¿Qué fue la Confederación Granadina?
La Confederación Granadina fue una república formada por los actuales Colombia y Panamá y parte del territorio de Brasil y Perú, establecida en 1858 con una nueva constitución, bajo el mandato del conservador Mariano Ospina Rodríguez, permaneciendo hasta 1863.
Existió en un periodo en que se pretendía recuperar parte del poder central perdido en el desarrollo de un Estado federal. Sin embargo, terminó por construir un sistema aún más liberal, con fuerte poder para los estados soberanos integrados, dando origen al llamado Olimpo Radical, periodo en el que las ideas del liberalismo radical colombiano se impusieron bajo el nombre de los Estados Unidos de Colombia (1863-1886).
Antecedentes de la Confederación Granadina
A mediados del siglo XIX, Colombia luchaba por consolidar un sistema federal que diera autonomía política y económica a las regiones.
En 1849, el liberal José Hilario López otorgó autonomía a los gobiernos regionales, transfiriendo rentas y funciones que hasta ese momento correspondían al gobierno central.
Constitución de 1853
Bajo el gobierno de López se promulgó la Constitución de 1853, que creó la elección directa del presidente, de los miembros del Congreso, de los magistrados y gobernadores y otorgó una amplia autonomía a los departamentos.
A pesar de la victoria que esta constitución significó para los liberales, creció una enorme tensión que terminó en la proclamación del liberal José María Melo como dictador, tras la disolución del Congreso.
Esta fue la única dictadura militar que tuvo Colombia durante el siglo XIX y solo duró ocho meses. Posteriormente, fue elegido presidente el liberal José María Obando, encargado de desarrollar la nueva constitución que restringía el poder central y fortalecía las provincias.
Bajo su gobierno se mostró partidario de la separación iglesia-Estado, de la creación del matrimonio civil y el divorcio civil, la reducción de las fuerzas militares y la abolición de la pena de muerte.
Confederación Granadina: Constitución de 1858
Obando no tardó en enfrentar un golpe de Estado que devolvió el poder a los conservadores a la cabeza de Mariano Ospina Rodríguez, quien fomentó la aprobación de la Constitución de 1858 a través de una Asamblea Nacional Constituyente.
Su fin era crear un marco legal que permitiera avanzar hacia la consolidación de un Estado federal con poder central sobre los estados soberanos.
Así nació la Confederación Granadina, que estableció en la ciudad de Tunja su capital. El nuevo Estado otorgó mayor poder y representatividad a las provincias, cada Estado podía tener su órgano legislativo independiente y podía elegir su propio presidente.
En este periodo también fue abolida la vicepresidencia y la figura fue reemplazada por un designado del Congreso. Los senadores serían elegidos para un periodo de cuatro años y los representantes a la Cámara permanecerían en su cargo por dos años.
Con la nueva constitución de 1858 se permitió al Ejecutivo federal exclusivamente el manejo de las relaciones exteriores, la organización interna de la confederación y lo relativo a aspectos generales de la legislación federal.
Fueron creados ocho estados soberanos: Panamá, Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Tolima y Magdalena.
Aunque la Iglesia católica estaba profundamente asentada en la cultura del pueblo, la Confederación Granadina, a través de las leyes, mantuvo bajo control al clero, llevando a cabo confiscaciones sobre sus bienes y desterrando a los sacerdotes de la Compañía de Jesús.
Esta nueva política sobre la iglesia acabó costándole al gobierno una dura crítica por parte del Papado.
En 1859 fueron aprobadas leyes que concedieron potestades al ejecutivo y el ejército, y herramientas al sistema electoral para mantener un poder central que de alguna manera controlara los estados soberanos.
Algunos liberales radicales, como Tomás Cipriano de Mosquera, quien era el gobernador de Cauca y caudillo, respondió con fuertes críticas la promulgación de las nuevas normas.
Esto acabó generando tensiones que desembocaron en una guerra civil extendida hasta 1863, cuando se crearon los Estados Unidos de Colombia con una nueva constitución y una orientación liberal, dando como resultado el fin de la Confederación Granadina.
Leyes expedidas durante la Confederación Granadina
Anulando las normas electorales estatales emitidas por las asambleas provinciales, se promulgó la Ley de Elecciones en 1859. Esta ley consistió en crear distritos y consejos electorales por cada estado confederado.
La segunda gran reforma llegó con la Ley Orgánica de Hacienda, en mayo de 1859, convirtiéndose en un factor de tensión entre el gobierno federal y los estados.
El motivo principal fue porque se dotó al ejecutivo central del poder para nombrar de forma independiente a un intendente de Hacienda para cada estado, que fungía como una especie de delegado supervisor.
La Ley Orgánica para la Fuerza Pública fue la tercera ley y establecía que los cuerpos armados reclutados por los gobiernos estatales dependían del control del ejecutivo federal, en caso de guerra exterior o perturbación del orden público.
El gobierno central nombraría a los oficiales, y los estados soberanos podían reclutar a los miembros de las guardias municipales.
Alcances de la Confederación Granadina
La Confederación Granadina logró un cierto consenso entre las élites políticas e intelectuales.
Sobre todo por la conveniencia de la adopción de un modelo federal para frenar las tendencias dictatoriales y autoritarias de caudillos nacionales como Tomás Cipriano de Mosquera, ya que el sistema favorecía un reparto del poder.
Gracias al reconocimiento de la supremacía de lo provincial sobre lo nacional, se dio facultad a las asambleas estatales y a los gobernadores para manejar sus asuntos con libertad.
A los gobiernos regionales se les delegó el comercio de armas, la posibilidad de establecer su propia ley electoral, el nombramiento de los funcionarios y la organización de la educación.
En este periodo se destacó el crecimiento del comercio internacional, con los bienes agrícolas y mineros como los principales productos y con gran demanda en el mercado europeo y norteamericano.
El proceso de fortalecimiento de los estados soberanos favoreció la reducción de impuestos. Esto promovió la producción a nivel local y en beneficio de los pequeños productores, debilitando los monopolios estatales o forzando la abolición de la esclavitud.
Referencias
- Gilmore, R. L. (1949). Federalism in Colombia, 1810-1858. University of California, Berkeley.
- Picón, A. G. (1972). El golpe militar del 17 de abril de 1854 (Vol. 120). Academia Colombiana de Historia.
- Escobar‐Lemmon, M. C. (2006). Executives, legislatures, and decentralization. Policy Studies Journal.