¿Qué es la ciencia acumulativa?
“La ciencia es acumulativa” es un planteamiento filosófico que postula que el conocimiento es progresivo y lineal, obtenido por la ciencia gracias a sus investigaciones a lo largo de la historia.
El concepto se refiere a la búsqueda de soluciones a diversas problemáticas, y a la necesidad de resolver las preguntas de la existencia humana. A medida que se descubren cosas, se construye la plataforma sobre la que se asientan conocimientos y descubrimientos posteriores.
Historiadores especializados en la ciencia han demostrado que el conocimiento científico es un proceso de adquisición cultural en donde se construye sobre los avances previos. Citando a Isaac Newton, cada nueva generación podrá ver más allá, parándose tan solo sobre los hombros de los gigantes científicos que le precedieron.
Muchos filósofos y teóricos aseguran que mientras más descubrimientos se hagan y más se aprenda de ellos, progresivamente se tendrá una mejor comprensión del Universo que nos rodea.
Por eso se afirma que la ciencia es acumulativa, porque desde el comienzo, cuando los primeros humanos empezaron a observar su entorno, hasta el presente, cuando se planean futuras misiones a la Luna y a Marte, todo lo que se sabe conforma una sucesión de conocimientos, incluyendo lo más primitivo y lo más avanzado.
La ciencia acumulativa tiene como meta el progreso
Este concepto comenzó a tomar fuerza durante la Ilustración, donde el libre pensamiento se introdujo en todos los campos de la sociedad para dar a las creencias anteriores respuestas basadas en el razonamiento científico.
Empiristas y racionalistas, como René Descartes (1596-1650), afirmaron que el uso de métodos apropiados para la búsqueda del conocimiento iba a garantizar el descubrimiento y justificación de las nuevas verdades.
Otros más positivistas se incorporaron a este concepto, asegurando que la ciencia, al acumular verdades certificadas empíricamente, promovía el progreso de la sociedad.
Poco después, otras corrientes, como el marxismo y el pragmatismo, también apoyaron de alguna forma esta moción de la búsqueda de conocimiento humano como proceso de crecimiento cuasi-orgánico de la cultura.
Actualmente, este concepto es aceptado como uno de los modelos para explicar la naturaleza de la ciencia y su propósito. Los siguientes ejemplos ilustran claramente este modelo:
– Gracias a la notación numérica y la aritmética básica inventada por los babilonios alrededor del 2000 a.C., griegos y árabes pudieron desarrollar la geometría y el álgebra, respectivamente.
– Este conocimiento permitió a Isaac Newton (1643-1727) y otros europeos inventar el cálculo y la mecánica en el siglo XVII. Se tiene entonces la matemática como hoy en día se enseña y usa.
– Sin las propuestas de Gregor Mendel (1822-1884) sobre la genética y sus leyes, no se hubiera continuado y descubierto que los genes eran parte de un cromosoma. De ese punto se logró determinar que el gen es una molécula en el ADN. Y esto a su vez ayudó a darle fuerza a la teoría de la selección natural apoyada en los estudios sobre los cambios genéticos en la evolución de las especies.
– Además, se conocía que existían cargas magnéticas y electricidad estática por la observación de fenómenos atmosféricos como el relámpago.
– Gracias a experimentos para intentar recolectar esta energía se creó el capacitador de Leyden en 1745, que logró almacenar electricidad estática.
– A continuación, Benjamín Franklin (1706-1790) definió la existencia de cargas positivas y negativas, y se experimentó con resistencias. Como resultado, se inventó la batería, se descubrió el efecto de las corrientes eléctricas y se hicieron experimentos con circuitos eléctricos.
– Por otro lado, se formularon las leyes del OHM y el amperio y las unidades como el julio. Sin estos descubrimientos progresivos no hubiera sido posible desarrollar las bobinas de Tesla, el bombillo de Edison, el telégrafo, la radio, los diodos y triodos para los circuitos electrónicos, la televisión, las computadoras, los teléfonos móviles y un largo etcétera.
Del oscurantismo a la Ilustración
Durante la Edad Media, el conocimiento sobre la vida, la existencia y el universo era muy limitado. No existían comunidades de científicos, como en los últimos 400 años aproximadamente.
La iglesia dominaba y controlaba la dirección en la que el pensamiento humano debía encontrar las respuestas a los problemas y preguntas de la cotidianidad. Cualquier enfoque medianamente diferente era inmediatamente descalificado, rechazado y condenado por la iglesia.
Por consiguiente, el progreso científico y la búsqueda del conocimiento se vieron obstaculizados por ignorancia o por miedo a ser señalado como hereje por las autoridades.
Lo más cercano a conocimiento científico que se conocía eran los textos de la época de los grandes filósofos griegos como Aristóteles, los cuales la iglesia aceptaba a medias. Con base en estas teorías estaba la extensión de lo que se sabía sobre el universo, la naturaleza y el ser humano.
Llegada la época de las exploraciones marítimas comenzaron a desafiarse las primeras creencias del mundo, pero con base en la experiencia vivida y la observación, en otras palabras el conocimiento empírico. Esto dio cabida y peso al concepto de la razón o razonamiento.
De esta manera llegaron las revoluciones científicas, entre los siglos XVI y XVIII, que comenzaron a desviar la atención fuera de la iglesia como ente centralizado del conocimiento absoluto, hacia la observación científica y el razonamiento científico, tal y como se hace hoy en día.
Así pues, en esta época de “ilustración” se llegó a descubrimientos y teorías nuevas que desafiaron completamente la percepción del universo y de la naturaleza, tal y como se conocía.
Entre estos descubrimientos y teorías destacaron:
– La teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico (1473-1543).
– El movimiento de los planetas de Johannes Kepler (1571-1630).
– El telescopio de Galileo Galilei (1564-1642).
– La ley de la gravedad de Isaac Newton (1643-1727).
– La circulación sanguínea de William Harvey (1578-1657).
Esta época se conoce como Revolución científica.
Gracias a esto, el enfoque para la búsqueda del conocimiento, las respuestas a las preguntas de la vida y la solución de los problemas de la cotidianidad cambió drásticamente.
Como resultado nacieron las comunidades de científicos y se perfeccionó el método científico.
Referencias
- Niiniluoto, Ilkka (2012). Scientific Progress. The Stanford Encyclopedia of Philosophy. Edward N. Recuperado de plato.stanford.edu.
- Dain Hayton. Science as Cumulative.