¿Cuáles eran las actividades económicas de los olmecas?
Las actividades económicas de los olmecas eran el intercambio de productos de la agricultura, la pesca, la caza y la artesanía, principalmente. Por lo tanto, era una economía basada en el trueque.
El sistema económico implementado por la civilización olmeca puede considerarse como un ejemplo de evolución y desarrollo a medida que se expandía la sociedad. En la Mesoamérica del Preclásico, la economía olmeca se desarrolló a través del intercambio de bienes como actividad principal. Fue una de las culturas más antiguas precolombinas, de la que derivaron muchas otras.
Su economía se considera de sustento, es decir, que se vale de los rubros producidos y cultivados localmente para la adquisición de otros, más exóticos o útiles, con cualidades agrícolas, debido a la predominancia del cultivo como práctica frente a la pesca y la caza.
El comercio e intercambio de bienes fue indispensable para el desarrollo arquitectónico de la civilización olmeca.
Se importaban distintos tipos de piedras y materiales de otras regiones para erigir los templos y centros de ceremonia, así como para la elaboración de esculturas y artesanías.
A la civilización olmeca también se le atribuye el haber desarrollado las primeras rutas de intercambio de larga distancia, con las que permitieron no solo acceder a nuevos materiales y recursos, sino también instaurar cambios organizacionales a nivel social.
Productos de la economía olmeca para el intercambio y comercio
En un principio, las actividades comerciales olmecas podían considerarse como parte de una economía mixta que incluía el intercambio de cosechas domesticadas (maíz, frijoles, calabazas, cacao, etc.), perros y plantas silvestres, y posteriormente la pesca.
Las pequeñas variaciones de algunos productos entre las subregiones olmecas comenzaron a estimular el intercambio a corta distancia, permitiendo a los pueblos contar con recursos ajenos a su localidad.
Con el paso del tiempo, los olmecas comenzaron a exportar sus bienes manufacturados. De allí que se hayan conseguido artefactos y esculturas olmecas en lugares lejanos.
Se ha determinado que no existen pruebas directas que evidencien el intercambio de alimentos entre olmecas y civilizaciones distantes, pero se cree que esta técnica es la única justificación para que los olmecas hubiesen tenido acceso a insumos como la sal, por ejemplo.
Más allá de los recursos básicos y de utilidades o herramientas manufacturadas, buena parte del comercio olmeca estuvo centrado en el intercambio de objetos exóticos y ornamentales, de mayor calidad a los que se conseguían localmente.
Una característica del comercio entre civilizaciones mesoamericanas era que lo que para cierta región era considerado un objeto común, otra lo consideraba un recurso digno de necesidad.
Objetos exóticos y ornamentales
El comercio entre regiones abrió la posibilidad de nueva materia prima para la construcción, y materiales preciosos para la fabricación de ornamentos ceremoniales.
La obsidiana fue uno de las primeras piedras que llegó a la civilización olmeca a través del intercambio, ya que su presencia era escasa en las regiones que habitaban (sureste del actual Veracruz y oeste del actual Tabasco).
Se empleó en la fabricación de herramientas que posteriormente comercializaban como productos finalizados.
La expansión de las rutas de intercambio y la posibilidad de recorrer distancias mayores permitieron a los olmecas establecer contacto y usar materiales como jade, serpentina, cinabrio, andesita, esquisto, cromita, etc.
De esta misma manera se hicieron con las piedras necesarias para la construcción y expansión de sus templos y centros de ceremonia.
Cabe destacar que mientras más acceso tenían los olmecas a nuevos materiales exóticos y preciosos a medida que aumentaba el desarrollo comercial, las ceremonias y los rituales se hicieron mucho más grandes y fastuosas.
Evolución del sistema de intercambio
Se piensa que el sistema económico olmeca pudo transitar por dos grandes etapas de mercado durante el periodo de su existencia.
Una primera etapa de comercio aislado y de poco tránsito e intercambio, donde los principales productos eran para el sustento y para materiales para las construcciones.
Algunos pueblos olmecas contaban con “consulados comerciales” en ciertas regiones, pequeños campamentos con soldados que resguardaban los productos y mercancías que se encontraban lejos de los asentamientos principales.
El auge y expansión de la agricultura tuvieron un impacto significativo en la economía olmeca, impulsando lo que sería el inicio de su segunda etapa: la invención y desarrollo de rutas de intercambio de larga distancia.
Aquellas primeras rutas se extendieron desde el golfo de México, donde se encontraban los principales pueblos y ciudades, hacia territorios más altos dentro de lo que hoy es México y parte de Guatemala. Esta expansión comercial se inició en 1400 a.C., aproximadamente.
Intercambio con otras civilizaciones
La expansión comercial olmeca les permitió hacer contacto con civilizaciones asentadas en otras regiones, como los mocaya, los tlatilco y la ciudad de Chalcatzingo.
Este contacto no solo permitió que se abrieran fructíferas rutas comerciales, sino que también generó un traspaso cultural entre los grupos, donde las esculturas y piezas de arte olmeca influenciaron la artesanía y la manufactura de otras regiones.
Entre los productos comercializados con estas civilizaciones, los olmecas pudieron tener un primer contacto con rubros como cacao, sal, pieles de animal, plumas ornamentales y algunas piedras preciosas, como jade y serpentina.
Como especialistas en la exportación de manufacturas, la influencia olmeca en estas civilizaciones fue principalmente artística, artesanal y cultural.
Importancia del desarrollo económico
La etapa más desarrollada de la economía olmeca no solo fue la de una civilización mucho más grande que siglos antes, sino también constituyó el inicio de nuevas formas de organización que garantizaron actividades comerciales ininterrumpidas.
Se multiplicaron las cadenas de mando, generando nuevas funciones dentro de los ciudadanos, incluso llegando a existir encargados, no solo del resguardo de bienes, sino de su redistribución entre regiones.
La sociedad olmeca comenzó a estratificarse socialmente por clases, determinadas según el exotismo de los objetos y materiales poseídos.
Entre las consideradas clases bajas, proliferaron prácticas y oficios especializados, de manera que se multiplicaba la producción de objetos manufacturados y artesanías para su posterior comercio.
El legado económico de la civilización olmeca se puede señalar como la continuidad y efectividad que se le dio a las rutas de intercambio de larga distancia, junto con las innovaciones que pudieron desarrollar las posteriores culturas mesoamericanas.
Referencias
- Bernal, I. (1969). The Olmec World. Berkeley: University of California Press.
- The Olmec. Recuperado de thoughtco.com