¿Quién fue Javier de Viana?
Javier de Viana (1868-1926) fue un escritor, periodista y político uruguayo adscrito al Partido Blanco, y perteneciente a la generación del 900. Es conocido como uno de los primeros cuentistas profesionales de Uruguay, estando en la cumbre de la narrativa moderna de su país.
Fue muy activo a nivel político, llegando a ocupar el puesto de diputado. Vivió grandes carencias económicas, aunque sus cuentos tuvieron un reconocimiento bastante positivo. Su obra se inscribió en el realismo y el naturalismo literarios.
Biografía de Javier de Viana
Primeros años
Javier de Viana nació en el seno de una familia rural, el 5 de agosto de 1868, en Canelones, anteriormente villa de Guadalupe. Sus padres fueron José Joaquín de Viana y Desideria Pérez. Fue nieto del primer gobernador de Montevideo, Javier Joaquín de Viana.
Siendo nieto e hijo de una familia trabajadora de la ganadería, se dedicó parte de su juventud a esta misma profesión. Su adolescencia estuvo marcada por los hechos que desgarraban el país, como la anarquía, la crisis financiera y las insurrecciones.
Vivió hasta los 12 años en una zona rural, cuando en 1880 se trasladó a Montevideo con su tío Ezequiel para cursar estudios en el liceo Elbio Fernández. Estudió medicina y pidió una beca para estudiar una especialidad en psiquiatría en Francia. No la obtuvo, por lo cual decidió abandonar los estudios.
Nunca ejerció la profesión de medicina, en cambio, ingresó con poco menos de 18 años a las filas de Rufino Domínguez para servir en 1886 a la Revolución del Quebracho, que fue derrotada en el campo de batalla, pero triunfó en la opinión del público, debilitando al gobierno.
Exilio
Todos los cambios producidos a su alrededor lo impulsaron a tener fuertes ideales políticos, con una clara inclinación por sus raíces estancieras. Esto primero le llevó a seguir a Domínguez y luego al caudillo blanco Aparicio Saravia en la Revolución de 1904.
En junio de ese año, debido a una enfermedad, quedó prisionero en la contienda, pero logró huir escapando a Buenos Aires, Argentina. Este exilio duró hasta 1918, cuando finalmente pudo regresar a su nación.
Su condición de hacendado le brindó cierta comodidad económica hasta aproximadamente los 30 años. No contaba con dotes de buen negociante, por lo que su economía empeoró año tras año, hasta que el exilio lo condujo a una pobreza casi extrema que lo obligó a vender sus pertenencias para subsistir.
Retorno a Uruguay y muerte
Antes de exiliarse en Argentina, De Viana se casó con la viuda María Eulalia Darribas, en 1894. De esta unión nació Gastón, su único hijo. Cuando regresó a Uruguay y a su familia, la situación económica no había mejorado. Vivió en un hogar humilde en La Paz.
La situación política se había estabilizado, por lo que fue elegido diputado suplente en 1922 por el departamento de San José y al año siguiente ocupó la titularidad.
Su salud, deteriorada por una vida descuidada y en pobreza, le provocó una afección pulmonar que lo llevó a la muerte en La Paz, el 5 de octubre de 1926, a los 58 años. A pesar de morir en condiciones de pobreza, por intereses políticos se declaró que murió en Montevideo, donde fue velado.
Estilo de Javier de Viana
Antes de su periodo en Buenos Aires, ya De Viana escribía, sobre todo a nivel periodístico, en publicaciones de índole política, como La Verdad y El Fogón, junto a figuras como Elías Regules y Antonio Lussich. Esta actividad continuó a su regreso, en diarios como El País.
Sin embargo, Javier de Viana como escritor serio nació en el exilio, llevado a ello por la necesidad de ganarse la vida con sus obras. Ya había publicado una colección de cuentos llamada Campo, y dos novelas con un recibimiento amargo, pero de gran cariño personal.
En el exilio desarrolló su estilo característico. El foco principal de su narrativa es el gaucho como representante de la cultura uruguaya. Un fuerte nacionalismo hace que lo externo cumpla cierto papel de desventaja en relación con lo regional.
Problemáticas como la frontera entre Uruguay y Brasil, la contaminación que trae la figura del gringo, la guerra, la misma existencia humana y su destino frente a la naturaleza; nutren los distintos cuentos que escribió el autor.
Influencia rural
Haber sido criado en el campo, en definitiva, resultó un factor decisivo en su obra. A caballo aprendió a apreciar la naturaleza antes de saber leer y escribir, lo cual se puede observar en su manera de describir en detalle el paisaje que rodea a sus personajes.
El lenguaje que utiliza es de carácter coloquial, más cercano a las clases bajas del campo. Con él, pone en evidencia la decadencia en la que puede caer el hombre en este entorno, así como lo primitivo de su vida, llegando incluso a notarse un tono pesimista en su narrativa.
Indudablemente, fue mejor cuentista que novelista, manejó a la perfección la anécdota y la situación puntual antes que el desarrollo de los personajes. Se le considera un escritor realista.
Obras de Javier de Viana
- Campo (1896).
- Gaucha (1899).
- Gurí (1901).
- Con divisa blanca (1904).
- Macachines (1910).
- Leña seca (1911).
- Yuyos (1912).
- Cardos (1919).
- Abrojos (1919).
- Sobre el recado (1919).
- Bichitos de luz (1920).
- Ranchos, costumbres del campo (1920).
- La biblia gaucha (1925).
Referencias
- Barros Lémez, A, La obra cuentística de Viana.
- Bula Píriz, R. Javier de Viana. Recuperado de lamañana.com.
- Cantonen, M.E. Las vertientes de Javier de Viana.
- De Viana, Javier. “Autobiografía” en Pago de deuda, Campo amarillo y otros escritos.
- Lagrotta, M. La Revolución del Quebracho. La garantía de permanencia de los valores liberales.