¿Qué fue el caso Matesa?
El caso Matesa fue un escándalo económico y político que estalló durante la última etapa de la dictadura franquista en España. Esa etapa del franquismo se caracterizó por el desarrollismo, una estrategia emprendida por los llamados tecnócratas para adaptar el modelo económico al del resto de Europa.
Durante las primeras décadas de la dictadura, el sistema económico implantado había sido una autentica autarquía. Era el modelo defendido por los llamados azules, miembros del gobierno procedentes de Falange, de ideología fascista.
La apertura económica de los 60 permitió mejorar las condiciones de vida de la población. Con ella aparecieron empresas exportadoras, entre las que se encontraba Matesa, que afirmaba vender grandes cantidades de un telar muy novedoso. El escándalo estalló cuando se supo que esos datos no eran ciertos y que las ventas eran casi nulas.
Matesa había recibido créditos públicos de cuantía considerable. Además, los azules del régimen aprovecharon para relacionarla con los tecnócratas y con el Opus Dei, con la intención de debilitar su poder político. Finalmente, Franco decidió renovar su gobierno casi totalmente, aunque los tecnócratas lograron mantener su primacía.
Antecedentes del caso Matesa
- Posguerra. Al finalizar la guerra civil española, el general Franco implantó un gobierno dictatorial de partido único donde el fascismo tenía una gran influencia. Esto se tradujo en la implementación de un sistema económico basado en la autarquía. Sin embargo, la derrota de sus aliados ideológicos (Italia y Alemania) en la Segunda Guerra Mundial provocó algunos cambios. A partir de los 50, en plena Guerra Fría, Estados Unidos inició un acercamiento a la dictadura. Con el tiempo, a cambio de la apertura de bases militares estadounidenses, el aislamiento internacional de la España franquista empezó a relajarse. Aunque la economía seguía siendo precaria, el régimen comenzó una política de apertura a los mercados para tratar de mejorar la situación. Los resultados de esta nueva política económica comenzaron a verse en los 60. La mejora fue notable, aunque llegó a la población de manera muy desigual.
- Tecnócratas contra azules. En los últimos años de los 50, la situación económica española había tocado fondo. El régimen franquista puso en marcha entonces una serie de reformas para paliar la difícil situación. Para eso, Franco incorporó a su gobierno a varios ministros provenientes del Opus Dei: los denominados tecnócratas. Aunque las reformas solo se enfocaron en la economía, sin afectarlas libertades políticas, sus efectos permitieron la aparición de una clase media en el país. Sin embargo, la llegada al gobierno de estos tecnócratas tuvo la oposición del grupo de poder surgido de la Falange, los llamados azules. El caso Matesa acabaría siendo utilizado por estos para intentar socavar la creciente influencia de los tecnócratas.
Sucesos del caso Matesa
- Juan Carlos de Borbón. Muchos expertos consideran que el caso Matesa marcó el principio del fin del régimen franquista. Justo antes de que se hiciera público el escándalo, Franco había nombrado como su heredero a Juan Carlos de Borbón, algo que no gustó a varios miembros de su gobierno.
- Matesa. Matesa, siglas de Maquinaria Textil del Norte S.A, fue creada en 1956 por el empresario Juan Vilá Reyes. Pronto comenzó a ser ejemplo del régimen franquista de empresa española de éxito internacional. Su producto estrella era un telar que no necesitaba lanzadera. La máquina estaba compuesta de piezas importadas de Estados Unidos y el montaje final se realizaba en España. De acuerdo a la propaganda, Matesa vendió miles de estos telares al resto del mundo. En esa época, el Estado apoyaba a las empresas mediante préstamos que concedía el Banco de Crédito Industrial, de titularidad pública. En este caso, Matesa había recibido unos 10.000 millones de pesetas (unos 60 millones de euros) que debía utilizar para promocionar las ventas en el extranjero. La importancia del préstamo obtenido era tal que igualaba el presupuesto anual completo del Ministerio de Agricultura. Ya antes de que se denunciara el escándalo, existían serias sospechas de que los telares vendidos eran muchos menos que los que la empresa anunciaba. A pesar de eso, el BCI continuó concediéndole créditos.
- Cifras reales. La realidad de las ventas era mucho menos positiva, especialmente en el exterior. Sin embargo, la empresa inició una estrategia para seguir beneficiándose de los créditos concedidos por el Estado. Así, guardó en sus almacenes cientos de máquinas teóricamente vendidas y, además, contaba como ventas aquellas unidades adquiridas por sus filiales en el extranjero, aunque el público no las comprara. Es decir, se trataba de una especie de autoventa. Las primeras sospechas aparecieron en 1967. En el verano de ese año, Matesa se vio envuelta en una investigación por evasión de divisas que superaba los 100 millones de pesetas. Esto no bastó para que dejara de recibir préstamos por parte del banco de crédito público. En 1969, la cantidad recibida por Matesa era de unos 10.000 millones de pesetas. Además, fue favorecida por una legislación amigable en cuestión de impuestos, ya que se podía desgravar hasta un 11%. A pesar de estos datos, solo la lucha política al interior del régimen permitió que el escándalo se conociera. Los que iniciaron la batalla fueron los azules, que consideraron la oportunidad perfecta para debilitar a sus rivales, los tecnócratas del Opus Dei. Para empezar, aunque él siempre lo negó, acusaron e Vilá Reyes de pertenecer a esta organización religiosa.
- El escándalo. Fue el ministro argentino de Industria quien destapó la falsedad de las ventas del telar. Este político estaba de visita en España cuando le preguntaron sobre el famoso telar. El ministro no tenía idea de lo que le estaban preguntando. Como se sabría después, Matesa solo vendió 120 máquinas en ese país, lejos de las 1.500 que había declarado. El 23 de julio de 1969 el caso llegó a los tribunales. El autor de la denuncia fue Víctor Carlos Sanmartín, quien entonces ocupaba la dirección general de Aduanas. El tribunal, tras escucharle, ordenó detener a Juan Vilá Reyes y a otros directivos.
- Reacciones políticas. Lo verdaderamente importante del escándalo se vivió en la política. Los azules comenzaron pronto una campaña para culpar de lo ocurrido a los tecnócratas. Al frente de los ataques se encontraban Manuel Fraga, ministro de Información, y José Solís. Una de las primeras publicaciones contra los tecnócratas apareció en el diario SP, muy cercano a la Falange. El 9 de agosto afirmó en su editorial que “el control público de la empresa privada Matesa lleva camino de convertirse en el ‘affaire’ más sonado de los 30 últimos años, pues sus incidencias económicas y financieras (…) bordean las fronteras del escándalo, la ligereza y el fiasco”. Por primera vez, algunos medios de comunicación se atrevieron a exigir la dimisión de los ministros que controlaban la economía del país. Para entender la importancia de esta publicación hay que recordar el férreo control del régimen sobre los medios de comunicación. La libertad de información con la que se trató el escándalo solo podía significar que sectores del gobierno estuvieran detrás de lo publicado. Otros diarios se hicieron eco del caso.
- Pérdidas del Estado. Después del escándalo Matesa, el Banco de Crédito Industrial fue desmantelado y, por lo tanto, dejaron de concederse préstamos públicos durante un largo periodo. De acuerdo a informaciones aparecidas años después, ya en democracia, el Estado solo pudo recuperar unos 6.900 millones de pesetas de los más de 11.000 millones defraudados entre créditos e intereses impagados. La cantidad recuperada, además, procedía de las compañías de seguros: ni Matesa ni su fundador aportaron nada.
Consecuencias del caso Matesa
- Juicios e indultos. Según los documentos oficiales de la época, el primer pensamiento de Franco para solucionar el escándalo era que Vilá Reyes dejara su puesto en la empresa y, finalmente, hacer que el Estado la incautara. Sin embargo, la denuncia pública impidió que ese plan se llevase a cabo. Vilá Reyes y otros directivos tuvieron que enfrentarse a un juicio y condenados a pagar una multa de 21 millones de pesetas por la evasión de divisas de 1967 y otros 1.658 millones por el fraude con los créditos. El fundador de la empresa fue condenado a tres años de prisión. No obstante, Franco le concedió un indulto en 1971 mediante el que se le perdonó el pago de la multa y se le redujo la pena de prisión a solo una cuarta parte. Este indulto llegó antes de que la sentencia hubiera sido confirmada, algo ilegal. Más adelante, en 1975, Vilá Reyes fue de nuevo condenado, esta vez por estafa, falsedad documental y cohecho activo. La sentencia fue muy dura: 223 años de cárcel y una multa de casi 1.000 millones de pesetas. Sin embargo, tampoco en esta ocasión cumplió la pena, pues recibió un indulto del recién coronado Juan Carlos I.
- Comisión de Investigación. Los azules, liderados por Manuel Fraga, aprovecharon la ocasión para debilitar a sus rivales políticos. A pesar de sus esfuerzos, lo que consiguió fue que los mandatarios del BCI fueran destituidos y que se abriera una comisión de investigación.
- Reacción de Luis Carrero Blanco. En la época en que estalló el escándalo, la salud de Franco estaba empezando a deteriorarse. Uno de los posibles sucesores era Carrero Blanco, quien se dio cuenta enseguida de las posibles consecuencias del caso Matesa. Para el almirante, el asunto podía erosionar el régimen, si no se resolvía. La intervención de Carrero Blanco fue fundamental para que los ministros del Opus Dei, los tecnócratas, no sufrieran las consecuencias del escándalo. De hecho, consiguió que su posición frente a los azules saliera reforzada. La solución del régimen fue cambiar a casi todos los ministros del momento. Para sustituirlos, Franco eligió a una gran mayoría de tecnócratas. Figuras importantes entre los azules, como Fraga y Solís, perdieron sus puestos como ministros.
- Repercusión en los ministros. Los ministros económicos del gobierno no fueron acusados ni de corrupción ni de negligencia. Los tres, Mariano Navarro, Juan José Espinosa y Faustino García, se beneficiaron del indulto concedido por Franco y solo debieron acudir al juicio como testigos. Durante ese juicio, estos altos cargos confirmaron que habían viajado al exterior invitados por la empresa para visitar sus fábricas. Aunque no se pudo demostrar, los expertos señalan que sus declaraciones parecieron confirmar que eran conocedores, o al menos sospechaban, de las irregularidades cometidas en Matesa.
Referencias
- El escándalo que erosionó al régimen franquista. Recuperado de elpais.com.
- Jiménez, F. El caso Matesa: un escándalo político en un régimen autoritario. Recuperado de dialnet.unirioja.es.
- ¿Qué fue el ‘caso Matesa’? Recuperado de elmundo.es.
- High Court Gets Scandal in Spain. Recuperado de nytimes.com.
- Franquismo: Escándalos y casos de corrupción. Recuperado de mgar.net.