¿Qué era la economía de los taironas?
La economía de los taironas era la forma en que este pueblo precolombino se mantenía. Era autosuficiente e independiente de otros pueblos vecinos, con quienes estableció relaciones comerciales. Se ubicaban en las montañas al noreste de Colombia, en los actuales departamentos de Magdalena, Guajira y Cesar.
Su historia se puede rastrear hasta hace más de 2.000 años y gran parte de su territorio se conoce hoy en día como la Sierra Nevada de Santa Marta.
La ubicación geográfica de los taironas en las montañas les permitía trabajar la tierra y obtener productos en diferentes pisos térmicos. Uno de los principales productos fue el maíz. Al estar localizados en diferentes niveles, desde la costa hasta la cima de las montañas, podían tomar recursos tanto del mar como de las montañas. De esta forma, algunos podían dedicarse a la siembra y otros a la pesca.
La economía de este pueblo alcanzó altos niveles de desarrollo. Esto les permitió evolucionar como una de las civilizaciones precolombinas más tecnificadas de América. Tenían asentamientos a diferentes alturas de las montañas, con vías pavimentadas y puentes colgantes para desplazarse de un lugar a otro.
A los descendientes de los taironas hoy en día se les conoce como los wiwa, los arhuacos, los kankuamo y los kogui. Estos pueblos aún conservan algunos vestigios del sistema económico de sus ancestros, aunque grandes cambios se introdujeron con la llegada de los españoles a América en el siglo XV.
Modelo económico de los taironas
El modelo económico de los taironas era de corte vertical, siguiendo los principios de las civilizaciones preincaicas al sur de la cordillera de los Andes.
Este modelo se caracterizó por tener una población central ubicada en la parte más alta de las montañas y varios asentamientos más pequeños dispersos en diferentes zonas productivas. Cada asentamiento se especializaba en un área productiva específica.
La élite tairona tenía el control de los recursos. En este sentido, administraba los recursos dispersos en las diferentes poblaciones aledañas a la ciudad principal, sobre todo en las zonas costeras.
La administración de los diferentes recursos, resultantes de la especialización productiva de los asentamientos, permitió el desarrollo de una estructura sociopolítica más compleja, con la presencia de un jefe supremo en cada comunidad.
En el caso de los taironas, existen dos posibles escenarios o etapas de organización económica que explican cómo pudieron alcanzar un alto nivel de especialización productiva en campos como la agricultura, la alfarería y la metalurgia.
Etapa 1: economía ascendente
La especialización productiva y el modelo económico de los taironas, inicialmente dependía de una estructura social de poder descentralizado.
Tareas como la siembra y cosecha de cultivos, la alfarería, metalurgia, tejeduría, entre otras, se realizaban gracias a la presencia de un sentimiento colectivo en las comunidades. Estas comunidades usualmente estaban conformadas por miembros de la misma familia y tenían una estructura de poder horizontal.
La orientación hacia un objetivo común permitía el desarrollo de actividades productivas, y la similitud étnica y afinidad en las necesidades, llevaba a que hubiera una repartición de lo producido entre los miembros de la comunidad y asentamientos aledaños. Este patrón de desarrollo económico fue llevando gradualmente al crecimiento de los asentamientos y aldeas.
Cada aldea se hacía responsable de la satisfacción de las necesidades de sus miembros y comunidades vecinas. De esta forma, cada una se especializó en la producción de bienes específicos que posteriormente pasarían a ser intercambiados con miembros de otras comunidades a través de un modelo económico ajeno a estructuras jerárquicas.
Este modelo de economía ascendente nació de la economía doméstica, donde un administrador o jefe no era necesario para realizar una repartición eficiente de los recursos.
Sin embargo, este modelo económico, donde cada aldea se especializaba en la producción de bienes específicos, llevaría a la dependencia entre ellas, y a la centralización del poder en la cabeza de un jefe administrador.
Etapa 2: economía descendente
Una vez creadas las relaciones de dependencia entre aldeas, se volvió indispensable elegir líderes en cada una, encargados de administrar las relaciones comerciales.
Estos líderes se convirtieron en la élite que luego evolucionaría para centralizar el control de los recursos en un jefe supremo. En este caso, la economía perdería su tinte ascendente y tomaría un modelo descendente.
La aparición de los jefes supremos se debió en gran parte a la inequidad económica existente entre diferentes tribus taironas. De esta forma, cada jefe se encargaría de dominar un territorio y varias comunidades al mismo tiempo, controlando un vasto sector de la economía y los recursos.
La lógica de la economía descendente sugiere que el jefe tendrá la capacidad de administrar la producción de las comunidades a su cargo, y beneficiar a los miembros de las mismas con lo producido.
La esencia de este modelo llevaría al desarrollo posterior de relaciones económicas más complejas, producto de la interacción entre poderes centralizados y la jerarquización de las sociedades.
Actividades comerciales y subsistencia de los taironas
Antes de la llegada de los españoles, las comunidades taironas construían terrazas cultivables y muros de piedra para proteger los cultivos. Algunas de estas construcciones se pueden observar hoy en día en el territorio de los koguis.
Para los taironas, el cultivo de alimentos básicos como el maíz era fundamental para su economía, pero la dureza de este alimento los llevó a desarrollar técnicas de cocción que les permitieron ablandarlo, amasarlo y comerlo más fácilmente.
Con el paso de los siglos y la aparición de campesinos criollos después de la llegada de los españoles, otros cultivos se introdujeron, como el plátano, la calabaza y árboles frutales. Así, su economía se modificó y sus cultivos desplazados a partes más altas de las montañas.
Objetos de uso diario
La cultura material de los taironas era bastante simple, por esta razón, objetos de uso diario como ropa, utensilios de cocina, ánforas y recipientes, e incluso hamacas, eran bastante sencillos y no se les otorgaba mayor importancia. Por tanto, estos objetos no ocupaban un lugar representativo dentro de la cultura tairona.
Intercambio comercial
Las relaciones de intercambio comercial existieron por siglos entre los pueblos taironas. El intercambio de azúcar primitiva y ladrillos con campesinos de otras tierras e incluso campesinos criollos después de la llegada de los españoles, les permitió difundir el uso de diversos productos especializados, como herramientas de hierro, sales y alimentos secados al sol.
Asimismo, tenían una orfebrería bastante desarrollada, y sus objetos también eran comercializados.
División del trabajo
Dentro de la economía tairona, tanto los hombres como las mujeres trabajaban la tierra, y ayudaban con las tareas de construcción y fabricación de prendas de vestir y utensilios.
Sin embargo, existía una marcada diferencia de género, donde los hombres eran los únicos que podían dedicarse a actividades de alfarería, plantación de coca y mantenimiento de la infraestructura, y las mujeres debían cargar el agua, cocinar y lavar la ropa.
Referencias
- Burgos, A. B. Colombia a small country. Recuperado de colombiashistory.blogspot.com.co.
- City, T. L. The Lost City. Recuperado de laciudadperdida.com.
- Davis, W., & Ferry, S. Keepers Of The World. Recuperado de ngm.nationalgeographic.com.
- Dever, A. The Tairona Economy. En A. Dever, SOCIAL AND ECONOMIC DEVELOPMENT OF A SPECIALIZED COMMUNITY IN CHENGUE. Pittsburg: University of Pittsburg.
- Langebaek, C. H. Antecedentes: La secuencia arqueologica. En C. H. Langebaek,The Pre-Hispanic Population of the Santa Marta Bays. Pittsburg: University of Pittsburg.