Carl Tanzler (1877 – 1952) fue un alemán que pasó a la historia por protagonizar uno de los casos más recordados de necrofilia. De profesión radiólogo, Tanzler durante años mantuvo una relación con María Elena Milagro-Hoyos, luego de que ya la cubana se encontraba muerta.
Tanzler tuvo diferentes identidades a lo largo de su vida y vivió en diferentes países. Nació en Alemania, se mudó a Australia y con casi 50 años se radicó en Estados Unidos, donde pasó el resto de su vida.
Tanzler conoció a Hoyos cuando la trató por tuberculosis y desde entonces empezó su fascinación por la cubana. Dos años después de muerta, Tanzler la desenterró para que viviera con él. Trató el cuerpo ya putrefacto de diferentes maneras para retrasar la descomposición.
Fue descubierto siete años más tarde, pero se desestimó el caso y quedó en libertad por profanar la tumba de Hoyos. El caso generó gran interés por el estado del cuerpo de Hoyos, que llegó a ser exhibido en Key West.
Nunca se llegó a demostrar con rotundidad las acusaciones de necrofilia contra Tanzler. El alemán se mantuvo en Florida hasta su muerte e incluso se convirtió en ciudadano americano dos años antes de morir con más de 70 años.
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Biografía
Carl Tanzler nació en la ciudad de Dresde en Alemania, el 8 de febrero de 1877. No se conoce mucha información sobre sus padres o familia. El único dato que se sabe con seguridad es que tuvo una hermana.
Estuvo en varios trabajos y se llegó a desempeñar como constructor de botes y también como ingeniero. Se cree que viajó de forma constante, llegando a vivir en Australia.
Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial se encontraba en Australia y fue puesto preso y enviado a un campo de concentración. Cuando fue liberado fue trasladado a Holanda.
Se casó con Doris Anna Shafer cuando ya tenía más de 40 años. La pareja incluso tuvo dos hijas, Ayesha y Crysta Tanzler.
Otros nombres
Al menos, cuatro nombres diferentes se asocian con Carl Tanzler a lo largo de su vida. Esta información se ha conocido gracias a diferentes documentos oficiales que quedaron sobre su vida, tanto en Alemania como en Estados Unidos.
Por ejemplo, cuando se casó con Doris Anna Shaffer en territorio alemán, el acta de matrimonio reflejó que su nombre era Georg Karl Tänzler. Le agregó el título de Conde a las notas médicas que realizó cuando trabajaba en un hospital, ya que siempre firmó sus reportes como Count Carl von Cosel.
Los papeles donde se reflejaron los trámites de su ciudadanía como estadounidense establecieron que su nombre completo era Carl Tanzler von Cosel, aunque en el acta al morir solo se oficializó como Carl Tanzler.
Inmigrante
A mediados de la década de los 20, Tanzler decidió viajar a Estados Unidos en busca de más y mejores oportunidades. Lo hizo sin su familia y antes de llegar a suelo estadounidense hizo escala en Cuba.
Doris se reunió con su marido unos meses más tarde en Zephyrhills, una ciudad de Florida que se encuentra entre Tampa y Orlando. No estuvo mucho tiempo en la zona y volvió a abandonar a su familia al irse a Cayo Hueso, una isla que se caracteriza por ser el punto más al sur de los Estados Unidos.
Fue conocido en el archipiélago de Florida como Von Cosel y empezó a trabajar en un hospital de la Marina, donde se desempeñó como técnico de radiología.
Conoció a Hoyos
En 1930 Tanzler conoció a Hoyos en Cayo Hueso, luego que la familia de la cubana buscará atención médica para la joven de 21 años que sufría de tuberculosis. La enfermedad se consideraba como incurable durante esa época.
Tanzler se enamoró de la cubana y convenció a la familia de que podía hacer algo para salvarla. Realizó diferentes pruebas médicas en Hoyos que no sirvieron para nada. Todo el proceso transcurrió en la casa de los padres de la cubana.
Los historiadores aseguran que Tanzler obsequió diversos objetos a Hoyos durante este tiempo. Se encargó de llevar equipos de gran valor a su casa para tratamiento que no habían sido aprobados por el hospital.
No existió ninguna evidencia que demuestre que el interés de Tanzler por Hoyos era correspondido. Entre otras razones, la diferencia de edad entre ambos era de más de 30 años.
Con la muerte de la joven, la obsesión del alemán por ella solo creció. Se ofreció a cubrir todos los gastos de su sepultura. Además decidió hacer un mausoleo en el cementerio de Cayo Hueso, lugar al que fue a visitarla por más de año y medio.
Caso de necrofilia con Hoyos
En abril de 1933 Tanzler tomó la decisión de sacar el cadáver de Hoyos del cementerio donde se encontraba. El alemán llevó el cuerpo de la cubana a su casa donde permaneció durante siete años.
El siguiente paso de Tanzler fue evitar que el proceso de descomposición del cuerpo avanzara de forma rápida. Para ello realizó diferentes procedimientos como poner vidrio en las cavidades oculares o utilizar telas y yeso para las zonas en las que ya no tenía piel.
Además, Tanzler se encargó de hacer una peluca. El interior del cuerpo de Hoyos fue rellenado con diferentes elementos para que no perdiera su silueta.
El alemán no escatimó en cuidados y llegó a vestir el cuerpo de Hoyos con ropas, algunas nuevas y otras usadas, e incluso llegó a utilizar joyas para el arreglo del cadáver.
El olor del cuerpo en descomposición fue disimulado con diferentes productos, desde perfumes hasta desinfectantes.
En la isla, que contaba con unos 20 mil habitantes, empezaron los rumores. Algunos llegaron a presenciar como Tanzler hacía vida con lo que en ese momento consideraron como una muñeca gigante. Entre otras cosas, lo veían bailar y construir un avión para volar con María Elena.
Juzgado
Siete años pasaron para que la familia de Hoyos se enterara sobre lo que ocurría en la casa de Tanzler. Florinda, una de las hermanas de la cubana, fue hasta la casa del alemán y descubrió el cuerpo.
Las autoridades en un principio detuvieron a Tanzler y fue llevado ante el juez. En las pruebas con médicos no se le pudo detectar ningún problema psiquiátrico. Los cargos que se le presentaron a Tanzler se enfocaron en la profanación de una tumba.
Como había pasado tantos años desde que Tanzler había retirado el cuerpo de Hoyos de su tumba, el caso prescribió y el alemán fue puesto en libertad por decisión de la Corte de la Florida.
Polémica
Cuando el cuerpo de María Elena fue descubierto, las autoridades ordenaron una serie de pruebas. Varios médicos, algunos especializados en patologías, examinaron el cadáver. Luego fue expuesto al público en una funeraria de Cayo Hueso y miles de personas se acercaron a ver los restos sin vida de Hoyos.
Fue un caso que llamó mucho la atención de los medios de comunicación de la época. No se presentó ninguna información o dato sobre necrofilia al momento del juicio.
Las pruebas de necrofilia aparecieron más de 30 años más tarde. Dos de los médicos que realizaron pruebas al cuerpo de Hoyos aseguraron que en la zona vaginal se encontró un tubo cuya función era permitir que Tanzler tuviera relaciones sexuales con el cuerpo sin vida de Hoyos.
La tardanza para que estos datos fueran conocidos es lo que pone en duda, según muchos, las acusaciones de necrofilia. Para ese entonces, más de tres décadas después del juicio, no existían pruebas físicas que permitieran corroborar estos datos.
Muerte
Cuatro años después del juicio, Tanzler se movilizó más al norte de Florida para radicarse en Pasco County y publicar su biografía en 1947.
Siguió su obsesión con Hoyos aún lejos de Cayo Hueso, ya que creó una figura a tamaño real de la cubana. Hay dos versiones sobre su muerte. En una aseguran que el cuerpo sin vida de Tanzler fue encontrado junto a una estatua de Hoyos.
Mientras, en su obituario se publicó que el cadáver de Tanzler fue encontrado sin vida en el suelo de su casa, detrás de un piano.
Entre los objetos personales que dejó se especificó que existía un tubo de metal que estaba forrado en plástico y una figura de cera. El tubo concuerda con la descripción que los médicos dieron sobre el objeto que fue encontrado en Hoyos y que permitía que Tanzler tuviera relaciones sexuales con ella.
Casos de necrofilia
A lo largo de la historia se han dado a conocer varios casos de necrofilia que tuvieron mucho eco a nivel mediático. También se le llama con el nombre de necrosexualidad y trata sobre el grado de excitación que sienten ciertas personas por individuos que ya han muerto.
Estos sentimientos pueden expresarse solo con mirar algún cadáver, al tocarlos o por el placer de mutilarlos cuando ya están sin vida.
Edmund Kemper III
Kemper fue un joven de 16 años que disparó y mató a sus abuelos. Solo cumplió cinco años de condena gracias a que tuvo un buen comportamiento mientras estuvo preso. En libertad mató a seis mujeres y a su madre, teniendo relaciones sexuales con las cabezas mutiladas de las estudiantes que asesinó.
Anthony Merino
En uno de los casos más recientes, Anthony Merino fue hallado teniendo relaciones sexuales con el cuerpo sin vida de una mujer de más de 90 años. Todo ocurrió en el 2007 en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, mientras Merino cumplía su segunda semana de trabajo en un hospital de la zona.
Kenneth Douglas
En los años 80, David Steffen asesinó a Karen Range a quien durante la autopsia se le halló restos de semen. Steffen fue acusado de violación, cargos que negó en todo momento.
Para demostrar su culpabilidad se realizaron diferentes pruebas, entre ellas exámenes de ADN. La investigación permitió descubrir que el semen realmente era de Kenneth Douglas, un ayudante en la morgue donde se encontraba el cuerpo sin vida de Range.
Douglas entonces fue acusado de necrofilia y en el juicio confesó que era culpable de los cargos. Además, llegó a admitir que había tenido relaciones con más de una centena de cuerpos antes de realizar los trabajos de autopsia.
Ted Bundy
Estuvo relacionado con más de 100 casos. Es uno de los asesinos en serie más conocidos a nivel mundial. Cometió todo tipo de crímenes, pero también se caracterizó por los actos de necrofilia.
Uno de los casos más conocido que involucró a Bundy ocurrió en los años 70 con una niña de 12 años a la que mató, ahogada en una bañera de hotel, y con la que tuvo relaciones una vez muerta.
Bundy confesó que estuvo involucrado en más de una centena de casos y narró cómo llevaba a cabo los actos de necrofilia con sus víctimas.
Referencias
- Graham, H. (2014). The cursed. Ontario: Harlequin Mira.
- Miller, F., Vandome, A. and McBrewster, J. (2010). Carl Tanzler. VDM Publishing.
- Ogden, T. (2010). Haunted cemeteries: Creepy Crypts, Spine-Tingling Spirits, and Midnight Mayhem. Guilford.
- Russel, J. and Cohn, R. (2013). Carl Tanzler. Book on Demand.
- Schnur Neile, C. (2017). Florida Lore. The History Press.