La apariencia física es un aspecto muy importante, tanto para las relaciones de pareja y de amistad como dentro del entorno laboral y en el día a día. Gracias a un fenómeno conocido como “efecto halo”, los demás juzgan a alguien como mejor cuando es más atractivo. Por eso, es fundamental cuidar la apariencia todo lo que sea posible.
Para ser más atractivos, hombre o mujer, es crucial mantener hábitos de vida que permitan tener una salud física y mental óptima. Si los demás advierten que se es una persona saludable, tanto por el estilo de vida como por la apariencia, la verán más atractiva. De hecho, las personas saludables físicamente atraen físicamente.
Hábitos para ser más atractivo (para hombres y mujeres)
Interesarse por los demás y aprender habilidades sociales
Es recomendable mostrar interés por los demás y de forma sincera, preguntarles sobre ellos, buscar temas en común, mirarles a los ojos y no al móvil, intentar comunicar los aspectos positivos que se ven en los demás. Asimismo, tener una actitud positiva. Las actitudes se contagian y ser positivo transmite atracción. Una persona negativa no atrae.
Cuidar el lenguaje no verbal
El lenguaje no verbal supone más del 80% de la comunicación. Es importante tener posturas abiertas, con la espalda recta, no encorvada, y una cara despierta y positiva. No hay que sonreír siempre porque se puede parecer tonto, pero sí sonreír al saludar y despedirse de la gente.
No fumar
Hoy en día se sabe que consumir tabaco es uno de los hábitos más perjudiciales. Además de ser tremendamente adictivos, los cigarrillos contienen una gran cantidad de sustancias dañinas para el cuerpo que pueden provocar problemas de salud tan graves como cáncer, aumentar el riesgo de sufrir un infarto o un derrame cerebral.
Pero fumar es también uno de los hábitos que más empeoran el aspecto físico de forma casi inmediata. Las mismas toxinas que dañan los órganos internos son también perjudiciales para la piel, los dientes y la apariencia en general: los ojos o el pelo adquieren una apariencia menos atractiva en las personas fumadoras, y suelen exudar mal olor.
Leer y aumentar la cultura
No hay que parecer un sabelotodo, pero el extremo opuesto también hace parecer menos atractiva a una persona. Lo ideal es ser una persona culta, con conocimientos y bien leída, pero a la vez humilde, sin intentar demostrar todos sus conocimientos.
Evitar beber en exceso
Consumir alcohol en exceso puede ser casi tan perjudicial para el aspecto físico como fumar habitualmente. Esto no quiere decir que no se tome una cerveza después de comer los fines de semana. Según investigaciones al respecto, más de una bebida alcohólica al día empeorará el atractivo de forma significativa.
El motivo por el que ocurre tiene que ver con la inflamación corporal. En presencia de algunos agentes dañinos, el sistema inmune se activa exageradamente, con lo que todos los órganos se inflaman, incluida la piel. Cuando esto sucede, el cuerpo comienza a funcionar de manera menos efectiva, lo que puede provocar muchos problemas tanto de salud como de aspecto.
A nivel de la apariencia física, un consumo excesivo de alcohol puede hacer que la piel parezca más arrugada y enrojecida, y menos firme. Por otro lado, también suelen marcarse los vasos capilares en zonas como la nariz y los ojos.
El alcohol también es el principal responsable en muchos casos de sobrepeso. Esto se debe a que contiene muchas “calorías vacías”, que no aportan nutrientes esenciales al organismo.
Dormir lo suficiente
Generalmente, cuando se piensa en mantener la salud, lo primero que viene a la mente es cuidar de la dieta y hacer ejercicio. Sin embargo, el sueño es igual de importante para el bienestar físico y mental. Si no se duerme lo suficiente de forma habitual, a largo plazo habrá todo tipo de consecuencias negativas, que se aplican a la apariencia física.
Cuando hay falta crónica de sueño, el cuerpo genera hormonas, como el cortisol, que activan la respuesta de estrés del organismo. Esto puede empeorar gran cantidad de problemas de la piel, como el acné, la aparición de arrugas e incluso enfermedades como la psoriasis.
Al dormir, el cuerpo se encarga de reparar todos los daños que han sufrido los tejidos. Por ello, si se duerme menos tiempo del debido, el organismo no podrá funcionar nunca a pleno rendimiento. A largo plazo, esto puede causar que la piel sea menos firme por falta de riego sanguíneo, o envejecimiento prematuro.
Se recomienda dormir al menos siete horas diarias. Si se puede, lo ideal es llegar a ocho, siempre que hacerlo no interfiera con la rutina diaria.
Cuidar el uso del móvil
La pantalla del móvil está llena de bacterias y otros microorganismos que pueden resultar nocivos para la piel. En principio, estos gérmenes no son dañinos, pero si una persona se pasa todo el día hablando por teléfono, es posible que este hábito favorezca la aparición de acné, espinillas o sarpullidos.
Incluso si el móvil está extremadamente limpio, simplemente la fricción de la pantalla contra la cara hará que la piel reciba excesivo calor, además de cerrar los poros, por lo que también se hará más probable tener problemas de acné.
Cuidar la dieta
La dieta es otro de los aspectos relevantes a la hora de mantener un estilo de vida saludable. Tomar alimentos ricos en nutrientes, bajos en carbohidratos refinados y grasas perjudiciales, y lo más naturales posible, puede hacer maravillas tanto por los niveles de energía como por la forma física y, por supuesto, la apariencia.
Y es que incluso si se hace ejercicio habitualmente, y se lleva una dieta poco saludable, se ganará grasa de forma inevitable. Esta tiende a acumularse de forma muy rápida en zonas consideradas como “poco atractivas”: el abdomen, en el caso de los hombres, y en caderas y muslos, en el de las mujeres. Por eso, si no se cuida la alimentación, el aspecto físico nunca será todo lo bueno que podría llegar a ser.
Sin embargo, la alimentación no solo es importante a nivel de composición corporal. Por ejemplo, la comida con mucho azúcar o grasas trans es una de las principales causas de acné, celulitis y ciertos tipos de manchas en la piel. Además, también puede empeorar la caída del cabello y dar al cuerpo una tonalidad poco saludable.
Vestir bien
La forma de vestir es importante y transmite la personalidad. Una vestimenta descuidada transmite dejadez, y una cuidada y limpia atrae a los demás.
Practicar deporte
Cuando se tenga más o menos controlada la alimentación, la otra cara de la moneda tiene que ver con el ejercicio. De nuevo, el hábito del sedentarismo no solo afecta la composición corporal, uno de los factores más importantes en cuanto al atractivo físico. El deporte también juega un papel muy relevante en la salud de la piel, del pelo e incluso en el aspecto general del rostro.
El primer efecto que tiene la falta de ejercicio sobre el atractivo tiene que ver con la forma que adopta el cuerpo al mantener este hábito a largo plazo. Debido a cómo funciona el organismo, a lo largo de los años los músculos se van atrofiando poco a poco si no se utilizan de manera continua. Por eso, aunque en el presente se tenga una forma física aceptable, si no se practica deporte regularmente, se acabará desarrollando un aspecto poco atractivo, además de no saludable.
Se ha comprobado en numerosas investigaciones que el tejido muscular es uno de los principales encargados de eliminar toxinas y hormonas del organismo, como el cortisol. Así, mientras más grandes sean los músculos, más sano se estará por dentro, lo que también se reflejará en una piel sana y en el aspecto físico en general.
Combinar una buena dieta con el suficiente ejercicio físico puede literalmente hacer a una persona más atractiva. Esto se debe a que el principal factor que diferencia a las personas consideradas guapas de las que no lo son tanto es la simetría facial, que puede fomentarse disminuyendo los niveles de grasa corporal y aumentando el tono muscular en todo el organismo.
No exponerse demasiado al sol
Pese a que tener un tono bronceado puede proporcionar un aspecto más saludable y mejorar los rasgos de la cara, a largo plazo tomar demasiado el sol puede producir el efecto contrario.
Cuando alguien se expone a la luz solar mucho tiempo, o toma un baño de rayos UVA, la piel debe hacer un trabajo extra para endurecerse y generar melatonina, para no quemarse. En un principio, esto no tiene por qué ser demasiado negativo, pero si este proceso se repite muchas veces, pueden aparecer todo tipo de consecuencias desagradables.
Los expertos aseguran que exponerse en exceso a rayos UVA y UVB hace que la piel envejezca de manera prematura, muestre mayor cantidad de manchas y pierda parte de su firmeza antes de tiempo. Además, aunque no se trata de un problema estético, tomar demasiado sol también puede provocar cáncer de piel, por lo que es un riesgo grave para la salud.
Para evitar estos efectos secundarios, lo más recomendable es no tomar el sol en las horas de más calor, sobre todo en los meses de verano, y para broncearse, lo mejor es hacerlo gradualmente, exponiéndose diez o quince minutos al día. En caso de una temporada más larga al aire libre, lo más eficaz es utilizar alguna crema de protección solar que proteja la piel lo máximo posible.
Cuidar la piel
Mantener buenos hábitos en la limpieza de la piel es fundamental, sobre todo antes de acostarse. A lo largo del día, el rostro va acumulando todo tipo de partículas perjudiciales, desde polvo hasta grasa y suciedad, además de bacterias dañinas para la piel. Si no se lava la cara antes de ir a dormir, estas partículas se acumularán en la cara y provocarán granos, espinillas, o complicaciones más graves a largo plazo.
Es suficiente utilizar una toallita húmeda para eliminar la suciedad más evidente de la piel de la cara antes de acostarse, o un jabón suave.