirtual.com.