¿Qué es la batalla de las Termópilas?
La batalla de las Termópilas fue un enfrentamiento en el marco de la Segunda Guerra Médica, cuyo fin fue frenar las tropas persas de Jerjes I mediante una alianza entre Esparta y Atenas. Esparta se defendió por tierra y Atenas se mantuvo en el mar. La batalla sucedió en el angosto paso de las Termópilas en 480 a.C.
Los acontecimientos de esta batalla llegaron a los historiadores contemporáneos gracias a los textos de Heródoto. En su obra Historias (escrita en el siglo V a.C.), relató el evento. Allí destacó al héroe espartano Leónidas junto a 300 soldados, que defendieron el desfiladero de las Termópilas hasta la muerte.
A pesar de los intentos fallidos de los espartanos por frenar la invasión de Jerjes I, estos soldados son recordados en la historia occidental por su coraje y valentía, que prefirieron una muerte heroica a la derrota. Además, gracias al rey Leónidas y sus soldados, los griegos supieron cómo debían atacar a los persas, lo que les permitió ganar la guerra a largo plazo.
A lo largo de la historia, las hazañas de los espartanos se han utilizado para fomentar los ideales nacionalistas y patrióticos gestados durante los siglos XVIII y XIX. De hecho, según el autor Ian MacGregor, la batalla de las Termópilas se considera uno de los símbolos más poderosos de excelencia y virtud en el pensamiento europeo.
Antecedentes de la batalla de las Termópilas
- Primera Guerra Médica. La notable y continua expansión de la cultura griega por el Mediterráneo trajo como consecuencia la creación de colonias e importantes ciudades, como Mileto y Halicarnaso, ubicadas en Asia Menor (lo que actualmente es Turquía). Estas importantes ciudades pertenecieron a la Jonia helénica hasta que fueron tomadas por el Imperio persa. Los colonos helenos se negaban a aceptar a los persas como sus superiores, por lo que ocurrieron varias sublevaciones para recuperar la autonomía griega. Para apaciguar estas rebeliones, el Imperio aqueménida decidió cederles cierta autonomía a esas ciudades a cambio de tributos muy elevados. Esto no complació a los helenos, quienes aspiraban a la libertad absoluta. Aunque siguieron sublevándose contra los persas, los griegos se dieron cuenta de que necesitaban el apoyo de las otras ciudades continentales para detenerlos. Los atenienses decidieron apoyar a los colonos, pero los espartanos se negaron en un comienzo. Este suceso dio inicio a las guerras médicas.
- Revuelta jónica y apoyo de las ciudades-estado. Eretria y Atenas decidieron apoyar a los jónicos en su rebelión contra Darío I, quien lideraba el Imperio persa. En aquel entonces este Imperio apenas estaba comenzando, por lo que era más propenso a sufrir sublevaciones. Darío I vio una oportunidad de expandir sus territorios y de asegurar las colonias, por lo que se tomó muy en serio la revuelta jónica. En 491 a.C. Darío decidió enviar emisarios a las ciudades de Grecia, con la finalidad de solicitar la entrega pacífica de las tierras. Así, mostraba su gran poderío frente a las autoridades helénicas.
- La batalla de Maratón (Primera Guerra Médica) y fallecimiento de Darío I. Los atenienses, ofendidos, juzgaron y ejecutaron a los embajadores persas. Esparta decidió lanzar a los embajadores persas directamente a los fosos, sin juzgarlos, y así Esparta se unió oficialmente a la guerra contra Persia. En 490 a.C., las fuerzas persas lograron tomar la isla de Eubea para luego dirigirse a Atenas, desembarcando en la bahía de Maratón. No obstante, los persas se encontraron con un notable grupo de atenienses armados, quienes los derrotaron a pesar de ser superados en número. Con la victoria de los griegos en la batalla de Maratón, los persas tuvieron que devolverse a Asia. En esta batalla, Esparta decidió no participar, pues no tenía colonias en manos de los persas. Luego de la derrota del Imperio persa, Darío decidió multiplicar sus tropas, quintuplicando la cantidad de soldados. El objetivo era invadir Grecia definitivamente. Sin embargo, sus planes se interrumpieron debido a una revuelta que ocurrió en Egipto en 486 a.C. Durante esta rebelión Darío murió, por lo que su hijo, Jerjes I, asumió el trono. El nuevo emperador logró ponerle fin a la revuelta egipcia y decidió atacar nuevamente los territorios griegos.
- Alianza de las ciudades-estado. Luego de asumir el control del ejército persa, Jerjes I se había propuesto una invasión completa y a gran escala, por lo que necesitó de una larga planificación para acumular el alimento y las armas requeridos. También debía tomarse un tiempo para reclutar y preparar a sus soldados. Por otro lado, luego de ganar la batalla de Maratón, los griegos —especialmente los atenienses— decidieron prepararse para un posible nuevo ataque persa. Construyeron una flota masiva de trirremes, imprescindibles para triunfar en el enfrentamiento. No obstante, los atenienses no tenían la capacidad de enfrentarse simultáneamente por mar y por tierra a los persas, por lo que necesitaban con urgencia una alianza con las otras ciudades griegas. En 481 a.C. Jerjes decidió enviar a algunos embajadores persas por todos los territorios griegos para convencer a las ciudades-estado de rendirse. Sin embargo, estos emisarios no fueron ni a Atenas ni a Esparta. Según Heródoto, la leyenda de las Termópilas establecía que los espartanos se habían reunido en el Oráculo de Delfos para saber el resultado de la batalla contra los persas. Supuestamente, el Oráculo había afirmado que Esparta, o bien caía en manos persas, o bien perdía a su rey descendiente de Heracles. Heródoto escribió que Leónidas, convencido por el Oráculo, estaba seguro de que moriría en las Termópilas, por lo que seleccionó a un pequeño grupo de soldados.
- Las celebraciones espartanas. Cuando Jerjes I entró a los territorios de Macedonia, Esparta celebraba las Carneas, una fiesta religiosa muy importante que prohibía las actividades militares. Además, también se realizaban los Juegos Olímpicos, por lo que la mayoría de los espartanos no podrían acudir al llamado de guerra. Los éforos, magistrados espartanos, decidieron que la situación con la invasión persa era muy apremiante, y aceptaron que Leónidas realizara una expedición para bloquear el paso del ejército de Jerjes. Leónidas decidió llevarse consigo a sus mejores hombres, pertenecientes a la guardia real, conocidos como hippeis. En el camino hacia las Termópilas, los espartanos recibieron refuerzos de otros poblados, y así pudieron aumentar su número hasta 5.000 soldados. Cuando llegaron al lugar de bloqueo, el rey espartano decidió acampar en la parte más estrecha del paso, pues desde ahí sería más fácil bloquear a los persas debido a que el terreno les daba una ventaja notoria. Finalmente, vieron al ejército de Jerjes en el golfo Maliaco, por lo que solo faltaban pocos días para llegar a las Termópilas.
Ejércitos de la batalla de las Termópilas
El ejército de los persas
Ha resultado complejo para los historiadores determinar la cantidad de soldados que estaban al mando de Jerjes I, ya que Heródoto estableció que el rey persa había logrado reunir a 2 millones de hombres. Otra fuente, la del poeta Simónides de Ceos, dice que en realidad eran 4 millones.
Por otro lado, Ctesias, médico e historiador griego, afirmó que eran 800.000 soldados al mando del emperador persa.
La cantidad dicha por Heródoto nunca fue cuestionada, pero en el siglo XX, el historiador Hans Delbrück se percató de que la longitud de las columnas de soldados habría sido muy larga si había millones de personas, pues los últimos estarían saliendo la ciudad de Susa cuando los primeros combatientes estuviesen llegando a las Termópilas.
Los historiadores modernos calculan el ejército persa en 250.000 soldados, número igualmente considerable en comparación con el de los griegos.
Ejército de los griegos
Las cifras propuestas por Heródoto resultan más congruentes. Además, las fuentes de este historiador están respaldadas por Diodoro Sículo, quien discrepó con Heródoto solo en algunos números.
Con ambas fuentes, se puede establecer que los griegos contaron con 300 espartanos, 1.000 lacedonios, 900 ilotas, 500 mantineos, 500 tegeatas y 120 arcadios de Orcómeno, junto con otros 1.000 arcadios, además de 400 corintios, 200 filuncios, 80 micenos, 700 tespios, 1000 malianos, 400 tebanos, 1.000 focidios y 1.000 locros.
Según estas cifras, los griegos contaban con un total de 7.400 o 7.700 soldados.
Desarrollo de la batalla de las Termópilas
- La expedición de llegada. Cuando los persas llegaron a las Termópilas, decidieron enviar a un explorador para estudiar el territorio. Los griegos, percatados de la presencia del enviado persa, dejaron que llegara al campamento, los observara y partiera. El explorador le comentó a Jerjes I sobre el escaso número de soldados griegos. También explicó que los espartanos, en vez de prepararse para la batalla, hacían ejercicios de relajación y peinaban sus cabellos. Jerjes dudó del relato, y decidió aclarar sus dudas con Demarato, un espartano exiliado. Este le comentó que los espartanos se preparaban para la batalla, puesto que era su costumbre adornarse los cabellos antes de enfrentarse a la muerte. Además, Demarato le explicó a Jerjes que los espartanos eran los soldados más valientes de toda Grecia y que probablemente estarían ahí para obstaculizar el paso. Jerjes I se negó a creer tales afirmaciones. Sin embargo, envió a un embajador para que negociara con Leónidas. Este le ofreció al rey espartano paz y tierras fértiles si se sometía a Jerjes, pero Leónidas se negó rotundamente.
- Primeros enfrentamientos. Al quinto día de haber llegado a las Termópilas, Jerjes decidió avanzar y atacar a los griegos. La táctica del Imperio aqueménida consistía en enviar a una gran oleada de soldados para abrumar a sus oponentes. Si esto no funcionaba, enviaría a los llamados inmortales, los guerreros de élite más importantes del Imperio persa. La táctica de los inmortales era muy efectiva en el Lejano Oriente, pero no tan eficiente contra los guerreros griegos, quienes manejaban otro tipo de armamento y desarrollaban una técnica militar completamente diferente. Según las fuentes de Ctesias y Heródoto, la primera oleada del ejército persa fue destruida por los espartanos, que solo perdieron a dos o tres de sus hombres durante el ataque. También afirmaron que Jerjes decidió enviar ese día a los inmortales, quienes no lograron abrir una brecha en las líneas griegas.
- Segundos enfrentamientos. Al día siguiente, el rey persa decidió enviar nuevamente a su infantería para desbloquear el paso, suponiendo que los griegos estarían débiles por el combate anterior. Esto no resultó como Jerjes supuso, pues su ejército no logró ningún progreso ese día, por lo que tuvo que detener el asalto y retirar a sus soldados. Al final de la tarde, Jerjes recibió una visita de un griego traidor llamado Efialtes, quien le informó sobre otro paso que rodeaba las Termópilas. Efialtes le propuso al rey persa ser su guía por esta ruta montañosa a cambio de una sólida recompensa. Luego de recibir esta información, Jerjes mandó al comandante de sus tropas a rodear a sus enemigos por la nueva ruta. Según los textos de Diodoro, un hombre llamado Tirrastíadas se escapó de las fuerzas de los persas y reveló el plan a Leónidas. No obstante, este fragmento de la historia no aparece en Heródoto.
- Últimos enfrentamientos. Cuando el ejército persa logró rodear el paso de las Termópilas, se encontraron con un grupo de soldados focidios que resguardaban el paso por esa zona. El comandante persa temía que se tratara de espartanos, pero el traidor Efialtes le aseguró que no lo eran. Posteriormente, Leónidas se enteró de que los focidios no habían podido controlar a los persas, por lo que decidió convocar a un consejo de guerra. Ciertas autoridades griegas defendieron la idea de retirarse, pero Leónidas decidió quedarse en las Termópilas con sus guerreros. Muchos aliados se fueron del lugar: solo se quedaron los tebanos y los tespias. Algunos aseguran que Leónidas decidió quedarse para cumplir con la profecía del Oráculo, otros proponen que el rey espartano se quedó en las Termópilas para proteger la retirada de los aliados y retrasar la entrada de los persas.
- Final de la batalla. Luego de enviar a su comandante por la otra ruta, Jerjes esperó a que los inmortales llegasen a la montaña para atacar. Según Heródoto, dos hermanos del rey persa, Hiperantes y Abrocomes, fallecieron en este enfrentamiento. Leónidas también murió allí, lo que ocasionó que ambos bandos se pelearan para quedarse con su cuerpo. Sin embargo, los persas lograron matar a los griegos que resguardaban el cuerpo de Leónidas, y se quedaron con el cadáver. Los persas solían tratar con honor el cuerpo de los enemigos valientes, pero Jerjes estaba furioso, y decidió crucificar el cadáver de Leónidas y quedarse con su cabeza. Después de la masacre, los persas atravesaron finalmente las Termópilas.
Consecuencias de la batalla de las Termópilas
- Derrota espartana. Aunque las fuerzas griegas, especialmente los espartanos, mostraron una feroz resistencia en las Termópilas, finalmente fueron derrotadas por el ejército persa, mucho más numeroso y mejor equipado. Leónidas y sus hombres murieron en la batalla.
- Saqueo de Atenas. Después de la derrota en las Termópilas, los atenienses decidieron abandonar su ciudad, que fue saqueada por los persas. Esto marcó el comienzo de la invasión persa de Grecia.
- Batalla naval de Salamina. La flota griega, liderada por Temístocles, infligió una derrota decisiva a la flota persa en la batalla de Salamina en el 480 a.C. Esta victoria naval fue esencial para frenar el avance persa en Grecia y cambió el rumbo de la guerra.
- Fin de la invasión persa. Después de la derrota en Salamina y con la llegada del invierno, Jerjes I decidió retirar su ejército de Grecia y regresar a Persia. Esto marcó el fin de la invasión persa de Grecia y evitó que Persia consolidara su control sobre territorio griego.
- Fortalecimiento del espíritu griego. La valiente resistencia en las Termópilas y las posteriores victorias griegas en las batallas de Salamina y Platea fortalecieron el espíritu de unidad y la determinación de los griegos para defender su tierra contra la invasión persa. Esta serie de eventos fue fundamental en la posterior consolidación de la identidad griega y en la defensa de su independencia.
Importancia de la batalla de las Termópilas para la antigua Grecia
Aunque finalizó con una contundente derrota, la batalla de las Termópilas se convirtió en un ejemplo de disciplina y de valentía para todas las ciudades griegas, pues la capacidad de los defensores fue una muestra de la importancia del entrenamiento, del trabajo en equipo y del uso adecuado del terreno.
Esta batalla es uno de los enfrentamientos bélicos más famosos de la Antigüedad, porque las hazañas militares griegas sorprendieron a todos los militares e historiadores que conformaban las polis.
No obstante, la batalla de las Termópilas también significó la llegada de terribles consecuencias para los griegos, debido a que las ciudades-estado quedaron muy dañadas.
De igual forma, esta batalla causó conmoción en el antiguo mundo griego ya que, si los espartanos hubiesen podido conservar la defensa de las Termópilas, es probable que Jerjes hubiera retirado su invasión debido a la falta de comida y de agua.
Asimismo, la importancia de este enfrentamiento no radica en el resultado final, sino en la inspiración que supuso. De hecho, esta batalla fue muy famosa gracias a la decisión libre que tomaron los soldados griegos de morir para proteger sus tierras.
La batalla de las Termópilas fue vista como una “derrota necesaria” en el marco de la guerra, y como ejemplo inspirador de heroísmo, de soldados que, sabiendo su causa perdida, igualmente decidieron quedarse y morir por sus ideales.
Referencias
- Berges, C. Las distintas caras de la historia de los 300 espartanos. Recuperado de eprints.ucm.es.
- La batalla de las Termópilas. Recuperado de revistadehistoria.es.
- Batalla de las Termópilas. Recuperado de es.wikipedia.org.
- Batalla de las Termópilas. Recuperado de euston96.com.
- La Batalla de las Termópilas. Recuperado de academia.edu.