El escenario natural se puede definir como un entorno que está constituido por todos los seres vivos y por otros elementos que habitan de manera natural en la Tierra. Por lo tanto, un escenario natural es un ambiente que no ha sido afectado por la actividad humana.
Este concepto está ampliamente relacionado con la noción de ecosistema, que consiste en un grupo de especies localizadas en un espacio determinado. En este lugar las especies interactúan entre ellas y con los factores abióticos que las rodea (factores como la temperatura, presión, humedad, entre otros).
El escenario natural también se vincula con la diversidad biológica o biodiversidad, la cual se puede definir como las variadas formas de vida que habitan en el planeta. Por ello, la biodiversidad abarca todas las especies de animales, plantas, microorganismos y hongos que conviven en un ecosistema.
Así mismo, todo escenario natural está conformado por la atmósfera, la litósfera y la hidrósfera. También involucra a los fenómenos naturales que son provocados por las estaciones climatológicas.
Se puede establecer que un entorno natural cuenta con dos componentes principales: las unidades ecológicas (como la vegetación, el suelo, los microorganismos y la atmósfera) y los recursos naturales universales (como el aire, clima, agua, energía y magnetismo).
Actualmente, el ecosistema y la biodiversidad se están viendo afectados por la contaminación producto de los gases de efecto invernadero y los desperdicios del hombre. Esto también afecta de forma negativa a las estaciones climáticas, las cuales han sufrido notorias modificaciones y que con el tiempo pueden alterar por completo la forma de vida terrestre.
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Concepto de escenario natural en el desarrollo sustentable
Con el objetivo de preservar los escenarios naturales, investigadores de todo tipo se han esforzado por desarrollar proyectos que apliquen la sustentabilidad. Esta se define como el equilibrio que existe entre una sociedad y su medio natural, el cual es empleado de forma correcta para satisfacer las necesidades humanas.
El 19 de diciembre de 1983, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció que la sustentabilidad es un modo de vida que parte de una forma particular hasta llegar a una forma general con el objetivo de alcanzar desarrollo sustentable.
Esto quiere decir que el desarrollo sustentable es aquel que tiene la capacidad de satisfacer las necesidades de las comunidades del presente sin comprometer el futuro de las próximas generaciones.
En la actualidad, el ser humano realiza ciertas actividades diarias que lesionan al medio ambiente, como por ejemplo la pesca, la tala de árboles y la destrucción de las selvas.
Una de las razones por las que ocurre esto último se debe al crecimiento desmesurado de la población, que ocasiona la sobresaturación de los espacios artificiales y fuerza a las comunidades a destruir escenarios naturales para construir nuevas viviendas y ciudades.
Los principios de la sustentabilidad
Los principios de sustentabilidad surgieron con el objetivo de explicar el concepto de desarrollo sustentable de forma más concreta y cuantificable. Estos son:
1- En los ecosistemas todo es reciclado, por ende no se acumula nada.
2- El desarrollo y bienestar de los organismos se fundamenta en emplear los recursos naturales que son renovables y en el flujo natural de la energía del sol.
3- La biósfera es la continua evolución de todos los seres vivos, quienes forman nuevos niveles de organización y adaptación.
La sustentabilidad y los escenarios naturales
La autora María Estrella, en su texto Desarrollo sustentable: un nuevo mañana (2014) afirma que, dentro de la sustentabilidad, el concepto de escenario natural está vinculado con el estudio detallado de los factores físicos y las perturbaciones ambientales que determinan al entorno ambiental.
Esta dimensión surge de la premisa que afirma que el futuro del desarrollo dependerá de la capacidad que tengan los agentes económicos y los actores institucionales para manejar y conocer los recursos naturales renovables y su relación con el medio ambiente.
Siguiendo esta perspectiva, María Estrella afirma que es preciso prestar una especial atención a la biodiversidad y a los recursos naturales que son indispensables para la vida en el planeta, como la flora, el agua y el suelo. Estos factores en un breve plazo de tiempo determinan la capacidad productiva de los espacios.
Flujo de energía en el escenario natural
Para que el ecosistema de un escenario natural funcione de forma adecuada, es necesario que reciba un aporte energético. Este proviene del Sol y consiste en una energía luminosa que penetra en la biósfera. A este sistema se le conoce como flujo de energía.
El flujo de energía es empleado por los compuestos orgánicos, los cuales alimentan a los herbívoros. Estos a su vez le sirven de alimento a los carnívoros. Así mismo, de los cadáveres de todos los seres vivos obtienen energía los organismos descomponedores.
De esta manera el flujo de energía pasa de un grado a otro y siempre mediante la pérdida de calor. Los diferentes pasos que sigue la energía en un ecosistema reciben el nombre de niveles tróficos.
Los expertos aseguran que, en los sistemas acuáticos, con cada nivel se pierde hasta un 90% de la energía recibida, dejando únicamente el 10% para el próximo grado. En cambio, en los sistemas terrestres el porcentaje puede ser todavía menor.
Cabe acotar que, de toda la energía solar que llega a la superficie terrestre, solo el 3% de esa luz se emplea en el proceso de fotosíntesis.
Maneras en la que los seres vivos asimilan la energía
Se puede establecer que existen dos maneras en las que los seres vivos asimilan y fijan la energía. Estas reciben el nombre de producción primaria y producción secundaria.
En el primer caso, la energía es asimilada por los organismos autótrofos, los cuales tienen la capacidad de elaborar su propia materia orgánica. Dentro de esta categoría están las plantas, ya que se nutren del sol mediante la fotosíntesis.
En cambio, la producción secundaria es realizada por organismos heterótrofos. Dentro de esta clasificación están todos los animales y aquellas plantas que no contienen clorofila, ya que ninguno de ellos es capaz de producir materia orgánica a partir de una sustancia inorgánica.
Referencias
- Arias, M. (2010) Educación, medio ambiente y sustentabilidad. Recuperado el 13 de diciembre de 2019 de CPU-e: cdigital.uv.mx
- Chapin, F. (1996) Principles of ecosystem sustainability. Recuperado el 13 de dic. de 19 de JSTOR: jstor.org
- Estrella, M. (2014) Desarrollo sustentable: un nuevo mañana. Recuperado el 13 de diciembre de 2019 de Editorial Patria: editorialpatria.com.mx
- Pineda, A. (2011) Crisis ambiental y sustentabilidad. Recuperado el 13 de diciembre de 2019 de Redalyc: Redalyc.org
- Santillán, T. (2005) Desarrollo sustentable: teoría y práctica. Recuperado el 13 de dic. de 19 de ecosur.repositoioinstitucional.mx
- Tilman, D. (1996) Productivity and sustainability influenced by biodiversity. Recuperado el 13 de diciembre de 2019 de Nature.com