Shrek es una saga estadounidense de 4 películas basada en el libro homónimo de William Steig, publicado en 1990. Son películas de animación digital que alcanzaron un éxito extraordinario gracias a los personajes irreverentes y simpáticos, como el mismo protagonista, un ogro que, en el fondo, es amable y blandengue, a pesar de su feroz apariencia y su pésimo carácter, o Burro, su fiel compañero, que lo fastidia hasta la exasperación.
Las películas se estrenaron en 2001, 2004, 2007 y 2010. Shrek es una historia de ogros al estilo de los cuentos de hadas, con la característica principal de que desacraliza los personajes considerados “buenos” (el príncipe, la princesa, las hadas, etc.) y se enfoca en los personajes marginales. Mezcla protagonistas de los cuentos tradicionales (como Pinocho, la Bella Durmiente, el Gato con botas o Blanca Nieves) para crear un relato divertido y original.
Hemos hecho una selección de las mejores frases de Shrek (la saga), una simpática y poco convencional historia, cuyas peliculas las disfrutan por igual grandes y pequeños. La primera ganó el Oscar a mejor película de animación, el Golden Globe y el BAFTA. Las siguientes recibieron nominaciones, y todas se han convertido en clásicos infantiles.
Las mejores frases de Shrek (la saga)
Shrek (2001)
-Escucha, Burro. Mírame. ¿Qué es lo que soy? -Shrek.
-Eh, ¿bien alto? -Burro.
-Me heriste, Shrek. Me heriste profundo. -Burro.
-¿Oíste lo que dijo? Me llamó “noble corcel”. Cree que soy un corcel. -Burro.
-¿Puedo quedarme contigo? Por favor. -Burro.
-Claro. -Shrek
-¿De verdad? -Burro.
-¡NO! -Shrek.
-Será tan divertido. Nos desvelaremos contándonos historias, y por la mañana, yo preparo el desayuno. -Burro.
-¡Apuesto a que nunca habías visto a un burro volar! -Burro.
-De día serás una, de noche otra. Así será tu maldición y solo se romperá con un beso. Luego, tomarás la forma del amor verdadero. -Princesa Fiona.
-Me gustaría ver la cara de mi salvador. -Princesa Fiona.
-Oh, no querrías. -Shrek.
-¿Pero cómo me vas a besar? -Princesa Fiona.
-¿Qué? Eso no estaba en la descripción del trabajo. -Shrek.
-Vamos, princesa, no eres tan fea. Bueno, sí eres fea. Pero solo eres así por las noches. Shrek es feo todo el tiempo. -Burro.
-¡Yo me quedo contigo! -Burro.
-Los ogros son como las cebollas. […] Las cebollas tienen capas. Los ogros tienen capas. ¿Entiendes? Los dos tenemos capas. -Shrek.
-Oigan, si querían estar solos nada más tenían que decirlo, ¿de acuerdo? -Burro.
-Shrek, ¿tú hiciste eso? No inventes. Avisa antes de echarte uno. Traía la boca abierta y me dio el golpe. -Burro.
-¡Oh, no! ¡Te comiste a la princesa! -Burro.
-Ve por allá y dime si puedes encontrar unas escaleras. […] La princesa está en la torre más alta. -Shrek.
-Sabes, Burro, a veces las cosas son más de lo que parecen. -Shrek.
-No me conocen y se atreven a juzgarme. Por eso estoy mejor solo. -Shrek.
-¡Esta es la parte donde corres! -Shrek.
-Cuando uno vive sola, eh, uno tiene que aprender estas cosas en caso de… ¡Tienes una flecha en el trasero! -Princesa Fiona.
-¡Ey! No soy el mensajero de nadie, ¿de acuerdo? Soy el repartidor. -Shrek.
-¡No mis botones! ¡No mis botones de gomita! -Jengibre.
-¿No mataste el dragón? […] Esto no está bien. Se supone que debes ir a toda carga con la espada desenvainada y el estandarte en el aire. Eso es lo que los otros hicieron. -Princesa Fiona.
-Como una vez cuando comí unas moras podridas. ¡La peste de los gases que saqué ese día era insoportable! -Burro.
-Me gusta el aire libre. Soy un burro, pero si estoy solito me aburro. Pero ya estoy acostumbrado. Estoy solito. No hay nadie aquí a mi lado. -Burro.
-A las mujeres les gusta lo cursi. -Burro.
-No te preocupes, princesa. Yo solía tenerle miedo a la oscuridad hasta que… no, espera. Todavía le tengo miedo a la oscuridad. -Burro.
-¡Que nadie se mueva! Tengo un dragón y no dudaré en utilizarlo. -Burro.
-No soy un muñeco. Soy un niño de verdad. -Pinocho.
-Algunos de ustedes morirán, pero ese es un sacrificio que estoy dispuesto a hacer. -Lord Farquaad.
-Tienes que esperar a que el obispo diga la frase de, “Que hable ahora o calle para siempre”. Y es cuando tú dices “¡Yo me opongo!”. -Burro.
-Guau, eso sí que asusta. Y si el rugido no funciona, tu mal aliento seguro los desmaya. Necesitas unas pastillitas de menta, porque el aliento te apesta. -Burro.
-Oye, Shrek. ¿Qué haremos cuando recuperemos nuestro pantano? -Burro.
-¿De verdad? Es lo suficientemente descortés que sigas con vida cuando nadie te quiere, ¿pero llegar a una boda sin invitación? -Lord Farquaad.
-¿Ves? Otra vez lo estás haciendo mal. Lo mismo hiciste con Fiona. La despreciaste y quizás hasta te amaba. -Burro.
-Déjame ver si entendí: tendrás que buscar un dragón y rescatar una princesa para recuperar tu pantano que ya no es tuyo solo porque el Farquaad lo llenó de fenómenos, ¿o me equivoco? -Burro.
-Tú siempre me insultas, no aprecias lo que hago, siempre me echas por delante, me echas de tu casa, me echas la culpa. -Burro.
-Estás tan envuelto en tus capas, cebollita, que tienes miedo de tus propios sentimientos. -Burro.
-Yo, yo. Yo sé. Yo sé. Pregúntame. Pregúntame. -Burro.
-Guau, solo un amigo de verdad sería así de honesto. -Burro.
-Claro, eres como un yoyo. Yo, yo, yo. ¿Y qué crees? Ahora voy yo. ¡Así que te callas y pon atención! -Burro.
-¡Oye, ven para acá, que todavía no termino contigo! -Burro.
-Si ese fuera yo, estarías muerto. -Shrek.
-No, la altura no me da miedo. Lo que me da miedo es caerme a ese lago de lava ardiendo. -Burra.
-Bueno, pues no me sorprende que no tengas amigos. -Shrek.
-Ay, Dios. No puedo sentir mis dedos de los pies. Yo no tengo dedos. Creo que necesito un abrazo. -Burro.
-No mueras, Shrek. ¡Y si ves un túnel, no te acerques a la luz! -Burro.
-Flor azul, espinas rojas, flor azul, espinas rojas. ¡Esto sería más fácil si no fuera daltónico! -Burro.
-Oye, pero no a todos les gustan las cebollas. ¡Pasteles! A todos les gusta el pastel. Y los hacen con capas. -Burro.
-No me digas que te dan miedo las alturas. -Shrek.
-¿Apestan? […] ¿O te hacen llorar? […] Ya sé, si los dejas en el sol se vuelven cafés y les salen pelitos blancos. -Burro.
-Mira eso. ¿Quién quisiera vivir en un lugar como ese? -Burro.
-Esa es mi casa. -Shrek.
-Oh, y es adorable. Sabes, eres un gran decorador. Mira lo que has hecho con tan poco presupuesto. Me gusta esa piedra. -Burro.
-Eso es lo que hacen los amigos. Los amigos siempre se perdonan. -Burro.
-Este es MI pantano. -Shrek.
Shrek 2 (2004)
-¿Qué hay de mis derechos? Se supone que debes de decirme: “tienes el derecho de permanecer callado”. ¡Nadie me ha dicho que tengo el derecho de permanecer callado! -Burro.
-Shrek y yo nos tomamos esta poción, y ahora somos sexis. -Burro.
-¿Una nariz respingada? ¿Rizos gruesos y definidos? ¿Un trasero firme y redondo? -Shrek.
-Lo siento, el puesto del molesto animal parlanchín ya está ocupado. -Burro.
-Acéptalo, Burro. Estamos perdidos. -Shrek.
-Harold, me has forzado a hacer algo que realmente no quiero hacer. […] ¡Rompí mi dieta! Espero que estés feliz. -Hada Madrina.
-¡Te dije que los ogros no vivían felices para siempre! -Hada Madrina.
-¡Es maravilloso! Su cara se ve como si hubiera sido esculpida por los ángeles. -La hermanastra fea.
-Por favor, no, por favor, por favor, por favor no, te lo imploro. ¡Lo hacía por mi familia! Mi madre está enferma y mi padre vive de la basura. El rey me pagó mucho dinero y tengo un hermano pequeño. -Gato con botas.
-Muy bien, grandulón. Hay que arruinarles su fiesta. -Shrek.
-¡Mírame, Shrek! ¡Estoy trotando! -Burro.
-Oh, Shrek. No te preocupes, las cosas parecen estar mal porque está oscuro y lluvioso y el padre de Fiona contrató a un matón de mala muerte para que te golpeara. -Burro.
-El día de hoy pago mi deuda. -Gato con botas.
-¿No se supone que ella debía de besar a Encantador y rompiera el hechizo? -Rey Harold.
-¿Feliz? Ya vinimos, ya los vimos. ¡Ahora vayámonos de aquí antes de que enciendan las antorchas! -Shrek.
-Quiero lo que toda princesa quiere, vivir felices para siempre… con el ogro con el que me casé. -Princesa Fiona.
-Al reino de Muy Muy Lejano, Burro. ¡Ahí es a donde vamos! ¡Muy, muy lejano! -Shrek.
-Recuerda, la felicidad está solo a una lágrima de distancia. -Hada Madrina.
-¡Está vivo! -Jengibre.
-Por cinco minutos, ¿podrías no ser tú? ¡Solo por cinco minutos! -Shrek.
-Gracias, caballeros. Algún día les pagaré de vuelta, a menos, claro, que no los encuentre, o que se me olvide. -Shrek.
-Sabes, hay culturas donde los burros son criaturas sabias, especialmente los que hablamos. -Burro.
-Aguantó vientos feroces y desiertos abrasadores, subió hasta el maldito cuarto más alto de la maldita torre más alta, ¿y qué es lo que encuentra? Un lobo de género dudoso que le dice que su princesa ya estaba casada. -Hada Madrina.
-Oh, no te sientas mal, Shrek. Casi todos los que te conocen te quieren muerto. -Burro.
-¡Eh, tú, pedazo de carne con patas! ¿Cómo te atreves a hacerme esto? -Gato con botas.
-¡Oigan! ¿No se supone que debemos estar teniendo una fiesta? -Gato con botas.
-No me siento nada diferente. ¿Me veo diferente? -Burro.
-Aún te ves como un tonto para mí. -Gato con botas.
-Odio los lunes. -Gato con Botas.
-¡Oh, deja de ser un rey del drama! -Reina Lillian.
-Aun así te ves como un noble corcel para mí. -Shrek.
-¡Soy un niño de verdad! -Pinocho.
-Bien, chicos, parece que nuestra misión imposible resultó ser imposible. -Jengibre.
-¿Ya casi llegamos? -Burro.
-Usted ha contratado mis valiosos servicios, su Majestad. Tan solo dígame dónde puedo encontrar a este ogro. -Gato con botas.
-¡No me importa de quién sea la culpa, solo limpien este lugar! ¡Y que alguien por favor me traiga algo frito y bañado en chocolate! -Hada Madrina.
-Burro, eso es lo más triste que te ha pasado. -Shrek.
-¿Por qué la cara larga? -La hermanastra fea.
-Lo siento. Solo quería lo que era mejor para Fiona, pero ahora veo que ya lo tiene. Shrek, Fiona, ¿aceptarían las disculpas y la bendición de una viejo sapo? -Rey Harold.
-Sea lo que sea que pase… no debo llorar. No podéis hacerme llorar. -Gato con botas.
-¿El Hada Madrina? Lo siento, ella no está en estos momentos. -Recepcionista.
-¡No me apuntes con esas sucias y verdes salchichas que tienes por dedos! -Hada Madrina.
Shrek tercero / Shrek 3 (2007)
-¡Lo único que podrás ser es Rey de los Estúpidos! -Jengibre.
-¡Cuidado! ¡Tienen un piano! -Burro.
-Rómpete una pierna, o sabes qué, pensándolo bien, mejor déjame rompértela yo. -Shrek.
-¡Uf! Esto es peor que las cartas de amor. ¡Detesto las cenas con espectáculos! -Jengibre.
-Algunas personas simplemente no entienden los límites. -Gato con botas.
-¡Soy el legítimo rey de Muy Muy Lejano! -Encantador.
-Pero, cielito, dijiste que no los lastimarías. -Rapunzel.
-No aquí, querida. Papi lo discutirá más tarde contigo. -Encantador.
-Está fuera de mis manos, señorita. Los vientos del destino han soplado sobre el mío. Pero nunca te olvidaré. Eres el amor de mi vida. -Gato con botas.
-¡Digan hola a la nueva reina de Muy Muy Lejano! -Encantador.
-Sé que es un cretino, pero debo de admitir que Encantador hace que me dé más calor que julio. -Doris.
-El gato se convirtió en un pequeño caballo que huele a pies. ¿Qué es lo que hay que conseguir? -Blanca Nieves.
-¡Bien! ¡Chicas, asuman su posición! -Blanca Nieves.
-¿Se supone que este chico es el nuevo rey de Muy Muy Lejano? Qué patético. Quédate quieto para no hacer un desastre. -Encantador.
-Es tiempo de que empaques tu cepillo de dientes y tu pijama. Eres el nuevo rey de Muy Muy Lejano. -Shrek.
-¡Alguien, ayuda! Me ha secuestrado un monstruo que trata de comprenderme. -Arthur.
-Si Artie confía en él, con eso me basta. Incluso si su túnica no le cubre muy bien su… -Shrek.
-¡Tú! No puedes mentir, así que dime, marioneta, ¿dónde está Shrek? -Encantador.
-Por favor, no me comas. -Arthur.
-Todo siempre se trata de ti, ¿no es así? No es como que tu actitud ayude, Blanca Nieves. -Bella Durmiente.
-Todo mundo tranquilo… ¡TODOS VAMOS A MORIR! -Blanca Nieves.
-Sabes, realmente deberías de conseguirte un par de pijamas. -Burro.
Shrek 4: Felices para siempre (2010)
-¡Quieto, ogro! Me vas a meter en problemas y necesito este trabajo. -Burro.
-¡Hay una pila de comida recién hecha en medio del bosque! ¿No te parece un poco sospechoso? -Shrek.
-No estoy hablando de los aldeanos, Shrek. Estoy hablando acerca de ti. ¿Así es como quieres recordar el primer cumpleaños de los niños? -Fiona.
-Me diste un día de tu pasado. Un día del que no te acuerdas. Un día cuando eras un inocente y tonto bebé. -Rumpelstiltskin.
-¡Desearía que ese ogro nunca hubiera nacido! -Rumpelstiltskin.
-¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Estoy siendo secuestrado por un ogro demente y trastornado! -Burro.
-Mira, todo lo que quiero es que las cosas vuelvan a ser como solían serlo. Cuando los aldeanos me tenían miedo y podía tomar mi baño de lodo en paz, cuando podía hacer lo que quería y cuando quería. -Shrek.
-¡Por favor, cómete mi cara al final y mándale mis pezuñas a mi mamá! -Burro.
-Puede que me haya dejado ir un poco desde mi retiro, ¡pero colgar mi espada fue la mejor decisión de mi vida! Tengo toda la crema que pueda beber y todos los ratones que pueda perseguir. -Gato con botas.
-¡Solías pensar que un solo beso podía resolverlo todo! No lo entiendo. ¡No tiene sentido! ¡El beso de amor verdadero se supone que lo arregla todo! -Shrek.
-¡Feliz día del ogro! -Rumpelstiltskin.
-¡Nadie es inteligente más que yo! -Rumpelstiltskin.
-Burro, ¿dónde estoy? ¿Qué está sucediendo? -Shrek.
-¡Ustedes, brujas, están cometiendo un grave error! ¡Yo conozco mis derechos! -Shrek.
-¿Por qué no le dices lo que me dijiste? Sabes, acerca de cómo eres su amor verdadero y cómo viniste de un universo alternativo. -Burro.
-¡Déjame ir! ¡Tengo que salvar a Shrek! -Burro.
-Shrek, tienes tres hermosos hijos, una esposa que te ama y amigos que te adoran. Lo tienes todo. ¿Por qué eres la única persona que no puede ver eso? -Fiona.