¿Qué eran las ofrendas prehispánicas?
Las ofrendas prehispánicas eran ceremonias que consistían en ofrecerles a los difuntos frutas, alimentos, flores e inciensos en un altar con el fin de iluminar su alma. Para las culturas prehispánicas, la verdadera vida de luz y eternidad estaba después de la vida terrenal.
A este tipo de rituales también se le conoce como “altar a la muerte” y recibía el nombre de tzompantli. A día de hoy, estas ofrendas han sido modificadas y reformuladas por la introducción de las ofrendas cristianas en América.
No obstante, en México se ha logrado un importante sincretismo que integra ambas ofrendas en una sola.
En la época prehispánica se elaboraba un altar multicolor, en el cual eran colocados en el primer nivel una pertenencia de la persona y a su alrededor comida, resina de copal en vasijas de barro, flores y follaje.
A partir de la irrupción de los españoles en tierras americanas, estas costumbres se modificaron, pero no desaparecieron. Lo que explica que en los altares contemporáneos se encuentren Cristos, cruces, fotografías y alimentos nuevos como pan.
En las principales culturas prehispánicas, la muerte constituía un hito en la vida de la comunidad.
En los entierros de los indígenas siempre había un lugar especial para las ofrendas funerarias, cuya principal premisa era ayudar al difunto a vencer las fuerzas negativas que le imposibilitaban llegar a su destino final, que era estar al lado de los dioses.
El camote con miel, el mole, las semillas, las calaveras, la calabaza, los tamales, el tequila, las flores y el copal, son evidencia del sincretismo cultural que se logró. Esto no es más que la evocación de siglos de historia que mantienen su vigencia.
Las civilizaciones prehispánicas también solían rodear el cadáver de semillas para que germinaran y, así, alentar la fertilidad de las cosechas. El fin de todo esto era que el difunto llegara a Mictlan, lo que equivalía al cielo o inframundo.
Civilizaciones que practicaban el rito de las ofrendas
Aztecas
Los aztecas son descendientes de los mexicas. La cultura azteca creó un gran imperio en la ciudad de Tenochtitlán.
Es comúnmente caracterizada como una de las tres grandes culturas precolombinas. Los aztecas construían altares alrededor de la tumba y colocaban velas, agua y alimentos para ayudar al alma del muerto.
Cada año los vivos iluminaban el alma del muerto llevando incienso y copal para darle luz al alma.
Mayas
La cultura maya es reconocida por haber generado el sistema de escritura más completo de las civilizaciones prehispánicas.
También se destacaron por su arquitectura, matemáticas, astronomía y ecología. Se desarrollaron en los estados que hoy comprenden Yucatán, Campeche y Tabasco.
Los mayas —para las ofrendas— elaboraban una mesa con ramas, a la cual llamaban “x’coloché”. Esta mesa era acompañada de veladoras, bebidas con y sin alcohol, agua y sal.
También cocinaban su famoso “atole” (masa de maíz, cacao, pimienta y anís) y brazo de reina: una masa de maíz rellena de hojas de chaya.
Toltecas
Ocuparon la tierra que hoy se conoce como Teotihuacán. Los toltecas no se diferenciaron mucho en la forma de rendir ofrendas a sus muertos, prácticamente las ofrendas son transversales a todas las culturas prehispánicas mesoamericanas.
Los toltecas son catalogados como la primera cultura precolombina (la más antigua) que practicaba sacrificios para ofrendar el alma y la sangre a los dioses.
Para ellos el sacrificio humano era una especie de pago que los humanos daban a los dioses para obtener la estabilidad de la tierra.
Zapotecas
Ocuparon el sur de Oaxaca, así como parte del sur de Guerrero. Construyeron grandes ciudades y tenían uno de los sistemas de agricultura más avanzados de la época.
Cuando se moría una persona, los zapotecos iniciaban la celebración del biguie o biyé, que consistía en la decoración con flores rojas y amarillas e incienso.
En el centro del recinto, donde se encontraban las ofrendas, se colgaba el biyé, que se pensaba era la puerta entre los vivos y los muertos.
Elementos del Día de los Muertos
Una de las derivaciones más importantes del sincretismo cultural entre los mesoamericanos e hispánicos, es la celebración del día de los muertos en México. Esta es una de las más solemnes y respetadas por la mayoría de la población.
Los pueblos prehispánicos creían en la vida después de la muerte, pero no del mismo modo que el cristianismo. Para los indígenas no había cielo o infierno, el destino del fallecido dependía de cómo había muerto y no de cómo había vivido.
Todos los 1 y 2 de noviembre tiene lugar la celebración el Día de los Muertos. Aunque en algunos sitios comienza el 31 de octubre. Este coincide con las celebraciones católicas del día de los difuntos y todos los santos.
Objetos que se ofrendan
– Calaveras de dulce: son calaveras que se realizan con el nombre del fallecido en la frente y parte de la tradición es que los familiares y amigos más cercanos las ingieran. Por eso se hacen de algún producto comestible.
– Flores: las flores son uno de los elementos principales para la decoración y también aportan un significado de frescura y armonía para el fallecido. Por lo general, son rosas y girasoles las más utilizadas, aunque la mitología mesoamericana manifiesta que la flor cempasúchitl es el origen de todo.
– Objetos del fallecido: los familiares escogían un objeto de alta significación para el fallecido y lo colocaban en el centro de todo. Luego esto cambió por una fotografía a partir de finales del siglo XIX.
– Semillas: las semillas iban tanto con el cadáver como en las ofrendas. Se pensaba que cuando el alma de la persona llegaba a Mictlan ayudaba a obtener mejores cosechas.
– Copal e incienso: esto servía para limpiar las malas energías que podían dificultarle al muerto alcanzar la plenitud.
– Pan de Muerto: el pan aparece luego de la llegada de los españoles y consiste en una representación de la eucaristía. Estos panes son hechos en forma de huesos y se espolvorean de azúcar y anís.
– Se pueden citar igualmente el camote con miel, tequila y los tamales como parte de las ofrendas prehispánicas.
Referencias
- Cuevas, D. (2016). Sangre para los dioses: ritual y sacrificio humano en la América prehispánica. Recuperado de temporamagazine.com.
- Child, E. (1997). Entierros y ofrendas en Teotihuacán. Editorial: UNAM. México.